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Fantasía Anal

Relato enviado por : buttholeplayer el 09/02/2010. Lecturas: 8278

etiquetas relato Fantasía Anal   No consentido   anal .
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Resumen
Por estar ebrio se aprovecho de la situación


Relato
Un día un amigo me invitó a una fiesta en casa de una amiga de él, una de estas típicas fiestas de casa donde hay muchos amigos, conocidos, amigos de los amigos y conocidos de los conocidos y finalmente desconocidos. En esta ocasión yo estaba en el último grupo de los desconocidos. Pero ya que mi amigo insistió que yo fuera, y no teniendo nada mejor que hacer, entonces accedí.

La fiesta estaba buena, era de esas en que dices menos mal vine sino me hubiese perdido una de las grandes y me habría arrepentido. Había trago de sobra, buena música y además un buen número de gente, tanto hombres como mujeres, así que la balanza estaba equiparada.

Con el correr de la noche las copas comenzaron a subir a la cabeza, y ya sabemos lo que ocurre con esto, parejas del momento, parejas mas desinhibidas, los típicos amigos filosofando o arreglando al mundo y otras parejas que simplemente no se les vio más la cara, incluyendo a mi amigo, no lo volví a ver más y me preocupaba, porque no me gusta regresar solo, a la deriva, y menos al estar en un lugar desconocido, donde no le puedes pedir un aventón a nadie, por ultimo lo mas triste era regresar a casa solo sin nadie con quien poder compartir las anécdotas de la noche.

A pesar de que yo no conocía a los demás, con el transcurso de las horas ya me había integrado bastante bien al grupo y mantenía conversaciones con casi todo el mundo, pero siempre hay alguien que nos llama la atención, siempre hay alguien que sobresale del resto, ya sea hombre o mujer, es un no se qué, indescriptible, pero podríamos definirlo como “afinidad espontánea”, de mujeres ni hablar siempre siento afinidad con ellas y cuando ando con tragos en el cuerpo mas aun, pero a pesar de que soy hetero, sentí algo con uno de los invitados. Él era uno de esos hombres que más bien tienen rasgos femeninos en el rostro, no es que sea afeminado, pero es el centro de atracción de todas las mujeres, era una especie de encanto, que al momento de mirarlo te excita, pero al pensarlo te produce asco.

Ya avanzada la noche, cuando prácticamente nadie se acuerda de nada, la dueña de casa delega el mando a los invitados que van quedando, aduciendo que se va a acostar por que esta agotada, etc., y que los invitados quedan de dueños de casa, es cuando todos se sienten libres de hacer o deshacer en lo que queda de la fiesta. En realidad lo que le pasa a la dueña de casa es que estaba ebria a más no poder y con una calentura que solo su acompañante de la noche se la puede quitar, no se si será el novio, el amante, el vecino, o lo que sea, pero para que vamos a juzgarla. En ese momento todos los invitados les dan las buenas noches al unísono, pero de la boca hacia afuera ya que en realidad le están diciendo “anda a metértelo de una vez por todas y que te parta el culo”.

Ya era evidente que los grupos se habían conformado, y percibes que cada grupo es un mundo diferente, es en esos momentos en que te sientas a descansar solo acompañado de un trago en una mano y un cigarrillo en la otra, cuando de pronto, veo que unas chicas (bastante buenas por lo demás) tratan de ayudar a un tipo que no se podía ni los pies para caminar, y era nada menos que la “afinidad espontánea”, o “carita de ángel” o como quieran llamarle. Ellas trataban de cargarlo para dejarlo recostado en algún cuarto disponible, pero se les hacia mucho el esfuerzo. Ya que ellas no podían por si solas con él, me acerqué haciéndome el lindo, y romper el hielo para después poder acercarme a ellas, por lo que accedí a llevarlo para que se recostara. De esta manera el “divo” quedaba fuera de juego y el camino libre para ir de cacería de lindas señoritas. Las posibilidades para los carroñeros aumentarían considerablemente.

