El placer de mi Vecina II: Mañana de Placer

Había pasado una semana desde mi encuentro con Úrsula, y sinceramente, ya no lo podía soportar más. Ha cada segundo que pasaba en lo único que podía pensar era en poder cogérmela, hacerla gozar y que yo también gozara con eso, y era algo que me enloquecía, el saber que cuando quisiera podía ir y cogerla, pero no podía. Esa semana estaba lleno de exámenes y no podía ir a su casa, además, cada vez que nos encontrábamos era en un lugar publico, lleno de gente, por lo cual no nos podíamos decir ni hacer nada.

Realmente estaba tan arto que decidí tomar una medida contra esto. Recordé que mi madre guardaba una copia de las llaves de la casa de Úrsula en alguna parte, para emergencias, y después de buscar por horas logre encontrarlas, ya con las llaves en mis manos, llame a Ursula, para informarle de mi plan.

- hola Ursula – le dije cuando contesto
- Iván!, al fin llamas, - me dijo - no sabes cuanto he deseado volver a verte cariño
- Yo también, pero escucha, mañana iré a tu casa a las 10 AM para terminar lo del otro día, no te preocupes por las llaves, yo tengo un juego. Quiero que me esperes completamente desnuda en tu cama, para empezar desde donde nos quedamos la ultima vez
- Me parece fantástico primor. Estaré esperándote ansiosa para que me hagas tuya de una buena vez por todas.

En la mañana del día siguiente, salí de mi casa a las 7:45 AM en dirección a la escuela, pero me escondí en una plaza cercana a esperar a que pasara la hora. Cada instante en esa plaza se me hacia eterno, estaba impaciente, deseoso, en lo único que podía pensar era en poder hacer mía a Ursula, ya no podía mas. Las 9:00 AM, ya mi casa estaba completamente vacía, pero aun faltaba una hora para poder verla ¿Por qué le dije a las 10 AM?, soy muy estupido pensaba, le podía haber dicho 9 AM y todo estaría perfecto, pero no. El deseo era insoportable, no podía mas, tenía que verla, y tenía que verla YA! Fui corriendo a su casa, en cuanto llegue saque la llave que le había robado a mi madre, abrí rápidamente la puerta, ni siquiera me importaba que alguien me viera o no, y entre a su casa.

Lo primero que hice fue ir corriendo a su cuarto, mientras me sacaba la polera, pero al llevar hay no la encontré. Revise su patio trasero, su cocina, su baño, pero no estaba por ningún lugar. Luego, recordé que ella tiene un pequeño segundo piso, nunca había subido hay, pero sabia que solo era una habitación que la usaba su hija cuando la visitaba, era mi única opción. Fui a la escalera, y subí sin hacer ruido, al final de la escalera había una puerta, la cual abrí despacio.

Hay estaba ella, de espaldas a mi, vestida con ese traje de una pieza que usaba siempre, arreglando la cama de la habitación, dándome una imagen esplendida de su trasero. Lentamente me fui acercando ha ella, hasta estar casi pegado a ella, entonces empecé con mis manos a subirle la falda de su traje, ha esto se asusto un poco

- no te preocupes Ursula – le dije suavemente al oído – soy yo
- Iván!?, pensé que no llegarías hasta dentro de una hora
- Para que veas lo mucho que te deseo – le dije mientras tocaba sus muslos
- Que impaciente eres, creo que tendré que castigarte – me dijo muy seductoramente.
- No si antes te castigo yo primero – le dije mientras apretaba el trasero
- ¡OH cariño!, me encanta como agarras mi trasero – me decía mientras trataba de alcanzar el cierre de su traje, pero la ayude y se lo baje yo.

Puse mis manos en sus hombros y lentamente fui deslizando su vestido, hasta que este quedo completamente en el piso. Para mi sorpresa, no llevaba sostén, y solo llevaba puesta una tanga color negra muy pequeña. Se dio media vuelta, y quedamos mirándonos cara a cara, en un movimiento rápido sujeto mi rostro entre sus manos y le me dio un apasionado beso en mis labios, mientras tanto yo masajeaba suavemente su trasero y me acercaba peligrosamente a su ano y a su concha. En un momento puse mi mano en su entrepierna y empecé a tocarla suavemente, pero ella me detuvo

- no cariño – me dijo – la ultima vez yo disfrute demasiado contigo, y a ti no te di nada, déjame a mi hacerte disfrutar ahora

