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El reencuentro con Myriam, mi ex mujer (4ta parte) ( CON fotos)

Gus20XXX Relato enviado por : Gus20XXX el 07/08/2015. Lecturas: 6938

etiquetas relato El reencuentro con Myriam, mi ex mujer (4ta parte) ( CON fotos)   Amor filial .
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Resumen
Continuando con las fantasías con mi mujer. Esta vez nuestros impulsos sexuales nos llevaron a hacerlo en su trabajo y finalmente a meternos en unos personajes bastante graciosos y picantes


Relato
Esa semana fue dura en el trabajo tanto para mí como para Myriam. Ella es jefa en su área y tenía que quedarse a terminar unos pendientes, mientras que en mi caso tuve que hacer un viaje de tres días al interior del país para supervisar que las sucursales estén funcionando óptimamente. El jueves regresé en la tarde y quise por fin estar a solas con mi mujer. Incluso traje algunos juguetitos para encender nuestras noches. Llegué del aeropuerto y tomé un taxi directo a su trabajo para pasar a recogerla, ya que por teléfono me contó que se estaba quedando hasta tarde. Le dije que la esperaría en casa pero quise darle una sorpresa, que estaba seguro le iba a encantar.

Llegué como a las 7:00 pm y en 1 hora más estaba en la puerta de su trabajo. La llamé y le pregunté si ya había salido. Me contestó que iba hacerlo en 1 hora y que estaba ansiosa de verme. Le dije que también estaba ansioso y que la esperaba en casa para demostrarle cuánto la extrañé. Corté y llegué a recepción. No estaba la señorita que normalmente atiende, solo estaba un vigilante, Martin, al cual conocía de años y que al verme me dio una calurosa bienvenida. Hablamos unos minutos y le dije que quería darle una sorpresa a mi mujer. En ese instante se acercó el otro vigilante (al cual no conocía) y me lo presentaron. Ve con confianza nomás que no hay nadie, me dijo Martin. Y de esa manera me despedí de ellos.

Subí entonces por las escaleras, de manera que ella no note mi presencia, y caminando a hurtadillas, llegué hasta su oficina. Efectivamente no había nadie más, el resto de módulos y demás oficinas estaban con las luces apagadas. Agazapado entonces la observé mientras escribía en la computadora. En un momento se levantó de su asiento y quiso conectar su celular, que imagino estuvo a punto de descargarse. Lo cierto es que se agachó y al hacerlo, su pantalón se tensó marcando su figura y sus nalgas maravillosas. Es ahí que me entraron unas ganas increíbles y decidí en ese instante escribirle un mensaje a su celular. Le dije lo siguiente: Mami, estoy en casa solo… no imaginas las ganotas que tengo de hacerte mía en este instante. La tengo dura como te gusta y quiero metértela, hacerte gritar. Al momento ella me respondió: Papi, de solo leer ya me calentaste, como quisiera que estés acá y me cojas encima de mi escritorio, que me hagas sentir tu fuerza, tu aliento. Para terminar con su tortura le contesté finalmente: pues ahora mismo cumpliremos una fantasía que tengo desde hace tiempo, ábreme la puerta… y me aparecí de manera que ella pudo verme a través de la puerta de vidrio.

Apenas entré nos fundimos en un beso desaforado, dejando el resto a nuestras manos, que se prendieron de nuestros sexos con desesperación. No la desnudé. En realidad solo quería estar dentro de ella, lo más pronto posible. La puse de espaldas y bajé su pantalón hasta las rodillas. Un par de besos en la concha y en el ano mientras le abría las nalgas, y estaba lista para mí. Inmediatamente hice me bajé el pantalón mientras le arrimaba a un lado la tanga. Sin más preámbulo se la empujé con fuerza animal, empinándome con cada nueva embestida y atrayéndola desde sus hombros a mí. Tal fue el desenfreno que en 5 minutos nos vinimos, en medio de los más estridentes gemidos. No nos importó dónde estábamos. Simplemente fuimos presa de una intensa y loca pasión.

Era la primera vez que me vine tan rápido. Y es que la pasión contenida desbordó mi control y no me arrepiento porque gocé como nunca penetrándola de esa manera tan vertiginosa y violenta, sintiendo que nuestros cuerpos se fundían y vibraban de placer. No quiso que retire mi verga y me rogó que me quede así, pegado a ella. Por ello me senté en una silla y la senté encima, aun penetrada. A pesar de haber descargado todo mi semen seguí moviéndome zigzagueante, haciendo círculos y apretando sus tetas, rozando sus pezones erectos. Al rato empezó a bajarse mi verga y entonces comenzó a escurrirse el semen por entre mis piernas y las suyas. Ahí recién nos paramos a limpiarnos y tuvimos que sacarnos nuestros respectivos pantalones. Fuimos al baño para lavarnos y nuevamente volvimos a su oficina, en donde luego de un poco de ayuda terminamos sus pendientes. Bajamos luego al estacionamiento y estábamos por entrar al auto cuando recordó que dejó en su oficina el regalo que me había comprado. Por ello volvió y yo le dije que la esperaba afuera para darme tiempo de comprar unos cigarros.

