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El diario secreto de Bety 16

Relato enviado por : ivloguer el 10/07/2013. Lecturas: 4348

etiquetas relato El diario secreto de Bety 16   Confesiones .
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Resumen
Estaba en mi habitación con la chica que había invitado, esto no sería extraño si obviásemos que tenía entre mis manos el papitote, o sea el pito gordote de mi padre adorado.
Estaba tratando de disuadir a la pordiosera para no dejarse meter ese tremendo pedazo de carne pero necesitaba el dinero y fue bajándose la bombachita, tal vez me la devolvería.



Relato
El diario secreto de Bety 16

Hola querido diario, mientras escribo esto siento humedad allí abajo, tal vez se babea el conejito al descubrir tu sexo, sin querer apreté un botón que decía "CD" y salió tu pito rectangular y grandote, ahora sé que sos varón y deberé decirte ordenador en vez de computadora.

Estaba en mi habitación con la chica que había invitado, esto no sería extraño si obviásemos que tenía entre mis manos el papitote, o sea el pito gordote de mi padre adorado.
Estaba tratando de disuadir a la pordiosera para no dejarse meter ese tremendo pedazo de carne pero necesitaba el dinero y fue bajándose la bombachita, tal vez me la devolvería.

La cretina hacía eso dándole la espalda a mi papito, tal vez por avergonzada o tal vez para mostrarle bien la cola. La cuestión que yo quería participar del jueguito y llevé a mi padre hasta la cama tomándole la manija que asomaba entre sus piernas, debería decir "pene" pero suena más decente decirle manija.
La chica se acostó con las piernas separadas y ahora pude ver que tenía unos pelitos en su puchita, le quedaban como bigotes a la sonrisa vertical del conejito.

Aprecié como el pobre conejito estaba baboso, brillante, parece que ni haría falta chuparle la conchita para humedecerla, sabíamos que en cualquier momento nos llamarían para cenar y había que acelerar el proceso, al menos yo ayudaba a acelerarlo moviendo la mano arriba y abajo sobre la tibia piel del gusanote paterno.
El fotógrafo quería ensartarla de inmediato pero el mando lo tenía yo, o sea tenía su pene en la mano y guiaba la velocidad. Acercando la punta del gusano a la boquita del conejito, el mismo parecía hambriento al tragarse la cabecita, la pobre hacía muecas de dolor y mi papito le pidió permiso para seguir metiéndosela.

Yo sabía que sería doloroso al momento de desvirgarla y acallé su boca con la mía, creo que ya me gustaba besar a una desconocida y me tragué el gritito que pegó cuando la barra de carne le entraba hondo, mi papito no le tenía misericordia y le seguía metiendo pito lentamente. La pobre se retorcía mientras la besaba con furia y de paso le amasaba las tetitas.
Yo conocía los pezoncitos de Priscilla pero estos eran pechitos de verdad y sentía lindo apretarlos y retorcerlos, ya no la besaba para poder ver bien cuanta picha le había entrado: casi no había espacio entre la panza de mi papito y la pelvis de ella, creo que ya la tenía enterrada bastante adentro.

Recién al tomarla por las nalguitas para darle la estocada final pude advertir que ahora sí se la había metido toda adentro de la puchita, la pobre debería sentir el pito hasta su pancita pero jadeaba sin quejarse. El fotógrafo empezó a bombearla y me causaba gracia verle el trasero subir y bajar, cuando me la estaban metiendo a mí no podía apreciar esos graciosos detalles.
Al final ya era aburrido verlos y me dediqué a besar a la chica, afortunada decisión pq tuve que acallarla nuevamente cuando logró su ruidoso orgasmo, esta chica indecente no sabía ni controlar sus emociones...
En eso llamó a la puerta mi madre pidiendo que vayamos a cenar, mi papito no pudo acabarle adentro y se la tuvo que sacar velozmente para que disimulemos estar mirando la computadora, por suerte mi madre no advirtió que los dos estaban con la cara transpirada...

Estaba por invitarla para cenar, pero mi padre la despidió con unas palmadas en la cabeza cerrando la puerta apresuradamente, la pobre tuvo que caminar por la calle en deshabillé y creo que ni tuvo tiempo para ponerse nuevamente la bombachita.
Comimos en silencio, la mesa parecía una ceremonia fúnebre cada uno temiendo los secretos del otro, al terminar mi mamita se fue a dormir sin lavar los platos y mi hermano también; ni saludaron.

Quedamos solos con mi papito para mirar la tele y la puso con volúmen alto para que no se escuchase nuestra conversación. Me abrazaba despacito con temor o no sé qué, me acurruqué mimosa preguntado si le había gustado desvirgar a la chica con tetitas, no me contestó mientras me agarraba la cara y me besaba dulcemente.
El pobre se notaba triste, me pidió perdón por la escena poco edificante de recién y le tuve que confesar que también me había gustado, nunca había mirado cuando se la metían a una chica.

Ya estábamos en confianza y le pregunté directamente pq antes me daba medicinas para dormir, al pobre le caían unas lágrimas al darse cuenta que yo sabía y juró que jamás me la había metido dormida, solamente me tocaba el bultito y la colita para masturbarse luego.
Al preguntarle si aún le gustaban esas cosas se le iluminó la vista, me acosté de panza haciéndome la dormida mientras él me subía la pollerita y me tocaba mucho la cola sobre la bombachita, le dije que podría bajármela para mirarme bien el potito. En un segundo estaba sin la prenda y con la cabeza de mi papito chupándome el anito y el tajito, ya no me quería hacer la dormida elevando mi trasero para lo lamiese bien.
Sabía que el pobre no había acabado antes y le daría vergüenza masturbarse frente a su inocente hijita, le dije en un susurro que podría metérmela un poquito prometiendo no mirarlo.

