Categorias

Relatos Eróticos

Ultimas fotos

Photo
Enviada por narrador

Photo
Enviada por ELCASUAL

Photo
Enviada por rodolfosalinas


 

Claudia, mi amiga

Relato enviado por : manuelmonroe el 25/06/2009. Lecturas: 7167

etiquetas relato Claudia, mi amiga .
Descargar en pdf Descarga el relato en pdf
Resumen
Bueno…para que se produzca una situación como ésta, es necesaria, la participación de una buena amiga, ella se llama Claudia y somos entrañables desde la infancia, ambas estudiamos la carrera universitaria en un instituto exclusivo para señoritas, al mismo tiempo ambas empezamos a despertar el interés por los chicos, así que...


Relato
Bueno…para que se produzca una situación como ésta, es necesaria, la participación de una buena amiga, ella se llama Claudia y somos entrañables desde la infancia, ambas estudiamos la carrera universitaria en un instituto exclusivo para señoritas, al mismo tiempo ambas empezamos a despertar el interés por los chicos, así que, a la edad de dieciséis años inocentemente platicábamos de lo emocionante que seria estar con un chico y por la inexperiencia practicábamos entre nosotras, besos, caricias, para poder hacerlo bien cuando se presentara la oportunidad.
Obviamente estos juegos inocentes, en apariencia, nos dejaron descubrir los primeros placeres sensuales, pues la sesión de besos entre nosotras nos ponía muy inquietas hasta que en ocasiones nos ruborizáramos por la excitación, al fin de cuenta éramos buenas amigas y no pasaría mas que eso. Pero cambió un poco cuando, Claudia, que era mas perspicaz que yo me enseñó una revista porno que le descubrió a su hermano mayor, y fue ahí que al ver esas imágenes, ambas tuvimos sin querer, nuestro primer acercamiento sexual, pues el “calor” que descubrimos al ver las explicitas fotografías. Comenzamos a explorar nuestro cuerpo, tocándonos y experimentando sensaciones desconocidas hasta entonces. Así que, ella fue parte importante de mi despertar al sexo, y sería parte importante de mi despertar a otra clase de placeres.
Claudia es una mujer extrovertida, exactamente lo contrario a mi, ya que me considero mas introvertida. Apenas sobre pasa el metro sesenta de estatura, pero es muy atractiva. Tiene un cuerpo hecho para la tentación y para la provocación. Siempre le he envidiado su firme trasero en forma de corazón. Aunque ambas bromeamos pues ella dice que tiene poco busto y que le gustaría tenerlo tan paradito como el mío, aun así ella es muy linda pues es de tez morena acanelada. Esto resalta muy bien ante sus ojos verdes que le dan una apariencia algo inocente, aunque sea todo lo contrario. Ella está casada con Jaime, que es un hombre de muy buen ver, a pesar de sus treintaimuchos años. Médico de profesión y debo reconocer que es un hombre muy culto y de conversación muy agradable, sus pocas canas le dan un aspecto muy interesante. Es muy alto pues alcanza el metro noventa y al lado de Claudia se ven graciosos, sin embargo forman una pareja muy divertida y de mente muy abierta. Desde que Claudia me confesó que ella y Jaime estaban experimentando el intercambio de pareja me he sentido muy atraída por ellos. Verlos juntos me provoca curiosidad de cómo llevarían esas relaciones de intercambio, el hecho de imaginármelos a ambos desnudos me excitaba un poco.
Cierto día, Claudia me comentó un poco de sus aventuras, me dijo que habían intercambiado parejas en una casa de playa, y que se la habían pasado muy bien con una pareja muy fogosa. Aproveché y le comenté que el hacer eso era una fantasía recurrente en mí, pero que Alan, mi esposo, negó la posibilidad porque “eso no podía ser pues no iba con él”. Debido a ese comentario Claudia se animó a contarme que ese día que estaban en la playa, su marido Jaime le había confesado que le encantaría incluirme en sus juegos, pues le parecía una mujer muy sensual y atractiva. Ese comentario junto con las experiencias que mi amiga me había relatado, me excitaron al máximo. Al grado de decirle a Claudia que yo había notado que mi marido, disimuladamente la miraba, cada vez que podía, el culo. Ella rió de buena gana, pues me aseguró que sí lo había notado y que no le molestaba. Al contrario le halagaba, pues Alan es un hombre atractivo. Sin embargo debí reconocer que eso sería muy improbable pues Alan no cedería y mucho menos Jaime, ya que no se llevan bien. Claudia se despidió y me dijo:
