Le di duro a mi mamá por su delicioso culo

Iniciare este relato describiéndole a mi señora madre quien me dio la vida y ahora con quien tuve sexo apenas hace cuatro días. Su nombre es María Irene, tiene 38 años y es de test blanca, pelo pintado de castaño claro, sus ojos son cafés y tiene unos labios hermosos los cuales los decora con labial rosa. Su estatura es alta y poseo un cuerpo perfectamente esbelto, tanto que no se le nota que ya es madre de familia, su cuerpo goza de unos preciosos pezones, un culo espectacularmente deseable y unas piernas de puta. Ella es únicamente ama de casa ya que mi padre es profesor de preparatoria y gracias a ello vivimos cómodamente, tengo otra hermanita de cinco años y con junto yo somos dos hijos. Mi madre es una mujer muy dedicada a su familia, es buena, comprensiva e incluso muy alegre, les diré que no es aficionada a los lujos como otras mujeres, así que aunque hay dinero de la carrera de mi padre ella nunca se comprar muchas cosas lujosas como vestidos, zapatos o maquillajes, no más bien mi mamá es una mujer humilde y como ya dije muy dedicada a su esposo e hijos, por último mis padres llevan diecisiete años de casados que es la misma edad que tengo yo. Por mi parte diré que me llamo Gustavo y como ya mencione tengo 17, soy un chico extremadamente caliente y por ello me considero vicioso del sexo con cualquier mujer de mi edad o maduras, por mello no me importo cogerme a mi propia madre. Me siento afortunado pues a mi corta edad ya he desvirgado a dos mujeres de mi colegio, mi pene se para con facilidad a cada momento quiere estar dentro de la vagina de cualquier mujer, en pocas palabras soy un total depravado y como mi pene es de buen tamaño al igual que tengo resistencia física yo puedo satisfacer muy bien a una mujer en el sexo.

En fin aunque soy muy caliente jamás había deseado sexualmente a mi madre hasta que una noche que andaba muy caliente me fui al baño para darme una buena masturbada, al entrar al baño note que en el cesto de basura había una toalla femenina manchada de sangre menstrual y como la única mujer en la casa es mi madre de inmediato supe que era de ella. Como estaba muy caliente de inmediato lo tome llevándomela a mi nariz, desde ese momento que olí el olor de la regla de mi madre empezó mi deseo hacia ella, esa noche me masturbe con esa toalla femenina frotándola en mi pene e incluso eyacule en ella mesclando la sangre de su periodo con mi semen. A partir de esa noche empecé a espiar a mi madre en cada momento, cuando se bañaba, se cambiaba de ropa y aprovechaba todas las oportunidades para verle las piernas cuando se ponía falda o sus ricas nalgas cuando usaba pantalones. También todas las noches iba muy silenciosamente a la habitación de mis padres sólo para escuchar los gemidos de mi madres cuando hacía el amor con mi padres.

Pegaba mí oído a la puerta de su habitación y me pajeaba ahí mismo con los leves pero constantes gemidos de mí madre y aunque no podía verlos en mi mente me imagina lo más sucio y morboso que pueda existir, de esta manera continuaron mis sucios deseos hacia mi madre y ya era tan obvio que ella misma le extrañaba cuando me quedaba viéndole las piernas o sus nalgas con mirada de perversidad, más ello nunca me dijo nada. Sin embargo la primera vez que me atreví a manosearla y por fortuna ella accedió sin mucha resistencia sucedió una noche de fin de semana, un buen sábado como eso de las 11:00 de la noche. Yo, mi hermanita y mis padres estábamos viendo una película muy larga por cierto en la sala que es donde esta nuestro televisor oficial, aparte de que en cada habitación hay una tele también. Esa noche mi deseada madre estaba vestida con un suéter negro de estambre y vestía una falda algo larga de vuelo color negro con puntos blancos. En fin como la película ya había tardado mis padres mandaron a dormir a mi hermanita y como después mi padre nos dijo que iba a ducharse. Así que quedamos completamente solos yo y mi madre ahí en la sala viendo todavía le película que ya estaba por terminar, era ya como las 12:30 de la madrugada, ahí en ese preciso momento mi morbo inicio pero no hice nada hasta que no escuche el ruido del agua del baño para confirmar que se estaba bañando mi padre. Justo en ese momento nerviosismo combinado con excitación comenzó a invadirme, en pocos segundos estaba mi verga al estallar y ya no aguante más. Primero me porte muy cariñoso con ella y la abrace, sin duda que como era yo su hijo no sospecho de mis intenciones verdaderas, así juntos con mi brazo rodeando su cuerpo estuve unos minutos, ambos seguíamos viendo la tela sin hablarnos nada.

