Mi nombre es María, y hasta hace poco, la verdad es que, a pesar de mi edad, yo era una chica de lo más inocente. Tanto que ni idea tenía del significado de la palabra lesbiana. Si había escuchado decir que eran aquellas mujeres, marimachos. Que quieren ser hombres, que se visten, y actúan como ellos, y que por lo general ya son mayores, gordas, bien feas, y están muy relacionadas con los delincuentes. En fin todo lo malo que puedan pensar.
Pero cuando mi prima Elizabeth, a la que yo no veía desde que éramos niñas. Cuando nos vino a visitar a la finca, rápidamente se enganchó conmigo, bueno yo pensaba, pues somos primas, de más o menos la misma edad, y aquí no conoce a ninguna otra persona. Lo menos que yo me iba a suponer, era que mi prima, fuera lesbiana. Ya que desde el primer día, si me di cuenta de que ella, le encantaba estar abrazándome, besándome, y haciéndome caricias, pero como ya les dije, somos primas, y bueno yo la quiero mucho, así que pensé que así se acostumbra en nuestra familia de la ciudad.
Además nadie en mi familia, me comentó nada, sobre los gustos de Eli, que es como yo la llamó. Así que cuando fuimos a bañarnos en el rio, en una posa que yo sola conozco, fuimos agarraditas de las manos, al llegar nos desvestimos, y como teníamos los trajes de baño debajo de la ropa, rápidamente entramos al agua, Fue cuando Eli me preguntó si podíamos las dos quitarnos todos, ya que según me dijo en ese momento le encantaba estar completamente desnuda cada vez que podía. Yo sabiendo que nadie iba a pasar por la poza, le dije que si, y casi de inmediato, al tiempo que ella se quitó su biquini, quedando del todo desnuda, mientras que yo me quité la vieja trusa de baño de mi mamá. Lo que más me llamó la atención fue que su coño, contrario al mío, estaba completamente pelado, digo sin un solo pelito.
Desde luego que a Eli, le llamó también la atención que yo tuviera todo mi coño bien peludo, y mientras estábamos en el agua, sin quitarle los ojos de encima, me preguntó si yo deseaba tocar su vulva al mismo tiempo que yo la dejaba que me tocase mis pelos. Mi prima comenzó a tocarme, y acarició, de tal forma y manera, que ya al poco rato, prácticamente tenía sus dedos dentro de mi vulva. Aunque yo algo asombrada le pregunté por qué hacía eso, y ella me dijo porque le gustaba. Y continuó tocándome mi coño, sin que yo me opusiera, o le dijera que se detuviera. Fue cuando al mismo tiempo, colocó sus labios contra los mío, y me besó, introduciendo su lengua dentro de la mí boca. Yo me quedé sin saber qué hacer, por una parte, quise salir corriendo, pero por otra parte, todo lo que Eli me estaba haciendo y como me lo estaba haciendo, me comenzaba a gustar, y mucho. Muy diferente a mi novio que todo lo quiere a lo rompe y rasga. Por no decir a lo bestia.
Bueno, lo cierto es que me asusté, y le pedí que se detuviera, fue cuando mi prima me dijo que ella era lesbiana. La verdad es que me quedé bruta, y sin idea de lo que ella me decía. Hasta que acariciándome mi vientre, y mis senos, me dijo que sencillamente ella prefiere a las chicas que a los chicos. Eso en mi cabeza como que no tenía cabida, pero su manera de tocarme, de besarme, de acariciarme, me dejó sin defensa alguna. Así que continuó con sus besos, y caricias. Hasta que las dos nos recostamos sobre la orilla, Eli continuó acariciando todo mi cuerpo, e incluso beso mi peludo coño en varias ocasiones, sin que yo hiciera nada para evitarlo. Mi prima continuó, y continuó, hasta que su boca la fue introduciendo completamente dentro de mi vulva, produciéndome una satisfacción que yo nunca había sentido.
Su manera de chupar y lamer todo mi coño, me encantó, tanto que en cierto momento se me ocurrió devolverle el favor de la misma manera. Así que al tiempo que Eli besaba mi coño, yo lamía el suyo, intensamente. Ambas disfrutamos de un sin número de orgasmos, como jamás ni nunca yo los había disfrutado. Ya cuando comenzó a caer la noche, regresamos a casa, pero esa misma noche en nuestra habitación, ella me ayudó a depilar por completo todo mi coño, luego ambas volvimos a dispensarnos mutuamente mucho placer. Jugando del todo desnudas tiradas en el piso, acariciándonos, y besándonos la una a la otra. Sin que nadie nos interrumpiera.
Bueno mi prima regresó a la ciudad, y yo me quedé con las ganas de seguir, practicando lo que ella me había enseñado, solo que mí problema era con quien, ya que el miedo a que me fueran a ver como una cosa rara, evitó que yo me abriese ante todos. Por lo que en lugar de eso lo que hice fue, ir buscando entre mis amigas, aquellas que digamos pudieran tener esa misma inclinación. Desde luego que encontré a más de una, con las que actualmente mantengo, una especie de amorío secreto….