- No dejes de ir el próximo fin de semana a mi casa pues celebrarían el cumpleaños de Jaime.
Le prometí que no faltaríamos y que nos veríamos ese día. Cuando Alan llegó a la casa le recordé lo del cumpleaños de Jaime y le fue imposible disimular el disgusto. Yo sé que a mi marido le cae mal el esposo de mi amiga, pues considera que es un tipo pedante y presumido, en realidad creo que en el fondo, es algo de envidia pues ellos están en una posición económica muy solvente. A mi me parece que Jaime es un tipo muy agradable. Alan tiene treintaipocos y Jaime cumpliría ese día cuarenta y uno, a pesar del disgusto de mi esposo tenía que ir, pues me había invitado mi amiga…mi mejor amiga.
Llegó el día y fuimos a la cita. Llegamos a la casa de Claudia y Jaime, había pocos invitados pues Jaime era muy selecto con sus amistades. En mi interior me preguntaba si allí estaban algunas de las parejas intercambiables que frecuentaban. Jaime salió a recibirnos muy animoso y Alan luchó por ocultar su desagrado, nos invitó a pasar y a tomar algo, después saludé a Claudia que se veía muy linda embutida en un vestido corto color azul. Para esa ocasión yo escogí un vestido largo color uva con un lindo escote en la espalda. La fiesta transcurría animada pero tranquila con mucha charla entre las personas que estaban en ella, en un momento me acerqué a Claudia para preguntarle, sin poder evitar mi curiosidad, si habían entre los invitados algunas parejas con las que ellos sostenían "encuentros", Claudia muy discretamente me señaló a un par de parejas, muy atractivas por cierto. Me dijo que ese ambiente era de mucha discreción y que evitara comentar algo. Me lo contaba solo porque confiaba en mí.
A mitad de reunión, hubo un detalle que me molestó muchísimo pues, Alan por no estar a gusto empezó a tomar más de la cuenta, para evadirse un poco. Eso sin duda no podía dejarlo pasar. Me dijo que yo sabía de sus sentimientos. La verdad, hasta algunas lágrimas por el mal rato me brotó. No era un comportamiento adecuado para con las amistades.
Ya muy entrada la noche, la gente se fue retirando y al final la última en despedirse fue una de las parejas que mi amiga me había comentado eran "swingers", y pude ver a través de una cortina como se despedían efusivamente de Claudia y Jaime, tanto que uno de ellos, descaradamente, le sobaba el trasero a mi amiga al darle un beso de despedida, esas demostraciones me confirmaron que realmente mi amiga decía la verdad.
Mi marido estaba demasiado tomado para manejar y por la “calentera” no quería conducir auto.
Claudia se me acercó y me dijo:
- No te preocupes no es tu culpa que Alan se hubiera puesto así. A propósito Jaime –agregó- me dijo que podían quedarse en la recámara de huéspedes.
Acepté y entre los tres llevamos a mi marido al cuarto que estaba subiendo las escaleras y ahí lo acomodamos en la cama. Estaba tan embrutecido por el alcohol que ni cuenta se daba de lo que pasaba.
- ¿Les apetece un licorcito? -nos preguntó Jaime que se veía animado.
Ambas dijimos que sí y enseguida bajó a preparar algunas bebidas. Mientras trataba de desvestir a Alan.
Claudia se había quedado y miraba como desvestía a mi marido a lo que comento:
- ¡Mira, estará borracho pero está “alerta” -me dijo divertida.
Pues efectivamente el pene de mi marido podía verse erecto a través de su ropa interior, ella, sin ninguna pena se dirigió a mí y me dijo:
- A ver, sácalo y chúpaselo, -los ojos le brillaban.
- ¿Cómo crees?.. Claro que no. -le contesté un poco apenada.
Ella me miró fijamente y entendí que realmente no bromeaba.
- ¡Andale!.. De todas manera no se dará cuenta, está muy ebrio -volvió a decirme.