Pero mi calentura ya era tan grande que no pude aguantarme más. Comencé por poner mi mano en su pierna derecha, no hizo ni dijo nada, yo lentamente iba acariciándole sus piernas lo más sensualmente posible y cuando comencé a intentar tocar su zona intima, ella me vio y trato de regañarme e incluso quiso irse pero no la deje, ella susurraba que no estaba bien, yo le dije con voz llena de erotismo ¡Déjate llevar mamita! Luego me hinque frente a ella y con mis manos intente separar sus piernas, ella puso resistencia queriendo cerrarlas pero de nuevo le dije ¡Déjate llevar mamita! Entonces por fin logre separar sus piernas y delicadamente deslice su falda hacia arriba, cada centímetro que subía su falda iba yo deleitándome con sus bellas piernas. Al fin cuando logre subir totalmente su falda yo mismo introduje mi cabeza entre sus piernas e inicie a besar sus piernas desde abajo y lentamente fui subiendo por sus piernas besándolas y acariciándolas. Ella no queriendo tomar atención a lo que estaba haciendo fingía seguir atenta al televisor como si no estuviera pasando nada. Yo ya totalmente decidido y sin miedo intente bajarle sus bragas negras, ahí ella de inmediato puso su mano para evitar que se las bajara, al mismo tiempo quiso alzar su voz y huir de nuevo, pero justo en ese momento le plantee un beso sorpresa con toda mi pasión en sus ricos labios.

En ese momento únicamente me dijo ¡Hazlo rápido! Fue donde me dio entender que ya estaba igual excitada. Sin esperar más de nuevo tome sus bragas y las deslice por sus piernas hasta sus zapatos y de nuevo volví a introducir mi cabeza entre sus piernas yendo directamente a su vagina. Al instante que olfatee el rico olor de su vagina me excitación creció aun más e igual me deleite viendo por primera vez la raja vaginal de mi madre quela tenia bien afeitada y como cafecita. Como ya es señora su raja vaginal le tiene un poco abierta, sin esperar más inicie a mamársela, ella cerro sus ojos mientras yo le seguía comiendo el coño, a prisa mordisqueaba suavemente su clítoris, ella no puedo evitar emitir ligeros gemidos de placer. Y fue más cuando yo separe sus labios vaginales e inicie a meterle dos de mis dedos, mi mamá se mordía los labios de placer para no gritar, así le estuve comiendo el coño alrededor de diez minutos y fue en verdad increíble cuando ella llego al orgasmo soltando de su vagina todo ese néctar que me supo bien sabroso, en ese instante no pudo evitar dar un gemido un poco fuerte del enorme placer. De una vez terminado su orgasmo, ella se puso de pie tomo un pañuelo desechable con el que se limpio perfectamente su zona vaginal y se subió las grabas al igual que se acomodo su falda. Lo más lindo para mí fue cuando tomo el pañuelo con que se limpio su vagina y me lo puso en la boca, ahí supe que si había disfrutado el momento, esa noche no paso de más ella se fue a dormir con mi padre y yo igual a mi habitación, pero toda la noche estuve recordando el delicioso sabor de su vagina y me preguntaba si ella también recordaba los movimientos de mi lengua en su vagina.
De esta manera ya no pude evitar desear hacer el amor con ella mañana mismo y para mi suerte lo logre pues sabía que mi padre se iba al trabajo muy temprano, antes de las 8:00 de la mañana y se llevaba a la escuela a mi hermanita, así que esa era mi gran oportunidad. Mi madre se levanto esa mañana con una pijama rosa y unas sandalias sencillas, al pararse lo primero que hizo fue preparar café para que dejara tomado mi padre ya los pocos minutos se fue con junto mi hermanita, para ese entonces ya eran cerca de las 8:45. Ya totalmente decidido a que pasara lo que pasare me dirigí a la cocina donde estaba mi madre preparando el desayuno para mí, yo note que seguía vestida con su pijama rosa y eso aumento más mi excitación, además era el momento ideal pues estábamos solos en casa. Muy silenciosamente me fui acercando a ella, tan cauteloso fui que ella no se dio cuenta de mí presencia, en ese momento la moral quiso atraparme por lo que casi estuve a punto de arrepentirme, más mi lado depravado mi gano la voluntad, sentía mi sangre hervir y mi verga estaba a reventar en mi bóxer ya, por cierto que ni fui con pantalón, únicamente con bóxer.


