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Decidí ponerle los cuernos al borrachón de mi esposo.

Relato enviado por : narrador el 31/10/2011. Lecturas: 39803

etiquetas relato Decidí ponerle los cuernos al borrachón de mi esposo.   Maduras .
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Resumen


Un cierto día, después de que cerré nuestro negocio de venta de alimentos y bebidas, recogí algunas cosas que hacían falta en casa, las coloqué en una caja, y le ordené a Raulito uno de los chicos que trabajan para nosotros, que al él terminar de limpiar, me llevase la pesada caja a mi casa, mientras soñaba despierta, con serle infiel al borrachón de mi esposo.



Relato

Al llegar a casa muerta de calor, ni tan siquiera entré a mi cuarto, sino que en el mismo baño me quité toda la ropa, y rápidamente me metí en la tina del baño, donde comencé a darme una refrescante ducha, después de que me enjaboné todo mi cuerpo, agarré uno de los embase plástico de champú, y tras observarlo por unos instantes, al ver su forma larga y gruesa, y lo semejante que era al miembro de un hombre, sin pensarlo mucho, me acosté en la tina y comencé a pasar el embase primero por entre mis piernas, después sobre mi clítoris, imaginándome que se trataba de la verga de alguno de los chicos que trabajan para mi, de golpe comencé a introducirme el embase del champú completamente dentro de mi caliente coño, una y otra vez , hasta que logré disfrutar de un mezquino y miserable orgasmo, dentro de la bañera, donde me quedé acostada dentro del agua, por un buen rato, con mis piernas bien abiertas, hasta que casi me quedo dormida.


Después de ese refrescante baño, al entrar a nuestra habitación, encontré a Fermín mi esposo como de costumbre, tirado en la cama durmiendo la borrachera de turno, eso también como de costumbre me molestó, pero lo dejé tranquilo, porque si lo despierto se pone a llorar y a decir un sinfín de estupideces, y en ocasiones hasta me ha acusado de serle infiel, falsamente. Así que como tenía algo de hambre, después de medio secarme, únicamente me envolví en mi toalla y me fui a la cocina, tal como salí de la bañera, para prepararme algo de cenar. Ya estaba a punto de prender la estufa, cuando tocaron la puerta de la calle. Realmente ni me acordaba que le había dicho al chico de la limpieza que me trajera la caja con las cosas que separé. Así que tal y como me encontraba me dirigí a la puerta de la calle, y al asomarme para ver quién era, fue en ese instante que me acordé de lo que le había ordenado a Raulito cargando la pesada caja.


Así que sin pensarlo mucho, abrí la puerta y le ordené que me siguiera a la cocina. Yo no me había dado cuenta, pero la manera en que Raulito, me estaba viendo, se le notaba que estaba impresionado.


Yo como ya les dije no me di cuenta al principio, pero cuando le ordené que comenzara a poner las cosas sobre la mesa de la cocina, para guardarlas en la nevera, me di cuenta de que se encontraba, muy turbado, mejor dicho más turbado que de costumbre, no quitaba sus ojos de mi, por lo que estuvo a punto a romper un frasco de conservas, y al yo observarlo detenidamente y darme cuenta la manera en que me estaba viendo, caí en cuenta de que a pesar de yo no ser una jovencita, y de no tener una esbelta figura, el chico le agradaba lo que él estaba viendo. Además soy bien alta, para ser mujer, mido un metro ochenta, lo cierto es que la pequeña toalla, apenas me cubría parte de mis tetas, y parte de mis nalgas, quedando un espacio abierto en el que sin mucho esfuerzo se podían ver mis caderas.


No sé cómo se me ocurrió en ese instante, jugarle una broma a Raulito, hacerle una pequeña maldad, así que dándole la espalda, dejé que accidentalmente unas papas cayeran al piso y sin decir nada, separé algo mis piernas y me incliné lo suficiente mientras recogía las papas una a una. Al terminar de recogerlas, al enderezarme y ver el rostro de Raulito, me decía todo. Realmente el chico estaba impresionado, yo creo que hasta esos momentos, a pesar de que tiene como unos 18 años, nunca había visto tan de cerca el culo y parte del coño de una verdadera mujer.