Asegurándome que nadie lo sabría. Jaime estaba abajo y solo ella y yo lo sabríamos. Siendo así me dispuse a hacerlo solo por satisfacer el morbo de mi amiga. Liberé el miembro erecto de mi marido y me lo llevé a la boca ante la mirada de Claudia que me animaba. Lo chupaba de arriba hacia abajo lentamente dejándole ver a Claudia como lo hacia, y a pesar de que el pene de me esposo seguía erecto, no parecía dar signos de reaccionar, imagino que por lo borracho que se encontraba.
- ¡Anda chica…ahora déjame intentarlo!, ¿puedo? -me dijo Claudia ansiosa.
Me dejó tan sorprendida, que no le respondí ni que si…ni que no, lo que ella interpretó como una afirmación y prácticamente me hizo a un lado y tomó mi lugar.
Ella continuó y se apreciaba claramente que lo hacía con más experiencia, se notaba por la actitud de sus movimientos y la rapidez conque aparecía y desaparecía, el glande del tronco de mi marido, en su ávida boca. Me parecía algo perverso estar observando esa situación, pero a la vez excitante y por el rostro de Claudia, ella también lo disfrutaba.
- Ok,… espero que hayas comprendido cómo se hace, -me dijo como gran conocedora.
Las dos reímos por nuestra travesura y agregó:
- ¡Qué buen miembro tiene tu marido! –dijo relamiéndose la boca.
Lástima que haya estado dormido. Fue el comentario que hizo cuando dejamos el cuarto. Apagamos la luz y nos dirigirnos al lado de Jaime que nos esperaba abajo.
- ¿Qué tanto hacían? -nos preguntó- vieron algo anormal.
Bajamos las escaleras riéndonos. El ya tenía en sus manos las bebidas y con un poco de música, empezamos una conversación muy amena, ya que como había dicho antes, Jaime es un hombre muy culto y con mucho tema de conversación, además posee mucho carisma y personalidad. Sin todas aquellas personas, el ambiente resultaba embriagador. Bebimos un poco y el ambiente, poco a poco, aumentaba de tono pues cuando Claudia se paraba a servirse otro trago, sin disimular mucho Jaime le pasaba la mano sobre sus nalgas, a lo que ella respondía parando mas su trasero, después cuando pasaba junto a él le soltaba una ligera nalgada que la ponía a reír. Cuando él estaba en su sofá preferido seleccionando algo de música, Claudia se sentó junto a mí y me susurró al oído:
- ¿Sabes qué amiga?... Jaime me ha pedido que de regalo le baile sexy... ¿me ayudas?
Al escuchar eso de Claudia me fue imposible no voltear a ver a Jaime, que ya nos veía con un gesto divertido, yo le devolví la sonrisa, algo nerviosa, pues lo que mi amiga me pedía era algo serio.
Una música suave y cadenciosa se comenzó a escuchar y los ojos de Claudia se iluminaron. Se puso de pie no sin antes levantarme a mi también del sofá:
- Ven…ven…bailemos un poco. -me dijo Claudia al mismo tiempo que me jalaba al centro de la sala.
Quizás por no verme como una tonta frente a Jaime, me dispuse a seguirle la corriente a mi amiga, tratando de imitar sus movimientos. Esto nos provocó mucha risa, o tal vez eran las copas que traíamos encima y que nos puso a tontear como unas niñas. De vez en cuando volteaba a ver a Jaime, que nos miraba sonriente pero a la vez con una mirada penetrante nos recorría de arriba abajo.
En cierto momento sentí las manos de Claudia sujetarse a mi cadera, moviéndome al ritmo de la música, que se había vuelto mas suave y sensual, siguiendo su juego, le coloqué las manos sobre sus hombros acompañando su baile con movimientos de mi cuerpo. Ahora, estábamos tan unidas, que quedaban nuestros vientres rozándose al igual que nuestros pechos.
Claudia me puso de frente a su marido que no perdía detalle desde el sofá, y ella se colocó detrás de mí deslizando sus manos desde mi torso, bajando por mi cadera hasta mis muslos, y cuando sus manos regresaban me subían levemente el vestido permitiendo se viera un poco las piernas. Claudia me susurraba al oído:
- ¡Mira!... ¡Qué caliente lo estamos poniendo!
