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empezamos como compañeros y terminamos como amantes

Relato enviado por : omargo el 14/11/2011. Lecturas: 10472

etiquetas relato empezamos como compañeros y terminamos como amantes   Estudiantes .
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Resumen
e3mpezamos como dcompañeros y terminamos como amntes


Relato
Cuando yo tenía 16 años, o sea, hace ya cinco años, mis padres, de muy buen pasar económico, decidieron enviarme a un instituto para terminar mis estudios secundarios y poder encarar una carrera que me sirviera para mi futuro.-
Dicho instituto tenía una gran reputación por su seriedad y responsabilidad y aceptaban alumnos de ambos sexos, pero luego de una muy buena selección, ya que aparte de ser un colegio mixto se trataba de un colegio pupilo, donde los alumnos durante el año escolar permanecíamos de lunes a sábado en el mismo, disponiendo solamente del domingo para visitar a nuestras familias.-
Durante las horas fuera del estudio, o sea desayuno, almuerzo, merienda y cena disponíamos de libertad pero muy controlada, ya que en todo momento éramos vigilados muy seriamente, para evitar roces entre nosotros con lo que se lograba que ninguno pudiera llegar a tener una amistad verdadera con otro alumno; no obstante eso, cuando comenzó el curso y conocí a mis futuros compañeros me llamó la atención una rubiecita hermosa, de prácticamente mi misma altura, con muy buena delantera para su edad, es decir que tenía muy buenas tetas; piernas bien torneadas y sobretodo, sobresalía en ella un hermoso culito respingón que la verdad que era una delicia; al verla pensé que esa preciosura podía llegar a ser novia mía y después de novia algo más, así que en eso pondría mi mayor empeño.-
Comenzaron las clases y cada vez que salíamos al descanso yo trataba de acercarme a Zulema que ese era su nombre, y generalmente era muy bien recibido con una hermoso sonrisa, lo que me hacía alimentar más mis esperanzas de poder llegar a intimar con ella, pese a la vigilancia que teníamos; con muy pocas palabras por vez nos fuimos entendiendo y es así que de acuerdo a mi particular forma de pensar, ya podía considerarme un amigo de Zulema.- Cuando salimos, siendo ya el tercer domingo, me decidí y le pregunté si nos podíamos encontrar esa tarde para conversar libremente; ella con una amplia sonrisa me dio su afirmación, diciendo que me esperaba en su casa a las cuatro de la tarde; loco de contento porque empezaba a cumplirse mi sueño, llegué a casa y les comenté a mis padres de mi encuentro; ambos aprobaron mi elección porque consideraban que tratándose de una compañera de curso, sería una chica bien seria por haber sido admitida en el instituto.-Al llegar a su casa me presentó a sus padres, los que al igual que los míos, aprobaron nuestra amistad; ella avisó y fuimos caminando tomados de la mano hasta un parque que estaba cerca de su casa, y nos sentamos en un banco a la sombra, como dos viejos amigos, ambos de 16 años, yo con mis pensamientos de llegar a ser novios, mientras ella no pude adivinar sus pensamientos.- Hablamos mucho hasta que empezó a oscurecer; entonces no fuimos rumbo para su casa, poniendo yo mi brazo sobre sus hombros, llevándola abrazada de ese modo; por ese día fue todo, nos despedimos hasta el día siguiente dándonos sendos besos en la mejilla, prometiendo repetir el domingo siguiente nuestro encuentro, con lo que quedé muy contento y satisfecho, deseando que esa semana pasara lo más rápido posible.-
Llegó el próximo domingo y repetimos el paseíto, pero cuando estábamos sentado en el banco a la sombra, yo, disimuladamente, como quien no quiere la cosa, le rocé con el dorso de mi mano una de sus hermosas tetas, lo que bastó para provocar su enojo, por lo cual estuvimos varios fines de semana sin vernos; me costó mucho trabajo volver a convencerla, pero entre mi labia que fluía sin parar y además ayudado por mis hormonas que se estaban despertando, pero por fin logré que el próximo domingo volviéramos a vernos, siendo ahora mi idea despertar también sus hormonas para llegar a algo más que besitos en la mejilla.-
