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Historias macabras 1: Infieles difuntos.

Relato enviado por : Invisigotico el 02/11/2011. Lecturas: 8034

etiquetas relato Historias macabras 1: Infieles difuntos.   Confesiones .
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Resumen
Una chica comparte con el ilustrador la extraña aventura sexual que vivió en su visita a tierra sudcaliforniana, durante el puente de Todos los Santos. (Fotorrealismo hentai).


Relato


Historias macabras 1.

(Fotorrealismo hentai).
Antes que cualquier otra cosa, aclaró que no soy el autor del relato, sólo el ilustrador. Los autores han decidido mantener su anonimato para compartir su historia. Tampoco pretenden ganarse el premio Cervantes con esto.

Hola Invisigótico:
Disculpa que te escriba hasta ahora, pero ya sabes que en ocasiones no es posible, aunque yo así lo desee. Como hace tanto que no te veo, te compartiré lo que me sucedió el mes pasado.
Por fin había llegado el final de octubre y mis amigos más cercanos tuvieron la ocurrencia de que celebráramos un muy tardío “springbreaker” en otoño en Los Cabos. Lo que acepte, pero debido a mi empleo no podía irme con ellos en la fecha y vuelo de avión que contrataron. Además de ello, tenía la intención de hacer el recorrido en coche para conocer y ver la península de Baja California.
En verdad, mi estado de ánimo era muy favorable para correr esta aventura, me encontraba harta de la rutina del trabajo y de la vida cotidiana. Algo de desmadre me caería más que bien. Debo confesar que también estaba muy deseosa y el imaginar un destrampe sexual, me hacía sentir húmeda.
Aunque ya conocía Los Cabos, no sucedía lo mismo con el resto de la Baja. Así que el viernes partí de mi ciudad San Diego, y ya en TJ (Tijuana) rente un auto todo camino, un modelo ya descontinuado pero arreglado y en perfectas condiciones. Lo escogí además de por el precio, por el gusto de conducir un auto tan distintivo y en teoría, muy confiable para cruzar el desierto.



El viaje me resulto muy placentero y tranquilo a pesar de trasladarme aproximadamente 800 km, cruzando sin problemas el estado norteño de Baja California. Ya en territorio sudcaliforniano mi meta era recorrer el oasis de San Ignacio Kadacaamán y llegar al pueblo de Santa Rosalia, reposar y conocer su arquitectura de estilo afrancesado y de ahí también visitar el relativamente cercano Mulegé con su oasis.
Las cosas resultaron tal y como las tenía contempladas, en ese día efectué las visitas a dichos pueblos pequeños y ya para las 17:00 hrs retome mi itinerario hacia el Sur, confiando en llegar a la ciudad de La Paz Airapí hacia las 22:00 hrs. Descansaría y al día siguiente transitaría tranquilamente el trayecto final a Cabo San Lucas. Afortunadamente por la fecha, los meses más calurosos ya habían pasado y el clima se tornó templado y muy agradable. La carretera estaba en buenas condiciones y no me sentía cansada por la conducción.



El día ya estaba oscureciendo cuando llegaba a la zona que los lugareños llaman el “Valle”, por lo que decidí el intentar efectuar una llamada con mi teléfono celular, para avisar que me encontraba bien y en donde.
Afortunadamente la conferencia fue posible y ya para finalizar la conversación, repentinamente tanto el teléfono como el auto se apagaron, la conferencia se interrumpió y el auto seguía avanzando solo por la inercia. Con tan buena fortuna que el trecho del camino era recto, con la posibilidad de orillarse y salir de la carretera sin problemas. Sumado a que se apreciaba en las proximidades lo que parecía ser un caserío, en el que posiblemente pudiera encontrar ayuda.
Al detenerme, traté otra vez de poner en marcha el vehículo, pero este aparentaba tener descargada la batería. Probé lo mismo con el teléfono pero tampoco funcionó.
- ¡Que extraño! – Pensé. Resolví ver el mapa para ubicarme donde me encontraba, pero ni la lámpara de mano encendió.



Considerando que la noche iría en aumento, decidí caminar a lo que semejaba ser el mencionado poblado. Así que baje del vehículo y me encamine a buen paso hacia el lugar. El camino era una vereda que iba paralela a la carretera, no estaba tan mal y como había plenilunio, tenía la suficiente iluminación para caminar sin dificultades.
Al llegar al lugar, éste para mi sorpresa resulto ser un cementerio, pero más adelante aparentaba existir una estación de servicio o quizás un autoservicio, por lo que proseguí con mi andar. Cruce todo el frente del campo santo y para mi desilusión al llegar al inmueble, éste se hallaba cerrado. Llame a voces por algún tiempo, esperando que alguien contestara, pero nadie acudió. Recorrí los alrededores del sitio y note una larga vereda que partía de allí y conducía hacia algún lugar. Obviamente que no me adentraría por allí, pero lo que más me llamo la atención fue apreciar un muro gigantesco de niebla que avanzaba hacia donde me encontraba.



