Entre cuñados fue inolvidable......

Soy Geraldine, casada hace como 8 años. En verdad creo que fui afortunada con mi matrimonio, José Luis mi esposo es muy bueno y hemos tenido una vida relativamente feliz.
Lo que pasó ocurrió en mi segundo año de matrimonio con él. Jo sé Luis tiene un hermano menor, Charles, que en ese entonces tenía 17 y vivía con nosotros. No me caía bien el “muchachito” porque me parecía que se creía mucho; así que nuestra relación de cuñados no era muy buena.
Charles practicaba Karate y hacía pesas, al contrario del intelectual de mi esposo que se dedicó íntegro a estudiar. Con el tiempo noté que Charles se estaba poniendo “bueno”.
-“Cuñadita, que bien se te ve el pijama”.-Me dijo un día de esos en el desayuno.
-“Gracias”.-Le contesté.
-“Si lo que llevas debajo está igual de bueno, de seguro la pasaron bien con mi hermano”.
Otra de las razones por la que no me caía bien, era porque era algo atrevido y “soltado de lengua”.
-“Pues ese no es tu problema, cuñadito”.-Le terminé respondiendo en tono áspero.
-“Que renegona. Pues definitivamente mi hipótesis de haber pasado bien con mi hermano no es cierta, jejeje”.-Dijo burlándose y saliendo rápido a la escuela.
Sus comentarios me hacían renegar y renegaba más cuando mi esposo sólo me decía que no le haga caso.
Luego de un par de días del incidente, miré hacia el patio y vi a Charles en el jardín alzando pesas, sólo llevaba un short. La verdad me le quedé mirando fijamente, ya que en verdad había alcanzado un físico de hombre “bien formado”.
Me quedé con su imagen en mi mente, aunque me caía re-mal, me estaba empezando a atraer.
Esos días nos llegó a la casa con una chica, Joselyn, compañera de curso de él y bastante atractiva.
-“Hermano, cuñadita, les presento a Joselyn, mi enamorada”.
-“Mucho gusto Joselyn”.-Le dijo José Luis.
-“Hola Joselyn, es un placer”.-Le saludé yo.
Esa tarde teníamos invitación donde la tía Teresa de mi esposo así que los dejamos solos en la casa.
De pronto, mientras íbamos en el carro con José Luis, me puse a pensar en que de repente Charles iba a hacer el amor con Joselyn, pensaba en lo afortunada que era ella; no pude evitar sentir algo de excitación.
Cuando llegamos a la casa de la tía Teresa, el rato de bajar del carro, José Luis me dijo:
-“Mi amor, hemos dejado la cámara en casa y es necesario grabar el cumple de la tía Tere”.
-“No te preocupes, yo voy a recogerla, es tu familia, que vean que no nos hemos atrasado los dos”.-Le dije con doble intención.
-“Ya amor, te puras”.-Me respondió dándome las llaves.
Me dirigí a la casa muy rápido como adivinando lo que pasaba.
Llegué sin hacer ruido con el carro y entré al patio sin hacer sonar la puerta. Me acerqué a la ventana y no vi a nadie en la sala; rodeé la casa y al llegar atrás en la cocina tampoco vi a nadie.
Ahí intuí que estarían en su cuarto.
Entré por la cocina, me saqué los zapatos y llegué a las escaleras. Subí, lentamente me acerqué a su puerta y tal como lo pensé se oían gemidos dentro de la habitación. No sabía qué hacer porque la puerta estaba cerrada y no había cerradura ni nada. Sólo podía escuchar cómo ella disfrutaba que Charles la hiciera suya. En mi mente me los imaginaba y no pude evitar llevarme la mano a la entrepierna; sí, quería masturbarme.
De pronto escuché que él le decía:
-“Vamos a la habitación de mi hermano, tiene una cama grande donde debe tirar rico con su mujer”.
-“No creo que sea bueno, por ahí vienen o se dan cuenta”.-Dijo Joselin.
-“No van a volver rápido, es cumpleaños de mi tía y ahí se quedarán hasta la noche”.
-“Está bien”.
En eso me levanté, me metí a mi cuarto y me encerré en el ropero, dejando una rendija que dejaba ver la cama.
Al poco rato entraron ellos, Charles con un calzoncillo licra y ella con una sábana que le cubría el cuerpo.
-“Lo ves, no le ponen llave. En esta cama siempre fantaseé con hacer el amor, mírala es enorme”.-Le decía Charles.
-“¿A sí?, de manera que quisieras hacerlo con tu cuñada”.-Habló Joselyn.
-“Jejejeeje, para nada. Tiene buenos pechos y buen cuerpo, pero es de mi hermano; y tú estás mejor que ella”.
