Descalza

Camina descalza para relajarse?
No, ella vive asi...

Tenia unos 18 años. Era alta, blanca, cabello rubio y ojos azules. Vestía un polo blanco y un short de jean azul apretado. Tenía los pies desnudos. Sus pies eran largos y delicados, con las plantas ennegrecidas por el polvo.

Nunca te has puesto zapatos?

Un par de veces. No me dejaron entrar al colegio descalza, pero despues se acostumbraron.

Y por que no te gusta usar zapatos?

Son incómodos. Me ajustan y me hacen sudar los pies. Ademas no puedo sentir por donde camino. Me encanta sentir la textura del suelo que piso, sentir el asfalto caliente y la frescura del pasto.

Nunca te has lastimado los pies?

Como siempre camino sin zapatos, mis plantas se han curtido tanto que ya parecen de cuero. Solo una vez se me ampollaron un poco, cuando camine sobre fuego.

Caminaste sobre el fuego? Y cómo así?

Unas amigas me apostaron que no podría caminar sobre vidrios rotos. Rompieron unas botellas de cerveza y me dijeron "a ver si pasas", así que comencé a caminar sobre los vidrios rotos. Es incómodo y duele un poco, pero lo hice. Claro que después me pasé como cinco minutos quitándome las astillas que se me habían incrustado. Me gané una botella. Como estábamos todas medio mareadas, me apostaron una caja a que no caminaba sobre fuego. Les dije que si, que sí podía hacerlo, aunque la verdad pensé que no lo decían en serio. Una de ellas consiguió una pala y empezó a tirar los carbones encendidos de la parrilla por el suelo. Era un camino de brasas ardientes como de tres metros de largo. Estábamos tan zampadas que les dije "pongan música" y empecé a bailar encima de los carbones encendidos. Te juro que sobria no lo hubiera hecho. Tan borracha estaba que ni sentía los pies, así que me la pasé bailando toda la canción , que era un mega-mix de doce minutos, encima del fuego, hasta que una de ellas me jaló del brazo y me dijo "ya ya, te la ganaste, sal de allí". Terminé con las plantas tan quemadas que estaban totalmente rojas. Cuando se me pasó la borrachera me ardían horrores. Casi no podía caminar. Mis amigas se asustaron tanto que me hicieron meter los pies en hielo. Se sentía delicioso. Hasta yo me asusté porque nunca me había lastimado los pies de ese modo, nunca me habían dolido así. Tuve que echarme picrato para las quemaduras...pero a los tres días mis plantas estaban casi como si nada. Mira....

Y me mostró sus plantas. "No noto nada" le dije
-Disculpa, tienes razón...es que están tan sucias...espera

Cogió un trapo húmedo y empezó a restregar sus plantas con fuerza, hasta que todo el polvo desapareció

-Ya está. Míralas...

La piel de sus plantas tenía un tono ligeramente amarillento. La piel se veía gruesa y flexible. Era casi como si fueran de cuero...

-No vas a tocarlas? ¡Tócalas, no tengas miedo!


Estiré mis manos y acaricié sus plantas...fue una sensación deliciosa...la piel era fuerte, gruesa y flexible, un poco áspera.

-Tienes hermosos pies...
-Gracias. Nunca me lo habían dicho.

-¿No sientes cosquillas?

-Para nada. Al contrario, me gustó que me acaricies los pies... pocos muchachos los habían tocado. A la mayoría de los chicos no les gusto porque camino sin zapatos.

-¿Y qué más te gustaría que te hicieran en los pies?

-No lo sé...hmmm, nunca lo había pensado... esa vez que me quemé me gustó el hielo...la sensación de algo tan helado en mis plantas me encantó...aunque el fuego no me disgustó del todo...

Se sonrojó un poco cuando dijo esto... y se le vio preciosa.
-Si tu quieres podemos jugar un poco con tus pies...
-¿Qué te gustaría hacer?
-No sé...quizás podríamos probar qué tanto soportan tus plantas el calor... claro, sin lastimarte, sólo hasta donde lo disfrutes... y después algo de hielo...
-MMMMM, suena interesante... me gusta la idea...vamos a mi casa.

Entramos a su casa. Estaba vacía. Me llevó a su cuarto y se tiró boca abajo sobre la cama, con los pies colgando... sus plantas ennegrecidas se veían verdaderamente hermosas

-Soy tu esclava. Haz con mis pies lo que gustes, amo...tortúrame... y se rio. No te lo creas del todo, que si me lastimas me molesto contigo.

