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El diario secreto de Bety 11

Relato enviado por : ivloguer el 03/07/2013. Lecturas: 4583

etiquetas relato El diario secreto de Bety 11   Confesiones .
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Resumen
Anoche estaba en mi habitación con mi hermano Gus dispuesto a desvirgarme.



Relato
El diario secreto de Bety 11

Día 38)

Anoche estaba en mi habitación con mi hermano Gus dispuesto a desvirgarme.

Pensé que me chuparía la conchita antes, pero era un chiquilín tonto que no sabía de juegos preliminares. Se quiso acostar encima mío pero me puse una almohada debajo del trasero y levantando las piernas quedé agarrándome las rodillas para no verle la cara mientras le mostraba mis inocentes agujeritos.

Esta vez no sentí dolor cuando me introducía el palito, solamente algo más adentro supongo que habrá topado con mi virginidad pero siguió metiéndola sin preguntarme. Eso sí me dolió pidiéndole se mantuviese quieto por un rato, cuando se me pasó el ardor solté mis rodillas resoplando con alivio mientras sentía la carnecita dura de mi hermano entrando por la conchita.
El pobre tenía los ojos desorbitados por el deseo y de una estocada me la metió hasta el fondo, AHHHHH que placer sentir los pelitos de su pelvis cuando la tenía toda adentro, mi hermanito inició un bombeo frenético y pegó un grito al soltar el moco, yo sentía los chorritos tibios muy adentro hasta la pancita pero no esperó que yo llegase al placer.

Me quedé muy enojada y mirándome el conejito apreciaba unas gotitas de sangre, me dí cuenta que había perdido mi preciada virginidad con un estúpido y le pedí que me limpiase bien. Gus estaba muy preocupado pasándome un paño húmedo por la chuchita cuanto le pedí que lo hiciese con la boca, esta vez lo agarré de los pelos para que me chupase bien la conchita y no lo solté hasta hacerme pis en su boca.

Se quería quedar a dormir en mi cama pero lo eché enojada, realmente estaba enojada conmigo misma por haber llegado a tanto con mi hermano, tuve sueños extraños y creo que al despertar no sabía si aún estaba en el mundo onírico, unos dulces labios se posaban sobre los míos y una mano me recorría la pancita y bajando hasta posarse en mi bultito.
Entreabriendo los ojos vislumbraba la cara de mi papito pero sin los bigotes, cuando lo miré bien confesó haberse rasurado por mí, así podría besarme sin hacerme cosquillas en la nariz. Me enterneció su acto de amor y cerré los ojos nuevamente mientras su dedo travieso ya se había metido bajo mi bombachita, decía muy quedamente sentirse celoso de Manpara que me había chupado la conchita mejor que él mismo, siendo mi padre debería saber hacerlo de modo perfecto y a la noche me haría ver todas las estrellitas del firmamento bajo su lengua.

Sus palabras me dejaron el tajito ardiendo y humedecido, mientras me ponía el uniforme del colegio me quedé en bombachita más tiempo del necesario mientras el pobre Fotógrafo me comía con la mirada, antes de salir me levanté la pollerita por detrás pidiendo me acomodase la bombachita que se me enterraba entre las nalguitas, era delicioso sentir esos dedazos que se hacían los torpes para no abandonar mi colita.

Hoy tuvimos gimnasia, al menos la bruja no nos hizo correr anunciando que se retiraría temprano quedando la clase a cargo del hijo, quedé con las mandíbulas abiertas al enterarme que era la madre de Barto. Varias chicas se hacían las interesantes con el muchacho pero él solamente tenía ojos para mí, Priscilla me aconsejaba que no me metiese con gente del colegio pero le pedí que no me esperase a la salida.
Demorando en los vestuarios, logré quedarme última para estar un momento a solas con Barto, demoraba cambiándome cuando entró él para apagar las luces, esta vez pude abrazarlo sin que se fuese corriendo.

Al agacharse me paré con un pierna de cada lado de su rodilla, era deliciosa la sensación de su piernota peluda entre las mías agachándome un poco para quedar bien en contacto con su piel. Se le puso carne de gallina mientras preguntaba si me sentía bien, solo le pude contestar que se me humedecía allí abajo al verlo y necesitaba sentirlo cerquita.
Ahora no tuvo inhibiciones mientras me abrazaba confesando que sentía igual, pero no podría acercarse a una nena chiquita y menos si era una alumna del colegio, esto último lo terminó de decir dentro de mi boca, me besaba con desesperación mientras yo le apretaba los brazos alrededor del cuello y movía la pelvis para sentir su pierna en mi conejito.

Cuando se calmó un poco, bajaba la mano por mis piernas mientras yo me paraba bien para que tocase la puchita enfundada. Con una sonrisa me comunicó que efectivamente tenía la puchita humedecida respondiéndole mimosa que ahora debería limpiarme con su boca. Recostándome en una banqueta larga se arrodilló en el suelo bajándome la bombachita, este chico sí que sabía chupar deliciosamente una conchita pero se incorporó justo antes que lograse explotar. Me encontraba jadeante y con los ojos cerrados cuando preguntó si me la podía meter un poquito, prometiendo que solo la puntita.
Claro que no dudé la respuesta, estaba loquita por este pibe y le permitiría cualquier cosa.

