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A Silvia había que rematarla ( CON fotos)

Gus20XXX Relato enviado por : Gus20XXX el 15/03/2015. Lecturas: 4424

etiquetas relato A Silvia había que rematarla ( CON fotos)   Confesiones .
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Resumen
Ella se retorcía de placer y se mojaba más y más. Se me ocurrió levantarla y darle un empellón cuando esté en el aire. No fue problema pues estaba acostumbrado a levantar pesas, así que lo hice aunque ella se puso tensa porque temía caerse. Esa sensación cambió cuando la penetré. porque dio un sonoro: OOOOHH y me dijo: Así amor, destrózame, dame duro. Prendí la TV y la puse a todo volumen (los vecinos podían pensar que la estaban matando). Empecé entonces a empujar con toda mi fuerza, sentía como sonaba el choque de mi cuerpo con sus nalgas...


Relato
Por fin nos habíamos quedado solos de nuevo. Era hora de volver a estamparle la pinga en esa rica conchaza, en esos labios sabrosos que me llamaban y me invitaban a meterme dentro. Me cogió de la mano y fuimos subiendo la escalera con dirección a su cuarto. Al paso agarré uno de los vinos que llevé y ella cogió unas toallas que estaban en un armario del cuarto de huéspedes. Llegamos e inmediatamente le puso seguro a la puerta. Al entrar me le fui encima, empecé a sobarle el culo y me di cuenta que aunque se había puesto falda cuando llegó Richard, no se había puesto el calzón. Más rico todavía empecé a meterle mano a esa concha que otra vez ya estaba húmeda, pero de pronto me dijo que espere, que me daría una sorpresa. Me quito poco a poco la ropa y cuando me sacó la trusa me dijo: espérame papi. Entró al baño de la habitación llevando una prenda que no pude distinguir bien. Mientras la esperaba pensaba en la sorpresa que me daría. Busqué en el bolsillo de mi pantalón que estaba tirado en el suelo y saqué el celular. Tenía que grabarla. Pasaron un par de minutos y me dijo: estás listo? Ven acá mi amor que quiero comerte todita, le dije. Salió entonces luciendo un portaligas negro y una especie de bivirí corto del mismo color. Caminó hacia mí con una sensualidad felina y meneando el culo provocando que la pinga se me ponga de fierro. El bivirí era tan corto que solo cubría la mitad de sus enormes tetas y usaba un hilo dental que su culo se tragaba por completo. Salté de la cama como un tigre y de una la volteé y la puse contra la pared. Le puse el hilo dental a un lado y empecé a meterle lengua por el ano y la concha. Ella se retorcía de placer y se mojaba más y más. Se me ocurrió levantarla y darle un empellón cuando esté en el aire. No fue problema pues estaba acostumbrado a levantar pesas, así que lo hice aunque ella se puso tensa porque temía caerse. Esa sensación cambió cuando la penetré. porque dio un sonoro: OOOOHHH!!!! y me dijo: Así amor, destrózame, dame duro. Prendí la TV y la puse a todo volumen (los vecinos podían pensar que la estaban matando). Empecé entonces a empujar con toda mi fuerza, sentía como sonaba el choque de mi cuerpo con sus nalgas, sentí como le entraban casi hasta mis huevos. Luego de su primer orgasmo, la