La soledad imperante en aquella vastedad de espacio, ante la obscuridad ya presente y a lo llano del terreno, se unían para hacerme sentir empequeñecida. Y que me resultara impresionante ver aquella enorme barrera de neblina acercarse inexorablemente de horizonte a horizonte. Recordé que en Mulegé, los lugareños me comentaron que en el “valle” las nieblas densas se daban frecuentemente pero solo en invierno, lo extraordinario del evento me hizo ponerme nerviosa.
Comencé a experimentar temor, aquello figuraba ser arrancado de una película de horror, me sentí algo indefensa y dejada a mi suerte. Ningún sonido se escuchaba y solo mis apresurados pasos rompían aquel silencio. Decidí regresar lo más pronto a mi vehículo y aguardar ahí hasta que alguien pasará por la carretera.
No contaba con que todo esto me estuviera sucediendo, trate de estar alerta lo más posible y pude apreciar que las tumbas del cementerio estaban muy arregladas con flores.



Alguna vez, mi abuela mexicana me conto que en su país, durante los días de muertos, se tiene la costumbre de asear y adornar con flores el sepulcro de los parientes difuntos, como si de una festividad familiar normal se tratara. La familia entera acudía al cementerio y pasaban toda la noche reunida ahí, rememorando a los fallecidos, llevándoles incluso la música, comida y bebida preferida.
Me encontraba ensimismada con estos recuerdos cuando me pareció percibir la presencia de una persona entre las tumbas. Me imagine que sería alguien que hizo la limpieza y adorno de alguna tumba y que tal vez pudiera ayudarme. Por lo que ingrese al cementerio lo más pronto que pude y acudí al sitio donde se me figuro ver al sujeto.
Di algunas voces solicitando ayuda pero como la vez anterior, nadie contestó. Proseguí mi camino entre las tumbas y criptas en la dirección que me pareció se fue el mencionado individuo. Y al notar que ya la neblina estaba presente en el lugar, volví a llamar con mayor volumen de voz, con el deseo de recibir auxilio antes de que fuera imposible ver más allá de mi nariz por la densa niebla que se formaba.
Repentinamente me sentí tomada por la espalda, sujetaron mis manos con mucha fuerza. Fue tal la sorpresa que nada hice para evitarlo, además el individuo tenía tan frías sus manos y empleaba tal fuerza que a trompicones me llevo hacia una cripta y me hizo ingresar en ella. Creo que hasta perdí mis sandalias.



Ya dentro, me arrojo sobre una de las lápidas y me despojo de los pantalones con increíble facilidad. Era tal mi desconcierto y la oscuridad presente que no acertaba a hacer algo para impedirlo. Sentí como haló mi tanga y comenzó a lamer y mamar con fruición mi vagina.



El muy cabrón era ducho en estos menesteres porque debo reconocer que me estaba dando la mejor comida de chocho que me han dado. Fue inevitable que ante tanta maestría no me dejara llevar por el gozo que recibía. Mi coño chorreaba sus jugos y el mamador experto los degustaba con gran gusto. Comenzó a besar con adoración mis nalgas y a restregar su rostro frío en ellas como si de un preciado tesoro, mi culo se tratará.
Mis ojos empezaron a acostumbrarse a la semioscuridad reinante y pude empezar a percatarme de cómo era el interior de la cripta mientras continuaba con el gozo de ser comida apropiadamente en el coño y el culo. Ya ayudaba a mantener las piernas abiertas de tal forma para facilitar su tarea a mi mamador. Me pareció distinguir que dos lápidas estaban abiertas, pero honestamente en esos momentos no podía concentrarme en algo más que en el placer que recibía.



