Cuando trabajo... trabajo!!! Las batallas imposibles del enmascarado

-¿Cuánto tiempo llevó aquí?, ¿Una, dos,... quizás tres semanas?- pensó el enmascarado mientras abría los ojos, deslumbrado por el enorme reflector sobre su cuerpo.
Levanto el cabeza somnoliento, esta acostado sobre una plancha metálica, se cubrió los ojos con una mano y se dijo:
-Todavía retumba en mi cabeza el griterío de la gente, porque trapee la lona con su ídolo “chafa”, uhmm, los oigo mezclados con los gemidos de esa periodista... dizque una entrevista. Se movía como nadie, sus nalgas redondas y su vagina, no podía estar mas húmeda- rio para sus adentros.
Se sentó y se acomodo las mallas, también apretó las agujetas de sus botas.
-Y ahora estoy atrapado aquí- pensó -ya no la veo venir y todo por investigar para la policía. Me lleva, si aprendieran a hacer su trabajo.

El enmascarado tomo su capa del piso, de tela brillante dio un destello con la luz, mientras la sujetaba a su cuello, respiro profundo, con una bocanada de aire que inflo su estomago algo abultado, en contraste con sus antebrazos y pecho musculosos.
-Tengo que salir de este maldito lugar- volvió a decirse -si no lo hago, no voy a sobrevivir, además para variar solo yo puedo salvar a la humanidad- se dio valor -debo escapar, cada día es lo mismo desde que me atraparon, caigo no puedo resistirme. Pero hoy no, el trabajo es trabajo.

Atravesó la puerta y llego a un pasillo completamente oscuro. Una péquela brisa como susurro le acaricio la nariz.
-Están cerca- pensó -debo apresurarme y alcanzar la salida. Demonios, estoy agotado... pero hoy si encuentro la puerta- se dijo y empezó a caminar recargando la espalda en la pared, lentamente -tengo que salir de aquí, no hay tiempo, hay que detenerlas- otro susurro en su nuca le erizo la piel, de pronto percibió un latido, justo debajo de su mano recargada en la pared.
El metal comenzó a inflamarse, el enmascarado de quedo impávido cuando del metal emergió un muslo alargado, de formas milimétricamente perfectas, y que llenaba la palma de su mano. Su respiración comenzó a agitarse, mientras su mascara húmeda se pegaba aun mas a su rostro, después justo detrás de su espalda un par de bultos empezaron a crecer, redondos, firmes y exactamente en medio de cada uno de ellos dos remates duros, unos pezones perfectos, erectos que se hundían en su espalda.

El enmascarado cerró los ojos, mientras su cuerpo empezaba a temblar, en una lucha contra sus impulsos.
-No, otra vez está pasando, debo resistirme, no caer en el juego, el mundo necesita de mi- dijo tratando de convencerse.
Luego una mano surgió del metal en la pared, desabrocho su capa que se deslizo al suelo, recorrió su abdomen y el exceso de carne que escapaba de su cintura, lentamente sintió como empezaban a tener una erección, otra mano recorrió su pierna llegando el bulto bajo sus calzoncillos.

Con sus últimas fuerzas, el enmascarado se arrojo al frente cayendo de rodillas completamente excitado.
-No, no puedo hacerlo de nuevo, la gente necesita de mí, es trabajo...- se dijo.
Detrás de él aquellas manos y piernas surgidas de la pared empezaron a formar una figura femenina.

-Es trabajo- dijo otra vez -y yo cuando trabajo... ¡Trabajo!- agrego.
Su voz se convirtió en un hilo. Lentamente volvió el rostro y la vio ahí, de pie. Con piernas largas y bien torneadas, entrepierna libre de vello, dejando ver una vagina pequeña y húmeda, su abdomen plano, senos redondos y un rostro perfectamente dibujado, boca pequeña pero de labios gruesos. Tenía ojos grandes y alargados y el cabello mojado. El enmascarado acerco su mano temblorosa a una de las piernas de aquel ser que lo invitaba a tocarla.
-Hay poco tiempo, la gente me necesita- pensó, pero sus dedos no dejaron de palpar a la mujer, si es que se le podía llamar así, pues a pesar de tener todos esos atributos, había otro detalle: su piel era plateada y brillante como la de las paredes, completamente cromada y con agua tibia escurriendo por todo su cuerpo.
-Dios, tal vez haya un poco de tiempo- dijo el enmascarado -solo un ratito mas- agrego mientras se llenaba de ella.
Le acaricio los senos y los lamio hasta el cansancio, ella tomo su miembro entre las manos, mientras el gozaba de esas nalgas perfectamente redondas y firmes, pero hechas de una especie de metal orgánico.
-Bueno, pues ya que, entenderán- pensó.
Luego la sostuvo de la cintura, le abrió las piernas y metió su miembro en la vagina de aquella mujer, brillosa, húmeda y de color cromo.

