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Calor en el Desierto

Relato enviado por : frankie2007 el 11/10/2009. Lecturas: 2206

etiquetas relato Calor en el Desierto   Fantasías   compañeros de trabajo   corridas dentro .
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Resumen
Dos arqueólogos descubren su pasión en un viejo templo


Relato
CALOR EN EL DESIERTO

Era medio día ya en ese desierto de Egipto y el calor arreciaba. Cat Lewis, estudiaba unas antiguas ruinas de un templo milenario, formando parte de un equipo de investigación. Se había integrado hacía pocos días, de tal manera que no conocía a todos los que formaban parte de su equipo, cosa que no consideraba un obstáculo. Se podría decir que era una joven espontánea y con carisma. Había aceptado asistir a las excavaciones, entusiasmada con la idea de plasmar in situ todo lo aprendido en sus años de estudio. Así pues, era su primer trabajo formal. Llevaba ya un buen tiempo concentrada en desempolvar unos frescos, sofocada por el calor, cuando de pronto el ruido de unas piedrecillas rodando llamó su atención. Sus ojos chocaron unos metros más allá con un joven en similar trabajo. Ambos se miraron entonces. Él empolvado por el repentino derrumbe, ella con cierta intriga. “En fin! creo que sobreviviré...” le dijo a ella sonriendo, a la vez que sacudía el polvo de su cuerpo. Cat respondió con otra sonrisa al joven. “¿Está todo bien”- inquirió - “Todo en orden”- aseguró él- “A propósito, soy Mike, Mike Travis”. “Hola, soy Cat”. Ambos recorrieron el cuerpo del otro con miradas disimuladas, en un rápido reconocimiento. No se podía negar que ambos estaban dotados de una belleza inquietante y atrayente.
Después de las presentaciones cada uno regresó a su trabajo, pero no podían evitar lanzarse miradas furtivas de vez en cuando. Cat se había quedado impresionada con Mike. Lo primero que llamó su atención fue su cuerpo. Era obvio que le gustaba ejercitarse, sus brazos con músculos bien definidos, quedaban un poco ajustados por las mangas de la camisa que llevaba puesta. Cat observó de reojo al recién conocido. Esa camisa marcaba un tronco bien definido y el short de explorador resaltaba sus bien ejercitadas piernas. Mike también echaba miradas de vez en cuando a Cat, en especial a sus bien torneadas y bronceadas piernas y a un busto que quedaba un poco escondido, bajo la blusa que llevaba puesta.
Dominada por la curiosidad y el deseo de estar cerca al joven, Cat avanzó hacia dónde Mike estaba trabajando. Le pareció que comparar notas de trabajo, era una buena escusa para empezar a conocer a los que conformaban su equipo, pero en especial a este. Cuando llegó junto a él le tocó el hombro con el índice, haciéndolo voltear rápidamente. Entonces la vio parada junto a él, despreocupada y segura de sí misma. Teniéndola a escasos centímetros no pudo evitar mirar de reojo los senos de Cat, que sujetos por la blusa parecían querer salir de su encierro. Cat se acercó un poco más a Mike y sus cuerpos se rozaron. Un chispazo recorrió la espina de Mike cuando uno de los senos de Cat rozó contra su brazo. Esa sensación, despertó en él un fuego que hasta entonces tenía apagado, pero parecía que Cat no se había dado cuenta de lo que había ocurrido y seguía acercándose más y más, hasta sentir uno el calor del otro. Mike sintió su aroma, que a pesar de las gotas de sudor, podía percibirse dulce y animal. Esto, enervó aún más a Mike, haciéndolo agitar su respiración. Cat, lo comprendió entonces: “Debo estar oliendo horrible” le dijo sin quitarle los ojos, a lo que Mike rápidamente