Después de largo rato y mucho placer incluido, se invirtieron los papeles. Me hizo levantarme, tomó lugar sobre la lápida y me acerco la cara a su miembro. El mensaje era más que obvio y habría que retribuir los favores recibidos. Así que engullí el capullo de su verga que tenía muy buen sabor, a pesar de estar muy fría,. Ya la cachondez me había puesto a tono y con ganas de chupar una buena pinga.
Podía escuchar el ruido que hacían mis labios al recorrer la tiesa carne venosa que se me daba a comer. Cada vez más, engullía porciones mayores de ese tolete y sentía como el glande me iba llegando a las amígdalas. Esa dura carne jugosa comenzaba a embriagarme de placer.
Me la saque toda y procedí a lamerle las huevas mientras le pajeaba su ensalivado pitote. Succionaba cada testículo a la vez y ya dentro de mi boca, lo lamía tiernamente con mi lengua.
Le di lengüetadas al fuste de su picha y volví a tragármela toda lentamente hasta alcanzar su vientre, con su capullo alojado en mi garganta más allá de las amígdalas.
Combine las lamidas de huevos con las chupadas de pija, me encontraba borracha de gozo y disfrutando el mamar, como nunca antes. Puse en práctica todas mis habilidades mamatorias, ya que realmente me encontraba feliz chupando una verga.



Entonces empecé a sentir lengüetazos otra vez en mi coño. Alguien más se agregaba al jaleo y me tomaba ocupada mamando picha. Con sus manos separo mis glúteos para hacer mejor su trabajo oral, y vaya que si lo hacía bien, el cosquilleo en mi chocho volvió a enloquecerme y me forzó a suspender mi mamada y dar gemidos de gusto.
Reincidí a chupar la verga que tenía enfrente, para gozarla junto con la sensación de ser comida vaginalmente.
- ¡Te la voy a comer como nunca te lo han hecho. Esto es la gloria!.- Exclamó el que me la chupaba.
Un buen rato nos mantuvimos así, hasta que el nuevo agregado demandó también recibir favores orales.
Sin siquiera esperar a que el miembro de su compañero desocupara mi boca. La empezó a introducir forzándome a hacer mi primera mamada doble.



- ¡Vamos inshi puta!. ¡Si tienes boca para eso y más!.- Profirió el muy cabrón.
Y en verdad que sí. Los dos trozos tiesos se albergaban en mi cavidad oral, recibiendo ambos las caricias de mis labios y los lengüetazos en sus fustes.
- ¡Ahora si vas a conocer todo lo puta que eres!. ¡Abre la boca!. ¡Que bocota mamadora tienes!. ¡Traga puta, que si puedes!. ¡Y tú que te hacías de la boca chiquita!.
Me sujetaron por la nuca, pero en realidad no era necesario ya que yo misma cabeceaba hacia el frente tratando de engullir la mayor cantidad de la dura carne de esas dos morcillas.



- ¡Así es, puta!. ¡Chupa como tú sabes!. ¡Vaya si sabes mamar!. ¡MMMM, me gusta cogerte por la boca!.- gritaba uno de los bastardos.
Estaba tan caliente, que me urgía poseer ya uno de esos miembros, por lo que cuando uno de los machos se recostó sobre una de las lápidas, me monte encima de él y sujetándole el miembro erguido, me lo introduje con cuidado pero presurosamente en mi coño babeante, fue toda una delicia sentir la sorprendente dureza de aquella verga tan tiesa y grande deslizarse en mi interior.



- MMMM, What a delight! -. No pude evitar decir.
Estaba determinada a cogérmelo con todas las ganas por lo que no me importo notar lo frío que estaba su miembro, así que coloque mis manos en los costados de su cadera y apoyando con los pies bien plantados en la losa, subía y bajaba mi cadera con un ritmo cada vez más creciente. El macho se dejaba hacer y solo poso su yerta mano derecha sobre mi rodilla. Mi vagina devoraba su verga cada vez en mayores porciones hasta hacerlo en su totalidad.
- It´s soo fucking good! -. Proferí.



Me lo estaba cogiendo a mi antojo y gusto por el tiempo que quise, cuando un fuerte orgasmo me llego, haciéndome convulsionar y mojar completamente aquel instrumento de placer.
- ¡Pero que buena estas!. ¡Mira nada más que chiches!. ¡Y el biscocho, que rico, jugoso y apretado esta!.- Alegaba mi cogedor.
El otro semental me hizo recostarme sobre su compañero, completamente desmadejada por el orgasmo tan fuerte me deje hacer, y sin haberme sacado la verga de su compañero, comenzó a arremeter su pija contra mi coño.
- ¡Te vamos abrir bien el coño! -. Amenazó.
Tan buen trabajo mamatorio habían hecho que estaba lo suficientemente lubricada para tal proeza, por lo que el capullo de aquel cipote se comenzó a abrir paso entre mi vagina ocupada, con tal perseverancia hasta que cumplió con su objetivo.



