Relato enviado por:
Anonymous
el 8/5/2015.
Lecturas:2874 Etiquetas: Confesiones
Relato completo
Nuestra amistad y relación tantas veces manoseada y al final desvirtuada por exceso de celo.
Mi esposa y yo tenemos relación con un amigo de confianza que llega hasta compartir el lecho conyugal de forma alterna.
Practicamos a veces tríos y otras veces nos servimos de mi esposa para solazarnos .
Esta costumbre adquirida por la convivencia y la conveniencia de realizar sexo la aprendimos de forma espontánea al vernos un día mi amigo a mi esposa y a mi follar.
Apareció de pronto en la habitación y los dos estábamos como se puede suponer desnudos.
El choque fue tremendo , nos miró, le miramos y sonrió.
Lamentó no haber llamado pero ya estaba dentro.
Nos miró y se deleitó mirando a ella.
Tras un breve ojeo , insistió que le gustaría ver en directo nuestra relación si ello no nos parecía mal.
Nuestra amistad era fuerte pero nunca había habido contacto visual de desnudez.
Insistió de nuevo y dijo que no pondría trabas , que sólo miraría.
Para entonces ella ya había sido objeto de miradas bastante morbosas y se les veía a ambos como con ganas de probar .
La tantas veces repetida fantasía evocada en nuestros encuentros amorosos nos aparecía de pronto a través de nuestro amigo.
Nos pidió por favor que prefería ver de forma directa mejor que espiarnos y ahí se coló porque después nos contó que ya lo había hecho.
Resultó al final que su vigilancia había llegado a obcecarse con la visión de ella y que gracias a ella se masturbaba constantemente.
Pero en ese momento nosotros nos dispusimos a realizar el acto con un voyeur .
Yo no me calentaba suficiente y en cambio ella sí.
Por más que hubiera dicho que sí , mi miembro no me obedecía.
Nos besamos repetidamente y nuestro amigo se manipulaba el paquete.
No hubo forma de concentrarme y ella me susurró que le permitiera acceder al lecho.
Lo atrajo con la mirada y se sentó a un lado de la cama.
Los tres desnudos , ellos dos calientes y yo ausente.
Mi cabeza no entendía y no asimilaba , pero lo cierto es que aquello parecía un trío.
Ella se desplazó para dejar espacio y se abrazaron.
Salté de la cama , pero siguieron con besos y abrazos.
Me senté para verlos y la estampa me alertó de mis celos y me emborraché de lujuria.
Sentí como un relámpago que me sacudía por dentro y me pareció estar en una sesión de un club swinger en el cual tu mujer es asaltada y tú te conviertes en mirón mientras ellos se revuelcan.
La cara de ella parecía como una reina , una placidez y gozo que yo asumí con gesto placentero y mi miembro también.
Ella ha sido siempre mi musa en el sexo y siempre la he exhibido cuanto ella se ha dejado.
Somos atrevidos , naturistas y hemos estado muchas veces en playas nudistas.
Pero la escena que veía no era igual, era en mi cama y con ella y el amigo.
Me regodeé en la escena gracias a mi pene que estaba contento .
Una y otra vez ellos se besaban y recorrían sus cuerpos . Sus bocas buscaron su sexo y empezaron un 69 que a mi me colocó a cien.
Por un lado me atraía la visión y deseaba estar dentro y por otro me gustaba sólo la contemplación.
Opté por lo segundo y plácidamente y de reojo miraba a ella cómo se entregaba al placer.
Quería acercarme y me contuve .
Después de tanto chupeteo entraron a disponer sus cuerpos para la recepción del pene en el coño y con mucha diligencia y debo decir también con mucho tacto para no herirla demasiado , la penetró.
Un suspiro de ella rebotó en mis oídos y me corrí.
Estaba gozando de verla a ella penetrada en mi cama por mi amigo.
El acto duró una eternidad y fue placentero para los tres .
Culminado todo me recosté al lado de ella y me besó.
No sabía bien si lo que había pasado eran cuernos , era conveniencia , era complacencia mutua o era algo que por muchas veces hablado y fantaseado por fin se había hecho realidad.
La situación a partir de entonces no era clara .
Ya no éramos dos sino tres .
Practicamos sexo juntos durante al menos dos meses y con frecuencia inusitada .
Ella daba juego a los dos y aquello era una orgía.
Pero tanto tanto no podía ser y un buen día me harté y hubo discusión.
Ya no hubo más trío.
Ella también recapacitó y se puso de mi lado.
La conveniencia fue que debía irse .
Con harto pesar se fue.
Hoy tenemos una relación a medias entre nosotros y recordamos a veces al amigo.
Somos liberales en el sexo y a veces contactamos con parejas para avivar nuestra fantasía.
Yo la sigo amando , es mi musa pero mi cabeza da vueltas y vueltas .
No sé si este pensamiento me rondará mucho ,lo cierto es que la imagen de ella me absorbe porque su cuerpo generoso llena mi espacio erótico.