inocentemente infiel

Inocentemente infiel.
Me llamo Kelly y tengo 22 años. Estoy casada con un hombre de 27. Le di pie a mi matrimonio porque me encontré perdidamente enamorada de ese chico. Siempre muy atento conmigo, muy cariñoso, alguien realmente especial. Soy feliz casada con él. Y mi matrimonio va tan bien q jamás espere que lo que les voy a contar pudiera pasar en mi vida… no me siento mal por ello pero si apenada.
Todo comenzó hace unos meses. Cuando una maña Salí a despedir a mi esposo que se iba a trabajar. Yo no acostumbraba a salir de la casa con ropa corta ni mucho menos. Aquel día llegue hasta el jardín con una piyama corta y casi transparente. Luego que mi esposo se fue me quede en el porche de la parte trasera de mi casa. Allí me senté a tomar un café. No me sentía muy animada para darme una ducha y cambiarme de ropa para comenzar mis labores. En su lugar solo cerré mis ojos y me quede pensando en todo lo que debía hacer en el día. Tras un suspiro de cansancio vino un gran susto cuando al abrir mis ojos un hombre estaba parado frente a mí. Era el vecino.
-señora Kelly… como esta?
-muy bien. Pero valla susto el que me ha dado.
-lo lamento. Es que llame a la puerta y no contesto. Creí verla por acá y me tome el atrevimiento de entrar.
Mi vecino se hacía llamar Elí, era un joven de 25-26 años, muy atrayente por su cuerpo fuerte y musculoso. Era alto. Tenía ojos claros con una de esas miradas que dicen “quiero con todas” estaba casado con Sam, Una chica muy agradable pero algo sumisa. Era una chica hermosa que no tenía nada que envidiarle a ninguna otra mujer.
-que necesitas? Si querías hablar con mi esposo, lo lamento pero ya se ha ido.
-no… bueno solo quería un favor. Es que estaba arreglando la tubería de mi jardín y se ha roto un tubo quería saber si me podían prestar alguna herramienta, yo no tengo las mías en casa porque las lleve a casa de mi padre y las olvide.
-bueno acá hay una cajas con algunas cosas pero no se de eso. Ven y te las muestro.
Al levantarme del sillón supe que aquel hombre me comió con la mirada, algo que odie ya que no me esperaba que nadie extraño me viera con mi piyama. Ya que esta no me ayudaba. Se veía completamente que no traía sostén y que mi tanga blanca era muy pequeña. Trate de no llamar mucho su atención mientras caminaba al curto de lavado donde en un armario estaba lo que buscaba. Al entrar lo pensé dos veces antes de agacharme para abrir una de las gavetas. Cuando lo hice pude ver como se quedo mirando mi trasero. Trate de no tardar en esta posición para evitar la mirada pero sin esperarlo me sorprendió cuando yo aun agachada el me tomo por la cintura y comenzó a tocarme los muslos.
-que haces?
-tocándote. quédate así te ves hermosa. Tienes unas piernas maravillosas
-no seas abusador.
A pesar de esto yo me quede inmóvil. Me apretó contra el, y sentí en mi trasero su pene ya erecto por encima de su pantalón. Esto me éxito demasiado. El metió su mano entre mi payana y ahora masajeaba mis nalgas. Metió su mano más hacia mi sexo hasta tocar bien entre mis piernas. Me tomo del cabello y me jalo hasta una mesa que estaba allí. Me subió en esta y abrió mis piernas, saco mi tanga y metió su cara entre mi. Comenzó a juguetear con su lengua dándome una sensación estupenda. Yo no mude evitar soltar algunos gemidos por aquello que sentía.
-Elí por favor ya. Vallase.
-vas a decir que no quieres que ocurra nada?
-no le e sido infiel a mi esposo.
-Siempre hay una primera vez. Déjate llevar Kelly.
Me llevo casi a rastra hasta mi recamara al abrir la puerta me tiro en la cama sin ninguna delicadeza.
-quiero hacerte mía aquí, donde duermes con tu esposo. Donde has hecho el amor tantas veces con el, aquí porque así te sentirás mas zorra de lo que eres.
Me dejo desnuda y comenzó a chupar mis senos, yo estaba mas excitada de lo que había estado nunca. Deseaba que me penetrara de una vez, mi cuerpo iba a explotar de deseo. Se saco el pantalón y mientras lo hacía no perdí tiempo en sacar su pene y masturbarle con la mano, aquel enorme tamaño me hizo desearlo más y me lo lleve a la boca. Nuevamente tomo mi cabeza y me apretaba contra el con fuerza provocando que todo su pene entrara en mi boca. Luego de un rato me tomo del cabello y entre jalones me hizo arrodillar en la cama de forma que pudiera penetrar mi trasero. Yo estaba toda mojada así que esto no se le hizo muy difícil, pero al sentir tal penetración sentí que se desmayaba mi cuerpo. Un fuerte dolor me aterrorizo hasta que se convirtió en placer. Mis gritos se debían escuchar en toda la casa, mordí las almohadas cuanto podía para soportar lo que sentía, luego lo saco y sin mucho cuidado me dio vuelta y abrió mis piernas rosaba su pene erecto contra mi sexo y chupaba mis senos locamente. Yo le pedía que me penetrara. Y él solo jugaba conmigo porque sabía que me volvía loca. Al fin lo hizo. Me penetro y mis caderas comenzaron a moverse casi solas, estaba llena de pasión, estaba fogada de deseos y placeres. Aquel hombre movió todo dentro de mí. Cuando me llego mi primer orgasmo sentí que mi cuerpo se suspendía en el aire, así fueron dos veces más, hasta quedar tan agotada que me quede en la cama. El se levanto se vistió nuevamente y con una mirada de triunfo me sonrió.
-donde están las herramientas que necesito? Yo iré por ellas, necesito una excusa para volver mañana.