Conseguí una soga y até sus tobillos. Luego encendí una vela y empecé a verter las gotas de cera hirviente sobre sus plantas, cada vez más cerca, hasta que casi la llama acariciaba su piel...al principio casi ni lo sintió, pero luego empezó a moverse sensualmente...

-¿Te quema?

-No, es una sensación agradable... recuerda que mis plantas son duras. La cera caliente no llega a quemarlas, sólo siento un calorcito un poco más que tibio.

-Bueno, lo que sigue no va a ser sólo tibio...

-A ver, pues...

La ayudé a voltearse, de forma que ahora sus plantas, que estaban totalmente cubiertas con cera derretida, miraban hacia el suelo. Esta vez coloqué la vela debajo de sus pies, con la llama tocando directamente sus plantas, y empecé a moverla lentamente, muy lentamente.

-¿Te gusta?

-Creo que sí... esto si quema un poco...¡Auch!... por favor, mueve un poquito más rápido la vela, no la dejes tanto rato en un sólo lugar que vas a lastimarme...¡Auch!

-Disculpa.

-Está bien... sí me gusta....

La cera de sus plantas empezó a fundirse ante el calor de la llama... era un espectáculo fascinante ver como sus plantas goteaban cera derretida....Reduje la velocidad un poco más

-¡Auch! ¡Auch! esto sí quemó...

-Disculpa otra vez, le dije, y retiré inmediatamente la llama de sus plantas, ahora enrojecidas (la cera se había llevado toda la capa de polvo negro y había dejado la piel completamente expuesta al fuego)

-¿Qué haces? No te pedí que quitaras la vela
-¡Pero te estaba quemando!
- Sí, pero de verdad lo disfruto...amo, me he portado mal, por favor quema mis plantas otra vez...y se rió
-No juegues así
-No estoy jugando...¿Quieres acaso que te suplique? Bueno pues, te lo ruego, por favor quema mis plantas de nuevo, lo necesito...de verdad

Esta vez no se rió. Lo decía en serio. Esta hermosa muchacha me suplicaba que quemase sus plantas desnudas. Ni siquiera en sueños había tenido esta oportunidad...

Así que cogí la vela de nuevo y me dirigí hacia sus hermosos pies atados... y coloqué la vela directamente debajo de sus plantas, con la llama tocando inmisericorde su piel, alternándola de un pie a otro...Empezó a gritar, esta vez un poco más fuerte...

-¡Auuuuuuuuch! ¡Auuuuuch! ¡Aaahhhhhh!
-¿Te duele mucho, no?
-¡Claro que síiiii!
-¿Quieres que pare?
-¡Noooo! ¡Ahhhh! Sigue así, me encanta ¡Ahhh!

Y mientras quemaba sus plantas empezó a ondular su cuerpo de un modo increible... su cintura se cimbreaba como la de una bailarina árabe. Luego dijo, con lágrimas en los ojos....
-¡Aaahhhh! ¡Ya no soporto más! ¡Ahora sí, por favor detente!
Pero yo continué un momento más
-¡Basta, basta! ¡Ya no soporto el dolor! ¡Te lo ruego, para!

Ahora sí me detuve. Le dije:
-Como me suplicaste para que lo haga, esperé a que me supliques para detenerme...
-Tienes razón...jamás había sentido este dolor, por favor desátame...

Desaté sus tobillos... sus pobres plantas se veían tan rojas...de verdad estaban quemadas. Tal vez me había sobrepasado.

Aún con los ojos llorosos cogió sus pies y examinó sus plantas torturadas
-Vaya, sí que hiciste un buen trabajo. Se ven casi como cuando bailé sobre las brasas...

-De verdad lo siento, perdóname. Me dejé llevar, no quise lastimarte

-¡Perdonarte! ¿Qué? Yo te lo pedí, te supliqué...y te juro que lo disfruté... que se me pase un poco el dolor y lo repetimos. Prométemelo...

-Créeme que me encantaría, y la verdad es que yo lo disfruté más que tú.

Fuí de vuelta a la cocina y traje abundante hielo. Cojí fuertemente sus tobillos y empecé a pasarlo por sus plantas... y cómo lo disfrutó... empezó a moverse como cuando le quemaba los pies. Y se quitó el polo.. no llevaba brassiere, y tenía unos pechos formidables, no muy grandes, bien formados, firmes, perfectos... luego hicimos el amor...le encantó cuando comencé a lamer sus plantas, eso de veras la enloqueció. Jamás había lamido unas plantas recién quemadas...tenían un sabor excitante...