respondió: “Entonces ya somos dos”. Al hacer un movimiento para coger una brocha, el dorso de la mano de Mike rozó el seno derecho de Cat sintiendo apenas la dureza del pezón. Cat sintió como el calor subía hasta sus mejillas, desde su centro mismo, pero no dijo nada, sorprendida por esa sensación agradable. Él también notó cómo la respiración de Cat se aceleró: “Hace calor”- jadeó ella y se abrió un botón de la blusa, dejando ver un poco más de la redondez de sus senos. El roce de la mano de Mike contra su seno la había hecho sentir una especie de descarga eléctrica y sin pensarlo se acercó a él, preguntando por el significado de un jeroglífico, buscando el mismo roce con sus piernas. Mike también sentía los efectos de estar junto a una mujer tan atrayente como Cat, cada vez que ella se acercaba y rozaba con él, se le hacía más difícil disimular su excitación debajo de la ropa. Y fue Cat la que hizo un movimiento inesperado hasta para ella misma. Caminó tan cerca a él que con su mano llegó a rozar el short de Mike y lo que sintió debajo la dejó gratamente sorprendida. Al igual que todo su cuerpo, Mike estaba bien dotado por la naturaleza. Sin dudas tenerlo por compañero de trabajo había sido un regalo del cielo. El calor se volvió insoportable, y pequeñas gotas de sudor cubrían los cuerpos de los dos arqueólogos. El sudor que resbalaba del cuello de Cat y que se perdía en el nacimiento de sus pechos podía hacer perder la razón a cualquiera. Mike tragó saliva y respiró profundo, a esas alturas le hacía falta para seguir controlando sus impulsos.
Era casi hora de almorzar y el equipo de personas que había acompañado a Cat, esperaba en las afueras del templo, ocupados haciendo otras excavaciones en la zona y algunos preparando algunas viandas para comer, cuando de pronto escucharon un ruido ensordecedor y aterrorizados, vieron cómo un alud de rocas cubría la entrada del templo en un instante. Dentro, la situación fue peor: Cat y Mike sintieron un remezón enorme y las rocas empezaron a caer del techo y de las paredes. Estaban encerrados. Mike confiaba en que los equipos de ambos irían a conseguir ayuda, dado el tiempo que pasaron dentro, él calculó que tendrían oxígeno suficiente para doce horas, cuando escuchó un sollozo. Cat estaba entrando en desesperación, sudaba más de lo normal, se movía de un lado para otro y respiraba agitadamente. Era muy excitante ver cómo su busto subía y bajaba al ritmo de su respiración. El calor había hecho que la blusa se le pegara al cuerpo en algunas zonas y no hacía más que resaltar el tonificado cuerpo que detrás de la ropa se ocultaba. Ella estaba llegando al punto de la desesperación. Mike la agarró de los hombros y sacudiéndola un poco le dijo: “Cálmate, ya vas a ver cómo en poco tiempo nos sacan de aquí”. Esto hizo que ella subiera las manos a la altura del pecho y pudo palpar los músculos bien formados y firmes. El contacto de sus cuerpos, no hizo mas que despertar en ellos el deseo. Él la miró fijamente y resbaló su índice desde el nacimiento del hombro hasta el codo. Ella sintió un latigazo en el cuerpo, y él percibió en sus ojos color celeste cielo, su creciente excitación. Se sintió seguro para seguir y continuó con la caricia, pero esta vez debajo de la blusa, a la altura del ombligo de Cat. Ella entreabrió los labios dejando escapar un pequeño suspiro. La angustia inicial por el encierro, se iba perdiendo dando entrada a sus instintos más primitivos. No opuso resistencia cuando Mike llevado por el deseo, desabrochó otro botón de su blusa, y la besó justo donde sus senos se unían.