Mientras la esperaba estacioné el carro al costado del edificio y me quedé a conversar con Martin, que justo venía hacia mí. Jefe, me dijo. No es por ser indiscreto pero usted sabe que puede haber problemas si se dan cuenta. ¿Qué pasa?, le pregunté algo confundido. Venga un ratito, me dijo, y entonces me llevó para una salita al costado de la entrada, donde había varias pantallas. Era el centro de control de cámaras del edificio. Entonces se fijó si alguien venía y me dijo: mire jefe. Retrocedió un poco el video y ante mis ojos pude verme a mí y a mi mujer caminando sin pantalón rumbo al baño. Es decir, habíamos quedado grabados. Quede abochornado por tal situación así que no tuve otra opción que convencerlo de borrar la cinta. Le ofrecí además 100 soles por su silencio y me sorprendió que no aceptara, en prueba a nuestra amistad. Me dijo que estaba bien pagado por lo que vio, disculpándose por el comentario. Le dije que no soy ciego para no darme cuenta que el culo de mi mujer trae loco a cualquier hombre y me reí del asunto. Entonces le di una botella de vino que tenía en el auto, cosa que esta vez no rechazó.

Al fin salió Myriam y nos fuimos rumbo a la casa. Como vio bolsas en el asiento de atrás tuvo curiosidad y no pude hacer nada para convencerla de ser paciente. Una a una fue abriendo las bolsas y vaciando su contenido. En algunos casos había cajitas con collares, aretes y pulseras; que por cierto la fascinaron. En otra encontró 2 juegos de lencería de lo más exótico, que pronto debía estrenar. Otra bolsa contenía chocolates y golosinas de todo tipo. La otra tenía 2 ipod para mis hijos y unas camisetas de fútbol. Finalmente en la última bolsa había una caja grande que pudo abrir después de mucho esfuerzo. Había un consolador de tamaño similar a mi verga, unas cuerdas, condones de sabores, una cola de conejo y para terminar un disfraz de caperucita roja. Con cara de sádica me miró y me dijo que me iba a complacer en todo y me empezó a sobar la verga mientras conducía. Al poco rato empezó a mamarla hasta que tuvo que parar porque estábamos a una cuadra de la casa. Lo peor es que me la dejó súper dura y no sabía qué hacer para que los chicos no lo perciban.

Bajamos del carro y mis hijos me recibieron con un caluroso abrazo y alistaron todo para tomar un lonche. Mientras tanto Myriam llevó las bolsas al cuarto y sacó la que contenía las cosas para mis hijos. Ellos estallaron de felicidad al recibir sus regalos y me preguntaron qué le había traído a su madre. Les enseñé las joyas y con un guiño de ojo a mi mujer le indiqué que el otro regalo se lo daba más tarde.

Al anochecer nos fuimos a descansar, no sin antes darle una buena culeada. Cuando la penetraba no dejaba de decirle lo mucho que la extrañé, y ella me repetía que no la vuelva a dejar porque no soportaba estar lejos de mi verga. Así de loca por mi verga tenía a mi mujer. Escuchar sus jadeos y sentir lo rico que era venirse en su concha, no tenia comparación con nada.

Al día siguiente en la mañana salimos los 4 en mi auto. Primero dejé a mi mujer en su trabajo y luego a mis hijos a la universidad. El último fue Rodrigo y como aún tenía tiempo conversamos un poco más. Le pregunté cómo iba con su enamorada y ése tema propició que me diga: pa, ayer sin querer los oí cuando estaban en su cuarto y creo que era lo que me imaginé, ¿o no?. Un poco avergonzado le pregunté: ¿y qué piensas?... No sé pa, eso es cosa de ustedes, además yo entiendo que eso es normal pero creo que eres un poco abusivo con mi mami (lo dijo riéndose). Ahí me solté un poco y le expliqué que no tenía porqué mentir y que efectivamente nos estábamos "poniendo al día" pues fueron muchos años separados. Él me bromeó diciendo: nomás no quiero otro hermanito jajaja. Ya en un clima de distención le dije que mejor nos íbamos a ir fuera de casa, a algún hostal, para que su hermana no se dé cuenta.

En la noche volví a ir a su trabajo y en la entrada Martin ya sabía lo que venía. Solo me dijo: Jefe esta noche estoy solo así que dele con todo nomás que no hay peligro. Ayer si estaba Lucho, el otro vigilante, y ése sí podía hablar. Vaya nomás y dele con todo a la patrona, échele un polvo a mi nombre. Le agradecí sonriendo y fui al encuentro del mi mujer. Llegué a su oficina y me recibió con suma alegría aunque esta vez más apurada que ayer pues le faltaba mucho por terminar. Se le veía tensa, con un estrés enorme y por ello le hice unos masajes en el cuello, en los hombros y la verdad que hice que se relaje bastante.

