Categorias

Relatos Eróticos

Ultimas fotos

Photo
Enviada por narrador

Photo
Enviada por ELCASUAL

Photo
Enviada por rodolfosalinas


 

El pendejo de mi esposo cree que me emborrachó.

Relato enviado por : narrador el 05/03/2014. Lecturas: 52867

etiquetas relato El pendejo de mi esposo cree que me emborrachó.   Amor filial .
Descargar en pdf Descarga el relato en pdf
Resumen
Desde hace cierto tiempo, Efraín mi esposo, cuando salíamos ya sea a cenar, o bailar. No dejaba de preguntarme ¿Como sería eso de que un marido, o esposo, dejase o permitiera, que su esposa, o compañera, se acostase con otro hombre frente a él? Yo la verdad es que ese tipo de conversación me parecía bien tonta, y sin sentido. Por lo que no le hacía caso, a lo sumo le respondía siempre lo mismo, para gusto los colores. Además de darle a entender que ese tema no me interesaba. 


Relato

Pero cuando fuimos a Caraballeda, para disfrutar de los tambores de San Juan. Ya Efraín, y yo que habíamos llegado bien temprano, habíamos estado bebiendo, y disfrutando en el centro del pueblo, de las diferentes actividades que se dan en la calle Páez. Yo por andar lo más cómoda posible, tomando en cuenta en calor que hacía, me había puesto un conjunto, compuesto por una minifalda, y una camiseta verde.    

Por aquello de comer algo entramos a un friquitín, o sea un pequeño restaurante en el que preparan como único plato, pescado frito, con tostones, y ensalada de aguacate. Ya estábamos comiendo el sabroso pescado, cuando nuevamente, que Efraín vuelve con sus tontas preguntas, quizás por lo mucho que él había bebido, me preguntó directamente, ¿qué haría yo? si él me decía, que me quería ver acostada con otro hombre. A lo que yo haciéndome la tonta, ni tan siquiera, me digné en responderle. Pero me acuerdo que en ese instante, pensé. Pendejo, dame una oportunidad, para que veas cómo te monto los cachos frente a tus propios ojos. Pero de inmediato, bien molesta, le dije, Efraín deja de decir estupideces, que después de provocar todo, el primero en pedir el divorcio, seguramente serías tú.

Mi esposo se quedó callado, se sonrió maliciosamente, y me dijo. No mi amor, yo solo te preguntaba, además si yo te propusiera eso, después sería incapaz de pedir que nos divorciáramos. Yo sin dejar de mostrar mi malestar, di por terminada la conversación, mientras que Efraín pidió un par de cervezas, para seguir acompañando la cena. Fue cuando escuché entre la muchedumbre que se encontraba dentro del restaurante, la gruesa voz de Alex, llamando a mi esposo, por el apodo que cariñosamente le dicen sus amigos. Cromañón, coño mano, tanto tiempo sin verte. Alex es nuestro compadre, aunque ni, él ni nosotros tenemos hijos, nos tratamos así por la vieja amistad que tiene Efraín con Alex. Como dice el mismo Alex para describirse. Es un negro barloventeño, alto, buenmozo, confianzudo, y abusador, además de muy simpatico.

 

Tras saludarnos, Alex nos invitó a que lo acompañásemos al baile, ya que andaba con un grupo de bailadores. Desde luego que fuimos con Alex, y entre tragos de ron, y güisqui, nos invitaron a que bailásemos. De inmediato Efraín que es de los que dicen tener dos pies izquierdos, me dijo frente al compadre. Alicia si quieres sal y baila tú, es más, compadre, saca a bailar a mi mujer, tú sabes que yo de bailar tambores, no sé nada. Fue cuando por primera vez esa noche, noté algo raro en la mirada del compadre. Al tiempo que me di cuenta, de la forma en que Efraín también lo veía a él. Yo haciéndome la pendeja, después de darme un buen  trago de ron, acepté salir a bailar tambor, con el compadre.

Yo apenas conozco los pasos básicos, pero la idea es la de tumbar a la pareja, a medida que se baila en círculos, rodeado por todo el mundo, al ritmo de los tambores. Claro que el bailador, va a tratar de no dejarse tumbar, a medida que en el desenfreno del baile, va tratando de ir agarrando, o acariciando a su pareja. En medio de una gran gritería, y de frases como las que nos decían a medida que Alex, y yo bailábamos. Jorúngale la cueva. No la dejes que te tumbe. Y cosas así por el estilo.

