Si hay una profesión que le da oportunidad para tener oportunidad sexual con una mujer es la de kinesiólogo, la cosa se puso linda por como las cogiaLes contaba que si había una profesión que daba oportunidades de poder entregarse al placer sexual, es la de Kinesiólogo, este relato, es un poco, raro, por la mujer en cuestión, era de esas de cuna bien muy culta, hermosa, casada, de tener todo proporcionado, a esta altura no se si bien atendida o no, porque al momento de la primera sesión, era todo pulcritud, ponía obstáculos en todo, difícil, quisquillosa, no quería desnudarse del todo, siempre me decía si esto hace falta, yo siempre lo mismo, como quiere que trabaje, si quiere que le robe la plata lo hago, y no le soluciono nada. La verdad estaba por decirle que buscara a otro. Entre al gabinete para darle la última sesión y cortarla.La nota mas histérica que nunca, con una semi tanga, y corpiño, boca arriba no como siempre el toallon, y boca abajo, que le digo, que le pasa Rosalía, No, No nada no se, le digo ante todo así no puedo trabajar, segundo, ante todo, se relaja, cierra los ojos, pone sus mente en blanco, que le voy a dar un masaje sedativo,dice ay, es bueno, Ud. me hace caso, y déjese llevar, que se lo que hago, así que haga lo que le dije, casi como retro,si se acuerdan, de lo que les narre lo que hice a Paula con esta fui sublime, comencé con su sienes, casi rozando, pase a sus orejitas, sus mejillas,me deslice recorrí, hasta sus dedos de los pies, muy sádico, la excite, a punto, que le saque el corpiño, ya toque sus senos, de forma especial, punto débil de ella, no creerán, pero estaba entregada, la fui llevando, la hice dar vuelta allí, le por la parte interna de sus piernas, aumento, su pasividad, saque su tanga, ella intento como resistirse, pero mis dedos, rozaron los labios de su vagina húmeda, entraron un poquito, subí, baje, ya se sentía, pequeño gemidos, lacorrí despacio, para la punta de la camilla, incentive, con rapidez, la masturbada, con una pronta chupada, que con mi lengua, después de acomodarla, se olvido, de todos los pruritos, estaba entregada, sentía sus jadeos, su gemidos, su chucha era un manantial, de jugos, sus orgasmos la pusieron dócil, mimosa, entregada totalmentea punto, que las otras sesiones se acostaba, y abría las piernas, para que le hiciera lo que quisiera, yo me relamía, cociéndola, por todas partes, termino como una puta fenomenal, Muy osada y reventada hasta algunas veces, se hacia acompañar por el marido el que esperaba afuera, mientras ella gozaba con mis masajes íntimos.