lleve a la cama y empecé a darle de perrito, aprovechando que tenía mi celular al costado grabé cada embestida que le daba. Se dio cuenta y quiso decirme algo, pero fue más grande el placer y acabó nuevamente teniendo otro orgasmo. Se notaba que en el primer polvo que nos dimos en el garaje se había llevado buena parte de mi leche, lo que me hacía durar sin venirme. Por momentos me provocaba darle nalgadas y lo hacía con fuerza, hasta dejarle el culo rojo de los manotazos que le daba. Finalmente llegó la hora de romperle el culo, que por cierto una hora antes había destrozado. Esta vez me aseguré de lubricarla mejor. La dejé en esa posición y fui al baño por jabón líquido. Le rocié en el ojete y se la metí todita, Igual le dolió pues mientras me volvía loco penetrándola por el culo pude notar entre sus gemidos y gestos que estaba llorando y hacía unas muecas de dolor. No me importó y le di duro y parejo una media hora, me coloqué encima de ella de perrito, de costado, ella encima mío de espaldas, en fin, todas las poses posibles pero siempre por el culo. Hasta que acabé dentro de ese culo monumental. Cuando terminé me levanté y me eché en la cama. Ella quiso pararse pero sus piernas le temblaban, cayó a la cama y se puso de costado. Pude notar recién ahí que le había hecho sangrar el culo y habíamos ensuciado la sábana. La ayudé a pararse y fue al baño cojeando y llevando la sábana. Antes de entrar me dijo: Sí que me destrozaste el culo, no puedo ni sentarme… pero que rico! y entró al baño. Sentí que también me dolía la pinga y espere a que saliera pues la tenía llena de mierda y sangre. Aún así valió la pena. Luego de darme una ducha con ella, en la que solo le di por la concha (tenía el ano hinchado y me suplicó que deje descansar su culo), salimos del baño y nos echamos en la cama. Mientras nos acariciábamos me dijo que no podía creer lo que había hecho, pero que no se arrepentía porque fue el mejor sexo de su vida. Solo mi esposo me dio por atrás, me dijo, y lo hice esperar hasta después del matrimonio. Me contó que nunca sintió ese dolor y placer al mismo tiempo pues su ex marido la tenía la mitad de gruesa y bastante más pequeña. En sus relaciones posteriores no permitió que nadie le dé por el culo hasta ahora que perdió el control cuando la hice venir en el patio de una manera divina. Nuevamente me dijo: como me rompiste el culo, eres malo papi pero tienes una pinga que solo quiero que sea mía. Así será, le dije. Si me prometes que de acá en adelante solo yo seré tu macho y puedo venir y cogerte cuando me dé la gana. Solo tú mi amor, me dijo. Nos besamos una vez más y abrazados nos quedamos dormidos hasta que nuevamente nos despertó el celular. Era Richard, quien me dijo que iba a demorar porque esperaba a su jefe que no llegaba aún. Le dije que no se preocupe, que su mami me había preparado un pastel que por cierto estaba delicioso. Lo que no le dije es que a ese "pastel" le había metido harta pinga. Y ahora con tranquilidad, volví a acostarme al lado de mi amada Silvia con su aliento en mi pecho y sus manos en mis bolas. Era el inicio de nuestra historia secreta.

