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Divirtiéndonos entre compañeras de trabajo. ( CON fotos)

Relato enviado por : Narrador el 30/06/2017. Lecturas: 6936

etiquetas relato Divirtiéndonos entre compañeras de trabajo. ( CON fotos)   Lesbianas .
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Resumen

Cuando llegué a la ciudad, gracias a mi madrina pude encontrar trabajo rápidamente. Mi idea era trabajar de día, y ponerme a estudiar de noche. Por lo que cuando mi madrina me dijo que un viejo amigo de ella, era el dueño de una de las más refinadas, y exclusivas tiendas de ropa femenina, en la que yo comenzaría a trabajar, después de que me matriculase para estudiar



Relato
. Al principio pensé que mi madrina exageraba, con respecto a lo de la tienda, pero apenas llegué me di cuenta de que más bien mi madrina se había quedado corta al describírmela. Don Facundo el propietario, es un señor muy, pero que muy mayor. Su manera de hablar, así como sus modales son extremadamente finos, tanto que en ocasiones, aun teniéndolo frente a mí, me daba la impresión de que quien me hablaba era una señora, y no un señor. Por otra parte, la administradora de la tienda, desde que llegué me dio la impresión de que se entendía con la otra vendedora. Ya que ambas, se la pasaban juntas la mayor parte del tiempo, y en ocasiones me di cuenta de que cuando no había clientela en la tienda, las dos se iban al almacén. Yo por mi parte me dediqué a lo mío, atender la clientela, aunque en ocasiones las mismas clientas, me preguntaban por Rosa, o por Estefanía la administradora. Por lo que yo de inmediato y de la manera más discreta posible, me dirigía al almacén, y sin pasar la puerta las llamabas. Cosa que a las dos por lo visto, les agradaba, y hasta me lo agradecían, al ser más condescendientes conmigo. Cuando llegaba alguna de esas clientas especiales, yo me limitaba a servirles ya fuera café, té, y en ocasiones hasta algún vino. Pero un día una de esas clientas, me llamó al vestidor, para que la ayudase. Y cual no fue mi sorpresa al ver que la señora que yo estaba atendiendo, en realidad era un hombre, que estaba usando ropa femenina. Aunque yo me hice la que no vi nada, y hasta le recomendé un vestido que hacía juego con el color de sus ojos y cabellos, continué atendiéndole como si nada, sin hacer ningún aspaviento. Bueno esa persona quedó tan agradecida, por mis consejos, que le habló muy bien de mí, a Estefanía mi jefa. Cuando mi jefa me comentó eso, no le hice ningún comentario de lo que había visto. Me limité a decirle, que la señora era muy simpática. A los pocos días mi jefa, me invitó junto a Rosa, para que fuéramos a compartir un rato, después de que cerrásemos la tienda. Y como mis clases aún no habían comenzado, acepté gustosa. Lo que yo ignoraba era que el lugar al que me llevaron, era una especie de Pub, al que asistían lesbianas, gais, transexuales, en fin de todo un poco, como quien dice. AL poco rato, aunque no esperaba verlo, Don Facundo llegó a nuestra mesa, y de inmediato le dijo al chico chica que nos atendía, que todo iba por cuenta de la casa, fue cuando me enteré por boca de Rosa, que el dueño de la tienda, también era dueño de aquel lugar. Al poco rato, comenzó un show, y el animador un chico muy mono, finamente maquillado, llamó a Estefanía. Mi jefa haciéndose de rogar, finalmente subió al pequeño escenario, y después de hacer unos cuantos chistes, de doble sentido, se puso a cantar como si fuera la misma Lady Gaga, ya que como es rubia, pero mucho más dotada de senos, arrancó aplausos a todos los presentes. Para luego regresar a nuestra mesa, y darle un tremendo beso a Rosa. Yo seguí bebiendo, hasta que Rosa me sacó a bailar, junto con Estefanía. La verdad es que en mi pueblo, la mamá de mi mejor amiga, le gustaba estar acariciándome razón por la que yo le sacaba el cuerpo, pero de manera discreta. Ya que la señora tiene como unos cincuenta años, y es más gruesa que una nevera, además nunca, que yo me acuerde, la vi usando vestido, siempre cargaba puestos pantalones vaqueros, y camisas manga larga, y el cabello bien cortó, tanto que parecía un viejo. Pero cuando Estefanía y Rosa me sacaron a bailar, la verdad es que me sentí tan bien, que a medida que fuimos bailando las dos me fueron acariciando todo mi cuerpo, sin que yo me sintiera incomoda por eso. Al poco rato mientras aún bailábamos, Estefanía me besó, en medio de la pista, y para mi mayor sorpresa, luego Rosa también me besó. Ya habíamos bailado por un buen rato, cuando mi jefa, y Rosa me invitaron a su apartamento. No sé si sería lo feliz que me sentía en compañía de ellas dos, que de inmediato acepte. Imaginándome lo bien que lo pasaríamos, las tres en su apartamento. Apenas