Así que se lo pueden imaginar, yo con una minifalda, que nada más, con el simple acto de respirar, dejaba que se me vieran todas las nalgas, y como se enterraba entre mis nalgas las pequeñas pantis blancas tipo tanga. Y mis tetas saltando sueltas dentro de la camiseta que cargaba puesta, ya que ese día, por el calor, no me puse sostén. Al tiempo que Alex, de manera bien descarada, cada vez que podía, pasaba sus grandes manos por todo mi cuerpo. Yo le fui dando confianza, por lo que tuve que en parte dejar que me acariciara, y hasta mostrase mis nalgas, frente a mi esposo, y a todas las personas que nos hacían rueda en la calle Páez, cuando en un descuido de él, le puse una zancadilla, y Alex fue a dar estrepitosamente al suelo, a  los compases de los tambores, y risas de los presentes.             

Después de estar riéndonos los tres por un buen rato, yo si me di cuenta la descarada forma en que el compadre, seguía viéndome, tanto mis apenas oculta nalgas, como mis tetas que debido a lo mucho que yo había sudado se me marcaban visiblemente. Fue a pedido de Efraín que entramos a un pequeño bar cercano a la calle Páez, y continuamos bebiendo, pero a diferencia de otras ocasiones, mi esposo en lugar de recordarme que no debía beber mucho, porque pierdo el control, no terminaba yo de soltar el trago, cuando de inmediato él me volvía a servir otro. Pero como eso lo hace cuando quiere aprovecharse de mí en casa, no dije nada. Por lo que seguí bebe que bebe.  

 AL rato Alex se levantó para ir saludar a alguien que había entrado al bar, y en ese instante, Efraín y yo aprovechamos para besarnos, la verdad es que hacer ese tipo de locuras frente a la gente, en parte me excita mucho, por lo que cuando mi esposo comenzó a sobar mis muslos, subiendo sus manos hasta mis caderas, dejando que se me viera todo, la verdad es que lo disfruté. Así estuvimos, yo dejándome manosear por todas partes, sin ningún ápice de vergüenza o pudor, por mi esposo, y él a su vez de manera bien descarada, dejando que todo el mundo me viera mis nalgas, y quizá hasta gran parte de mi coño.  

Yo estaba de lo más entusiasmada, cuando escuché al negro Alex decirle a Efraín, compadre, déjeme un pedacito para bailar con la comadre. Yo que ya estaba entrada en tragos, y algo excitada, por los besos y caricias que mi esposo me estaba dando, por lo que no lo dudé ni un segundo, de inmediato arreglando mi corta falda, me paré para irme a bailar con él, además la tonta sonrisa en la cara de Efraín, me indicaba que estaba completamente de acuerdo, con que bailase con el compadre.

No bien nos pusimos a bailar el compadre, me pegó a su cuerpo, y de inmediato sentí su caliente vara, presionando contra mi vientre. Yo me hice la desentendida, y seguí bailando bien pegada a él, al tiempo que sus manazas, comenzaron acariciarme por todas partes, agarrándome las nalgas, y dejando que se me viera por completo mi culo. Sin que Efraín dijera o hiciera nada por impedirlo. Yo estaba aun un poquito reacia a continuar balando con Alex, cuando sentí sus carnosos labios, contra los míos, y al tiempo que seguíamos bailando, su lengua penetró mi boca. Ya en esos momentos, yo que cuando bebo, pierdo rápidamente el control, al encontrarme en tal situación, simplemente me dejé llevar.

Al regresar a la mesa, me sorprendió que Efraín le dijera a su compadre, que nos íbamos ya para el hotel, pero cuando lo invitó a que nos acompañase, supe de inmediato, que la fantasía de mi esposo, de verme acostada con otro hombre, que no fuera él, se iba hacer realidad, esa noche.

Yo salí del bar prácticamente cargada por ellos dos, en cierto momento a medida que bajábamos por la subida del mocho, saliendo del pueblo para llegar a nuestro auto, sentí una de las manos de Alex, que por dé tras me la metió entre las piernas, a los pocos segundos, sentí sus hábiles dedos, que a medida que fuimos andando, fueron jugando con mi húmedo coño, sin que yo opusiera la menor resistencia.

