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De Cartas Sexuales a una Buena Mamada

Relato enviado por: dduck el 9/5/2013. Lecturas: 3361
Etiquetas:   Gay
Relato completo
Mis vecinos habían contratado a un nuevo jardinero muy simpático y a mi corta edad, no sabía como insinuármele, así que opté por cartas y dinero de por medio.Si han leído mis relatos anteriores, sabrán mi fascinación por los jóvenes de clase social muy muy baja, generalmente pandilleros, jardineros, celadores, etc.
Si no pues, soy gay, pasivo, tengo 23 años, contextura simpática, mido 1.69, pelo negro, piel blanca y con buen porte.

Vivo en un vecindario de clase media, donde compartimos vivienda con personas campesinas, esforzadas. Esto sucedió cuando hace unos 8 años atrás. Bueno, apenas entraba a la secundaria, y el ver a mis compañeros de clase desarrollados y buen mozos, yo venía diario que reventaba de lujuria, a masturbarme.
Al venir a casa siempre luego del colegio, me gustaba caminar y dar vueltas por mi patio trasero, el cual es muy grande. Siempre se me venían ideas a la mente que era el lugar perfecto para realizar cochinaditas con alguno que otro muchacho que apareciera de la nada.

Resulta que en esas andanzas, nosotros tenemos una terraza a nivel superior de la casa de nuestros vecinos. Del tal manera, que el muro entre ambas casas no impedía ver la casa de ellos por la altura de la terraza. Yo me mantenía en esa terraza todos los dias hablando por telefono con mis vecinos. Siempre vestia algun short muy bajo, sin calzoncillo y alguna camisola.
De un dia al otro, comencé a escuchar silbidos y aplausos desde la casa de los vecinos. Inmediatamente noté que era el jardinero de ellos. El queria llamar mi atención, seguro al verme, desde abajo, posar como mariquita mientras hablaba al telefono con mis amigos. Yo al entender esas señas, comencé a contestarle con los mismos gestos. Asi pasamos como por varias semanas, no llegabamos a nada, ninguno de los dos nos atreviamos a cruzarnos el muro y hablar.
Mi mente ya comenzaba a pervertirse, ya ponia en imaginacion esos rincones del patio trasero que le podía dar uso con el. Como yo era algo timido aun, y miedoso, opté por comenzar a enviarle cartas. Escribía en un papel algunas cosas cortas, lo envolvia en una piedra y lo lanzaba al patio de el, a unos quizas 20 metros de distancia.
No recuerdo muy bien las cosas que decian mis cartas, las cuales no eran respondidas, mas que con sus mismos gestos, pero mas o menos decía la primera:
- Hola, necesito que vengas a la casa a hacerme un favor, necesito sacar una mesa de la bodega y esta muy pesada.
Era una bodega que teniamos en el patio trasero, llena de cosas viejas, yo ya con todo planeado, sabia que mesa era y lo esperaba. Asi pasamos varios dias, el al parecer o no sabia leer o no encontraba mis cartas, hasta que un dia, se cruzó.
Era un joven muy muy simpático, muy raro en esta zona, puesto que la mayoría de las personas de su estilo de vida, suelen ser de contextura ruda y .. feos jeje. Pero este joven tendría sus 19 años, mas o menos de mi tamaño, era blanco, incluso mas blanco que yo, con cuerpo delgado muy en forma, musculos algo pequeños pero muy sólidos, ese aspecto tierroso pero que se miraba excitante y unos ojos muy penetrantes. Usaba una camisola y unos jeans, acompañado de tennis.
Como a mi me dio extrema pena, no pude hacer nada con el, me sacó la mesa y le pagué una buena cantidad de dinero, a lo que el le comenzo a llamar la atencion eso. Osea $10 por solo levantarme una mesa..
En el transcurso de los dias, yo seguia enviando cartas, convencido que para la proxima vez que el se cruzara yo le seria directo. Un dia se cruzó, con el billete que yo le habia dado, con intenciones de regresármelo. Seguramente, el pensaba que yo le estaba pidiendo el dinero de vuelta, o era parte de su "dignidad". Pero no acepté el dinero, le dije que se lo quedara.
Seguí lanzando cartas con piedras, los gestos seguian, el silbaba, me aplaudia, y asi pasabamos toda la tarde, incluso mi abuela me llegaba a callar. Pero todo era inutil. No me atrevía.

Bueno, pasaron los dias y nada. Mis cartas fueron ignoradas. Hasta que un dia agarre valor y le envie una diciendo:
- Me gustas, si quieres te la puedo mamar y te dio $10 más.
A mi me llamo mucho la atencion que el inmediatamente se cruzo el muro y se vino donde yo estaba. Con sonrisa pícara me saludó.
Nuestro silencio otorgó hasta que el dijo:
- Vamos a la bodega.
Ahi fue donde los nervios se me fueron retirando, pues ya sabia que el estaba en la misma direccion que yo.
Yo le di el dinero sin que el me lo haya pedido y ahi fue cuando se la comencé a mamar.
El saco su verga, era una verga blanca, cabeza rosada, lampiña, huevos grandes, era un poco curva a la derecha, estaba divina.
Como se imaginarán olia un poco mal, pero a veces ese olor de hombre como que sobresale y excita mas. No era un olor fuerte, pero tampoco estaba totalmente aseada.

Comencé a chuparle los huevos y la polla de manera desenfrenada, el no decia nada, solo quedaba callado con los ojos cerrados y a veces observando. Costo un poco que se pusiera erecta pero yo me encargué muy bien de eso. Debo decir que yo a esa edad ya habia tragado mis buenas cantidades de vergas y sabia como mamar. El estaba arrecostado contra una pared de la bodega, la verga por fuera del cierre, era rico como mi cara frotaba con su pantalon y sus huevos, era una mamada algo incomoda pero extasiada. Era dueño de esa verga, media quizas sus 16cm, estaba como me encantaba, ni muy gruesa y ni muy delgada. Yo solo queria mamar, no estaba todavia listo para que me penetrara.
Le chupaba la verga con una pasion, una entrega, y verle la cara me excitaba aun mas, una cara tan bien estructurada, fina, simpatica, el corte de cara, todo bello.. Me saque mi verga y comence a masturbarme suavemente, mientras seguia arrodillado mamando su virilidad.
Pasamos como por 10 o 15 minutos, no se logró venir. Me aseguro que en la proxima mamada me iba a llenar toda la boca de leche. Se metio la verga de vuelta y se cruzo el muro.

Desgraciadamente no hubo próxima. Los aplausos y los silbidos cesaron, y a los pocos días paso algo terrible. Las cartas aparecieron en manos de mi mama. Mi mamá ya sabia de mi tendencia pero pues fue algo muy muy embarazoso, lo cual a mi me impidió volver a siquiera intentar darle la cara a él de vuelta. Para nunca mas en mi vida, volverlo a ver..

Espero les haya gustado.