Cuando un ama prepara una trampa para ordeñar a sus siervos y entonces...
Relato
Les voy a contar mi experiencia de este fin de semana, en concreto, desde el viernes, sobre las 7 de la tarde, hasta el sábado a la misma hora.
Me gustan y práctico desde hace 4 años, juegos sadomaso, pues miren, fui llamado este jueves por mi ama Marisa, como tantas veces, pero esta vez, fue muy diferente.
Ella o su sierva Ángeles, me mandaron un sms: “Viernes 17 h de azul”
Yo sabia, que tenia que ir completamente vestido de ese color, de lo contrario recibiría un severo castigo.
Al llegar a su apartamento, no estaba sola con su amiga, mejor dicho, su sierva Ángeles, estaba, junto con otros dos desconocidos para mí, de momento. Serian el rojo y el negro, posteriormente me enteré de que se llamaban Ricardo y Arturo, unos jóvenes de unos 30 o 35 años, de complexión mediana fuerte. Yo, ya estoy por la cuarentena.
Ángeles es una rubia no muy alta, con unos senos firmes y muy agradable de carácter. Me sonrió y con señas me ordenó que me sentara en el sofá del comedor.
Me di cuenta que los tres íbamos vestidos de un solo color, Ricardo era el más ridículo de los tres, pues su rojez, era incluso divertida. La rubia me preguntó si quería tomar alguna cosa, más que una petición, fue una orden, ya que, lo hizo con tal vehemencia que me vi obligado a aceptar.
Marisa, nuestra ama, vive con su hija Virtudes (ja, ja, ja que ironía) de 17 años. En estos días no esta por casa, creo que disfruta en una estación de esquí, practicando con el monitor.
Ángeles, iba vestida con una mini, minifalda de cuero, tanguita de seda del mismo color, con unos zapatos de tacón de aguja; de la falda le salen cómo unos tirantes de cuero y nada mas, así que, nos enseñaba sus dos maravillosas virtudes, que en más de una ocasión he disfrutando.
Si vestía así, no era por capricho, lo hacía simplemente porque nuestra AMA se lo había ordenado. Ella, otra vez insistió en que me tomará otro cubata y me señaló unas botellas que contenían ginebra y yo, acepté.
La sierva estaba distinta, sugerente como una novia en celo, muy cerca de nosotros pasaba y con sus dedos acariciaba nuestra cara y sonreía. Iba paseándose delante de nosotros, luciendo sin pudor su bonita figura de treintañera. Dando tirones a los cueros negros, como una especie de baile sensual.
. Se acercó a los desconocidos y les dijo algo a la oreja, yo no lo pude oír, los dos empezaron a desnudarse, en pocos segundos como si de una carrera se tratase, Ricardo dejó la ropa primero encima de una silla y Arturo en segundo lugar. La sierva se fue a la pared del comedor y escribió algo en un papel situado debajo de un reloj, eran las 6.30 de la tarde y aún no había empezado nuestra pesadilla.
Ángeles me dio parte de un papel en el que ponía ¿quieres divertirte…
Yo asentí con la cabeza. Entonces ella se desnudo por completo, se sentó despacio encima de mi. Su chumina se apoyaba y mojaba la rodilla del pantalón.
-Si quieres te puedes quitar la ropa, me dijo con una bonita sonrisa, a la que no me pude negar.
Ella estaba mojada y sus pechos parecían dos miuras. Yo me empezaba a excitar más y más. Se echó encima de mí, me rodeó con sus brazos en el sofá, acostados nos abrazamos y besamos. Mientras, los de colores, nos miraban sorprendidos, no menos que yo lo estaba, ya que era la tercera vez que probaba esos labios en 4 años.
Fue justo en ese momento cuando nuestra AMA entró y dio un grito de repugnancia. .Nos pusimos los 4 de pie, los tres no podíamos esconder nuestro erección.
-Pero malditos estúpidos que estáis haciendo- preguntó ella- sin mi permiso.