Ella sintió un beso cálido, un beso que la reconfortaba, y algo comenzó a pasar en Cat, una sensación extraña pero placentera a la vez y pedía que esa sensación no se detuviera. No opuso resistencia cuando Mike llevado por el deseo, desabrochó otro botón de su blusa, Cat para ese momento lo único que deseaba era tocar, sentir el cuerpo de ese muchacho tan apuesto Mike se quedó un momento observándola, ojos celestes, senos medianos, y… “Dios que bien que le quedaba el short” pensó él. Y pareció como si el tiempo se hubiera detenido en ese momento, ambos mirándose, ella instintivamente se mordió el labio inferior pensando en lo que había de venir, el deseo se podía oler en ese viejo templo. Ambos de pie, a escasos centímetros uno del otro, sentían un calor enorme, pero ya no era tanto producto del clima, sino producto del deseo y excitación. Mike se acercó a ella y hizo caminar otro par de dedos desde la rodilla hasta el short, ella acarició ese pecho que tanto la atraía y la hacía sentirse rara, Mike por el calor, hacía un buen rato se había quitado la camisa dejando su torso desnudo, ella no podía dejar de ver ese torso fornido, con musculatura maciza, no tanto de físicoculturista pero si bien desarrollados. Ella recorrió el pecho de él con dedos traviesos, sintiendo cada recoveco de su torso y apenas rozando sus tetillas, que parecían haber reaccionado al calor del momento, la respiración de los jóvenes cada vez era más agitada, Mike deslizó sus dedos por debajo de la blusa, acción que ella, agradeció con un suspiro ahogado y mirándolo con una cara que solo demostraba que las caricias de él daban resultado en avivar el fuego que ardía en su interior.
Dominada por la pasión, se acercó a él y lo besó muy ardorosamente, buscando con su lengua la de él y con sus manos conquistarlo definitivamente. Y Mike respondió de igual modo, recorriendo ese cuerpo que lo había embrujado, recorriendo con cuidado la geografía de sus nalgas y escuchando pequeños gemidos cada vez que sus dedos rozaban esas dos cimas. Cat se alejó unos centímetros de ese cuerpo que deseaba y llevó sus manos a la blusa, desabotonándola lentamente, botón a botón y mirándolo a él con una cara de deseo que ya no podía disimular dejó ver un pequeño top blanco que usaba a modo de brassiere, por efecto del sudor, el top se había transparentado dejando ver unos pezones pequeños pero muy deseables. Mike se acercó lentamente, e inició el mismo jugueteo anterior, pero esta vez desde abajo del ombligo, se detuvo en esa zona momento para rodearlo y tocarlo, caricias que despertaban latigazos de sensaciones en Cat, que casi nunca había sentido, viendo que sus caricias no eran rechazadas, siguió recorriendo el camino desde el ombligo hasta el borde inferior del top, cuando sus dedos chocaron con la tela, los deslizó por debajo para con los dedos, rozar el pezón derecho, que se sentía duro al tacto, todo el cuerpo de Cat era sacudido por pequeñas descargas al sentir las caricias, mientras que sus manos, arañaban desesperadas la espalda de su compañero. Mike se sintió animado por todas esas sensaciones y muy lentamente introdujo sus dedos en el short de ella, y desabotonando el único botón para facilitar la tarea, encontró el elástico de una tanguita de color blanco y se entretuvo jugando con el elástico. Mientras tanto, Cat ya no podía aguantar más, se le habían desatado los infiernos, sus mejillas estaban coloradas, la boca entreabierta sólo podía emitir suspiros y quejidos, él, en su exploración por el short y la tanga de Cat había encontrado un mullido colchoncito de vello claro, no muy largo pero si suave. Cada roce de sus dedos en esa zona, eran chispazos de electricidad en el cuerpo de Cat y entre suspiros se podía escuchar las palabras: “No Pares, más”.
Los ojos de Mike, y sus caricias, subieron de nuevo a los senos de su linda compañera, vio y sintió los pechos hinchados y los pezones duros como rocas y luchando por escapar de una vez del encierro, él no pudo resistir la tentación de rozar su lengua contra el top, con lo que logró arrancar un gemido a Cat, ella presa del deseo y en un rápido movimiento tiró del top y lo dejó caer al suelo. Los senos de ella por fin estaban libres y a disposición de Mike, para que él hiciese lo que quisiera con ellos. Y así fue, él lleno de deseo, pegó su boca y comenzó a dar lengüetazos siguiendo su contorno y dándole especial atención a los pezones que estaban hinchados y de un color rosa intenso.