Efectivamente pude notarlo pues un gran bulto se formaba en su entrepierna, inquietándome aun más que las caricias de mi amiga. Claudia hizo un nuevo movimiento al voltearme frente a ella, y con mucha seguridad acercó mi boca a la suya, fundiendo nuestras lenguas, sin dejar de acariciarme al compás de la música. Ahora sus manos subían y masajeaban mis senos e instintivamente sujeté sus nalgas frotándolas suavemente. El espectáculo debió ser grandioso pues de reojo pude ver como Jaime se frotaba descaradamente la entrepierna, al vernos a Claudia y a mí con nuestros cuerpos y lenguas unidas. Claudia, siempre un paso adelante, se retiró un poco, solo para bajar los tirantes de su diminuto vestido y dejar al descubierto sus pequeños senos con los pezones muy endurecidos.
- ¡Fuera la ropa chica! -me dijo.
Aunque estaba quieta sin saber que hacer, ella continuaba sorprendiéndome pues bajando sus manos hasta mis piernas, levantó mi vestido, hasta que Jaime pudo ver el encaje de mi pequeño bikini. Después bajó el cierre de mi vestido, el cual cayó al piso, dejándome solo en bragas ya que tampoco traía sostén. Nuevamente Claudia se pegó a mi pero esta vez nuestros pecho tibios y desnudos chocaron. Al mismo tiempo que sentía la dureza de sus pezones, que se rozaban al movernos cadenciosamente. Nuestras lenguas seguían uniéndose y las manos de mi amiga buscaban la redondez de mis senos, no había reparado en Jaime, hasta que lo vi ya con su miembro totalmente fuera, sobándolo tiernamente, entonces Claudia me llevó frente a él y pude apreciar su enorme falo, muy grueso y con su glande circuncidado y gordo. Claudia con una mirada lujuriosa retiró mi bikini –estaba estrenándolo- dejando ver mi húmedo sexo depilado, el se enderezó un poco y su verga pareció crecer mas. Me atrajo hacia él tomándome por las nalgas y separando un poco mis piernas, comenzó a lengüetear mi vulva suavemente, mientras mi amiga ya había empezado a chupar mis senos y jugar con mis pezones. Entre los dos me tenían vuelta loca, pues la lengua de Jaime me penetraba hábilmente y la boca de Claudia era de maestra. Ya Jaime se había apoderado de mi coñito –es un bonito y pequeño triangulo- por completo pues su boca me succionaba y su lengua jugueteaba con mi clítoris, yo sujetaba los canos cabellos de Jaime y Claudia mordisqueaba mis nalgas y con su lengua subía entre mis nalgas rozándome el ano delicadamente. Los dos estaban afanados con mi trasero.
Ahora con una pierna montada en el descansa brazos del sofá. Jaime tenía una panorámica espléndida de mis partes secretas. Me estaba materialmente comiendo, mordía mi coño, cuando intenté, pero no pude ahogar, un largo gemido que me produjo un placer tan…tan intenso que sentía morirme. Nunca antes había sentido “eso”.
Me dejé caer a un lado junto a Jaime y pude ver como Claudia le comía su miembro, se veía impresionante como la pequeña boca de mi amiga engullía todo ese grueso pene que chupaba con entusiasmo. Mientras ella hacia su trabajo, él buscó mis labios y al mismo tiempo con sus dedos jugueteaba con mi mojada vagina, de reojo observaba a mi amiga dándole una profunda chupada a la cabeza del miembro de su marido y que solo soltaba para bajar hasta sus testículos…para luego subir nuevamente y…tragárselo todo.
Las copas y la excitación me estaban haciendo perder la cabeza y ya no me importarme en lo absoluto que Alan, mi esposo, durmiera su borrachera, a unos metros de nosotros. Jaime se puso de pie frente a mí, que me encontraba sentada, puso su duro y gordo falo justo enfrente de mi cara. En ese primer plano lucía su verga como algo inconmensurable. Sumisamente lo tomé por el tallo y empecé a saborear esa enorme cabeza, entendía ahora porque mi amiga se le dificultaba mamarlo. Comencé dándole lengüetazos y recorriéndolo de arriba abajo con mi caliente lengua, Claudia observaba arrebatada y sobrexcitada y con su mano se masturbaba viendo como me comía el miembro de su marido, me era difícil abarcarlo todo con mis labios, sin embargo sentía su palpitar. Su dureza llenaba mi boca por completo, y eso me hizo arremeterle como una loca chupándole de una manera tan violenta e intensa que ni a mi esposo le había hecho disfrutar algo así. Claudia se había apoderado de mi coño y lo chupaba y lengüeteaba rápidamente, llevándome muy cerca de un orgasmo.