En ese preciso momento, se puso de rodillas frente a mí y empezó a desprenderme de mi pantalón, después de mis boxers, para liberar completamente mi ya crecida verga. Era la primera vez que ella la veía, y en su rostro se notaba que hacia tiempo que no veía una verga. Lentamente, y con algo de inseguridad, fue sujetando mi pedaso entre sus manos, y empezó a moverlo suavemente, pronto ya me estaba masturbando como nunca, después abrió un poco la boca, y algo titubeante metió mi pene en su boca, y con cierta torpeza que me encantaba empezó a chupar mi verga. Se notaba que nunca antes había tenido una verga en su boca, ya que sus movimientos eran bastante torpes en un principio, pero pronto fue tomando mas confianza y lo fue haciendo cada vez mejor, hasta que me tenia completamente enloquecido con su mamada, era perfecta, sentía que estaba apunto de acabar, pero no quería eso, yo quería hacerla mía, completamente mía.

Hice que se detuviera y que se levantara del piso, y sin decirle nada ella supo lo que yo quería. Se recostó en la cama, se saco la tanga y me la lanzo, abrió sus piernas mostrándome toda su bella concha, para luego pasar su mano por esta y chuparse los dedos

- Ven cariño – me dijo – ven y hazme tuya

Me subí a la cama hasta llegar a ella, apunte mi verga a su concha, y mientras nos besábamos fui introduciendo lentamente mi pene en su interior, hasta que estaba completamente dentro de ella, disfrute de eso un instante para luego empezar con nuestro juego. Mi pene lentamente entraba y salía del interior de ella, disfrutando en cada envestida del placer que nos estábamos dando, ella cerro sus ojos y se limito a gemir lentamente y ha sonreír, mientras yo jugueteaba con sus tetas, sin parar de envestirla. Después su concha se fue poniendo mas y mas húmeda, facilitándome el penetrarla, y junto a esta sus gemidos empezaron a crecer, cada vez mas fuertes, ambos empezamos a gritar de placer, estábamos en las nubes, su cara tenia una expresión de placer y deseo indescriptible, junto con una intensa tonalidad roja de tanto gritar. De pronto ella hizo que me detuviera, y después de recuperar el aliento me dijo

- Quiero sentir… lo que es estar arriba- me dijo

No me pude oponer a eso, así que me recosté en la cama, ella se puso sobre mí, y ensarto toda mi verga en su humedecida concha. Sus movimientos eran realmente torpes, se notaba que no sabia como hacer eso, así que tome suavemente su cadera con mis manos y la fui guiando en el movimiento, y lentamente fue aprendiendo y agarrando la técnica, hasta que al final logro dominarla por completo, y no necesitaba de mi guía. En ese momento no quedo más que recostarme tranquilo y disfrutar de todo el placer que Ursula me estaba dando, mientras yo podía disfrutar del placer que me daba el poder jugar con esas bellas tetas que ella tenía. Estábamos en el momento culmine, nuestro placer estaba ha todo dar, de pronto sentí que iba a acabar

- Ursula, estoy apunto – le dije – tengo que acabar afuera
- No – me dijo apenas – no quiero, quiero sentirlo dentro…

Fue lo único que alcanzo a decir, después de eso solo dio un gran grito, y yo no pude aguantar más, y descargue todo mi semen en su interior, culminando de esa manera nuestro bello acto sexual. Estábamos exhaustos, sudando los dos como unos locos, nos recostamos el uno junto al otro y empezamos a tocarnos y besarnos lentamente, mientras recobrábamos fuerzas

- Ha sido, lo mas maravilloso en mi vida, primor – me dijo mientras tocaba lentamente para ese momento flácido pene
- Digo lo mismo – le respondí – en realidad eres una experta en esto
- No digas eso, creo que de no ser por ti no sabría casi nada

Estábamos en eso cuando mi pene empezó a recobrar su tamaño, mire el reloj que había colgado en una pared, eran las 11 AM, bastante temprano

- Parece que eres insaciable – me dijo mientras me empezaba a masturbar lenta y deliciosamente
- Con una mujer como tu no creo que se puedan aguantar las ganas – le respondí – espero que estés lista para mas
- Por supuesto, pero… la casa es grande, y tenemos tiempo de recorrerla entera

Diciendo esto se levanto a duras penas de la cama y empezó a bajar por la escalera, meneando su enorme culo como toda una diosa. Después de que bajo, empecé a seguirla para volver a empezar lo nuestro.

Ese día tuvimos sexo como animales hambrientos, lo hicimos en todas partes de la casa, la habitación principal, el comedor, la sala de estar, el patio, casi no quedo rincón de la casa en donde no hiciéramos el amor, o maneras en que no lo hiciéramos, y antes de que nos diéramos cuentas, ya eran las 4 PM, hora de volver a mi casa, nos despedimos no sin antes prometer volver a reunirnos para otra mañana de placer.