Mientras uno lleva a un desconocido a rastras pasan muchas cosas por tu cabeza, lo primero que piensas es “maldita la hora que me matricule con este tipo, solo por hacerme el lindo”, son momentos en que no puedes platicar y solo puedes observar tu entorno, así que miraba el amplio jardín, la piscina iluminada, la terraza, el quincho para asados, sientes el aroma del perfume, a pesar del hedor alcohólico que emanaba de ambos, además piensas en estupideces como si tendrá una hermana igual de buena, o a lo mejor alguna prima, o en ultimo caso la mamá.

Ya estábamos a punto de llegar a la habitación y prendí la luz para asegurarme que no cayéramos o de no interrumpir a nadie. Lo recosté sobre la cama y dude si debía sacarle la ropa o no. Es sabido que dormir con el calzado puesto es desagradable y además te ganas un resfrió de los buenos, así que después de pensar esto simplemente actué, y al mismo tiempo pensé que ya que estaba en eso podría quitarle la ropa, pero acá es cuando una cosa lleva a la otra. En segundos piensas en todo lo malo que le podrías hacer, desde una broma simple como rayarle la cara, hasta una tan malvada como esconderle la billetera o algo así, es como decir no puedo dejar pasar esta oportunidad, pero en ese instante algo mas oscuro paso por mi mente, algo que jamás se me había ni si quiera imaginado, no se me ocurrió nada mejor que espiarle su entrepierna. Entre los hombres siempre hay comparaciones, pero no las reconocemos, ya que si lo dijéramos públicamente, pensarían que somos homosexuales, pero siempre queremos saber como la tiene el que esta al lado nuestro, solo con el afán de saber si estamos dentro del grupo de los dotados o dentro del grupo de los que mejor guardamos silencio.

Bueno ya que nadie más sabia de mi presencia en la habitación, cerré la puerta, le baje su pantalón y se lo quite, mientras le decía en voz baja que era solo para recostarlo, de esta forma me justificaba por si en algún momento recobraba la conciencia, aunque era bastante improbable. Me arrodille en el suelo al lado de la cama y comencé a observarlo. Tenía puesto un slip ajustado de color blanco con su abultado miembro, cosa que ya era intimidante, pero como estaba un poco ebrio no me costo seguir adelante así que tirando de su elástico superior comencé a espiar lo que contenía aquel bulto.

Producto del alcohol, los temores desaparecen y uno se torna mas audaz y mi curiosidad fue más allá, asi que apagué la luz, me acerque a él y se lo saque de su ropa interior, pero sin bajárselo. Como su miembro estaba lacio y doblado, lo acomodé para que quedara en posición de erecto. Lo mire un rato concentrándome en las diferencias que podíamos tener, pero sin tocar, para que no fuese tan evidente. Luego no aguante la curiosidad y se lo tome con mi mano y le eché el forro para atrás para comparar el glande, o mejor conocido como “la cabeza”, sin medir las consecuencias me acerque para olerlo un poco, su olor era típico, es un olor a limpio, pero no a recién bañado, es un aroma característico del pene cuando esta guardado por horas, es un olor a sexo, pero no de eyaculación, sino como cuando nos mojamos por una mujer y no concretamos el coito, no se en que estaba pensando, cuando simplemente ya lo tenia dentro de mi boca, fue un impulso del momento, nunca había tenido una oportunidad asi y nunca había hecho algo semejante, solo relaciones con mujeres.