Nos encontramos y fue todo muy normal, cuando nos sentamos en “nuestro” banco, charlamos como si no hubiera pasado nada y yo trataba de cada día acercarme más; de a muy poco lo iba consiguiendo, pero iba pasando el tiempo y las mejoras no eran muchas; mi esperanza pasó a ser para el período de vacaciones ya que en ese tiempo no estaríamos tan controlados debido a la confianza que nos tenían nuestros padres.-
Y llegaron por fin las tan ansiadas vacaciones; para ese tiempo habíamos quedado que día por medio nos juntaríamos con Zulema y saldríamos a cualquier lado como dos amigos y siempre en horario temprano para volver también temprano; al principio íbamos solamente al parque donde además de charlar, yo ideaba algún juego que me permitiera abrazarla, hacerle cosquillas o cualquier cosa que significara un contacto físico, por pequeño que fuera, lo que alborotaba mis hormonas y muchas veces ya se hacía notar entre medio mis piernas, porque sin siquiera desearlo se producía una erección que a mis 16 años, yo trataba de calmar haciéndome pajas; pero lo que más me gustaba era algún juego donde la podía abrazar, tocarle delicadamente y disimuladamente las tremendas tetas que Zulema tenía o también gozar de tocarle ese hermoso culo.-
Un día le dije que en lugar de ser su amigo, quería ser su novio con la diferencia que eso significaba; ella me contestó que se sentía satisfecha en la forma que estábamos, pero como yo deseaba cambiar, íbamos a probar por unos días, y si eso no resultaba, volvíamos a la situación anterior,- En eso quedamos y la próxima vez, en lugar de saludarla con un beso en la mejilla, la saludé con un beso en los labios, respondiendo ella de la misma forma.-
En lugar de ir por los lugares conocidos traté de llevarla por otros desconocidos para vosotros y como tal nos daban cierta intimidad; en lugar de llevarla del hombro, la llevaba de la cintura y en varias ocasiones como al descuido dejaba caer mi mano y le acariciaba esa hermosura que tenía por culo, ante lo cual ella se movía como rehuyendo el toqueteo, pero con una sonrisa en el rostro.- Considerando eso como un gran avance me aventuré en una calle desierta a tocarle una teta y ella solo me dijo que me estaba convirtiendo en un novio atrevido y mano larga.-
Faltaba muy poco para mi cumpleaños número 17 y Zulema me preguntó que me gustaría que ella me regalara; me puse a reir y le dije que si yo le decía cual era ni pensamiento, ella seguramente me daría una cachetada; ella entendió lo que le quise decir y también se echó a reir, ese mismo dóa pasamos por una confitería que prometía mucha intimidad ya desde su entrada, ya que nos metimos y su interior estaba prácticamente en penumbras y solo se veían parejas muy acarameladas de todas las edades, contándonos entre las más jóvenes.-
Nos acomodaron en un hermoso e íntimo lugar, donde los sillones daban lugar a estar los dos juntitos mientras tomábamos algo; de acuerdo a nuestra juventud, pedimos dos tragos sin alcohol, sentándonos cómodamente mientras yo la tomaba de la cintura a Zulema, quien se estremecía ante nuestro contacto; ya hablábamos de cosas más íntimas y mi mano se deslizaba de la cintura para abajo, acariciando ahora sin disimulo su hermoso culito; Zulema se estremecía cada vez más ante mis caricias y yo notaba que se estaba excitando tanto como yo, que ya tenia una erección notable; Ella trataba de separarse, pero yo no se lo permitía manteniéndola abrazada con mi brazo izquierdo; con la mano derecha que me quedaba libre, empecé a acariciar sus hermosas tetas; ella al principio no dijo nada, pero cuando notó que yo iba para más, demostró su razonamiento y dijo que se le hacía muy tarde y sin siquiera tocarme, acabé y me mojé todos los pantalones dándose cuenta Zulema echándose a reír.- Antes de despedirnos me preguntó nuevamente por mi regalo de cumpleaños; entonces le dije que el regalo lo pensara ella; yo solo pretendía ir al cine los dos juntos por lo que ella debía venir con tiempo de permiso.- Ella quedó contenta con lo que dije y yo dichoso porque juntos íbamos a poder estar en la oscuridad donde pensaba disfrutar de muchas de sus bellezas.-