- ¡Así amiga… cómele bien la verga a mi papi!. -me decía Claudia completamente excitada y fuera de sí.
Jaime me separó suavemente, pues estaba muy cerca de descargar, así que me puso de pie y él una vez sentado me atrajo hacia su falo, indicándome que lo montara. Suspiré profundo y me senté suavemente sobre esa enorme verga –ahora lucía mas grande al enfrentarlo con mi pequeño coño-. No tenía excusa. Estaba en el punto de no retorno. Tengo que demostrarle a mi amiga que estoy con ella. Mi coño estaba ensalivado y lubricado internamente, poco a poco fui bajando por aquel aceitado tronco de carne. Al entrarme toda por completo lancé un pequeño gemido -o debo decir quejido-, al sentir como me llenaba toda. No sé pero mi cálculo me decía que era el doble del de Alan. Jaime me tomó firmemente por mis nalgas al mismo tiempo que yo comenzaba un movimiento circular sobre aquella verga.
- ¡Así chiquito!... ¡cómete a mi amiga! -bufaba mi amiga completamente excitada al ver como montaba a su marido.
Mi respiración, agitada, subía y bajaba acompañando el bamboleo de mis pechos y el golpeteo de mis nalgas sobre la pelvis de Jaime, quien me estaba dando una soberbia cogida. Claudia no perdía el tiempo y buscaba las lenguas de Jaime y la mía al mismo tiempo, mientras una de sus manos no dejaba de manipular su clítoris y la otra de acariciar mis nalgas y mi virgen culito. Comencé a cabalgar furiosamente sobre Jaime, sentía profundo su miembro –nunca antes lo había sentido-, y al ver como su cara se distorsionaba por la inminente eyaculación, aceleré mis culeadas violentos. En este punto soy magnifica según Alan, así que empecé a jadear y a gemir fuertemente mientras movía mis caderas libremente e intensificaba rápidamente los movimientos. Mis pezones eran tomados por Claudia. Jaime…Jaime descargaba su caliente o hirviente, crema, densa y gelatinosa dentro de mi.
- ¡Así chiquita córrete montada en la verga de mi papi! -me gritaba mi amiga.
Mientras me venía entre deliciosos espasmos y convulsiones. Fue extraordinario, maravilloso, magnifico y excitante cuando me levantaba e iba sacando de mis adentro aquella enorme verga, al sacármela vi claramente la muestra de lo que me habían dejado adentro. Una enorme gota o chorro de semen calló en su miembro que todavía vibraba, tanto que mi amiga exclamó:
- ¡Coño amiga lo exprimiste!
Saltó ágilmente tomó parte de aquella crema batida y se la untó en su entrada trasera y se clavó sin mas la verga de su marido. Me pareció que aquello estaba preparado.
Quedé tumbada boca arriba desnuda, sudorosa y agotada. Ahora podía ver como Jaime se recuperó rápidamente y penetraba ahora a su esposa, empinándola y dejando su trasero al aire, bombeándola deliciosamente por detrás, hasta que Claudia comenzó a sacudir la cabeza y a gritar por un gigantesco orgasmo que le estaba dando Jaime . Decidimos descansar un poco, y me retiré a donde mi marido dormía, me acurruqué a él y me quedé dormida.
Al día siguiente despertó con una enorme resaca y con su verga bien dura debido a la excitación de la noche, la erección mañanera y a la resaca. No dudé mucho, lo lengüeteé y me le monté encima y le hice el amor deliciosamente. Me ayudó mucho recordar como Jaime cogió a su mujer por el culito. Pensaba cómo sería mi primera vez, que por supuesto no sería con Alan porque no era de mente tan abierta. Pero ya veremos…
Después de eso nos duchamos juntos, lo volvimos a hacer bajo la regadera, que por cierto agarré su verga y me la pasé y lo medio metí por el culito, no le desagradó.
Nos despedimos de Jaime y Claudia, quienes ya se encontraban desayunando.
Desde esa vez Claudia y yo hemos estado planeando la forma de hacer entrar a mi marido al juego y esperamos que pronto podamos disfrutar, sin preocupaciones, de nuestros maridos como buenas amigas que somos.