Era extraño, pero al mismo tiempo placentero, fue excitante sentir lo tibio y carnoso que estaba, pero pronto comenzó a cobrar vida propia, y sentí como empezaba a ponerse duro dentro de mi boca, yo ya sabia que esto es un acto involuntario, y que nos ocurre cuando sentimos placer. A los pocos segundos ya había alcanzado su grosor y tamaño máximo dentro de mi boca, no era extremadamente largo, pero si era grueso, esto me excito aun mas, asi que casi involuntariamente comencé a chuparlo con mucho cuidado, con cariño, con amor, como si estuviese besando los labios de una mujer, mientras lo masturbaba con mi mano y lo mojaba de arriba hacia abajo metiéndolo todo en mi boca. Ya que lo estaba disfrutando mientras se lo mamaba, comencé a tocarme y masturbarme, fue tanta mi excitación que aproveche de quedar en ropa interior para estar más cómodo, o por si fuese necesario vestirse rápido en caso de huir.

No sabia como saciar mi calentura así que una vez que ya lo tenia bien mojado y duro y aprovechando que no había luz, me subí sobre el, me corrí mi slip hacia el costado sin bajármelo, me moje mi ano y me lo metí suavemente hasta el fondo. Fue la mejor experiencia sexual que jamás había tenido, era placentero sentir su pene duro dentro de mi ano virgen, bueno no tan virgen ya que años antes había empezado a expandirlo con algunos juguetitos domésticos, como envases de crema o cosas tubulares con forma de falo. Fue como una inversión a largo plazo. Todo esto comenzó originalmente con un lápiz y con el paso del tiempo los juguetes fueron aumentando su diámetro hasta expandir mi ano de manera tal que pudiese entrar cualquier cosa, incluso cosas de gran grosor. Bastaba que me acariciara mi ano para que este se dilatara y pudiera meter cualquier objeto dentro de él. Esta era la primera vez que mi ano sentía un pene verdadero que no fuese un juguete, este era mejor que cualquier cosa. Era duro y húmedo, pero a la vez era maleable, no como los juguetes que había probado que eran todos rígidos. Este se lubricaba por si solo, y no era necesario ponerle crema, como a los juguetes que yo usaba. Además era tibio, los juguetes son fríos y sin vida. En definitiva era perfecto. No me atrevía a mover por miedo a que se despertara mi amante incógnito, así que comencé a apretarle su pene con mi ano mientras le hablaba despacio haciéndole creer que estaba con una de las amigas de la fiesta. La idea era convencerlo de que estaba con una mujer, para que él no se espantara y para que se creyera el cuento.

Era tanto mi placer que no me podía salir, asi que no aguante mas y comencé con movimientos lentos y pausados, que fueron haciéndose más fuertes y rápidos, mientras que al mismo tiempo me masturbaba. En ese momento me sentí como una mujer y lo que mas deseaba era haber llevado puesta una falda larga y amplia que ocultara en secreto nuestro acto sexual.

Con ambas manos me habría mi culo para que entrara hasta el fondo y mientras mas tiempo pasaba mas se mojaba mi ano, hasta que finalmente explotó y me lleno el culo con toda su leche, lo que me hizo llegar al clímax al mismo tiempo que yo con mi ano le apretaba su pene, exprimiendo hasta la última gota.

Finalmente el nunca despertó, o bien lo disimuló de manera tal que pensó que estaba con una mujer y prefirió hacerse el dormido, sin saber que en realidad fue a mi a quien hizo gozar.

Después de esto me vestí rápidamente, con un poco de vergüenza por lo sucedido, pero sin arrepentirme salí de la casa sigilosamente y jamás regresé a aquel lugar, lo único que se es que mi culo llevara su nombre por siempre. Y cada día que recuerdo lo sucedido me masturbo pensando que mi fantasía anal se hizo realidad.

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Comentarios enviados para este relato
arnold 570 (31 de October de 2014 a las 02:34) dice: Es creible y excitante, ese placer robado es doblemente erótico. Te felicito si lo hiciste realidad

katebrown (18 de October de 2022 a las 22:17) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:49) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

leoncito69 (17 de August de 2010 a las 00:48) dice: Lo mejor que podrias hacer es reconocer que te gusta que te retaquen el culo de verga y vivir la vida. Buen relato.


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