Esa respuesta al mismo tiempo que me disgustó un poco, me excitó. Me agradaba la idea de ser deseada por Charles.
En ese instante cayeron en la cama y vi cada detalle, Charles le pasaba la lengua por todo lado a Joselyn, le chupaba delicadamente los senos, le acariciaba con ternura. En verdad el chico ya estaba bien instruido. Ella a su vez, lo hizo recostar le besó el abdomen y le empezó a hacer una mamada de aquellas. Ahí vi el pene de Charles en toda su potencia, lo tenía más grande que su hermano. Joselyn luego de chupárselo un rato se acomodo encima y se penetró. Empezó a montarlo de una forma salvaje, con toda la energía de la adolescencia.
Yo no daba más, sentía que se humedeció mi entrepierna; enserio necesitaba un hombre y qué mejor que ese hombre sea mi cuñado.
Luego de moverse un buen rato, Charles la puso de espaldas a la cama y la penetró de frente con sus piernas al hombro, noté que se la metió a fondo porque ella dio un grito, el grito de la molestia que sentimos cuando nos tocan el fondo de la vagina.
De todos modos, Charles siguió con sus embestidas y ella claramente tenía uno tras otro orgasmo.
Cuando de pronto se notó que él eyaculaba dentro de ella por sus gemidos y su expresión de placer, seguramente ya habían previsto lo de evitar un embarazo.
Charles se echó a un costado de ella.
-“Te dije que esta cama está buenísima. Que buenos polvos le debe meter mi hermano a la Geral”.-Comentó Charles, no provocando en mí más que excitación.
Se levantaron, y él le dijo:
-“Adelántate mi amor al baño, yo acomodo para ver que no hayan quedado rastros”.
Geraldine tomó la misma sábana con la que se envolvía, lo volvió a hacer y se salió rumbo al baño de Charles.
Él, a su vez, se quedó desnudo y revisaba la cama asegurándose que no quede nada. La imagen de su pene colgando me tenía a mil, era una excitación terrible y los deseos de salir y obligarlo que me posea eran incontrolables.
-“Bueno, así no notarán nada. Que suerte tiene mi hermanito de tirarse a la Geral en esta cama. Ya me imagino cómo la hace gemir”.-Comentó en voz alta mientras yo pensaba en que de seguro gemiría más con él.
Se salió y cerró la puerta, lo que por suerte coincidió con la llamada del celular de José Luis, al que le dije que no aparecía la cámara y que recién la había encontrado.
El punto era salir. Luego de cambiarme ropa interior y pantalón, porque me humedecí de verdad, salí y al no ver a nadie me dirigí rápido a la puerta. Felizmente no se dieron cuenta.
En el camino me fui pensando en que de repente repetirían la sesión en el baño y quien sabe dónde más. Tuve que hacer un esfuerzo para ya no pensar en ello, ya que no quería humedecer de nuevo mi ropa interior y pantalón.
Al llegar donde la tía Teresa, José Luis algo molesto, me reprendió y me preguntó el por qué de mi cambio de pantalón a lo que atiné a decirle que me pareció mejor el que llevaba puesto.
Esa noche nos dimos la gran “farra”. Un sobrino de José Luis terminó llevándonos a casa. Luego de meter el carro, le dije:
-“Gracias Carlitos, aquí tienes para el taxi”.
-“De nada tía. Que descansen”.
La verdad, yo no estaba tan mal como para no poder conducir; pero nos insistió la tía Teresa.
Nos fuimos a acostar, José Luis que quedó muy ebrio se durmió como roca. Yo me fui a lavar los dientes y de pronto tocaron la puerta. Salí a ver.
-“Cuñadita, ¿ya regresaron? Se ve que pepe se tiró la quinta, jejejejeje”.-Dijo Charles que vino a curiosear.
-“Mejor me voy, hasta mañana cuñadita”
-“Charles, espera”.-Le dije.
-“Hay, no te enojes. Era una broma; yo se que donde la tía Tere se toma a morir”.
-“No, no es por eso. Vamos a tu cuarto, quiero decirte algo”.
Charles me miró extrañadísimo. De seguro creyendo que le iba a hacer lío por algo.
Llegamos a su cuarto y me senté arbitrariamente en su cama.
-“Oops, y ahora qué hice”.-Me dijo.
-“¿Qué hicieron esta tarde solos con Joselyn?”.
-“Pues estudiar, escuchar música, tomar el té”.
-“¿A si?, ¿nada más?”.
-“Hay, mal pensada qué más podíamos hacer pues”.
-“Por ejemplo tener relaciones en mi cama”.