Y llegó por fin el día esperado; era mi cumpleaños número 17 y yo lo pensaba pasar de lo mejor, para confirmar mi pensamiento bien temprano en la mañana recibí el llamado de Zulema felicitándome por el cumple y recordando lo que yo no necesitaba que me hicieran acordar; que ese día iríamos al cine los dos solitos para ver lo que yo deseara; la realidad es que yo deseaba verla a mi amor y franelear lo más posible con ella y su podía ser que fuera algo más que franela.-
Quedamos que a las seis de la tarde nos encontrábamos con Zulema; ésta demostrando que era una chica muy ubicada, recordó que la última vez que nos habíamos encontrado yo me había entusiasmado con sus tetas, para ir al cine vino con una hermosa blusa bien escotada que dejaba ver y admirar el inicio de sus hermosos pechos, cubiertos parcialmente con un lindo corpiño y además –por primera vez en nuestros encuentros- se había puesto una minifalda con la que lucía sus bonitas piernas.- Nos dimos un beso en los labios, ella me dijo que ya tenía su regalo pero que me lo iba a entregar más tarde, que esperaba fuera de mi gusto.- Yo le dije que no me interesaba su regalo, solamente me importaba su compañía, con lo que gané muchos puntos, porque me dijo que yo era un amor.- Entre una cosa y otra, fue Zulema la que eligió el cine ya que por lo visto tenía todo previsto para que ese día fuera inolvidable para los dos.-
Entramos al cine y por supuesto me llevó a la última fila donde nos acomodamos solitarios, ya que había muy poca gente en el cine; mientras estaban las luces me preguntó como la estaba pasando; a mi se me iban los ojos para sus tetas; ella lo notó y solo sonrió cuando yo le dije que la estaba pasando muy bien pero que pensaba pasarlo mejor de ahora en adelante; apagaron las luces y enseguida pasé mi brazo sobre sus hombros abrazándola; ella no dijo nada, al contrario se movió para que yo me sintiera más cómodo; por suerte la película no era muy colorida manteniendo la sala en penumbras, lo que me permitió ir bajando la mano y empezar a rozar sus tetas; al no decir ella nada, descaradamente bajé bien mi mano, la metí por su escote, pude meterla bajo su corpiño agarrando sus tetas con mi mano y acariciándolas; su piel era muy suave, noté que ella se estremecía cuando yo empecé a jugar con sus pezones que enseguida crecieron; jugué un ratito y entonces traté de sacarle una teta fuera del corpiño y la blusa para besársela; en ese momento me dijo que por ahora hasta ahí habíamos llegado, me quedé abrazado a ella con sus tetas en mi mano izquierda, mientras que mi mano derecha la metía bajo su minifalda para acariciarle las piernas; nuevo estremecimiento de su parte mientras yo iba notando la suavidad de su piel y le daba besitos en el cuello; un pija ya no cabía dentro de las bermudas que tenía puestas; trataba de meter mi mano entre sus piernas; ella al principio las cerraba para que yo no siguiera avanzando, pero poco a poco las fue abriendo llegando yo a correrle la bombacha y llegar con mis dedos a tocarle la conchita, era para mi un momento sublime: con una mano le amasaba las tetas mientras que la otra estaba acariciando su conchita; pero a partir de ese momento se empezó a desarrollar algo que no estaba en ninguno de mis cálculos.-