Conforme la penetraba, sentía como ella se sacudía escurriendo líquidos sobre él, no emitía ningún sonido. De pronto se empezaron a iluminar las paredes del lugar, seguían escurriendo como si transpiran, pero empezaron a aparecer una serie de líneas como circuitos que recorrían todas las paredes y se conectaban directamente a la mujer como si se trataran de venas. El enmascarado la tomo de las nalgas e hizo que se agachara, ella recargo las manos en el piso, mientras se sostenía sobre las puntas de los dedos de los pies, al ser levantada casi en vilo con cada una de las embestidas que llegaban hasta sus entrañas, si es que las tenía.

El fulgor de la paredes aumento, los circuitos que como venas recorrían el cuerpo de la mujer empezaron a ser recorridos por luces que iban directo a su ano.
-¿Y ora?, ¿Esto qué...?- pensó el enmascarado sin poder evitar el impulso de tocarlo, puso su pulgar en el orificio de ella que se contorsiono, aumentando el ritmo de sus caderas, mientras la luz aumentaba deslumbrándolo y no resistió mas y estallo dentro de ella, luego... oscuridad total.

El enmascarado abrió los ojos, estaba tirado en el piso, la paredes ya no brillaban, seguían escurriendo el liquido tibio que transpiraban hacia un rato, se ajusto su uniforme y acomodo su máscara.
-Vaya, si sigo así me voy a secar...- miro a lo lejos otra puesta, camino hacia ella, esta vez sin tocar las paredes.
Nuevamente una corriente de aire en su nuca.
-No, esta vez no, el mundo está por consumirse y yo en el “mete y saca”- pensó.
Luego una corriente mas, esta vez en la entrepierna, pero siguió caminando y se repitió.
-El trabajo es trabajo, y...- una corriente de aire más, ahora en su nuca -no, qué clase de defensor de los débiles seria si continuo con esto- titubeo un momento.
De pronto le cayó una gota de liquido tibio que venía del techo, primero sobre su nuca, luego escurrió por su espalda.

El enmascarado respiro profundo y haciendo un esfuerzo enorme, continuo acercándose a la puerta. Las paredes comenzaron a palpitar, dio unos pasos más y sintió un dedo metálico que toco su espalda, un espasmo lo recorrió y de inmediato la erección. Se jalo la mascara húmeda metiendo los dedos en los orificios de los ojos, para despegarla un poco de su rostro, respiro profundo y corrió, corrió como desesperado hasta la puerta. Conforme avanzaba, brazos, piernas, muslos y senos surgían de las paredes a sus lados, como si fueran una ola pero no se detuvo, un seno con el pezón erecto le alcanzo a rozar el brazo, titubeo y estuvo a punto de caer pero se recargo en una de las nalgas que salían de la pared, el enmascarado dudo un momento, pero de inmediato alargo la mano y toco el interruptor que abría la puerta, entro aire fresco al abrirse.
-Por fin, esta es la buena- pensó.
También entro luz que de inmediato hizo que las paredes dejaran de moverse.

El enmascarado miro hacia fuera, lo había logrado, por fin alcanzo la salida, podría detener esa maquina orgánica en la que estaba atrapado y además salvar la tierra. Estaba por salir cuando escucho unos latidos, a pocos metros de él las paredes palpitaban, se volteo y ahí estaba aquella mujer, pero no, esta vez no lo convencería. Dio un paso hacia afuera cuando de pronto, de la vagina de aquella mujer algo empezó a salir, un liquido azul metálico escurría por sus piernas hasta el piso, el cual en segundo comenzó a volverse solido y a tomar forma de, primero una cabeza con cabellos completamente rizados, después un rostro, ojos rasgados, labios gruesos, boca grande, luego los senos pequeños, pero con circunferencias exactas, caderas carnosas, piernas largas, vientre sin vello y vagina húmeda como todo lo demás. Era otra mujer, en brillante color azul y ambas lo miraban deseosas.
-No, no es justo- pensó y movió la cabeza mientras bajaba la mirada, pero no cerró los ojos y continúo. Ya iba de nuevo hacia afuera cuando volvió a escuchar el choque del liquido en el piso, volteo a verlas y esta vez de la vagina de la mujer azul también salió un liquido espeso, que ahora era dorado, además empezó a tomar forma de una mujer con caderas anchas, nalgas redondas, cintura pequeña, estomago y vientre plano, pechos redondos y abundantes, completamente brillante, dorada y húmeda.

El enmascarado se tallo los ojos y rasco su barbilla por encima de la máscara, se le hacía agua la boca. Miro a las tres mujeres, mientras tenía una erección impresionante, se acerco a la salida y respiro.
-Si con una era difícil decidir... que diablos, si la humanidad ya había esperado tres semanas para ser salvada...- camino hacia ellas que respiraba excitadas y pensó -además, quien me culparía- y se perdió en los cuerpos de estas mujeres una y otra vez, sin parar hasta el infinito.