Yo me dejaba flojita y aguantando la respiración mientras esperaba sentir el glande invadirme el culito, pero decidió usar la boca del conejito y le metió la barra de carne por la boca. La tenía enorme mi papito pero ni me quejé cuando la sentía entrar lentamente, era el pene de mi padre y tenía derecho a penetrarme tan hondo como desease.
Lo que inició como un juego ya era casi doloroso, no se cuántos centímetros de gusano se había tragado mi conejito pero creo que casi me asomaba el glande por la garganta de tan adentro que la tenía.

Hablándome a la oreja decía que casi me había entrado la mitad, yo respiraba entrecortadamente mientras rogaba que no me la ensartase más profundo, ya no la aguantaba y creo que la tenía hasta las cuerdas vocales que no permitían hablar.
Por suerte la sacó un poquito iniciando un lento bombeo mientras yo trataba de distraerme recordando su trasero bajar y subir sobre la desvirgada, la sacaba unos milímetros pero me la volvía a enterrar más profundo que antes, esto ya no era placentero. Por suerte empezó a escupirme su moco bien adentro y se ablandaba un poco, al final nos quedamos así quietitos hasta que se salió solita de tan ablandada.
Le dije sollozando que me había dolido un poco y muy solícito metió la cabeza entre mis piernas para darme lengua, eso sí me gustaba y mucho, me chupaba la conchita con gran amor paternal y antes de acabar le pedí que me meta la punta del dedo por el culito.

Me fui a dormir mientras mi papito se quedaba mirando la tele.

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Día 43)

Ayer me estaba durmiendo mientras miraba el póster de Justin Bieber y me entraron dudas si él sabría de todas las cositas que estuve aprendiendo estos días.
Me saqué la bombachita para que me viese desnuda, tal vez se animase a bajarse del póster para meterse en mi cama, pero nada: me quedé dormida esperando.

No sé cuanto tiempo dormí al sentir que alguien se sentaba en mi cama, tratando de despabilarme pude ver a mi papito con la cara llorosa, le pregunté si se había lastimado o algo pero solamente se metió en mi cama abrazándome fuerte. Se sentía lindo calentito y le pedí que me contase: resulta que al irse a dormir habían dos personas en la cama, su esposa y su hijo ambos sin ropa.
Mi hermanito abrazaba a su madre por detrás y se la estaba metiendo por la cola, parece que hacían eso para vengarse de otros secretitos que habían descubierto, sin decir palabra se vino a mi habitación y aquí estaba.

Yo no tenía palabras para reconfortarlo, que podría decirle al pobre, solamente quedaba disfrutar de su abrazo y sus manos que me recorrían toda descubriendo que no usaba bombachita. Le confesé que estaba esperando que bajase Justin del póster para dormir conmigo pero riendo me dijo que era una tontita, que ahora había una persona de verdad en mi cama.

Nos dormimos en posición cucharita mientras su miembro morcilloso se alojaba entre mis nalguitas, me encantaba mover el trasero para que se acomodase bien en mi colita y tuve sueños indecentes al dormirme así abrazada. Medio dormida sentía la punta pegajosa de un glande que se paseaba por mi potito muy lentamente evitando despertarme y me hice la dormida para que continuase con el jueguito.
Al rato parece que ya no se aguantaba y dejó la puntita apoyada en mi ano pero yo no podía moverme rompiendo el encanto, supongo que le gustaba hacerle eso a su hijita dormida. Casi no percibí sus leves empujoncitos pero me estaba metiendo el glande lentamente, hacer caquita hacia adentro nunca había sido tan placentero, su extrema suavidad y lentitud al enterrarme milímetro a milímetro en el culito me estaban excitando sobremanera, sumado al disimulo de hacerme la dormida.

Al final no aguanté más procediendo a tocarme la chuchita, ya la tenía toda mojadita y me dediqué exclusivamente al garbanzo secreto, lograba tocarme el clítoris con el mismo disimulo que mi padre que me la metía lentamente por el culito para no despertarme.
Sorpresivamente percibí sus pelitos en mi cola, parece que la tenía bastante adentro para sentir eso y no me dolía casi nada, esta vez ya suspiraba fuerte y mi papito se dio cuenta que estaba despierta.
Me besaba arriba de la cabeza pq no llegaba más abajo en esa posición, él era demasiado alto para mí pero yo ya era lo bastante grande para aguantarme su erguida carne en ambos agujeritos.

Esta vez me la sacó despacito para volver a darme carne por retaguardia, recién pude darme cuenta de cuánto tenía enterrado al sacarla despacito, creo que eran muchos metros de pito metidos en mi intestino, cuando me puse a temblar fuerte a él también le vino, me administró chorros y más chorros de enema, no sé cómo le salía tanto moco del palito.
Al final me acosté encima de su cuerpo para sentirlo todo mío, era delicioso dormirme encima de su piel calentita mientras me acariciaba la espalda y la cola.

(continuará)

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 19:59) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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