Como yo estaba tan tomada, entre los dos me pusieron en el asiento trasero, y para mi sorpresa, el mismo Alex se sentó a mi lado, mientras que Efraín condujo hasta el hotel. Yo únicamente me reía, y le decía en medio de mi borrachera al compadre, tú lo que quieres es cogerme. A lo que el mostrando su blanca fila de dientes, me respondía, no lo que yo quiero es que pases un buen rato. Y a medida que fue diciéndome eso, sin mucho esfuerzo de su parte, me fue bajando las pantis, hasta que las llevó hasta mis tobillos, y me las quitó. Para de inmediato llevárselas a su chata nariz, olerlas profundamente, y decirme. Este coñito huele divino.     

Yo en el estado en que me encontraba no dejaba de reírme, y apenas sentí que él me quitó las pantis, abrí mis piernas, y yo misma recogí la minifalda que estaba usando, llevándola sobre mi vientre. Mostrándole sin vergüenza, o pudor alguno mi depilado coño. A todas estas, Efraín no dejaba de conducir velozmente, y de voltear a ver, como su compadre, comenzaba a pasar sus gruesos dedos sobre mi abierta cuca, al tiempo que yo al sentirlos, gemía de placer. A medida que Alex continuó acariciando todo mi coño, sus dedos me fueron penetrando más, y más dentro de mí. Yo comencé a mover mis caderas rítmicamente, y sin dejar de reírme, me puse a repetir el estribillo que escuché en el baile de tambores. Jorúngale la cueva, jorúngale la cueva, además me inventé otro que decía, chúpame la cueva, chúpame la cueva. De inmediato Alex, al tiempo que Efraín seguía conduciendo, enterró su rostro sobre mí coño, y sabrosamente comenzó a chupar mi cuca.

Yo estaba disfrutando del placer que Alex me proporcionaba, cuando de momento, Efraín frenó al auto, diciéndonos, déjenlo para allá arriba, que ya llegamos al hotel. Como pudieron entre los dos me sacaron del auto, Alex y yo, rápidamente atravesamos el lobby del hotel, en dirección a los ascensores,  mientras Efraín solicitaba la llave electrónica de la habitación.

No bien salimos del ascensor, yo misma comencé a irme quitando la ropa por el pasillo, a medida que Alex prácticamente me cargaba, y Efraín abría la puerta de la habitación. Sin que nadie dijera nada, lo primero que hizo mi esposo fue abrir una botella de vodka, y entregándomela me dijo, date un traguito, yo sin pensarlo dos veces, a pico de botella me di un buen trago, y de inmediato me recosté sobre el blanco sofá de la habitación, al tiempo que abriendo mis piernas, entre rizas, y malas palabras invité a al negro Alex para que me cogiera.

El compadre con toda su santa calma, se fue desnudando completamente, ante mí, y mi esposo, quien tomó asiento prácticamente frente a nosotros dos. Yo estaba que realmente poco me importaba que Efraín nos estuviera viendo, lo que deseaba era sentir esa gruesa, y larga verga de Alex dentro de mi coño, por lo que agarrando mi cuca, descaradamente con ambas manos le dije, al compadre. Esto es pa ti.

Alex me agarró por el cabello, y parándose frente a mí, llevó mi cara hasta frente de su parada verga. Yo de inmediato, supe que era lo que él deseaba, por lo que abriendo mi boca, dejé que me fuera penetrando con su sabrosa verga. La que golosamente me dediqué a chupar, y chupar. Una y otra vez, hasta que el mismo Alex me ordenó que me detuviera.  

Ya en ese instante, se sentó a mi lado, y tomándome como si yo fuera una muñequita de papel, sin mucho esfuerzo de su parte, me colocó  frente a él, separó mis piernas, enterrándome divinamente toda su verga, dentro de mí coño. en ciertos momentos yo furtivamente le dirigía una que otra mirada a mi esposo, que con sus manos en la cabeza, no dejaba de vernos, aparentemente disfrutando de todo lo que Alex me estaba haciendo en esos momentos. Yo no deje de mover mis caderas, quería sentir más y más adentro de mi todo ese grueso y largo pedazo de carne del compadre, restregaba mi abierta cuca contra su cuerpo, sintiendo como entraba y salía deliciosamente de mi coño.