Luego de 3 días de no verla, pues el lunes tuve que quedarme hasta tarde en el trabajo y al día siguiente viajar al interior del país. Solo hablábamos por teléfono en las noches, siempre diciéndonos lo mucho que nos extrañábamos y como no, expresando nuestra calentura. El jueves que la llamé le dije: Quiero que vengas a verme porque estaré una semana más en Arequipa sin poder escaparme y quiero tenerte nuevamente, lamerte el potito como tanto te gusta y sobarte los pezones hasta sacar fuego. Yo también quiero verte mi vida, me dijo, quiero que me hagas tuya de esa forma animal que me vuelve loca, quiero tomarme tu lechita cremosa y sentir que me dejas sin aire. Voy a averiguar los pasajes y viajaré lo más pronto que pueda si?, me dijo. Te espero con ansias mi amor, le dije al despedirme. Al día siguiente me envió un mensaje a las 3 de la tarde diciendo que había conseguido pasaje pero para el Domingo, que me extrañaba mucho y esas cosas. Ni hablar pensé, a esperar hasta el Domingo, y sentí una frustración intensa. Salí del trabajo casi a las 6 y al llegar al hotel me di con la muy grata sorpresa de encontrarla en recepción. Estaba con una sonrisa de oreja a oreja usando un vestido negro bastante corto, unos zapatos con taco y una blusa jaspeada con un escote que hacía que el recepcionista se le vayan los ojos. Vino hacia mí y me dio un apasionado beso, sin importarle que nos miraban. Subimos a la habitación por la escalera pues el ascensor estaba en mantenimiento, ella giró para cerciorarse que nadie venía detrás, subió un escalón más y empezó a caminar delante de mí, al mismo tiempo que se levantaba el vestido, dejando verle el culazo pues usaba un hilo dental. Esto me excitó muchísimo pero me contuve y solo caminé detrás de ella admirando esa obra de arte. Llegamos al tercer piso y se bajó nuevamente el vestido pues escuchamos que alguien venía. Entramos al fin a la habitación y de inmediato la levanté hasta mi cintura. Con sus piernas se abrazó a mí, mientras nos besábamos apasionadamente. Le saque las tetas por encima del escote y empecé a mamarlas con furia, a lamerlas, a morderlas causando en ella alaridos de placer. Una vez que tenía los pezones casi morados y las tetas con las marcas de mis mordidas la bajé, la llevé a la cama y la puse en 4 patitas. Le saqué el hilo dental con los dientes y lentamente fui besando y mordiendo sus nalgas. Me di cuenta que aún tenía el ojete morado que le había dejado el domingo. Le pregunté: ¿ya estás mejor mi amor?. El día que te fuiste no podía ni sentarme, tuve que ir a la farmacia y me dieron una crema para la hemorroides. Espera que me sane bebé sino me va volver a sangrar, me dijo. Por ahora, le dije, pero no de mi lengua y me reí. Ella sonrió y me dijo: eres un pervertido, pero me gusta que seas así, un malcriado que me coge como los dioses. Luego se volteó hacia mí y me dijo: me tienes loca amor, siento que ya no puedo estar sin ti, en verdad estoy haciendo cada cosa. He tenido que decirle a Richard que una amiga del colegio me invitó a Arequipa a pasar el fin de semana, y se me enfrió el cuerpo cuando me dijo que de repente me daba alcance porque quería relajarse el fin de semana. Felizmente lo llamó un amigo y lo invitó a un club y se animó a última hora, sino hubiera venido con él y no hubiera podido besarte esos labios, me dijo mientras me besaba. Este cuerpo, e iba recorriendo con sus labios y lengua mi cuello y mi pecho, y esta pinga riquísima, y al instante empezó a mamarla con ternura al inicio y luego con pasión y desesperación. Jugaba con ella, la ponía en su cara, parecía que era un peluche para ella. Se la puse entre las tetas y empezó a masturbarme. Yo la dejaba rendido ante ese placer infinito. Esa mujer era el sueño de todo hombre, y era mía. Le dije que se siente en mi cara. Así lo hizo, mientras al mismo tiempo me chupaba la verga. Me paré sosteniéndola en el aire en posición invertida. Un 69 aéreo si se quiere decir. Mi boca se hundía en esa vagina deliciosa y su culo se tragaba mi cara por momentos. Me senté de nuevo y ella se sentó en mi pene, empezó a cabalgar con extrema agonía, con gemidos, con gritos. ¡Así mi amor!, ¡así!, métemela toda! y no paraba de gemir. Estuvimos por casi una hora hasta que me vine dentro de ella. Ella ya lo había hecho varias veces. Estábamos empapados en sudor y envueltos al mismo tiempo en ternura y amor. Me había flechado también. Era la mujer perfecta. Al fin caímos uno al lado del otro en la cama y abrazados nos dormimos.