Zulema, con mis manos acomodadas como ya dije antes, sacó su manita y empezó a tratar de abrir la bragueta de mi bermudas y me dijo suavemente que empezaba su regalo; con mucho esfuerzo sacó mi pija y la empezó a acariciar iniciando una suave paja, pero enseguida se agachó y se la puso en la boca haciéndome la primera mamada de mi vida; la verdad que al sentir el calor de esa boquita rodeándome la pija, no pude aguantar nada de tiempo y mucha leche que yo tenía acumulada fue a parar a su boquita, donde la tuvo unos segundos, la saboreó y se tragó todo lo que pudo, cayendo muy poco por la comisura de sus labios, que limpió con un pañuelo de papel.-
Me preguntó si me había gustado la primera parte de su regalo y le dije que era lo mejor que me había pasado en la vida, pero que me gustaría preguntarle algunas cosas para aclarar mis dudas.- Me dijo que no había problemas, que tendríamos tiempo para todo, pero que ya era hora que saliéramos del cine, no importaba hasta donde había llegado la película; nos acomodamos la ropa y salimos del cine como si nada hubiera ocurrido.-
Zulema me dijo que teníamos que seguir el festejo de mi cumple, para lo cual la debía seguir; yo intrigado la seguí hasta que tocó el timbre en una casa y se quedó esperando; por una ventanilla se fijaron quien era; ella se dio a conocer y nos franquearon el paso; ella entró confiada hasta que abrió una puerta y entró haciéndome seña que la siguiera; estaba primorosamente arreglada, en una mesita había dos botellitas de champan individuales, cada una preparada para conservar el frío; en la cama lucía una rosa roja; Zulema cerró con llave y seguro y me dijo que me iba a contar algo, que la escuchara con atención; así lo hice y ella comenzó así su relato: “resulta que en el instituto donde estudiábamos, su propietario y profesor en algunas materias o sea Don Emilio, al que todos consideraban muy serio y formal, no era lo que parecía, sino que todos los años elegía dentro del alumnado, cinco o seis estudiantes que iban a ser sus ayudantes; a Zulema la había elegido desde que comenzó en el instituto o sea cuando recién tenía trece años: sus primeras acciones eran para ayudarlo a pasar lista y otras pavadas, pero poco a poco iban variando las tareas a hacer, hasta que él empezaba con algunos toqueteos; Zulema enseguida reaccionó, pero Emilio tenía todo preparado; si la alumna no accedía a sus pretensiones, él la echaría del instituto por inconducta moral y de esa forma la dejaría muy mal con su familia y también con las que eran sus compañeras; de esa forma Zulema accedió y el bribón de don Emilio se quedó con su virginidad y la tuvo todos esos años a su disposición, igual que a otras alumnas a las que trataba que no se conocieran entre sí, su abuso era muy seguido, por lo que su ayudante terminaba acostumbrándose y soportando a Emilio, en el caso de Zulema algunas veces llegó a gustarle estar los dos acostados haciendo el amor.- Pero este año había llegado una personita especial al instituto de la cual se había enamorado perdidamente y esa personita era yo; entonces me dijo que ella quería ser mi regalo de cumpleaños siempre que yo la aceptara.-
Por supuesto le dije que sí con mucha emoción y ella me contó que había preparado todo para que pasáramos la noche juntos; nuestros padres sabían que la íbamos a pasar juntos, pero ella le había dicho que nuestros compañeros habían organizado algo muy especial por tratarse de varios cumpleaños, con lo que me demostró que tenía una gran imaginación.-
Aclarado esto, nos dispusimos a tomar nuestro champan; ella propuso que a cada sorbo que dábamos debíamos sacarnos una prenda lo que yo acepté de inmediato, porque ya estaba enloquecido mirando por su escote sus divinas tetas y además con esa minifalda se me iban los ojos mirando sus piernas.-