Mike, no se pudo reprimir más y pasó su lengua húmeda por los pezones, los cuales respondieron en el acto, volviéndose más duros aún y a la vez arrancando un profundo gemido que retumbó en las paredes del templo. Cat volvió a rozar el short de Mike, sintiendo la herramienta que ahí se guardaba crecer bajo su mano, y presa de la excitación y del deseo, procedió a abrir el short, para liberar aquel objeto que había despertado y avivado el fuego que yacía en su interior. Cuando al fin lo consiguió, lanzó una especie de ronroneo y se mordió el labio inferior. Se apoderó de ese objeto que aparecía frente a ella en su máxima expresión, lo frotó suavemente por toda su extensión mientras dejaba su mente volar con innumerables fantasías, dejó que la punta de su lengua marcara el camino que debía seguir, miró a Mike, con cara de deseo, y lo engulló.
Mike, gimió al sentir que su miembro era devorado por ese agujero húmedo y cálido, como su virilidad desaparecía dentro de esa boca que tanto placer le estaba proporcionando. Los lenguetazos que recibía, pronto comenzaron a surtir efecto, Cat sentía que el objeto de sus atenciones, comenzaba a ganar grosor gracias a esos labios que dejaban escapar solo lo necesario a su presa, para volverlo a engullir. La saliva y la lengua hicieron su trabajo, Cat comenzó a sentir en su boca el palpitar que anuncia lo inevitable, escuchó un gemido, y un líquido de sabor dulzón que ella conocía bien inundó su boca y se escapaba por la comisura de sus labios dejando hilos color perla.
Mike cuya calentura no había disminuido, bajó el short de Cat de un tirón, desgarrando en el proceso la diminuta prenda interior que ella traía puesta, fue entonces cuando descubrió el paraíso... debajo de la pequeña mata de vello claro se apreciaba claramente un tajo en la piel, el cual a simple vista se veía brillante y surcado por hilos transparentes que delataban la excitación de la que era presa la dueña de ese tesoro. Cat, lentamente se echó en el suelo y Mike se acercó a ella y rozó su lengua humeda, en esas piernas turgentes, siguió recorriendo con su lengua los muslos, intentando no dejar rincón sin explorar.... al llegar a la parte superior de los muslos, Mike, los abrió, dejando a la vista el objeto de su deseo, una flor roja, que derramaba su néctar sin cesar. Unos dedos fueron los primeros en explorar esa cueva húmeda y que quemaba como el fuego. Como respuesta a sus caricias un gemido se dejó oir, buscó con sus dedos el pequeño botón del placer, encontrándolo pronto y prodigándole caricias que hacían que Cat se retorciese de las sensaciones que se apoderaban de su cuerpo. Sin descuidar el centro mismo del placer, Mike hundió su cabeza entre los muslos, y dejó que su lengua entrara en el paraíso, explorando con ella los límites de ese lugar húmedo y caliente como una braza. Y ella respondió a los estímulos, sintió unas cosquillas a la altura de su ombligo, que se multiplicaban hasta ser oleadas de placer que tenían una dirección de escape. Y entonces, pasó, su espalda se arqueó, sus piernas se tensaron atrapando la cabeza de Mike, dejó escapar un grito de placer y su cuerpo se retorció sacudido por incontables contracciones, que ayudarón a que su néctar fluyera sin trabas hacia la boca de Mike y que éste bebió con vehemencia y ardor.
