DE ESPOSA FIEL A PERRA

DE ESPOSA FIEL A PERRA



Este es un relato 100% verídico y aunque sé que muchos dicen lo mismo en sus relatos, cada quien sabe en su fuero interno si es real o no, solo escribo lo que a mi memoria viene esa noche de locura.

Como es de lógica paso a presentarnos formalmente, aunque como es de obvia razón nuestros nombres y de los que intervienen aquí serán cambiados.
Estamos casados mi mujer y yo desde hace dos años por lo civil.

La conocí casualmente en uno de los balnearios de la ciudad (Cali-Colombia), Una rubia preciosa, de 18 años, de ojos grandes y verdes, cabello lacio, labios carnosos; pero lo mejor era su cuerpo que aunque de tamaño mas bien bajo (1.56), se veía muy sensual, por sus curvas, su abdomen plano, sus piernas blancas y tonificadas, sus nalgas respingadas y carnosas el cual la hacia ser totalmente apetecible para todas las miradas cuando la veían pasar, sus pies eran divinos blancos como porcelana y su cara de niña mujer la hacían mas interesante, mas cuando aun estaba empezando su preparatoria para la universidad, aquí la llamaré Vanesa, por razones obvias.

Yo, un hombre profesional en sistemas de una empresa de la ciudad, de 30 años de edad, tengo una figura atlética porque voy casualmente al gym, aunque mi físico es delgado, alto, blanco y de ojos y cabello castaños.

Era un sábado como cualquiera, como muchos de los fines de semana en que la pasábamos juntos, mi esposa, mi pequeño hijo de dos años y yo.
Aunque esa noche sabatina andábamos en motocicleta, a las 8 de la noche recibiendo el frescor de la ciudad sin el niño ya que lo habíamos dejado donde la suegra mama de ella.

Llegamos a nuestro apartamento a eso de las 9 de la noche ya mi joven esposa se había puesto una ropa de dormir, unos shorcitos, que aquí se les dice cacheteros porque dejan ver media nalga al aire y un topcito en la parte de arriba que llegaba a la cintura mostrando el ombligo y yo me quede en bóxer.

Al rato llegaron unos amigos de mi esposa, cabe decir que como ella estaba en la u tenia algunos amigos recién egresados de la prep. Todos muy jóvenes de entre 18 y 18 años, estos, nuestros visitantes eran ambos de 18 años, un chico blanco y fornido y ella alta, trigueña mas bien rellenita pero de agradables curvas, llamados Carlos y Ángela respectivamente.

Preguntaron si haríamos algo por ser sábado en la noche, es decir si tomaríamos licor, si saldríamos a alguna taberna, etc., pero preferimos poner algo de música y porque no bailar un rato en el propio apartamento.

Nos dispusimos a bailar, mi esposa y yo y Carlos y Ángela, como era lo normal, pero era obvio que con el cambio de temas y canciones también cambiáramos de pareja de baile.


Entonces colocamos algo de salsa, merengue, el repertorio tradicional latino, y conforme pasaban las horas y la alegría del licor nos iba desinhibiendo cada vez mas, ya bailábamos regueton y mientras yo bailaba con Ángela, mi esposa bailaba animadamente y porque no decirlo sensualmente con Carlos.

Cabe decir que mi esposa estaba muy provocativa en sus shorcitos de pijama y en el vaivén del regueton le contoneaba sus caderas en un erotismo frenético que Carlos en su mirada no podía ocultar ya que le miraba sus caderas y su cuerpo en general con una excitación tal que enervado por el licor y su adolescencia lo hacían enloquecer.

Las horas pasaban, la noche cada vez más profunda en horas (12 o 1 de la mañana), las luces semi-apagadas, las risas y el licor, bastante aguardiente para ser exactos y todo lo demás, habían hecho que cada uno estuviera muy entretenido con sus parejas de baile, es decir Ángela y yo, y mi esposa y su amigo en un bailoteo incesante de abrazos y modorreos por parte de el chico hacia mi esposa, era algo que la adrenalina y la excitación me hacían tuntunear el corazón aceleradamente.

Como era de esperarse nuestro joven amigo dijo sentirse muy cansado del baile además que era pésimo bailarín y propuso que nos sentáramos y que jugáramos algo así como penitencias algo que casi siempre aflora en estos casos, el hecho fue que la primera en pagar penitencias fue la amiga de ambos, Ángela, la cual le toco hacerme un strip tease completo delante de mi mujer y de Carlos, y así fue que se desvistió y bailaba rítmicamente al compás de la música del equipo de sonido.

Luego entre penitencia y penitencia, resulto que Vanesa mi mujer tenia que darle un beso a Carlos, lo cual ambos se apresuraron mirándose a los ojos, y se trenzaron en un beso de lenguas y labios como si quisieran devorarse mutuamente. Luego alguien sugirió que podríamos cumplir las penitencias siempre y cuando nos tocara a solas con la pareja a lo cual me fui con Ángela y yo a una habitación y Vanesa mi chica con Carlos a otra, recuerdo haber desnudado a Ángela y haberme acostado sobre ella, la puse a que me hiciera el sexo oral, y luego me acosté sobre ella a lo misionero, fue algo complicado porque era virgen y me costó hacerla abrir de piernas para penetrarla y en cada gemido yo la embestía con fuerza.

No me resistí y a los 10 min. De jadeo de la chica, me incorporé, y las ganas de saber que hacía mí hasta ese momento casta y celosa esposa con Carlos en una Pieza me mataba de curiosidad.