-Mi niña, ha logrado su objetivo calentorros, pero ahora se con seguridad que merecéis una buena disciplina y tal vez un severo castigo. Prosiguió
-Tenéis que ser capaces de resistir 18 excitaciones (pajas, mamadas, cascadas, felaciones…) en un día que mi sierva con entusiasmo os aplicará. Nos dijo Marisa
Le había ordenado a Ángeles que nos pusiera a 100 y que si no conseguía la tendría que castigar duramente.
Al cabo de cinco minutos estábamos los 3 atados con cuerdas del techo, con los brazos hacia arriba, parecíamos una X.
.
Ahora tendríamos que eyacular cada tanda, de lo contrario nos estimularía durante un cuarto de hora sin parar. El orden será el mismo durante cada hora. El primer cuarto de hora Ricardo, el segundo Alberto, y para finalizar, de las medias al menos cuarto será para mí.
Sabíamos que nuestra ama nos estaba viendo con las cámaras que había por toda la casa. Si no cumpliese la sierva, seria era severamente castigada.
-Ángeles puedes poner tu el orden que quieras pero anótalo todo- le dijo Marisa- Tienes un comodín para ordeñar una vez más a uno de los tres y salvar al que tu decidas.
Ella podría pajearnos de la manera que quisiera, con las manos, la boca, incluso con los pechos.
Empezó el aparente y terrible juego-disciplina. A mí, la primera vez, tarde en correrme unos seis o siete minutos, me lo tomé a risa, del gustito que me dio la rubia, eran las siete y treinta y seis de la tarde cuando llegue por primera vez, a las ocho y cuarenta y dos la segunda. Fue en ese momento, a partir de la tercera hora que nos vendó los ojos, por lo que ya no podríamos ver nuestra escasa leche, ni el tiempo que nos quedaba hasta que la sumisa se detuviera.( El requisito para que considerara eyaculación era que hubiese más de 4 gotas.)
Nos tenía prohibido hacer pis, bajo castigo y la verdad es que con dos cubatas dentro, a las 10 de la noche, después de un descanso de nuestra disciplinante me hice encima.
A mí me dijo que iba a descansar un par de horas, pero no los tres, ya que, a Ricardo mientras nosotros reposábamos un poco, se llevaba una tanda extra.
Bueno ya no les cuento más detalles para no aburrirles, sólo que al no saber la hora que nos iba a tocar y lo que quedaba para que pasase el cuarto de hora, se nos hizo eterno. Y a partir de las dos o tres de la madrugada nos puso una bola bozal y con lo incómodo de la postura, estábamos sufriendo una verdadera tortura.
El ama se acercó a vernos, después de haber descansado muy bien, lo que hacía con la fusta, era que, azotaba las nalgas de Ángeles para que lo hiciera más rápido. Me parece que fue a Ricardo al que ella obligó a que, los 15 minutos fueran de una felación de película. Sin parar
Yo, ya no tenía leche dentro de mi o al menos eso me pareció, ya que, no lo pudimos comprobar, ella continúa cascándomela un rato muy largo, en alguna ocasión puede que los 15 minutos.
Marisa, se acercó a mí y me mordió la oreja y me dijo -Cabrón no muevas la cabeza con un no o repetirás otro día, eso me dijo cuando faltaban varias horas para terminar el día.
Resumen de la disciplina: + (cuatro o más gotas) – (No conseguido)
Horas18/24 Ricardo : 0-15 ‘ Arturo: 16-30 ‘
Juan: 31-45 ‘
Total + 13 10 12
Total - 7 8 6
Diferencia 6 2 6
Calificación Aprobado Deficiente Aprobado
Bueno, esto ha sido una experiencia de ordeñado extremo, tal vez les cuente otro día el castigo recibido y otras técnicas que practico, como la negación de la eyaculación., el fastidio genital…
Para cualquier comentario de este relato pueden escribir a
juandosamo@hotmail.com
(Recuerden que somos personas con ciertas inquietudes y no escritores profesionales)
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