A medida que Alex continuó haciéndome feliz, Efraín no dejaba de vernos con los ojos desorbitados, y con sus manos en la cabeza, las que no bajó hasta que Alex después de un buen rato de estar clavándome por el coño, nuevamente como si yo fuera un pedacito de papel, me colocó sobre el blanco sofá, y en un abrir y cerrar de ojos me comenzó a dar por el culo. Al tiempo que el pendejo de Efraín se masturbaba como un perfecto idiota.

Esa noche, frente a los ojos de mi esposo, no hubo lo que Alex no me hiciera. Yo la verdad es que después de tanto jaleo, quedé hecha una porquería, al grado que realmente no se si perdí el sentido, por lo borracha que me encontraba, o si simplemente me quedé dormida agotada, después de disfrutar de un sin número de múltiples orgasmos, que hábilmente Alex me hizo disfrutar.

Cuando me desperté a media tarde del siguiente día, Alex desde luego no se encontraba en la habitación. Yo estaba sola, y hasta miedo me dio, que mi esposo después de lo sucedido, me hubiera abandonado en esa habitación del hotel. Yo desde luego de inmediato me di una buena ducha, con mucha agua caliente. No bien había salido del baño, y me encontraba vistiéndome, cuando abrió la puerta de la habitación Efraín, con una cara de yo no fui. Haciéndose el pendejo, me preguntó ¿cómo me sentía? A lo que le dije que con un gran dolor de cabeza, y preguntándome como había llegado al hotel, ya que lo último que recordaba, supuestamente, era que él y yo, descaradamente nos besábamos en aquel pequeño bar. Efraín se sonrió, no hizo comentario alguno, y cuando, haciéndome la tonta, le pregunté por el compadre. Mi esposo me dijo que al rato de haber bailado conmigo, se retiró. Yo desde luego, para los efectos, como dicen las chicas del gimnasio, borré cinta. Aunque mi marido ignora que recuerdo todo lo sucedido, y como lo vi masturbándose, al tiempo que Alex me tenía bien clavada por el culo.

Por un tiempo Efraín no volvió a tocar el tema, pero recientemente me comentó que se había encontrado con el compadre, y que pensaba invitarlo a cenar en casa, para lo que ya compró toda la bebida. Si como no, de seguro quieren los dos volverme hacer lo mismo, y tengan por seguro que no los voy a complacer, si como no...

        


Otros relatos eroticos Amor filial

me folle a mi hijo de 17 años

Categoria: Amor filial
Me folle a mi hijo de 17 años
Relato erótico enviado por Anonymous el 09 de April de 2007 a las 18:39:16 - Relato porno leído 1343841 veces

minetras me hacia la dormida

Categoria: Amor filial
Lo que pasa mientras aparento estar dormida... es un secreto de hermanos, ahora tambien lo sabeis vosotros...
Relato erótico enviado por bichitita7 el 07 de December de 2004 a las 17:07:30 - Relato porno leído 1102106 veces
ESTE ES EL RELATO 100% REAL Y 1000% CALIENTE DE COMO MI PEQUEÑA PRIMA Y YO HEMOS PASADO GRANDES MOMENTOS DE AMOR INCESTUOSO CALIENTE Y PROHIBIDO
Relato erótico enviado por elgoloso el 21 de May de 2008 a las 22:00:00 - Relato porno leído 1016302 veces

traumatico incesto

Categoria: Amor filial
Cogí a mi hijo, aún no podemos superarlo.
Relato erótico enviado por martita el 02 de July de 2004 a las 14:39:38 - Relato porno leído 963538 veces

una historia de incesto

Categoria: Amor filial
una historia de incesto
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 759639 veces
Si te ha gustado El pendejo de mi esposo cree que me emborrachó. vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar El pendejo de mi esposo cree que me emborrachó.. narrador te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:23) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


Registrate y se el primero en realizar un comentario sobre el relato El pendejo de mi esposo cree que me emborrachó..
Vota el relato el relato "El pendejo de mi esposo cree que me emborrachó." o agrégalo a tus favoritos
Votos del Relato

Puntuación Promedio: 5
votos: 1

No puedes votar porque no estás registrado