Historia de un abuso

HISTORIA DE UN ABUSO

Este relato no busca excitar sexualmente de forma explícita al lector, sino mostrar, desde mi punto de vista, lo que podría pasar por las mentes de un violador y de su víctima durante los hechos que rodean a tales actos. Por lo tanto, considero que comentarios u observaciones del tipo "Esto no me excita" estarán de sobra.

Lo dicho: En este relato no encontrarán excitación ni morbo.

-> Ella

-> Él

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Qué difícil es conseguir trabajo estos días. Ya ni teniendo una carrera profesional una puede conseguirse algo para ganarse la vida dignamente. ¿Qué dicen en los avisos? Señoritas con estudios concluidos, por mí OK. Que manejen computación e idioma extranjero: Con esfuerzo y algo de ayuda, al fin lo logré. Edad entre 25 y 30: Por mí norma, tengo 26 y bien llevados. Y buena presencia... ¡Y mierda! Le dan el trabajo a una tetona incompetente, que se parece a esas modelitos de cabeza hueca que seguro la va a arruinar toda. ¿Total? Más cuenta la "buena presencia".



He visto entrar a varias mujeres de ese edificio. Parece que estaban ofreciendo empleos allí. ¿Pero has visto esas flacas, compadre? Están para voltearlas y romperlas toditas, una a una. Y todavía las muy zorras vienen con falditas de esas que se les ve hasta el alma... Es así, a ellas les gusta que les miren. Están para hacerles de todo, hermano. Y mi flaca que no puede, ya me revientan los huevos de tanto esperar a que sus viejos se vayan de viaje para tirármela como Dios manda.



Ni modo, por enésima vez ya dieron el aviso de que "Muchas gracias, ya se pueden retirar". Han cubierto el puesto con una chiquilla que más parece de esas damas de compañía. De nada sirve que ponga en mi hoja de vida que he concluido mis estudios con notas sobresalientes, entre los primeros de la promoción. Si no tienes cara bonita, de modelo de comerciales de cerveza, no sirve de nada...



Mira, están saliendo. Y se les ve bien tristonas, parece que ya consiguieron a alguien en el puesto. Mira esa flaca, hermano, esas tetas, esas piernas, le echo unos 20 años más o menos. ¡Mierda!, viene para aquí, a ver si mientras le sirvo algo le busco conversación y un poco de compañía. Está como quiere, tal vez pueda consolarla o consolarme yo con ella, no sé, ya se verá... Ya entró; se sienta en una de las mesas, cerca del mostrador. Tengo que atenderla ya.



Me muero de sed, y peor aún con este calor, quiero tomarme una gaseosa helada y luego irme a casa y tomarme una ducha, estoy cansadísima. Me atiende un muchacho como de unos 25 años, quizás. Me atiende tranquilo, y por su forma de atenderme me empieza a caer bien. Pido otras dos gaseosas, le invito a conversar un rato. Nos presentamos, él dice llamarse Tony y que trabaja en ese restaurante desde hace un buen tiempo, vive solo y no ha estudiado nada. Me da mucha pena decirle sobre mis estudios y mi frustración al no conseguir un trabajo a pesar de todo. Prefiero decirle alguna que otra frivolidad, para pasar el rato y olvidarme de todo esto...



Me ha invitado una gaseosa y hemos empezado a conversar, así de la nada y parece que le caigo bien. Seguro que le gusto. Se llama Vanessa, mira que hasta escuchar su nombre me hace que se me pare allí debajo. Dice que por ahora no trabaja, pero que ya conseguirá algo, que necesita tiempo. Tiempo es lo que menos tengo para abrirla de piernas, hermano. Tengo que ser rápido, pero con calma, no la vaya a echar a perder justo antes de tirármela. Aunque seguramente ella se muere de ganas de hacerlo conmigo, pero como es mujer, tiene que disimular para que los demás no piensen que es puta. Si en el fondo, todas las mujeres son unas putas que necesitan que les metan el trozo entre las piernas, ¿no crees, brother?



Hemos quedado en vernos mañana en la tarde, a la salida de su turno. Me alegra que, a pesar de todo, haya algo bueno que sacar del día. El agua fría que cae desde la ducha me hace recordar aquellos días cuando estudiaba y vivía con mis amigos en un cuarto compartido. Las jornadas de estudio eran tediosas, pero a veces, de noche, siempre había alguien con quien consolarse. Días que no volverán...