Alzándome en brazos me besaba mientras me dejaba deslizar hacia abajo, sentí la puntita de su coso en la boca del conejito y le susurré que me la metiese yá. El pobre tenía miedo de lastimarme y casi no lograba aflojar el abrazo que me atenazaba pero lentamente me fue entrando, ahora no había dolor, solamente un poco de molestia dado el pedazo de carne que me estaba enterrando. Habrá tardado varios minutos hasta tenerla toda adentro, me exacerbaba la lentitud con que sentía su tibia barra penetrándome la conchita hasta que la tuve adentro hasta el fondo.
Al fin tenía al Barto haciéndome el amor y tomándome de los glúteos me subía desenterrando el pene y volviéndome a ensartar hasta el fondo, yo hacía fuerzas para no explotar aún y poder disfrutar ese ariete perforando mis infantiles carnes pero largué un grito acallado por sus labios.

No podía creer que había acabado sin hacerme un dedito ni siendo chupada, fuimos de la mano hasta las duchas mientras él explicaba que no deseaba acabarme dentro. Tenía el pito de piedra y decidí enjabonarlo y masajearlo lentamente hasta que largó unos chorros blanquecinos.

Salimos del colegio mientras a la distancia el profesor de matemáticas nos miraba con odio, parece que el Abuelito me estaba esperando a la salida. Al llegar a casa estaba super feliz, al punto que entré a la oficina de mi papito para saludarlo. Yo sabía que no debía entrar a ese cuarto pero el Fotógrafo estaba ensimismado con unos papeles y apenas me hacía caso diciendo que estaba esperando un cliente y que no lo molestase, al abrirse la puerta me agaché asustada pero el hombre entró sentándose del otro lado sin percatarse de mi presencia.
Ahora no podría levantarme y me estaba aburriendo con la charla interminable de unos aburridos negocios, mi papito movía las rodillas nervioso mientras le acariciaba las piernas o jugaba con sus rodillas, hasta que decidí abrirle la bragueta para ver que juguetes escondería allí.

Metiendo la mano me topé con la tibia barra carnosa, parece que al sentir mis dedos también se le ponía dura, no solamente al verme. Era una linda travesura, él no podría decirme nada delante del cliente que hablaba estupideces sin percatarse de las caras que ponía mi papito al sentir que su hijita le estaba sobando el coso debajo de la mesa.
No lograba sacársela del todo pero tenía dos manitas ocupadas con su pitote duro, al ver que le salía algo por la puntita decidí degustarlo, al sentir mi lengua en su aparato se le escapó un AHHHH que debió completar con el sonido de un estornudo para disimular.
Lo que le salía era líquido preseminal, pero yo pensé que estaría por largar el moco procediendo a meterme el glande en la boca para que largase allí evitando ensuciarse el pantalón, pero no largó nada, solamente sentía que el coso le latía como si tuviese un corazón allí adentro.

Debía abrir la boca muy grandota para me entrase ese pedazote de carne y solamente estaba evitando que se le ensuciase el pantalón, claro que no se la chuparía a mi propio padre, era solamente una travesura infantil.
Al fin se terminó la aburrida entrevista y quedamos solos con mi papito, alzándome sobre el escritorio me dejó sentada frente a él pidiendo que no hiciese de esas travesuras horribles, cuando me besó le pasé un poco del sabor de su propio pito.

Algo enojada le confesé estar celosa por haberle hecho cariñitos a Priscilla, le dije que era solito para mí pero me convenció haber permitido que Manpara me chupase la conchita, eso que yo era exclusiva propiedad suya.
Comunicándole que ya teníamos una impresora láser para las fotografías caseras, salió disparado para buscar su cámara mientras yo me acostaba de panza en el piso para hojear unas revistas.

Mientras acomodaba la cámara de video en un trípode me subí distraidamente la pollerita para que asome mi bombachita, yo sabía que le gustaba mirarme la cola y hasta me había suministrado algo para dormirme y masturbarse viéndome.
Mientras me hacía la tonta fingiendo que desenterraba la tela que se me metía entre las nalguitas hasta pedirle ayuda para acomodar la prendita íntima, al sentir los gordos dedos paternos en mi trasero se me mojó el tajito de emoción, el Fotógrafo sabía realizar las tomas adecuadas de video y la progresión del acto hasta que no aguantó más bajándome la prendita.

Yo seguía en mi papel desinteresada de todo hasta que enterró la cara en mi trasero chupándome la colita con fruición, ahora ya no podía disimular las sensaciones que arrancaban la lengua de mi papito cuando se me enterraba en el culito, estaba por pedirle que me la metiese un poquito cuando sentí su glande pasearse entre mis nalguitas, parece que no habría necesidad de pedirle nada.
Estaba acostada de panza en el piso pero hacía fuerza hacia arriba para me entrase por el anito de una vez, esta vez me tomó por la cintura mientras me la enterraba lentamente, placer y dolor simultáneamente, no sé como describir la sensación que me ocasionaba el pene de mi padre entrándome por el culito.
Con todo el amor y cuidado paternal no quería lastimarme metiéndomela del todo, solamente el glande y un poquito más para sacarla lentamente y vuelta a encularme, eso duró eternidades y ya me ardía el agujerito de hacer caca cuando alfín me dio el enema filial. Sentir la leche calentita entrarme al intestino calmó las molestias y mi febril dedo en la puchita me lanzó al paroxismo.

(continuará)

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:27) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:02) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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