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Fue cosa de mi destino manifiesto…

Relato enviado por : narrador el 12/10/2011. Lecturas: 7120

etiquetas relato Fue cosa de mi destino manifiesto…   Transexual .
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Resumen
No es que yo fuera una mala persona, pero como no había terminado la escuela, no quería trabajar, y me la pasaba fumando de la buena con mis amigos. Mis viejos, me pusieron en tres y dos, es decir me dieron un ultimato, o te terminas la escuela o te pones a trabajar, o te metemos en la correccional.


Relato


Lo cierto es que yo no les hice caso, pensaba que únicamente decían eso por fastidiarme. Ese día en la mañana como de costumbre mis viejos me dieron la misma cantaleta de siempre, pero a diferencia de otras tantas ocasiones, mis viejos me dijeron que no regresara a la casa, que no querían verme más. Pero en la tarde en que regresé a casa, le habían cambiado la cerradura, y no encontré a mis viejos, no le di importancia, así que rompí una ventana, entré a mi cuarto, me quité toda la ropa, puse un video porno, y me dediqué a fumar en mi habitación, ya estaba comenzando a manosear mi verga, viendo como tres negrotes, con largas y gruesas vergas, se lo clavaban a una blanca rubia por todos lados. Cuando de momento que tumbaron la puerta de mi cuarto, yo me quedé desconcertado, sin saber qué hacer, tenía un trabuco de hierba entre mis labios, mientras que con una de mis manos agarraba mi parada verga. La que del susto, prácticamente desapareció entre mis dedos.

En un dos por tres mi cuarto se llenó de agentes de la policía, así tal y como me encontraba me tomaron fotos y un video, luego entre dos de esos gorilas azules, me sujetaron por los brazos, me levantaron de mi cama como si fuera un muñequito de papel, y me esposaron. Justo antes de salir de la casa, lo único que me dieron para que me cubriera fue una pequeña toalla, y de esa manera que de momento terminé en el tribunal. Acusado de un sin número de cargos, desde tráfico y consumo de drogas, robo, escalamiento, daños a la propiedad y hasta de exposiciones deshonestas por encontrarme desnudo.

Aunque traté inútilmente de explicar que esa era la casa de mis padres, el fiscal de menores continuó con el proceso, en el lugar donde estaba detenido finalmente me dieron un mameluco para poder asistir a la sala de la Jueza, al llegar vi a mis viejos, todos llorosos, y pensé que habían venido a explicar que yo no era un delincuente, que esa era mi habitación. Cuando de repente la jueza viéndome de manera desagradable, me dijo. Reinaldo debido a las múltiples faltas que ha cometido, pero por ser menor de edad, lo sentencio a ingresar al campamento correccional de menores. Cuando escuché eso y vi la alegría en los rostros de mis viejos, entendí que yo mismo me había jodido, por bruto. Ya que bastantes veces que me lo advirtieron, y no les hice caso. Pero como estaba tan molesto, los insulté, y hasta les dije del mal que iban a morir.

Esa misma tarde, me llevaron al campamento correccional de menores, donde en cosa de poco tiempo quedé ingresado, maldiciendo a todo el mundo. Me llevaron a uno de los barracones donde se encontraban los dormitorios, me señalaron un camastro, y por mala leche me han dejado sin cenar, diciéndome que aun no estaba en la lista. Lo que más rabia me dio todavía.

Pasaron varios días mientras me fueron ordenando donde debía ir, a qué hora debía estudiar, que trabajos debía hacer, en fin se dedicaron a joderme la vida, todo el mundo. Yo fui haciendo todo lo que me ordenaban, pero sin mezclarme con el resto de los internos, porque no me daba la gana hablar con ellos. Pero como al mes de estar ingresado, una noche en que terminaba de darme una ducha, me fui directamente a mi camastro a dormir, ya me estaba quedando dormido, cuando sentí una mano sobre mis nalgas, y miren que muchas veces me dijeron que no durmiera desnudo, pero como yo no hacía caso. Bueno de inmediato traté de pararme, pero el peso del tipo que se encontraba sobre mi era mucho mayor que el mío, y aunque luché desesperadamente, y traté de oponer la mayor resistencia posible, cuando él me dio un tremendo golpe por las costillas, perdí todas las fuerzas, se aprovechó en ese instante, separó mis piernas, y con su verga en mano, a pesar de los gritos de dolor que yo daba, me la enterró de un solo viaje. Yo no pude continuar resistiéndome, y sentía como él metía y sacaba todo su miembro de mi adolorido culo, mientras las lágrimas corrían por mi rostro, imposibilitado de hacer algo para detenerlo.

