BESITO NEGRO

Mi hermana preciosa de estatura media (1.65 Mt) lucía súper en jeans, mallas, y en minifalda o minivestido que eran de su preferencia, pues así tenía la oportunidad de enseñar un poco de todo lo que tenía, ya que mostraba sus lindas piernas y las orlas o el resorte de sus ceñidas braguitas,
calzoncitos (unitalla) muy chiquitos que rápidamente los tronaba con su culazo (94 Cm) mozo de
20 años de edad.
Por ese entonces ya conocía cada parte de su cuerpo, como se conoce todos los cuartos de tu
propia casa, y repito que ella era una verdadera obra de arte arquitectónica, y me recreaba con
admirar sus más secretos e íntimos rincones: "sus tetitas eran medianas (32 B) como dulces botitas de vino moderado, de aureolas discretas y pezones de fino cacao, su espalda era tersa y sutil y era tal a una resbaladilla... cual descendía a los redondeados montes color arena de sus bellísimas y extasiantes nalgas, sus piernas eran torneadas (73 Cm de la entrepierna al talón) y ni qué decir de sus exquisitos muslos, además el bosquecillo de su vello pubiano era poblado y acogedor, con un
par de labios sexuales delgados, y el río de su rajita no parecía peligroso ni profundo, sino parecía
manso y de agua dulce y medicinal".
Por ciertos principios "morales" religiosos y sociales no me atrevía a más con ella, siendo así me conformaba con mirarla (como voyeur o cuando ella ante mí se descaraba). Pero llegó el momento que ya no soportaba tanto deseo, por saborear algo de aquel manjar tan chulo de mi hermanita, y
en lo que esperaba la oportunidad para amarla a mi manera, llegó una oportunidad que por nada del mundo quise desaprovecharla: "Del estado de Puebla nos llegó una invitación de una prima la misma que cumpliría 15 años"... y sin pérdida de tiempo invité a mi hermana, la cual sin objetar algo aceptó ir conmigo, ella y yo solos, ya que no le dijo nada a su novio que por esos días andaba muy ocupado, juntando dinero para darle regalitos a mi hermanita y le aflojara el pedorrro puesto
era lo que también más quería.
En su pequeña maleta, mi hermana llevó la ropa que más me gustaba cómo le quedaba, y hasta me preguntó cómo debería llevarla a la celebración: "¿el vestido largo me lo voy a poner con
pantimedia o con bikini o sin calzón?" Sonriéndose coquetamente. Póntelo con bikini (calzoncito) con costura, porque como que te resaltan más las nalgas y se te te ve de lujo el trasero, a lo que con la pantimedia como que te encubre tu anatomía, y sin calzón, de plano luego se te mete en el fundillo... ¿Cómo eres? Exclamó. Pues es la verdad, concluí determinante.
En el pequeño salón, no es por nada, pero mi hermana y la quinceañera (la prima) eran las más buenotas y por cierto parecen hermanas; y obviamente durante el baile fueron las más solicitadas para bailar y cantarles al oído sobre el ojete.
Por mi parte no me gusta bailar, y me entretuve viéndole las nalgas a mi hermana a cada vuelta que daba, si no, mirándola a sus ojos oscuros insinuantemente, enamorado hasta sentir "mariposas
en el estómago": "El sensual vestido largo hasta los tobillos (de cotton color óxido) al vaivén y el ritmo de sus pasos, se abrazaba a cada una de sus partes... luego, la mar de tela resbalaba por su descomunal cuerpo como miel de maguey, ya que todas miradas se pegaban como moscas... en las cúpulas bronceadas de sus senos y su cadera de ánfora latina"... ¡Y sorprendentemente, en una vuelta que se dio y a sabiendas que yo no me perdía detalle, sin importarle los ojos de cualquier indiscreto, deslizó su mano derecha por el contorno de su fogoso glúteo, y estirando el resorte de su calzoncito con su dedo índice se rascó los pliegues y el esfinter! Yo me quedé anonadado y al reaccionar se me paró la verga (13 Cm) de inmediato, y ya no pude borrar aquella imagen mega erótica de mi perversa mente.
Como a las 2 ó 3 de la madrugada nos fuimos a descansar junto con la quinceañera, y como
su casa estaba a reventar de invitados hospedados, a mi hermana y a mí nos tocó compartir el cuarto de los tíos; en la cama matrimonial le hicieron un campo en la orilla (junto a la tía) a mi
hermana, y yo dormiría a un lado de la cama en una colchoneta juntro a un primo. Como a la hora y media de habernos acostado todos, por los ronquidos y respiración profunda pensé que ya todos estarían dormidos incluyendo a mi hermana; por lo que sigilosamente me incorporé y a la luz de un foco de la calle destapé poco a poco a mi hermana... dormía "a media cucharita" con el vestido arremangado a la mitad de sus muslos, le recogí más el vestido hasta que vi sus posaderas comiéndose con una nalga el calzoncito de nylon color amarrillo claro, y en mi lujuria le restiré el bikini hasta donde pude y abriéndole las nalgas por primera vez saborre sus pliegues y su ano un poquito húmedo pero dulzón y delicioso; y aunque seguramente sintió mi lengua en su hediondo y arómatico culito no se movió... y yo disfruté de aquel besito negro como ningún otro. Hasta que me pareció que el tío o la tía se despertó, y yo volví a mi lugar vertiginosamente.