Charles se quedó estúpido.
-“¿Qué te pasa?, yo no haría algo así”.-Dijo, queriendo disimular, confiado en que se lo haya dicho por azar.
-“Mmmm, espérame”.-Salí de su habitación, fui a la cocina, cogí un vaso y me serví un trago. Me faltaba un poco para armarme de valor.
Volví a su cuarto y él ya se había metido a la cama.
-“Mira cuñadita, estás con tus tragos y estás imaginando absurdeces. Mañana tengo clases, así que disculpa que no te pueda acompañar”.-Dijo y se dio la vuelta en su cama.
Yo me tomé mi copa y le dije:
-“Si te pregunté eso es porque lo sé. Sé que viniste a mi habitación con tu noviecita y en mi cama se revolcaron”.
Charles se debió quedar con los ojos tiesos, pues no se los veía. De pronto lentamente se dio la vuelta y mirándome me dijo:
-“¿Cómo lo sabes?”.
En ese instante, hicieron efecto el trago y la excitación y dejé caer mi bata quedando en lencería.
-“No importa, lo que sí me importa es que me lo hagas a mí también”.
Charles se quedó tonto y lo gracioso fue que su erección se le notó por encima del buzo del pijama.
-“Geraldine, no debemos. Eres la mujer de mi hermano…”
Antes que siga hablando le di tremendo chape en la boca yéndomele encima.
Él tardó un poco en reaccionar, pero sentí que lo primero que hizo fue desabrocharme el sostén.
-“Cuñadita, hace tiempo te deseo”.
-“¿Enserio?, pues ahora me tienes y no debes defraudarme”.
En eso se incorporó y me puso de espaldas a la cama. Me arrebató el sostén y me comió lo senos con su maestría inigualable. Creo que tuve un orgasmo con sus solas caricias y chupadas.
Pronto, me bajó el calzón, me besó desde los senos hasta la entrada de mi húmeda vagina donde se detuvo y me hizo una lamida de clítoris tremenda. Nunca tuve un orgasmo de esa naturaleza; me hizo retorcer. Pronto lo vi arrodillarse y agarrar un condón.
-“No te lo pongas, estoy con DIU. Con tu hermano lo hemos planificado así”.
De esa manera le di luz verde para que me posea sin barreras. Su enorme erección entró en mí como una flecha de fuego que me enloqueció de placer. Que delicioso tiraba este hombre.
-“Geraldine, me encantan tus tetas y ahora me encanta tu concha, que deliciosa la tienes, está calientita. Quiero llenártela de leche”.
-“Hazlo cuñadito, pero vacía todo lo que tienes, aunque Joselyn se haya ido con un buen tanto”.
Su “mete y saca” me arrancó como tres orgasmos delirantes.
-“Espera, antes de acabar, ponte de 4”.-Me dijo deteniéndose.
-“¿Para qué?, mira que ni a tu hermano le he entregado el culo”.-Le dije.
-No, no. Sólo quiero hacértelo en esa pose.
Me acomodé de a 4 y él me penetró la vagina desde atrás. Me lastimó un poco, sentí que tocó el fondo. Pero de ahí en más solo fue placer hasta que sentí su estallido dentro de mí. Sí, el semen de Charles inundaba mi vagina. Me quedé acostada, exhausta un buen rato con él.
-“Estuviste genial cuñadito. Ahora me voy. Que esto quede entre los dos”.-Le dije, levantándome, poniéndome la bata y tomando mi lencería en las manos.
-“Geraldine, espera”.-Me dijo Charles.
-“¿Si?.
Me tomó de un brazo y me dio un beso en la boca.
-“Es nuestro secreto”.
Le guiñé un ojo y me fui a mi cuarto. Esa noche sentía que salía el semen de Charles y no dejaba de pensar en él.
Al día siguiente José Luis se levantó y me sirvió el desayuno en la cama. Me dijo que me amaba y no pude evitar sentir sentimientos de culpa.
Al poco tiempo Charles me propuso repetir la experiencia, pero yo me negaba. Él por mientras se masturbaba con mi ropa interior que se sacaba de mi habitación. Yo deseaba volverlo a hacer con él; pero no debía. Hasta que José Luis tuvo que viajar por razones de trabajo, dejándonos por 5 días en un desenfreno sexual extremo, donde me hizo suya Charles en todos los lugares de la casa, en todas las poses e incluso quitándome la virginidad anal.
Durante 3 años lo compartí con Joselin y el me compartía con José Luis; hasta que se fue con ella.
Aún lo extraño, pero la ventaja es que tarde o temprano lo volveré a ver, al fin y al cabo somos “cuñaditos”.