Fuimos sacando nuestras prendas y cuando Zulema quedó con solamente bombacha y corpiño, me preguntó si me gustaría terminar su trabajo sacando las dos prendas que quedaban; ante mi aprobación tomo un nuevo sorbo de champan y se me ofreció para que le sacara el corpiño; con mi nerviosismo me costó algo de trabajo, pero cuando se lo pude sacar quedé ensimismado viendo esas dos hermosas tetas con unas aureolas un poco más oscuras que su piel y sus pezones que empezaban a crecer y ponerse duros, con lo que no pude menos que rendirme ante ellos y darle unos besos que a ella la estremecieron.-
Traté de serenarme porque faltaba su bombacha; dio un último sorbo al champan y quedó dispuesta para darme sacarle la bombacha; puse mis dedos a los costados del elástico y despaciosamente la fui bajando; iba viendo las bellezas que asomaban y mi pija ya asomaba por el calzoncillo buscando salir; seguí bajando y lo primero que vi fue el culo más hermoso que nunca hubiera soñado; le dí muchos besos en el culito y le terminé de bajar la bombacha, la que luego de sacarla por sus pies la hice dar vuelta para conocer visualmente su conchita, ya que recordaba haberla tocado en el cine; verla toda desnuda fue también una cosa hermosa y en ese momento ella dijo que yo también debía quedar desnudo y que ella me iba a sacar los calzoncillos; los tomó por los lados y los fue bajando; mi pija dio un salto y acarició su cara; entonces ella con su lenguita la pasó por mi cabecita donde ya se notaba líquido pre seminal.- Se levantó y nos dimos un interminable beso de lengua y así abrazados nos fuimos lentamente hacia la cama.- Una vez en la cama yo estaba enloquecido; le chupaba las tetas, la concha, el culo, metía mano por todos lados hasta que ella dijo que nos teníamos que calmar un poquito para poder gozar en forma, y me dijo que me iba a enseñar a hacer un 69 que seguro me iba a gustar y me iba a ayudar a calmarme; se puso en la posición correcta; su conchita en mi cara y mi pija en su boca; al ver esa conchita cerca de mi cara la empecé a chupar mientras ella empezaba a gemir; muy rápido acabé en su golosa boquita llenándola con mi leche.-
Ese primer polvo sirvió para tranquilizarme un poco, enseguida le metí los y ella me dijo que quería sentir adentro mi linda pija; como un desesperado me tiré arriba de ella y mi pija se deslizó por completo dentro de ella, mientras ella con sus movimientos ayudaba para mi mayor disfrute; esa vez le acabé adentro de la conchita llenándola también; no me quería salir de adentro de Zulema, pero al poco tiempo mi pija se achicó y salió sola de tan hermoso cofre.-
Aprovechamos la ocasión para bañarnos juntos; nos enjabonamos mutuamente, yo gozando de sus agujeros, mientras ella no se cansaba de jugar de con mi pija.- Volvimos a la cama y después de jugar un buen rato, me dijo si no me gustaría entrar por su culito; otro de mis sueños de iba a cumplir y cuando mi pija estuvo bien dura, ella hizo lo posible para que le entrara lo más posible hasta que la tuve toda adentro de ese maravilloso; ella se empezó a mover y yo le seguí para enseguida acabar por tercera vez.- Quedamos los dos satisfechos por algunos ratos, cada vez que nos agarraban las ganas volvíamos a coger hasta que a la mañana ya estábamos los dos rendidos pero muy felices; yo llegué a contabilizarnos siete polvos y la pija medio inflamada de tanto uso, mientras que ella me dijo que contó ocho orgasmos y después perdió la cuenta porque es multi orgásmica; ella también quedó resentida durante unos días con algo de dolor en su conchita y su culito.- Después de esos días de descanso, volvimos a coger y ya pasaron cinco años, pero seguimos cogiendo con las mismas ganas del primer día; y agradecidos a don Emilio, que fue su maestro y con eso ella pudo enseñarme todos los secretos de una buena cogida.-

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:18) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

Japinsky (16 de December de 2011 a las 12:41) dice: K rico tu relato!!


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