los calzones de mi cuñada

como les decia en el resumen soy fetichista y desde muy chico me entro la pasion y la locura de oler las pataletitas sucias ese olor que hace aque se te erize la piel saber que ai hubo una dulce panocha y un delicioso trasero me pone a mil pero bueno volviendo al relato de como pude disfrutar del olor de la panocha de mi cuñada, todo empezo el dia que conosi ami cuñada que lleva por nombre susa ella es de una hermosa piel blanca cabello negro con rallitos unas tetas sabrosas dignas de darles una buena mamada un trasero no muy grande pero es muy sensual y unas piernas que hacen volver loco a cualquiera ese dia ella trai puesta una faldita de mezclilla,que dejaba admirar sus hermosas par de piernas yo estaba muy nervioso pues mi novia estaba ,sentada alado mio y yo no podia desviar mi vista hacia micuñada por suerte mi novia fue a la tienda por un refresco y pude admirar a mjcuñada completita el pene se me puso parado ya me goteaba antaletanecesitaba olerla ese dia no pude entrar al baño y buscar entre su ropa sucia neceo ra pido se quitositaba yo un pretextoy ala semana siguiente se dio la oportunidad cuando mi novia mepidio el favor de cambiar le la llave del agua del lavavo y yo ni lo pense y ai estaba yo listo para mi trabajo ese dia mi cuñada estaba lavando su ropa y de la ventana del baño podia mirarla con una batita que trai puesta y se le traslucia su tanguita mi novia se fue asu trabajo entnces quede solo en el baño esperando el momento cuando mi cuñada entro y me ofrecio prepararme un agua de limon yo la acept esperando me dejara solo el alcanse de sus tanguitas sucias se fue a la cosina entonces aproveche y me hacerque muy nervoso a su ropa susia y a i estaba mi premio sus tanguitas y pantaletas sucias cogi tres y mr las lleve al baño entoncess ella medio el agua y siguio en lo suyo yo la miraba ela estaba incclinada en el lavadero me fui hqacercando su pantaeta ami nariz y huy madre mia q olor su cuca de lisiosa erra mia saque mi verga y me empese a chaquetear biendo su culo y olindo lo amarillito de su calzon