Desflorada por mi amado primo

Ya fui desvirgada un poco vieja en comparación con otras chavas pero créanme que no me arrepiento de haber conservado mi virginidad hasta mis veintitrés años de edad pues tuve la mejor desfloración del mundo, sin mucho dolor y con un placer indescriptible que me propio primo me hizo gozar. Había sido una chica buena todos estos años, sin alcohol, sin antros y mucho menos sin sexo, aunque si había tenido un par de novios pero nunca me deje hacer el amor con ellos pues yo deseaba e el fondo de mi corazón perder mi virginidad con el hombre ideal con todo un príncipe azul o con un galán de Hollywood jaja no se crean, aunque si me han manoseado e incluso tocado mi intimidad pero jamás ningún hombre ha logrado meterme ninguna verga en mi vaginita hasta ahora, pero si como toda chica solía masturbarme yo sola a veces viendo porno en internet, sólo masajeaba mi vagina y clítoris pero en ocasiones llegaba a meterme un solo dedo en mi rajita, que debo decir que por suerte poseo una vagina elástica por lo que no estoy muy estrecha. Bueno creo se me está pasando pues daré una breve descripción de mí: Pues como ya dije tengo 23 años de edad, soy una chica guapa, poseo piel blanca, mis ojos son color negros, mi cabello es negro largo, luzco unos labios carnosos muy sensuales y un rostro de niña buena jiji. Gracias a mi dieta sana y ejercicio logro lucir un cuerpo esbelto y perfectamente en línea; no poseo pechos muy notables pero si gozo de unas piernas bellísimas perfectamente cuidadas y unas nalgas muy sensuales. Bueno de mi primo sólo mencionaré que es una chico dos años mayor que yo, guapísimo y güerito... Se llama Julio.
Mencionaré que mi primo durante su niñez y parte de su adolescencia estuvo viviendo en mi casa pero al pasar de los años sus papas consiguieron casa propia y se fueron de mi casa, nuestra relación desde aquel tiempo era muy bueno pues más que primos éramos como hermanos, yo no tengo hermanos y será por eso me encariñé mucho con él sin pensar que algún día seria el hombre que me convertiría en mujer. Durante largos ocho años no nos vimos y ni siquiera hablábamos por teléfono o chat y no fue hasta que en estas pasadas vacaciones de semana santa cuando nos dieron la noticia de que vendrían unos días a casa, desde que me entere que mi adorado primito vendría me puse muy feliz pues al fin volvería a verlo y tenía mucho que contarle, por casi una semana los tuvimos en casa junto con sus papas y sin duda fue suficiente paraqué dejara estrenado mi panochita virgen. Todo empezó cuando desde ese primer día que estuvo en casa, desde la cena inicie a insinuármele en plan de juego, le daba miraditas coquetas y hasta tuve el descaro de enseñarle mi entre pierna con minifalda, todo esto ocasiono que despertara en él la lujuria de hombre que no tuvo fin hasta que ambos terminamos cogiendo sin importar que fuéramos primos de sangre, las primeras ocasiones trataba de no seguir mi juego pero sin duda es hombre y como todo hombre no logro aguantarse mucho las ganas y definitivamente ya se había cogido a otras viejas puesto no que fue ningún novato en ese momento, con eso deduzco que no fui la primera mujer en su vida. Pero aunque así es no me arrepiento de haberle entregado mi virginidad que es lo más sagrado e importante que una mujer puede poseer.

En fin ese miércoles caliente jamás lo olvidaré, había salido esa tarde de paseo con unas amigas y llegue a casa como eso de las diez de la noche, al entrar no encontré a nadie de mi familia por ello pensé que nadie estaba pero me equivocaba pues mi primito si estaba. En ese momento yo estaba vestida café escotada y una falda gris ajustada a la altura de mis rodillas, también portaba medias cristalinas en mis piernas y zapatillas altas. Me encontraba en mi recamara cuando entro mi amado primo saludándome con una sonrisa picarona ya, le pregunte por todos y me dijo que habían salido a una celebración religiosa propia a la semana santa por lo que estábamos solos por lo menos una hora más, en el ambiente ya se sentía una sensación de erotismo concentrado combinado con nerviosismo, ambos estábamos de pie frente a frente sin hablarnos, más no era necesario porque nuestras miradas lo decían todo, deseo mutuo era lo que nos poseía. Ambos comenzamos a besarnos muy rico en los labios, mientras nos besábamos coló su mano entre mis piernas comenzando a tocarme mi rajita sobre mis calzones bien húmedos ya, justo en ese instante fue como si algo me impulsara y yo misma libere por el cierre de su pantalón su delicioso pene, fue un deleite sentir en mis manos ese pene tan suavecito y calientito, así comenzamos a masturbarnos mutuamente pues mientras él me acariciaba mi vaginita yo le masturbaba su pene. El tomo mi falda subiéndomela totalmente y de un jalón me bajo mis calzones hasta mis pies, los cuales me los quito junto con mis zapatillas. Me sentó en la mesita de noche con mis piernas totalmente abiertas comenzando a lamerme mi rajita virgen y fue donde se dio cuenta de mi virginidad ¡Ho mi amor eres virgen! Me dijo muy dulcemente y clarito vi como su mirada de lujuria aumento aun más, con su lengua me estaba dando infinito placer en mi rajita, me estaba llevando al cielo sin duda alguna. Al fin llego el gran momento, el escupió en mi vaginita separo mis piernas totalmente y puso su penecito justo en la entrada de mi rajita, muy lentamente comenzó a empujar y yo sentía como ese pene tan suavecito iba entrando en mi vulva pero justo cuando empujo con dureza fue cuando me dolió y sentí como si se desgarrara algo ahí en mi intimidad pero al fin tenía todo su pene dentro de mí.

Se quedo quito por unos segundos con su pene dentro de mí y fue ahí donde aunque no había mucha luz logre ver una gota de sangre resbalando por mi muslo derecho y sentía un leve ardor. El con delicadeza y suavidad inicio a moverse muy lentamente pero sin duda el dolor había pasado y el placer de la penetración era tanta que deseaba gemir en voz alta y me chupaba mis labios de placer. Fue un momento de gloria para ambos pues sin duda me estaba haciendo el amor con toda su lujuria de hombre, duro penetrándome un poco más de veinte minutos casi media hora, fue cuando a prisa retiro su pene de mi rajita manchado de sangre y eyaculo al aire, fue muy rico y no saben lo cuanto me da gusto haberme aguatado todos estos años a la mejor desvirgación de mi vida.