Hermanito 2

A los 30 años, después de un corto noviazgo me casé con Martina, una muy linda chica dos años mayor que yo. Ella no conoció a Manuel hasta el día de la boda y lo conoció de una manera muy especial.
Luego de la fiesta en el salón de un hotel, nos fuimos con mi nueva esposa a una de las habitaciones, que habíamos rentado para pasar la noche de bodas. Ni bien entramos a la habitación comenzamos a besarnos muy apasionadamente y nos sacamos la ropa. La tiré en la cama y le di mi verga para mamar. A Martina le encantaba mi pija, decía que era la más grande que había tenido y siempre antes de hacer el amor me la chupaba un buen rato, pero esta noche era especial ya que consumaríamos el matrimonio. De repente, mientras Martina me mamaba la pija, se abrió la puerta de la habitación, era Manuel totalmente borracho. Se quedó en la puerta por un instante y observó la escena. Mi flamante esposa y yo nos quedamos petrificados y sorprendidos, en especial Martina.
Martina- que hace tu hermano acá? Esta loco?
Yo- jaja, está borracho! Hola Manu.
Martina- amor, decile que se vaya!
Yo- para Martina, no lo veo bien. Estas bien Manu?
Manu- estoy medio mareado.
Sin decir otra palabra empezó a vomitar por todos lados, mientras con mi esposa todavía estábamos desnudos. Como pude, lo llevé al baño y siguió vomitando allí. Como se había manchado toda la ropa, se la saqué como pude y le puse una bata. Mientras Martina, media enojada, se vestía. Como pude lo recosté en la cama y con Martina, ya de mejor humor, tras haber comprendido la situación, comenzamos a reír.
Manuel se había convertido en todo un hombre, ahora de 24 años. Era físicamente parecido a mí, pero un poco más robusto y más velludo. De cara siempre fuimos muy parecidos también. A través de la bata se le marcaba el bulto, que era enorme y Martina lo veía con asombro.
Martina- hay pobrecito, parece un angelito así dormido.
Yo- si, es un ángel mi hermano, yo lo quiero mucho.
Martina- Marce, no te enojes, pero que bulto tiene el pendejo!
Yo- jaja, te gusta? Tiene una pija enorme Manuel, mucho más grande que la mía.
Martina- más grande? Wouw!!
Manuel comenzó a despertarse.
Manuel- hay Marce, perdóname. Me duele mucho la cabeza.
Yo- bueno no te preocupes, quédate un rato recostado acá que te voy a comprar algo para la resaca al kiosco.
Martina- buena idea, yo lo cuido.
Me vestí y fui al kiosco a comprar. Luego de un rato conseguí lo que quería y volví al hotel. Cuando llegué a la puerta de la habitación escuché un gemido de Martina, me puse a escuchar mejor y lo confirmé. En un instante ya estaba empalmado, me encantaba la idea de que mi esposa probara a mi hermano. Abrí sigilosamente la puerta y la vi a ella mamando la enorme pija de Manuel, que además, era más grande que antes, algunos centímetros más larga, pero mucho más gorda que cuando yo la conocí. Al mirar a Martina, me di cuenta que estaba gozando chupar semejante rabo.
Manuel estaba frente a mí y me vio ni bien entré. Al verme petrificado, pero también empalmado por contemplar esa escena, tomó con las dos manos la cabeza de Martina y le hizo chupar su pija con mucha fuerza.
Manuel- te gusta mi pija cuñadita?
Martina- es enorme! Me encanta.
Manuel- y la pija de mi hermano? Te gusta? Que te parece?
Martina- si me gusta mucho también, pero esta es enorme.
Manuel- pero cual te gusta más?
Martina- la verga de Marcelo es enorme, nunca nadie me cogió con una tan grande, pero esta pija es descomunal, me gusta mucho más!! Hace que me olvide totalmente de cualquiera que haya visto antes.
Manuel- cuando te la meta vas a saber lo que es verdaderamente grande, te vas a dar cuenta que antes eras virgen.
Martina- no! Está por llegar Marcelo.
Manuel- no te preocupes Marcelo va a tardar lo suficiente como para que te desvirgue bien.
Manuel, la levanto y la sentó sobre su verga. Mi esposa gritaba como una loca, yo nunca la había visto así. Mi hermanito la penetraba hasta el fondo de su vagina, pero su verga no lograba entrar del todo de tan larga era. Yo me había escondido y me pajeaba mirando a mi hermano cogiendo a mi esposa como yo nunca me había imaginado.
Manuel- y? que te parece? Te gusta como te garcho?
Martina- nunca me sentí así en mi vida! Tenías razón, yo antes era virgen.
Manuel- te lo dije!
Martina- pobre Marcelito, lo estamos engañando, en su noche de bodas, las dos personas que él más quiere en el mundo.
Manuel- no te preocupes, esto es un préstamo.