Otros relatos eroticos Intercambios

... Que afortunado eres, Andrea esta buenísima, tiene un culote que provoca metérselo...
Relato erótico enviado por Anonymous el 02 de April de 2013 a las 00:00:40 - Relato porno leído 327207 veces
mmmmm mi vecino me hizo suya y me fascino su verga
Relato erótico enviado por gueritacoketas el 25 de November de 2008 a las 10:08:01 - Relato porno leído 215753 veces

intercambio con mi compadre

Categoria: Intercambios
como empezamos a exitarnos tanto mi esposa como yo con los compadres y como terminamos
Relato erótico enviado por Anonymous el 06 de December de 2008 a las 00:17:48 - Relato porno leído 159975 veces

la puta de mi comadre y mi esposa

Categoria: Intercambios
yo le metia la verga en el culo una otra ves mientras ella le mamaba la verga ami compadre como una puta desesperada por momentos ella dejaba de mamarle la verga ami compadre por que el ya estaba a punto de venirse para luego mamarle el queso humedo y rojo de mi esposa
Relato erótico enviado por Anonymous el 24 de February de 2010 a las 00:07:43 - Relato porno leído 141819 veces
despues de tantas indirectas e insistencias mi mujer me complace y se despacha con tremenda verga..
Relato erótico enviado por takamuraxxx el 30 de July de 2011 a las 00:00:09 - Relato porno leído 116402 veces
Si te ha gustado Claudia, mi amiga vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Claudia, mi amiga. manuelmonroe te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
trenko (29 de June de 2009 a las 12:55) dice: Me gustó tu relato Manuel. Sigue así.

lachicaromy (26 de June de 2009 a las 13:36) dice: Muy bueno Manuelmornroe, Te felicito por tu relato. Un beso.

ADMIN (26 de June de 2009 a las 01:33) dice: comentario de prueba del administrador

katebrown (18 de October de 2022 a las 21:19) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

Saltarin_Apasionado (14 de July de 2009 a las 01:50) dice: MUY BUEN RELATO. ESPERO EL PROXIMO CON TU MARIDO Y TU AMIGA. BESOS !!

nolopr (11 de August de 2009 a las 20:06) dice: Tremendo super exitante me encantaria estar con uds.


Registrate y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Claudia, mi amiga.
Vota el relato el relato "Claudia, mi amiga" o agrégalo a tus favoritos
Votos del Relato

Puntuación Promedio: 3.6666666666667
votos: 3

No puedes votar porque no estás registrado