La cascada

Un grupo de adolescentes solíamos bañarnos en los ríos y pozas de los alrededores del pueblo, todas eran muy conocidas y algunas mas visitadas que otras, la mayoría de veces íbamos grupos de amigos a nadar en dichos paradisíacos lugares.

Alrededor de las tres de la tarde, con un sopor tremendo que causa un estado de semi consciencia, decidí refrescarme, tome la bicicleta y una vez en marcha recordé una poza con una pequeña cascada en medio de los matorrales, la cascada estaba formada por una pequeña represa que se había socavado, y estaba rodeada por un lado de un paredón de unos tres metros de alto y por el otro de frondosa vegetación, lugar ideal para bañarse desnudo, que fue lo primero que se me ocurrió ante semejante calor.

Deje mi bicicleta escondida entre unos arbustos, y empece el último trecho a pié sobre la ribera del río, contra corriente con el agua abajo de las rodillas y entre las piedras, hasta encontrar la poza y la cascada. Realmente llegar a ese lugar parece de cuento de hadas, el cielo azul, el retumbar de la pequeña cascada de poco más de un metro de alto y la poza con una profundidad razonable como para nadar unos cuantos metros.

Dejé mi ropa sobre una piedra grande y desnudo empece a nadar solo, me metía abajo de la cascada y me di cuenta que podía esconderme abajo de la caída del agua, así que nadaba hacia la cascada pasaba abajo de ella y me quedaba unos metro atrás de la caída del agua, donde había un espacio razonable.

Gozando de aquel paradisíaco lugar de pronto vi una sombra, era un amigo mayor que yo Rudy. Le pregunte que haces aquí y me dijo lo mismo que tu. Estaba desnudo, tenía los huevos al aire, pero lo que más me sorprendió fue el tamaño de su pene, que en estado de reposo fácilmente triplicaba el mío, tanto en largo como grueso, francamente y con inocencia no dejaba de verlo.

El interpreto de otra forma mi mirada y me pregunto que si quería tocarlo, mi respuesta fue dar la vuelta y sumergirme en el agua. El salto y cayó a la par mía haciendo comentarios sobre lo fresca que estaba el agua, pero se paro atrás mío y me atrajo de un jalón. Pude sentir su tremendo pene entre mis nalgas y aunque por reflejo me alejé instantáneamente, la verdad sentí un escalofrío y una sensación muy fuerte en todas mis nalgas y mi esfínter, no sabía como interpretar lo que sentía.

Le dije que no me molestara, pero el empezó a mofarse de mi diciendo que me había gustado, que viera mi entrepierna, y la verdad aunque aparentaba estar enojado tenía mi pene muy erecto.

Ante eso decidí esconderme detrás de la caída de agua, pero fue mala idea. Pronto ví como Rudy se acercaba a la caída de agua y quedando el afuera metió su cuerpo y todo lo que yo podía ver adentro de la pequeña cueva era el inmenso pene erecto, al tiempo que Rudy me decía tócalo ahí nadie te va a ver, yo se que lo quieres tocar.

No se por que razón pero supere la vergüenza inicial, no solo toque aquel enorme pene completamente circuncidado, sino me lo lleve a la boca y en mi adolescencia, cuando aparentaba ser un macho rudo y bravío, estaba disfrutando de mamarle la verga a un amigo.

Después de un rato de chupones y lamidas en la verga, Rudy me extrajo de la cueva donde estaba escondido, y me dijo que me iba a coger, yo no opuse resistencia y me colocó el pene entre mis nalgas, pero no pudo penetrarme, yo estaba muy apretado y virgen, me dolía pero me dejaba, sin embargo no pudo, apreté mis piernas y entre mis nalgas el eyaculo, yo estaba tan caliente que también eyaculé y aun no me explico por qué.

Al día siguiente en la escuela ni Rudy ni yo hicimos comentarios, y todo volvió a la normalidad, unos años después solíamos salir con los otros amigos, incluso el se caso con una exnovia mía, ahora viven muy lejos, y me queda curiosidad si el le habrá contado a Lucrecia nuestra aventura sexual.

Saludos.