Quedamos mañana martes en la tarde, a eso de las 6, más o menos. Fijo que mañana le hago algo, aunque sea que le agarre una teta, no sé. Seguro que se deja hacer, que no se haga la estrecha. Mientras tanto, espero que llegue la hora. Menuda paja en honor a Vanessa que me hago, pensando en todo lo que le voy a hacer.

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Día y hora pactados. Nos encontramos y él me saluda con un beso en la mejilla, aunque algo atrevido cuando me sujeta de las caderas al darme el saludo. Quiero creer que se trata de su forma de saludar a las chicas; mientras no me haga daño, todo irá bien, supongo. Mientras caminamos por la avenida, conversando de nuestras vidas, me voy dando cuenta de que no me mira mucho a la cara, más bien parece que bajara un poco los ojos. ¿Estará atento a lo que le digo?



Carne suave, disimula las ganas de revolcarse conmigo pero está bien, creo que a ella no le gustaría hacer un espectáculo aquí en público. Caminamos y me empieza a decir algunas cosas de su vida. Parece que me habla de su ex-novio o de sus padres que viven lejos. Trato de disimular que entiendo, aunque en realidad lo que me importa es mirarle las tetas por el escote de su camiseta. Creo que ella no se da cuenta, o tal vez sí les guste.



Llegamos a un parque y nos sentamos en una de las bancas. Seguimos conversando, aunque ahora él parece un poco más concentrado en lo que le digo. No sé por qué, pero me siento en confianza con él; le cuento algunos de mis problemas, de mi falta de un empleo con el cual sostenerme. No importa si no me da una solución, al menos me siento bien desfogándome de todo esto...



Mira, hoy me he enterado de que está desesperada por conseguir trabajo. Casi se pone a llorar. Ya quisiera yo sacarle esas lágrimas de placer en una cama. Me cuenta además que hace poco ha terminado con su pareja y que no quiere saber nada de relaciones por un tiempo. ¡Mierda! Supongo que eso significa que no podré llevármela a la cama por las buenas. ¡¡No quiero esperar, ya me revientan las bolas!!



Su mirada me asusta, parece que él me desnudara con la mirada. Creo que él no me ve como amiga, parece que fija su mirada en mi pecho y en las piernas. Antes de que pretenda algo, mejor le digo que no quiero nada con ningún hombre por ahora, a ver si así lo controlo un poco. Espero que las cosas no se salgan de control...



De ninguna forma voy a dejar pasar a una hembra como Vanessa. De esas se conocen una vez en la vida y hay que aprovecharlas como sea. ¡Listo! Se me vino una idea a la mente. Le propongo que se encuentre conmigo mañana a las 3 de la tarde, que le voy a dar un contacto para que consiga trabajo, que mañana le daré más instrucciones. Acepta la invitación: Ha caído.

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Las 3 de la tarde del miércoles. Ahí viene Tony, espero que me presente al contacto. No, viene solo. Espero que no se trate de un engaño, ya tengo bastante por la semana...



La muy puta se ha aparecido con una blusa de tiras y unos jeans que le resaltan ese tremendo culo que se maneja. Lo dicho: Tiene unas ganas inmensas de que me la atraviese, pero no me lo dice para guardar las apariencias. Pero no importa, le voy a dar lo que busca...



Nos sentamos en una mesa y me invita un par de gaseosas, mientras me dice que hay que esperar al contacto, que en un ratito más viene, que ya no tarda en venir. De pronto, empieza a preguntarme sobre mi vida sexual. Me indigno ¿Qué le pasa? ¡Apenas lo conozco y ya quiere que le diga cuántas parejas sexuales he tenido! ¡Yo no pensé que él fuera así! Espero que ese contacto no tarde, porque ya me estoy molestando.



Parece molesta por mis preguntas, pero ya no más. El somnífero que le puse a la gaseosa está haciendo efecto. Agacha la cabeza, pestañea, se empieza a dormir. Son las 3:15. Va a ser una gran tarde.



¿Qué es esto? Me pesan los párpados, no veo muy bien, me siento cansada... ¡¿Qué le han puesto a mi vaso?! No, esto no está bien, no está...

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No pesa mucho, al menos en el camino me he podido recorrer ese cuerpecito suyo con las manos. ¡Qué cuerpo, es una diosa! Ahora la tengo echada en una cama de un hostal. Bastante disimulado como para que alguien se dé cuenta de algo. Antes de empezar, rebusco en su cartera. ¡Ajá! ¡Unos cuantos condones! ¡Y así ella decía que no quería tener nada con nadie! El teléfono celular timbra. Un mensaje de un tal Pepe en donde le dice "amor" y que la está esperando en su casa. ¡Será puta! ¡Me dijo que no tenía pareja! Pero no más... Me tenía caliente, ahora no perderé la oportunidad de tirármela

Suavemente le quito la blusa y, como lo esperaba, sin sujetador. De solo verle las tetas se me pone la verga tiesa. Le saqué los pantalones y lo demás. Verla desnuda sobre la cama, durmiendo indefensa ante mis arremetidas, me excita.