Apenas me penetró, comenzó a decirme perra mueve esas nalgas, y un sinfín de insultos más. Ya sus manos únicamente me sujetaban por mi cintura, apretando su cuerpo contra el mío, hasta que después de un largo rato, finalmente se detuvo. Cuando al poco rato sentí que se levantaba y continuaba derramando su caliente leche sobre mis adoloridas nalgas. En la mañana cuando abrieron la puerta del dormitorio, y después de que salieron todos, entró un guardia, y me encontró acostado boca abajo, sangrando por el culo. Sucedió lo menos que yo deseaba, que todo el mundo se enterase de que me habían roto el culo. Si me llevaron a la enfermería, donde aparte de atender el sangrado de mi culo, me vendaron las costillas. Como de verdad yo no sabía quien había sido, no pude señalar a nadie. Permanecí unos quince días en la enfermería, acompañado por un par de chicos, que habían corrido una suerte similar a la mía. Solo que uno de ellos lejos de parecer un muchacho, parecía una muchacha, ya que hasta tetas tenía, lo cierto es que no eran muy grandes, pero eran tetas, las que a él o mejor dicho a ella le gusta exhibir descaradamente.

Me pasaron a mí consejero, pero este se concentró en saber porque yo había provocado que me sodomizaran, al dormir con mis nalgas al aire. Aunque en infinidad de veces me lo preguntó y le respondí que yo no era maricón, terminó diciéndome que lo mejor era que me aceptase yo mismo como realmente era. Al regresar al dormitorio, nada más de ver como uno de los chicos me miraba supe que había sido él quien me había roto el culo. Pero como era el doble de grande que yo, decidí ni tan siquiera mirarlo, pero cada vez que lo hacía me daba cuenta de que hablando con otros tipos, seguramente les contaba cómo me había roto el culo.