Yo mientras me le acercaba, me le quedé viendo fijamente a los ojos, y le pregunté que le sucedía, que si se sentía mal, y el pobre tratando de ocultar su erección con sus manos, nada más me dijo tartamudeando, no…, no…, no…, seño…, seño…, señora, Ali…, Ali…, Alicia, es que… y comenzó a tartamudear más todavía, es que…. Yo… yo…, y no dijo más nada. Justo en ese momento, sin que yo lo hubiera pensado, o premeditado, la pequeña toalla que me cubría, se me zafó, deslizándose hasta el piso de la cocina, quedando yo completamente desnuda, frente a mi joven empleado, en ese instante fui yo la que me sentí algo avergonzada. Pero a la vez, al ver en su rostro, la grata impresión que le había causado, me sentí llena de vida.


Fue cuando esos deseos de estar con un hombre que por años, había sustituido con alguna botella de champú, explotaron dentro de mí. Sabía que si dejaba que él tomase la iniciativa, no iba a suceder nada, así que lo tomé por los brazos, y tal como me encontraba lo llevé a al cuarto de planchar, y lo tiré sobre un gran montón de ropa sucia. Raulito se quedó tal y como lo tiré, de inmediato desesperada, yo le comencé a bajar los pantalones, y una vez que lo hice junto con sus interiores, surgió su erecto miembro, el que Raulito trataba de ocultar torpemente con sus manos.


Yo estaba deseosa de sentir esa verga dentro de mi mojado y caliente coño, por lo que retirando sus manos le pregunté ¿Raulito tú no eres maricón, verdad? A lo que él sin dejar de tartamudear me respondió que no. A lo que le continué diciendo, bueno entonces que esperas cógeme pendejo. Yo sin esperar que él hiciera algo, agarré su caliente y dura verga con una de mis manos, y la dirigí directo a mi húmedo y bien lubricado coño. Sentí deliciosamente como ese caliente pedazo de carne comenzaba a penetrarme, el rostro del chico cambió, su manera de mirarme fue otra, y sentí en ese instante como sus brazos rodearon mi cuerpo, y como su boca se prendó de una de mis tetas.

Raulito para ser primerizo, lo hizo de lo mejor, por un buen rato nos revolcamos sobre la ropa sucia, a medida que su miembro entraba y salía de mi peludo y caliente coño, yo movía mis caderas buscando sentir un mayor placer. Cuando finalmente ambos disfrutamos de un tremendo éxtasis, yo en lo particular disfruté de un orgasmo de verdad, verdad, como hacía muchísimos años que no disfrutaba. Por un corto rato nos quedamos tendidos sobre la montaña de ropa sucia, cuando se me ocurrió ir por una segunda ración de ese buen pedazo de carne que tanto me había gustado, por lo que sin decirle nada a él, agarré su mustia verga, y como si fuera algo de lo más normal, comencé a manoseársela, y a los pocos segundos me la llevé a la boca, para comenzar a mamársela, hasta que en cosa de segundos su verga se tonifico. En medio de mi excitación le pregunté si quería metérmelo por el culito, a lo que él, sin pensarlo dos veces respondió que sí.


A medida que Raulito me lo metía por el culo, yo agarré una de sus manos y la llevé hasta mi coño, donde sus dedos, a medida que su verga entraba y salía de entre mis nalgas, exploraban toda mi vulva, apretándome divinamente mi clítoris una y otra vez hasta que nuevamente volví a disfrutar de otro salvaje orgasmos. Cuando finalmente Raulito volvió a venirse, pero dentro de mí culo, nos quedamos quieto por un largo rato. Al levantarnos, lo primero que se me ocurrió decirle fue, si le cuentas a alguien lo que ha pasado, yo le diré a todo el mundo que tú me violaste, y después le pago a alguien para que te mate. Raulito no dijo ni Jota. En silencio se vistió, o mejor dicho se subió sus pantalones, y con la mirada clavada en el piso se quedó callado, hasta que le dije. Ya sabes no hables de esto con nadie, mañana te veo en el supermercado. Pero justo antes de irse, le di un fogoso beso de despedida.