Llegue justo detrás de ella y la tome por su cintura besándole su cuello. Al instante ella se dio cuenta que no había terminado lo de la noche anterior, se dejo llevar ya en ese momento. Con mis manos desate el cordón de su pijama y esta cayo el suelo, ahí me di cuenta que tenía las mismas bragas negras de anoche, ella no reaccionaba ni para bien ni para mal, yo entonces comencé a frotarle las nalgas y se las apachurraba, luego subí a sus pezones tocándolos con mucha delicadeza, ella seguía sin reaccionar. Fue entonces cuando me dio la sucia idea de querer que me mamara mi verga y le dije al oído ¡Mámamela mamita! Ahí si reacciono y me dijo ¡No hijo si quieres métemela pero no te la voy a mamar! De una vez son su permiso de inmediato baje sus bragas por completo, en ese momento pude ver su exquisito culo él cual inicie a mamar con mucha pasión, ella comenzó a respirar agitadamente y fue más cuando yo ya bien caliente le dije ¡Prepárate mami! Yo me quite el bóxer y por fin mi verga quedo al aire completamente. Ella se retranco en el refrigerador y separo sus piernas ella misma. Yo tome mi verga bien parada y de un solo empujón se la metí toda por su culo, al instante que sintió toda mi verga entre sus nalgas emitió un grito que nunca supe si de placer o dolor pero grito, yo con fuerza bestial inicie a penetrarla sacando y metiendo mi verga en su culo a toda velocidad, ni yo mismo podía creer que al fin estaba logrando cogerme a mi propia madre pero sin duda lo estaba disfrutando al máximo, tanto que gritaba yo con fuerza ¡Ay mami que rico esta tu culo! Ella gritaba como poseída sin cesar.
Luego de varios minutos penetrándola por su culo ella misma se saco mi verga de entre sus nalgas y se acostó en el suelo con sus piernas completamente abiertas. Yo me coloque entre sus piernas y la penetre esta vez por su raja vaginal, ahí de nuevo comencé a meterle y sacarle a toda velocidad mí pene en su vagina bien sabrosa. Ambos sin duda estábamos entregándonos como todos unos amantes, yo la besaba, la acariciaba y le susurraba cosas vulgares al oído. Por todo ya llevábamos como una hora follando y sin ningún cansancio o interrupción. Pero al paso de otros minutos sentí que ya no podía más y de inmediato retire mi verga de su vagina eyaculando sobre su cuerpo desnudo, los dos estábamos cesando ya de tanto placer y agotamiento, ahí termino todo y ese día ambos no pudimos actuar tan naturalmente pues nuestras miradas llenas de complicidad eran muy evidentes. Pero por fortuna nadie se ha enterado hasta el día de hoy e igual les comento que deseo volver a tener sexo con mi madre, así que esperan el siguiente relato.