Yo pensé que todo había pasado, cuando un día en que me encontraba en las duchas, de momento me han rodeado cuatro de los internos, y aunque traté de defenderme como pude, terminé siendo sodomizado por los cuatro. Primero me sujetaron por los brazos, y me pegaron a la pared, mientras que todos llenos de jabón los otros dos se dedicaron acariciar mis nalgas, hasta el momento que me obligaron a inclinarme y el primero me enterró su verga. Ya ese me estaba dando nuevamente por el culo, cuando otro colocó su miembro frente a mi cara, y tras darme unos cuantos golpes en la cara, finalmente me obligaron a que me pusiera a mamar. Después de que el segundo me penetró, ya no hizo falta que me estuvieran sujetando, continuaron sodomizándome y obligándome a mamar hasta que les dio su real gana. Dejándome tirado bajo la ducha, con todo mi culo abierto, botando su leche. Nuevamente otro guardia me encontró y nuevamente me llevaron a enfermería, aparte de unos cuantos golpes, y de que me hicieron una limpieza con un irrigador, no me dijeron más nada, y nuevamente me refirieron a mi consejero, quien lo único que me dijo fue, acéptate tal y como eres. Cuando le pregunté a que se refería, riéndose me preguntó ¿Es que no te das cuenta, de que en lugar de un chico, pareces una chica? Con ese largo y abundante cabello, tus paradas nalguitas, la manera en que caminas, y hasta como hablas. Da la impresión de que más que un chico pareces una chica.
Yo no quise aceptar lo que mi consejero me decía, pero si me di cuenta que en la ocasión en que los cuatro me agarraron en el baño, después de que el primero, en parte disfruté lo que me estaban obligando hacer. A partir de esa vez, todas las noches era acosado por varios chicos, quienes amenazándome con caerme a golpes, lograban que yo los dejase darme por el culo o ponerme a mamar. De día no dejaban de llamarme loca, maricón, perra, y en lugar de llamarme por mi nombre me decían Reina. Tanta fue la presión que me continuaron montando día y noche, que finalmente comencé a actuar como una chica, tan es así que fui uno de los pocos que se inscribió en las clases de secretarial, mientras que el resto de los chicos lo hacían en mecánica, o ebanistería. Un día un chico se me acercó, comenzamos a charlar, y así fue por varios días, hasta que de momento cuando nos encontrábamos asolas en la biblioteca, se puede decir que me robó un beso. Yo me quedé pasmado, y lo único que se me ocurrió preguntarle fue que si conocía algún lugar donde los dos pudiéramos estar completamente a solas. No tardamos mucho en encontrar un pequeño cuarto que servía para guardar los artículos de limpieza dentro de la biblioteca, ya dentro él continuó besándome, y yo comportándome como una verdadera chica, ya que era él quien en todo momento tomaba la iniciativa. Hasta que por propia voluntad, me arrodillé frente a él, y tras sacar su miembro del pantalón, me dediqué a mamárselo, hasta que finalmente se vino dentro de mi boca y yo gustosamente me tragué todo su semen. Desde ese día nos convertimos en pareja, en los siguientes encuentros, no tuvo que presionarme, yo gustosamente en nuestro escondite, me desnudé completamente, ocultando mi miembro entre las piernas, mientras estuve de frente a él, al acostarnos en nuestra improvisada cama, discretamente mientras me besaba, y me acariciaba mis nalgas, se las ofrecí, sentí sus manos separándolas, y hasta me las beso, luego lo dejé que me penetrase, a diferencia de las otras ocasiones, yo procuré actuar en todo momento como si realmente fuera una chica.

Después de eso comencé a usar la ropa más ajustada, corté varios de mis pantalones para que me quedasen bien pequeños, dejando parte de mis nalgas por fuera, y me puse en contacto con el chico con tetas, y él me reveló que nuestro consejero era quien le suministraba las pastillas de hormonas femeninas, que le habían desarrollado tan lindas tetas. Desde luego que me acerqué a mí consejero, y me las dio a cambio de que ocasionalmente le mamase su verga. Pero no fue el único de los empleados que se aprovechó de mí, ya que uno de los maestros a cambio de que también se lo mamase, me puso muy buenas notas, y en la cocina uno de los cocineros, le gustaba metérmelo después de que todos se habían terminado de comer. También ocasionalmente me acostaba con otros chicos entre los cuales había uno que en lugar de que él me lo clavase, lo que le gustaba era que yo se lo metiera a él. A mi novio nada de eso le molestaba. Así continué viviendo dentro del campamento correccional, disfrutando de las ventajas de ser una de las pocas chicas internas, ya saben en las filas del comedor, las damas siempre íbamos primeras. Tras graduarme del curso de secretarial y cumplir mi sentencia, mis padres, los que nunca fueron a visitarme mientras estuve ingresado, pasaron a recogerme, se llevaron tremenda sorpresa, cuando en lugar de el chico flacucho que esperaban recoger, se presentó ante ellos dos, una hermosa chica, con un buen par de tetas. Realmente ni me quisieron llevar a casa, mi padre de lo más ofendido, me rentó una habitación, y ni tan siquiera me quiso hablar, mientras que mi madre, quizás por sentido de culpa comenzó apoyarme, dándome algo de dinero ocasionalmente.

Hoy en día trabajo de secretaria, y de noche me la busco con algunos clientes fijos que tengo, y aunque parezca raro, hay par de ellos que lo que les gusta es que sea yo quien se los clave. Mi interés por los momentos, es reunir el suficiente dinero, para finalmente operarme y convertirme en una verdadera mujer.



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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:44) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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