En la noche, al despertar, decidimos ir a bailar, no sin antes darnos otro "polvazo" en la ducha. Bajamos a recepción y ella se percató que había olvidado el celular. Mientras fue al cuarto a recogerlo el recepcionista, Pedrito, que ya me conocía de hace años me dijo: jefe, está que la mata usted. El tío del cuarto de al lado me dijo que toda la tarde escuchó los gritos y que lo puso "al palo". Que buen lomo se está comiendo jefe. ¿Es su amiga?, preguntó con indiscreción. No le contesté y solo sonreí pues vi que ella regresaba. La abracé y mientras salíamos le di una buena nalgada, mientras volteaba a ver a Pedrito que solo se reía y me levantaba el pulgar. Salimos y fue otro sueño cumplido. Llevar de la cintura a ese mujerón. A cada paso que dábamos levantaba miradas, algunas asolapadas y otras totalmente pervertidas. Pero yo, solo yo, era dueño de esa monumental mujer. Comimos algo rápido por ahí y llegamos a la disco. Bailamos toda la noche y en ocasiones nos besábamos apasionadamente, luego nos sentamos en una esquina alejada de la muchedumbre para descansar y fue propicio para sobarle el culo y ella agarrarme la pinga. Salimos de la disco súper cachondos y nos fuimos de regreso al hotel. Eran casi las 3 de la mañana. No me importó que alguien pudiera llegar y fui "clavándola" escalón por escalón mientras subíamos, tapándole la boca y ahogando los terribles gritos que hubiera escuchado todo el mundo a esas horas, hasta que sentí que se corrió todita. Entramos al cuarto y nos desnudamos por completo. Ella fue al baño y yo prendí la TV. Estaba dando una película de terror que me capturó unos minutos. Luego regresó y se echó a mi lado a mirar la película cuando recordó que no había revisado el celular. Estaba en su cartera al lado de la cama por lo que se puso en posición perrito para recogerla. En esa misma posición se puso a revisar sus mensajes y redes sociales. Fue una invitación que no podía dejar pasar. Me levanté y empecé a chuparle la vagina y el ojete. Ella sonrió de placer y me dijo: ¿otra vez?. Yo estaba concentrado así que no contesté y seguí metiéndole lengua. Me puse luego tras de ella y empecé a sobarle el culo con mi pinga. Era un juego de seducción, sentía su cuerpo vibrar, sabía que con ello la excitaba más. Ella acercaba su coño para que la penetre y yo alejaba mi pene. La hacía padecer. Me provocó de pronto penetrarla por el culo y coloqué mi verga en su ano. Ella me dijo: papi, me va doler, por favor. Por un instante pensé en metérselo hasta el fondo sin hacerle caso pero pensé que eso podía arruinar su estado al día siguiente. Así que solo apunté a su vagina y empecé a metérselo al ritmo vertiginoso que le gustaba. Cambiamos de posición y me acosté sobre ella mientras le abría y levantaba las piernas. Por un momento me quedé observando tremenda vagina, enorme e insaciable. Luego le introduje mi verga y con el pulgar le sobaba su clítoris. Se mordía los labios para no gritar y se vino casi de inmediato. Tenía la vagina hecha una sopa, hinchada de tanta verga pero aún faltaba venirme. Así que nuevamente la puse de espaldas y echado sobre ella la penetré y penetré hasta que me vine dentro de ella. Estábamos que no podíamos más. Cansados y felices nos acostamos, y quedamos profundamente dormidos.

Los días siguientes fueron igual de intensos. Le metía verga a toda hora y solo salimos para almorzar y cenar. Paseábamos e la mano por la ciudad y nos tomamos fotos en varios lugares, y por supuesto que muchísimas en la cama. Fue un fin de semana inolvidable. Finalmente llegó el momento en que ella tuvo que retornar a Lima. Antes de salir del hotel nos bañamos y pude por fin penetrarla por el culo, no sin antes meterle casi medio jabón. Llegamos al aeropuerto y nos despedimos como unos adolescentes enamorados, locos de amor. No podía imaginar lo que iba a pasar las semanas siguientes. Pero esa ya es otra historia. Hasta pronto…




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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:03) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:39) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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