Al regresar al cuarto y ver a Fermín que continuaba tirado en la cama, le dije mentalmente, vez cabrón lo que pasa por estar borracho todo el día. Después sin remordimiento alguno me di otra buena ducha, para después dormí plácidamente, como hacía mucho tiempo que no lo hacía.


Desde ese día Raulito se convirtió en mi amante, siempre con la excusa de que me llevase algo a casa, nos veíamos, y al poco tiempo, mis deseos y exigencias eran más y más fuerte, al punto que ya no esperaba llegar a casa, sino que dentro del mismo almacén del negocio, al cerrar lo esperó completamente desnuda, y nos revolcamos sobre los sacos de arroz, azúcar. En ocasiones me pongo algo ociosa así que dejo que él me empuje algún pepino por el coño, al tiempo que me está dando por el culo.

Mientras tanto yo disfruto de la compañía de Raulito, y de un nuevo chico llamado Ismael al que contraté, para que se encargase de limpiar mientras que a Raulito lo puse a despachar las carnes. Pero recientemente, después de cerrar, como de costumbre, yo me encontraba acostada con Raulito, dentro del almacén, sobre los sacos de azúcar, y me olvidé de que Ismael se encontraba limpiando. De momento cuando Raulito estaba por clavarme su verga, me di cuenta de que Ismael nos observaba con la boca bien abierta. Sin decir nada me levanté, completamente desnuda, me acerqué donde él estaba de pie viéndonos, en medio del pasillo de las carnes, sin mucho esfuerzo de mi parte le bajé los pantalones, y de inmediato emergió su erecto miembro, al que sin ninguna oposición de su parte me dediqué a mamar, casi de inmediato, Raulito se colocó tras de mí, y me empujó su verga por mi deseoso coño. Por un rato en medio del pasillo, nos quedamos haciendo eso, hasta que de momento se me ocurrió que dejar que Raulito me lo metiera por dé tras, mientras que Ismael me enterraba su rica verga en mi coño. Hoy en día, el estar compartiendo con esos dos chicos, me han hecho que yo vuelva a ir a la peluquería, que me pusiera adelgazar, y me vista de manera más joven. Mi marido, bien gracias, como de costumbre borracho y ahora cornudo a cada instante.

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Si te ha gustado Decidí ponerle los cuernos al borrachón de mi esposo. vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Decidí ponerle los cuernos al borrachón de mi esposo.. narrador te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
olmeca09 (31 de October de 2011 a las 19:25) dice: hola me gsutarai contactarte, te volvite putita me imaginp con ellos, mi corro es maejtab@hotmail.com

genaroincesto (30 de December de 2011 a las 21:45) dice: EXCELENETE RELATO... ERES DE LAS MUJERES QUE ME PRENDEN MUCHO... MI MAIL ES max.maxnuevoleon@gmail.com agregame para que platiquemos... y haber que sucede...mmmmm

geral orellana (2 de November de 2011 a las 09:56) dice: q rico relato si q me gusto mi correo es gerardo_orellana1975@hotmail.com q tal una videollamada te esperare.. lo vamos a pasar rico.....

katebrown (18 de October de 2022 a las 21:31) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

galletos (15 de December de 2011 a las 08:05) dice: eres de las mujeres que a mi me llaman mucho la atencion para darles una buena cojida tu sabes contactame y veras mi verga de lo que es capaz

hivanh (14 de December de 2011 a las 01:04) dice: muy buen relato me gusto mucho y se ve que vas en aumento, agregame y platicamos ahis_jhb@hotmail.com

jose13 (11 de July de 2012 a las 00:33) dice: hola mami me calentaron mucho tu relato espero que me agregues para cachondear mi correo es neferud arrova hotmail com


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