Cuando entre abrí la puerta, Vanesa estaba desnuda, con su pubis rasurado, dejando solo algo de pelo sobre sus labios vaginales, con sus tetas blancas, bamboleándose al aire por el movimiento de su boca al mamar esa verga peluda, Ella sentada en la cama y el de pie y mientras Ella le hacia el sexo oral, con todo el pene en la boca y succionando frenéticamente el le decía: Mámalo, nena, mámalo, métetelo todo en esa boquita y ella sin hacerse esperar, lo chupaba como a un preciado caramelo.

Al fin al rato estuvimos todos juntos de nuevo, porque al escuchar el ruido de alguien, la pareja se azaraba y dejaba su actividad, entonces terminamos todos en una misma habitación, allí nos reímos seguimos tomando como al filo de las 2:00 A. M.


Luego como si se hubieran puesto de acuerdo las chicas se abalanzaron sobre nosotros. Ángela se puso en cuclillas sobre mi y me lo empezó a chupar con gusto y se lo metía todo y Vanesa hacia lo propio con Carlos, pero esas mamadas debían ser alucinantes porque nuestro amigo blanqueaba los ojos de placer y Vane chupaba esa verga de mediana envergadura, de manera tal que sonaban los labios de ella, la saliva y ese pene que se perdía entre su boca y sonaba un slurp por las mamadas propinadas.

A los 15 o 20 minutos de mamadas de ellas,, mi esposa se incorporó y se sentó sobre Carlos mirando hacia El mientras Este trataba de chuparle las tetas blancas de aureolas rosadas que brincaban frente a el, resolvimos Ángela y yo acostarnos para penetrarla a lo misionero y en ese vaivén estaba yo, cuando de reojo pude ver a mi chica y su amigo besándose enloquecidamente y mientras nos ignoraban totalmente a nosotros, se murmuran cosas aun audibles para nosotros, cosas como: cómeme papi, cómeme, y el le decía: eres tan rica, te ves toda arrecha y puta, me encantas.

Era obvio que había una fuerte atracción entre ellos o por lo menos esa noche se gustaban, diría que se encantaban el uno al otro y eso me hacía pensar que ese deseo era de tiempo atrás, por la forma en que se devoraban desnudos, se miraban y se comían, eran tal para cual esa noche, pero yo pensaba también que esa era la oportunidad para que desfogaran todo ese deseo reprimido de los dos y a la vez yo poder excitarme con una corneada para mí esa noche.

Luego ella se puso en 4 patas y mientras nos miraban a ver que hacíamos y pensando que estábamos entre tenidos Ángela y yo, (estábamos entretenidos pero no lo suficiente como para no ver en la penumbra de la pieza todo el ardor en que desembocaron mi esposa y nuestro amigo); El se arrodilló tras de Ella y empezó a poseerla frenéticamente, mientras ella gemía y en el escaso sonido de la música que no lograba ahogar los gemidos de Vanesa y sus continuos: culéame, papi, culéame, a lo que Carlos agarrándola con una mano del pelo con brusquedad y dominio y con la otra la tomaba de la cintura le decía totalmente fuera de si : Goza perra, goza, goza y le azotaba sus blancas y redondas nalgas en pompa haciendo un sonido de palmadas tas tas tas que la hacían enloquecer

No usábamos condones y yo solo pensaba en que el, que se veía un joven sano y deportista podía preñar a mi esposa, y mis temores se hicieron mas evidentes cuando el, lejos de soltarla para venirse afuera, la tomó mas fuerte de la cintura y la penetró para descargarle todo su semen adentro, mientras le susurraba jadeante muy cerca a los oídos de Ella: me corro perra, me corro mientras ella le contestaba. síiiiiiii, siiii échamelo todo dentro de mi chocha, amor todo adentroo, ahhhhh, ahhhhh ahhhhh y en vez de quitarse, mas se relajó, abrió y relajó sus nalgotas blancas, hermosas y sus provocativas piernas para recibir su leche que en cada embestida de El, más le descargaba adentro.


Luego y para rematar como ella tiene una nalgas respingonas, blancas y redondeadas,
Carlos no pudo contener el deseo de hacer suyo ese precioso culo que mucha gente deseaba y que ella en el fragor de la arrechera no se lo impediría, y ni corto ni perezoso la embistió en 4 patas a Vanesa en un mete y saca rítmico dentro de su rosadito ano que apenas medio asomaba unos incipientes pelitos anales, mientras su amigo la embestía ebrio de placer y deseo, arremetidas que ella trataba de contener en un: despacio, Carlos, despacio; Mientras el con mas bríos exclamaba: culea perra, culea.


Finalmente se acostaron después de esa culeada fenomenal, el la acariciaba y le decía cosas como: te quedó abierta tu rica chocha, mamacita uauuu, eres una perra muy rica a lo que ella contestó con un beso y se acostaron entrelazados.


Ya a eso de las 4 de la mañana, Ella me buscó para amanecer conmigo, y luego de propinarme un beso con sabor salado por el semen de Carlos, y decirme al oído muy quedito: si te gustó verme culear con otro?, finalmente lo hicimos esa madrugada, ella sentada cabalgándome sobre mí mientras yo le acariciaba sus blancas pero coloradas tetas por las chupadas que le había dado Carlos, y ya luego acostándonos finalmente abrazados.

En la mañana siguiente, no pude despedirme de ellos porque con tragos soy mal madrugador, mientras que los visitantes amigos de mi esposa ya se habían marchado. Y mi mujer aun acostada y muy agotada yacía desnuda junto a Mí.