Subo sus piernas a mis hombros y la empiezo a penetrar con decisión. Supongo que el somnífero será lo suficientemente potente como para mantenerla dormida mientras me la estoy disfrutando sin que se dé cuenta. Chupo sus tetas suavemente, lo he estado esperando desde que la vi ese día saliendo del edificio. Recuerdo la imagen de ella saliendo del edificio con esas ropas, con esa faldita que mostraba bastante de sus piernas, mientras con el mete y saca y el choque de mi cuerpo contra el suyo mi excitación aumenta, y ya no puedo resistir más. Me vengo y baño su vagina por completo con mi semen caliente, mientras veo cómo fluye por su entrepierna. De pronto, se mueve, parece que se quiere despertar...



¿Qué es esto? ¿Dónde estoy? Me siento cansada, no puedo moverme... No siento mi ropa puesta. ¡¿Qué está pasando?! ¡Es Tony, pero está desnudo! ¡¡No, no puede ser lo que estoy pensando!!



Se ha despertado y parece alarmada, pero no puede moverse. Solamente le digo que se deje hacer y que yo sé que lo va a gozar. Si con Pepe puede, ¿por qué conmigo no?



¡Maldito descarado! ¡Ha rebuscado en mis cosas! ¡¿Pero cómo se atreve a compararse con Pepe, si él es todo un hombre bien hecho y no una gentuza como él?! Me arrepiento de haberle tenido confianza, me va a violar... ¿Por qué me pasó esto? No me lo merezco... ¡¡¿¿Por qué??!! Grito por ayuda, espero que alguien me escuche, por favor...



Que siga gritando, al final nadie le hará caso. Me echo sobre ella y empiezo a penetrarla sin temor. Un grito escapa de sus labios, los cuales cierro con un beso un tanto violento. ¡Qué rico es besarla! Toda ella es una delicia: Su vagina tan apretada y calientita, sus pechos firmes. Que no lo niegue, sé que en el fondo le gusta.



¡Qué asco! Cada vez me sigue embistiendo más fuerte, quiero gritar y escapar, pero no puedo. Él es más fuerte. Trato de arañarle en la espalda, pero parece no reaccionar. Agarra mis pechos y mi cuerpo... ¡Basta ya! ¡¡Por favor, detente!!



Separo mi boca de la suya para respirar, y ella sigue gritando como loca. Ni modo, tengo que decírselo: Que sé que le gusta lo que le hago, que no se haga la loca. Lo niega y me dice un par de palabras fuertes. Creo que la cachetada que le di la mantendrá callada por un rato. Tanto sexo me deja contento. Ya no puedo más. Voy a correrme...



Me doy por satisfecho. Una corrida bestial para cerrar ese polvo con broche de oro, sí señor. Sé que luego vendrá por más. Sé que le ha gustado, pero se ha hecho la estrecha. Seguro luego irá donde el Pepe ese y se lo cogerá imaginando que yo estoy allí...

¡Maldito miserable! ¡Me ha golpeado! ¡Y se ha derramado su semen dentro de mí! No puedo aguantar más. No... ¡¡Por qué me tuvo que pasar todo esto a mí!!

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Han pasado meses desde ese día. No sé cómo mierda llegué a esta situación. ¿Qué pasó, qué hice mal? Simplemente, que dejé a la chica sola y luego me acusó de violación. Yo sé que a ella le gustó, si incluso me abrazó fuertemente mientras me la empalaba. Parece que los policías y el juez se creyeron lo que la chica les dijo. ¡Mierda! Me enviaron a un penal de máxima seguridad, acusado de "violar menores de edad". ¡Falso! ¡Ellas me querían mucho, sobre todo la nenita de 7 años que me hizo el amor el año pasado, incluso se agarraba muy bien de mi cuerpo!

Seguramente saldré pronto de aquí, confío en mi inocencia. De pronto un gordo feo me dice que es hora de la ley ¿Ley de qué? Entre dos chicos me agarran y me tiran al piso ¿Qué es esto? El gordo se baja el pantalón y... ¡¡¡Mierda, esto no, por favor!!!





Dicen que en esta vida, quien la hace, la paga...