- OH!, Myy Goosshhh!.- Exclamé.
- ¡Vaya que si puedes con los dos a la vez! -.
Me resulto increíble notar que podía albergar dos vergas en mi coño, sobretodo la sensación novedosa de sentirme tan llena y con los labios vaginales tan distendidos e hinchados a la vez.
- ¡Toma, inshi puta! -.
- YYEEAAHH!. Give me your big cock!.
El macho a mi espalda era el único que se movía pero lo hacía con tal enjundia que nos estaba transportando a todos a los límites del placer. Lo sujeté de su pierna izquierda temerosa de que se detuviera tanto gozo que me condujo a dos orgasmos más.
- ¡Sé que esto es lo que querías, Cabrona! -.
Tan desmadejada termine que el macho retiro su verga de mi coño y la coloco entre mis nalgas con toda calma, estaba tan entregada que no tuve fuerzas para impedir entregar mi orificio todavía virginal.



- ¡Ahora me vas a dar las nalgas, inshi puta! -.
Por lo que con parsimonia apunto su capullo sobre mi ano y empezó a embestir hasta lograrlo meter. Esto inicialmente me resulto algo doloroso pero lo bien húmeda que estaba aquella verga con mis jugos y el tener insertada la otra en el coño, lo hicieron muy tolerable.
- ¡Este culo necesita tragar mooondaa! -.
Aquel cabrón se aprovecho de esto y me hizo sentir cada centímetro de su carne hundiéndola hasta los huevos, mientras ocasionalmente me soltaba fuertes nalgadas.
- ¡Te voy a culiar, te la vas a tragar toda, inshi zorra! -.
Ambos empezaron a moverse y me cogieron a su antojo. Yo me limite a recibir sus profundos embistes y experimentar la percepción de albergar una verga en el recto y el agradable cosquilleo que soportaba en mi esfínter anal.
- ¡MMMM, que rico!. ¡Que buen culo! -.



El macho que estaba encima paso su pierna derecha sobre mí, y como si estuviera sentado sobre mis nalgas, me indilgaba su verga por el culo. Lo cual agradecí, ya que en verdad me gustaba sentir todo su grosor. En esta ocasión el orgasmo que se acercaba se sentía diferente, mucho más fuerte que los anteriores enloqueciéndome de placer, iba y venía aproximándose con una intensidad tal, como nunca la había sentido antes.
- ¡Lo aprietas bien rico! -.
Cuanto deseaba que ello nunca acabara y estar así repleta de verga por la eternidad, pero el orgasmo llego desde lo más profundo de mi interior haciéndome gemir muy fuerte, convulsionándome y sintiendo infinidad de descargas eléctricas por todo mi cuerpo.
Tan embriagada de placer me encontraba que no puse reparos y hasta colaboré cuando mis culiadores concertaron en romperme el trasero ambos a la vez.
Se colocaron de tal forma que pudieron juntar sus miembros bien erectos, y al acercar yo mi culo fue posible que me los metieran al mismo tiempo.



Vaya sensación la de tener el culo repleto de chorizo de macho. Cada uno de ellos masajeaba el glúteo que tenía a su disposición, mientras yo me movía suavemente disfrutando al máximo la sensación de darles las nalgas. Estuvimos así por un largo rato, hasta que mis cogedores decidieron ser más participativos.



Así que volvieron a taparme con su dura carne mis dos orificios, cosa que me complació. Ni en mis más locos sueños húmedos, me habría imaginado ser tratada como lo estaba siendo en aquellos momentos. Esos cabrones sabían encontrar mi punto G y me llevaban al paroxismo del placer.
- OOHHH, Pleasee!!!. GGIIvvee me all your big cocks, Motherfuckers!!!.
- Don´t stop!!!. Give me moreee!.



Mis culiadores también parecían no resistir más sacaron a la vez sus trancas de mis huecos y se dispusieron a derramar su elixir sobre mi rostro.
- OOHHH, YYEEAAAAHH!. I´m thirsty of cock jizz!!!!.
Apenas se la menearon cuando enormes torrentes de su líquido blanquecino empezaron a derramarse de sus miembros enhiestos.
- OOHH MY GOSH!!. Give me all your loads of your balls, Bastards!!!.
Parecía interminable la manera en que disparaban sus vergas el cremoso néctar, blanqueando grandes porciones de mi rostro.
- I am a whore cum!. Give me more, Pleasee!!!.- Me escuche decir.
Cuando al fin terminaron de vaciar sus testículos sobre mi cara, me puse a limpiarles agradecida sus todavía duras pijas, así también alcance a saborear la calidad del resto de los mecos que quedaban en el capullo de sus vergas.