llegamos, Estefanía como buena anfitriona, tras darme un beso, me dijo que me pusiera cómoda, mientras que ella, y Rosa hacían lo mismo, tras ella servirnos unos tragos, y Rosa ponía música suave. Para mi ponerme cómoda, significaba que dejara mi cartera en algún sitio, y me sentara de lo más tranquila en el mullido sofá rojo, que tienen en la sala. A los pocos minutos regresó Estefanía, trayendo tres bebidas, pero sin su blusa puesta, mostrando sus llamativos y grandes senos, enfundados dentro de uno de eso finos sostenes de seda satinada, que vendían en la tienda. Yo la verdad es que me sentí atraída por ellas dos, y casi de inmediato apareció Rosa también sin blusa, y con sus firmes tetas, apenas ocultas por otro de esos sostenes extremadamente caros, para mi cartera. En medio de todo, yo me sentí algo cortada, ya que el sostén que estaba usando, es de esos bien baratos. Pero ante la insistencia de ellas dos, me quité la blusa, y al ver mis tetas, tanto Estefanía como Rosa, comenzaron a decirme que tenía unos hermosos senos, y Estefanía sonriendo me dijo. A partir de mañana, botas toda tu ropa íntima, que no es justo que trabajando en la tienda, tengas que usar eso. Y por el costo no te preocupes, que ya se lo sacaremos a las clientas, cuando vean lo lindo que te queda todo. Yo estaba súper contenta, ya que aunque me pagan bien en la tienda, cada pieza de esas vale un ojo de la cara. Yo mientras terminaba de tomar lo que mi jefa me había servido, no tan solo me quité la blusa, sino que también el sostén, dejando mis tetas por completo al aire. En cosa de breves segundos, tanto Estefanía como Rosa siguieron diciéndome lo lindo que eran mis senos, y de eso a comenzar acariciarlos, no pasó casi nada. Yo por mi parte, también les dije, que las dos tenían unos senos envidiables, y eso bastó para que también se quitasen sus finos sostenes. Por primera vez en mi vida, me sentía excitada por otra mujer, ya que entre caricias y besos, las tres seguimos quitándonos la ropa. Fue cuando mi jefa me dijo. Miriam, Rosa y yo te vamos a dar una gran sorpresa, así que cierra los ojos. Yo obedientemente los cerré, y comencé a sentir como entre las dos me fueron quitando el resto de mi ropa, hasta dejarme únicamente puestas, mis medias de maya, y el liguero con que las sujetaba. Fui sintiendo los dedos de una de ella, como suavemente acariciaba mi vulva, mientras que la otra me besaba y chupaba los pezones de mis tetas. Yo pensaba, bueno es más o menos lo que me imaginé que iba a pasar, cuando Estefanía separando mis piernas, coloco sus labios sobre mi depilado coño, e intensamente me lo comenzó a mamar. En mi vida, nadie me había hecho eso, ni tan siquiera alguno de mis novios en el pueblo. Mientras que Rosa dejó de chupar mis pezones, y se dedicó a besarme, introduciendo su lengua dentro de mi boca, cosa que tampoco ninguno de mis novios jamás me había hecho. Yo estaba súper excitada, tanto que dirigí una de mis manos entre las piernas de Estefanía, y fue cuando realmente me llevé una tremenda sorpresa, ya que en lugar de un coño como el mío, lo que encontré fue una dura y erecta verga. Asombrada abrí mis ojos, y al fijarme que era lo que tenía agarrado con mi mano, no me quedó la menor duda de que era una verga, no sé si asustada, o confundida dirigí mi mirada a Rosa, y al igual que Estefanía, en lugar de un coño, había otra verga, completamente erecta. Fue cuando Estefanía con su suave tono de voz, me dijo. Miriam acuérdate que te dije, que te teníamos una gran sorpresa. ¿Qué te parece? Yo la verdad es que aún no salía de mi asombro, pero a la vez era tal mi excitación, que simplemente y sin decir nada, me incliné sobre el miembro de Rosa, y de inmediato me puse a mamárselo, mientras que Estefanía, separando mis piernas comenzó a penetrarme divinamente. Yo me sentía como si estuviera alucinando, como era posible que aquellas dos tremendas hembras, en realidad fueran un par de tíos. Así que mientras que yo comenzaba a entender lo que sucedía, Estefanía continuó enterrándome divinamente todo aquel sabroso miembro. Por un largo, y buen rato yo no dije ni una sola palabra, aparte de los gemidos de placer, a medida que seguía mamando y disfrutando de aquella otra verga. Del sofá pasamos a una de las habitaciones, donde ya en la cama continuamos manteniendo un sexo salvaje, esa noche, tanto Estefanía como Rosa, me penetraron por todas partes, las que yo disfruté placenteramente que lo hicieran. AL día siguiente, Estefanía me aclaró todo, ella y Rosa son hijos de Don Facundo, y como bien me dijo ella, de tal palo tal astilla.


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:18) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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