Párate le dije y al obedecerme la senté sobre mí para que continúe con su trabajo. Seguí con los masajes y algunos besos traviesos en su cuello y en su espalda. Luego mi lengua hizo el resto, desplazándose por su cuello e internándose en sus orejas. Poco a poco le desabotoné la blusa y el sostén mientras seguía con mis besos de fuego en su espalda, mordiendo su cuello cuando ella tiraba su cabeza para atrás. Ella quiso voltear pero ajusté mis piernas para que no lo haga. Sigue, le dije. Y continuó escribiendo mientras yo le apretaba las tetas y estiraba sus pezones. Así no puedo papi, me decía contorsionándose. Le levanté un brazo y me engullí una de sus tetas. Nuevamente quiso pararse y venir a mí pero volví a girarla del brazo y le dije otra vez que acabe sus cosas. Continué entonces frotando sus pechos y sentía cómo cruzaba las piernas y jadeaba. Desabotoné su falda y bajé su cierre, solo para cerciorarme de lo que ya era un hecho: Su peluda concha estaba empapada. No tardé entonces en sacar mi verga y acomodarla para que se siente en ella. Lo hizo y resbaló totalmente hasta casi tragarse mis huevos. No me moví. Ni siquiera fue necesario. Bastó que le entre entera para que empiece a llorar y temblar completamente en un orgasmo largo y exquisito.

La acaricié unos minutos y terminé de sacarle la falda e igualmente sacarme el pantalón. Mientras me la iba mamando fui sacándome la camisa y a ella también terminé de desvestirla por completo. Luego la levanté en el aire, con sus piernas enroscadas en mi cintura y salí de su oficina, poniéndola contra una de las paredes. En esa posición la estuve azotando continuamente y cada vez que me cansaba me sentaba en alguna silla para que me haga una mamada. Luego se subió de rodillas en una silla y me complací en darle por el culo lo más duro posible, sabiendo de antemano que tenía un espectador: Martin, el vigilante. Cuando fuimos al baño a lavarnos le conté a mi mujer sobre él y al inicio tuvo mucha vergüenza pero la calmé diciendo que tenía todo controlado.
Bajamos entonces y fuimos a la salita donde están las cámaras. Allí pudo comprobar que ya existía un acuerdo y nos quedamos un rato tomando vino para distender el momento. Ya no había mayor problema y por ello la pegué de espaldas a mí punteándola descaradamente delante de Martin. El tipo trataba de disimular lo turbado que estaba pero era evidente que se estaba calentando también. Luego de un rato más salimos rumbo a la cochera para enrumbar a nuestro departamento ya que le había dicho a mi hijo que pasaría el fin de semana con su madre. Le pedí que le invente cualquier cosa a su hermana y le prometí entre risas que le iba a dar un hermanito.

Llegamos en la noche y empezamos a urdir nuestra siguiente fantasía. Le dije que me tocaba elegirla y ella protestó porque me dijo que coger en el trabajo era mi fantasía. Al instante protesté y le dije que también era suya y no le quedó opción más que admitirlo. Bueno le dije, esta vez seremos un poco más traviesos y nuevamente necesitaremos al buen Julián. ¿Cómo así?, me dijo. Le expliqué entonces que quería que se vista de caperucita, yo sería el lobo y Julián el cazador. Pero sería diferente a la clásica historia pues esta caperucita sería golosa, el lobo sería un enfermo y el cazador, en vez de hacha tendrá una cámara para grabar. Ella se reía a carcajadas solo de imaginarnos así pero me dijo si podía ser mañana porque el trabajo y mi verga la habían molido esa noche. La dejé entonces descansar varias horas aunque su pecado fue levantarse en la madrugad para ir a orinar. Aproveché el momento y antes de que entre al baño la puse contra la pared y le di una buena cogida haciendo que no pueda más y se orine en el suelo.

En la mañana llamé a Julián para contarle el plan. Estaba a punto de ir al cumpleaños de una tía pero apenas supo que ya habíamos llegado canceló sus planes y en pocos minutos estaba en nuestro departamento. Les di sus respectivos disfraces y cada uno se empezó a cambiar. Julián tenía vergüenza cambiarse en nuestro delante pero le dije: ya pues Julián no jodas, nos ves calatos y ¿nosotros no podemos verte?, Venciendo sus temores fue despojándose de sus ropas y aunque al inicio se demoraba un siglo, apenas vio a mi mujer desnuda se fue quitando todo. Ella me dio una risita burlona sin que él lo note. La razón era evidente. Mientras el pobre tenía una barriga enorme, un culo gordo y grasoso y un micropene, a su lado yo parecía un caballo, con una verga larga y gruesa, y un cuerpo bien formado.

Finalmente cumplimos con nuestros roles y todo quedo registrado en un video que aún hoy nos hace reír y excitarnos cada vez que lo vemos. Literalmente había comido a caperucita y el leñador estuvo presente. Estábamos cada vez más locos con esas cosas y nuestra adicción al sexo estaba totalmente desbordada. Sin embargo, fue su siguiente deseo el que puso una prueba a nuestro amor pues me hizo sentir terribles dudad de realizarlo. Pero esa historia será parte de un nuevo capítulo…



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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:01) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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