Aunque cansada y agotada por tanto trajín, y mientras hacía mi actividad mamatoria, se me figuro notar que el rostro de mis cogedores adquiría un aspecto cadavérico y que sus cuerpos desaparecían o se perdían en la obscuridad imperante. En realidad no sé bien que fue lo que pasó, si ello fue producto de mi imaginación o sucedió en verdad, pero la impresión me provocó desmayo, y ya no supe nada de mí hasta el día siguiente.
La luz del día me hizo despertarme, noté que me encontraba en el suelo de la cripta completamente sola. La puerta de dicha cripta se encontraba abierta y permitía el ingreso de la claridad diurna. Nada más había, solo cuatro lápidas bien tapadas que me imagino contenían sus respectivos ataúdes. Ningún rastro de mis culiadores encontré, pero si mi pantalón y tanga, la cual me puse primero. Me sentía molida y aletargada, pero un pensamiento me hizo despabilarme. Tenía que irme de allí lo más pronto posible, no fuera ser que alguien me encontrara en ese sitio y me pidiera explicaciones.
Salí y pude notar las tumbas adornadas con flores del cementerio a plena luz del día. Afortunadamente nadie se encontraba por ahí, me senté sobre una tumba a colocarme los pantalones y también pude hallar mis sandalias en los alrededores de la cripta. Desconocía la hora que era, y cuál sería mi apariencia, pero recordé la lluvia de semen que había recibido y aproveche el agua de los floreros para lavarme el rostro y el cabello como mejor pude.



Sintiéndome más limpia y arreglada, apuré a salir del cementerio e ir por el auto. Mientras caminaba, me preguntaba qué era lo que había sucedido, si todo habría sido un sueño o en realidad sucedió. El escozor que sentía en mis agujeros y lo adolorido de mi mandíbula parecían confirmar lo último. Entonces, ¿qué es lo que debería hacer?.
Por fin llegue al auto, recordé que en la noche anterior había dejado de funcionar y ante tal angustia, probé el encenderlo. Felizmente, así lo hizo y lo mismo sucedió con el teléfono móvil. Entre tanto desconcierto, decidí ya no continuar el viaje a Los Cabos y regresar por donde había venido.
Con el auto decidí acercarme al autoservicio, quizás pudiera en los aseos darme una mejor arreglada, pero estaba cerrado. Me resulto extraño, pero tal vez se debiera a que era un día festivo. Entonces recordé que era 1 de noviembre y aunque en México el día festivo era el 2, lo más seguro es que hubiera un puente vacacional.



Di la vuelta al auto para tomar camino hacia Loreto, y al pasar por el cementerio pude notar que estaban llegando personas para limpiar y arreglar las tumbas para la festividad de Muertos.
- Apenas a tiempo.- Pensé.
Pero si hoy es 1 de noviembre……., ayer fue la víspera de Todos los Santos, Halloween en mi tierra. No, no puede ser lo que estoy pensando.
Con esos pensamientos seguí mi camino hasta Loreto, alquile un cuarto de hotel, recorrí el pequeño pueblo, descanse el resto del día y a la mañana siguiente regrese a San Diego.
No volví a pensar mucho en el asunto, consideré que había tenido unas buenas vacaciones, rompí con la rutina diaria, conocí lugares nuevos. Y lo más importante, tuve la cogida de mi vida que era el principal objetivo que había tenido planeado para esas vacaciones. No como lo había contemplado pero si fue algo único y memorable, nunca me han cepillado el coño y el culo como en aquella ocasión. A veces me masturbo recordando el evento. Tú sabes que soy bastante putona, lo reconozco. Pero con lo que me sucedió, ahora sé que no me gusta la verga…… ¡ME ENCANTA!.
Tal vez pienses que desvarío con esto que te cuento, puedes hacer tu propia opinión, creerme o no, para mí eres un buen amigo al que necesito contarle lo que me sucedió.
¿Qué es lo que creo finalmente de este suceso?. Que fue una magnífica aventura en la Baja en la que conseguí lo que buscaba.
Recibe besos y un fuerte abrazo.



Pdta.- Gracias por ilustrar la historia, traducirla y corregirla.

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Si te ha gustado Historias macabras 1: Infieles difuntos. vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Historias macabras 1: Infieles difuntos. . Invisigotico te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
nnicolas (6 de November de 2011 a las 06:42) dice: cuando quieras charlemos nnicolas74@yahoo.com

ADMIN (2 de November de 2011 a las 00:03) dice: Impresionantes imágenes. Gracias por enviarlo !!!

katebrown (18 de October de 2022 a las 21:28) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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