En ese momento salí de las sombras y dije…
Yo- mi amor, es como dice él, es un préstamo. Verte gozar así me hace sentir el hombre más feliz.
Martina- hay Marce, perdóname, yo no quise, no supe que hacer…
Yo- cállate idiota, no te das cuenta que te están dando la mejor cogida de tu vida? Goza a Manuel, que no hay nadie como él.
Manuel- así me gusta hermanito, me gusta me reconozcas como tal.
Martina- esto es increíble! Me siento plena, me siento mujer, nunca me sentí así! Hay!!
Manuel- escuchaste Marcelo? Nunca la hiciste sentir como yo lo hago, ahora chúpame la pija hermanito y saborea el flujo de la conchita de tu esposa.
Saco su pija de la concha de Martina y la puso en mi boca, y lo hacia una y otra vez. Yo solo probaba la vagina de mi mujer a través de su pija, pero a mi me encantaba. Luego de un rato hizo que mi esposa se arrodille a mi lado y nos acabó en la boca.
Manuel- y putita? Te gustó mi pija y como te la puse? Como te habrás dado cuenta, Marcelito ya la conoce muy bien y cuando quiero lo penetro. Pero sabes que? Él me pide más todo el tiempo.
Martina- me encantó, mi vaginita todavía esta vibrando. Pero y vos Marcelo, sos gay?
Yo- no……
Manuel- como te atreves a decirle puto a mi hermano? El único hombre para mi hermano soy yo y después son todas mujeres. Yo se que después de probarme es difícil comparar, pero bien que te garchaba todo el tiempo, no es así?
Martina- si es verdad, hasta hoy era el mejor.
Manuel- che, Marcelo ya le hiciste el culo?
Yo- no todavía.
Manuel- bueno nena, ponete en cuatro que Marcelo te va a ir dilatando el culo con su pijita.
Ella se puso en cuatro patas, le puse un poco de saliva en el ano y comencé a penetrarla, pero medio despacio, ya que ella era virgen del ano. Martina gritaba un montón por el dolor y me trataba de frenar.
Martina- hay Marce, me duele mucho, hayyy.
Yo- ahora te parece grande? No era que yo no te hacía sentir nada? Más vale que te acostumbres a mi verga y dejes de gritar, porque después viene la otra y ahí sí vas a saber lo que es tener una verga en el culo.
Manuel- bueno apurate Marcelo! Se lo tenes que hacer de una vez y listo.
Yo- está muy estrecho este culito Manu.
Manuel- bueno yo te voy a ayudar con la fuerza.
Me agarró de atrás y me ensartó de una toda esa verga en mi culo. Fue tan potente que yo también penetré de una sola vez el culo de mi esposa. Martina gritó muy fuerte, pero luego cuando se lubricó más el ano empezó a gozar como loca. Los movimientos que hacía Manuel al penetrarme se trasmitían al culo de mi esposa, él controlaba toda la situación. Luego me sacó la verga del culo de una vez y me apartó de Martina para poder penetrarla. Cuando le ensartó semejante pija en el culo los gritos de mi mujer estallaron. La fuerza con que mi hermano penetraba ese culo era descomunal y Martina lloraba sin poder resistirse. Yo veía y me pajeaba sin poder creer como la penetraba, los testículos de mi hermano rebotaban en el culo, eran casi 25 centímetros de largo y 8 centímetros de diámetro que mi esposa tenía dentro. Cuando Manuel se decidió a acabar la fuerza aumentó y luego la leche brotó por el culo de mi esposa. Martina quedó tendida en la cama llorando y sin fuerzas.
Martina- me lo rompió (dijo llorando), tu hermano me rompió el culo, es un maldito. Como me duele!!! Marcelo hace algo, esto no puede quedar así, rómpele la cara a golpes!!
Yo- no seas sínica Martina, hace 10 minutos era el que mejor te garchó y le pedías más. No puedo creer que me digas esto ahora.
Martina- pero me duele mucho ahora (llorando).
Yo- no te creas que esta va a ser la única vez que te lo haga mi amor, vas a ver que te vas a acostumbrar a su pija con el tiempo, como yo lo hice. Y te darás cuenta que no hay nadie como mi hermano.
Martina- esto quiere decir que me vas a entregar a él? Yo soy tu esposa Marcelo!
Yo- si mi amor, eres mi esposa, pero desde hoy serás lo mujer de Manuel.
Manuel- y me vas a pedir por favor que te penetre, Martina, como me lo pide tu marido.
Luego de esta noche de bodas, Martina estuvo unos días enojada con migo, pero cuando el dolor de su ano cedió, me pidió que se lo hiciera otra vez. Nuestras relaciones sexuales se convirtieron en excelentes, pero cuando mi hermanito nos visitaba nos entregábamos a él para que hiciera con nuestros culos lo que él quisiera.