Cat, llevó su mano al vientre de Mike y siguió la senda hasta el miembro, que para su sorpresa, estaba otra vez rígido y caliente como un hierro al rojo vivo, abrió la boca y lo volvió a apresar entre sus labios y su lengua. En un movimiento felino, soltó a su presa, sujetó con su mano la herramienta apuntando al techo y lentamente fue bajando su cuerpo, hasta sentir la punta de ese hierro rozar la entrada de su cueva húmeda y ansiosa. Y se dejó empalar por ese miembro que tanto había deseado, dejando salir de su boca un gemido de placer y satisfacción al sentir que la llenaba completamente, "Es tan grande", pensaba mientras que después de unos segundos de disfrutar la sensación de tenerlo dentro, empezó un lento y suave sube y baja por toda esa pieza de deliciosa carne que la hacía sentirse en el cielo. Mike estaba sintiendo el mayor de los placeres, jamás había sentido tal sensación de estrechez, que lo envolvía y lo apretaba de tal forma que sólo ella hacía todo el trabajo, porque él casi no podía moverse, ella se agachó sobre él sin romper el vínculo que los unía, ofreciéndole sus senos, que ahora más que nunca estaban cubiertos de pequeñas gotas de sudor. Él succionó los pechos con avidez inusitada, haciendo gemir a su compañera una y otra y otra vez. Cat aumentó la velocidad de sus movimientos, al sentir que su orgasmo se aproximaba desde lo más profundo de su ser, sus piernas empezaron a temblar, su respiración se aceleró, de su boca salían suspiros ahogados, echó la cabeza hacia atrás y dejó salir un gemido largo y profundo cuando alcanzó el orgasmo se dejó caer sobre el pecho de Mike y una sola palabra salió de sus labios: "Más...."
Mike no necesitó otra indicación, se levantó se puso atrás de Cat, posición que le daba una buena vista de sus nalgas y de su centro de placer, la apoyó en sus manos y rodillas y dirigió su herramienta aún mojada por los jugos de Cat hacia la cueva rosada y palpitante y de una sola embestida la hizo llegar hasta el fondo de las entrañas de su amante, ella dio un grito por la sorpresa de semejante acometida, él se quedó quieto un momento, disfrutando el momento, oyendo los jadeos de Cat y después de un rato completamente inmóvil, empezó el movimiento mete y saca, mezclándolo con un movimiento circular de sus caderas, que sumado a la funda apretada donde su herramienta se encontraba hacían sentir a Cat en las nubes, él sintió que los músculos de ella apretaban más y más, haciendo la batalla más placentera, la boca de Cat, seguía diciendo cosas en voz baja, lo único que se escuchaba nítidamente eran gemidos, de uno y de otro, hasta que por segunda vez, el miembro de Mike quedó atrapado en esa cueva de los placeres, Cat sintió otra vez la sensación en forma de olas que nacían detrás de su ombligo, pero esta vez la sintió mucho más fuerte, las piernas se le tensaron tanto, que le comenzaron a doler, el botoncito escondido alcanzó su máxima dureza y sensibilidad, su cuerpo se tensó mucho, Mike tampoco podría aguantar mucho más, y , cómo si hubiese sido una señal acordada de antemano, él dio tres furiosas embestidas, que hicieron que Cat, se retorciera de placer cuando alcanzó el orgasmo, un orgasmo que la
hizo temblar de pies a cabeza, y en medio de las contracciones de su vientre, apretó muy dentro de ella el miembro de Mike haciendo que éste llegara también al límite de su resistencia, soltando un poderoso chorro de blanco líquido que hizo sentirse a Cat la mujer más afortunada de este planeta.
Se quedaron abrazados, con la ropa tirada por el suelo, querían que este momento no terminara, querían quedarse así para siempre, pero el ruido de máquinas que venía desde afuera los trajo de vuelta a la realidad. Se vistieron con calma, como queriendo conservar ese momento congelado en el tiempo. ”Total - pensó Cat - estos grupos todavía se van a quedar un mes más y Mike también" y Cat sabía que esta no iba a ser la última vez, porque hace un par de semanas había descubierto un oasis no muy lejos de ahí..

Continuará....

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:32) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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