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MAMA Y LOS BASQUETBOLISTAS

Relato enviado por: Anonymous el 7/10/2009. Lecturas: 17089
Etiquetas:   Interracial   grupos   orgias   pollones
Relato completo
Mi madre es poseida brutalmente por dos basquetbolistas negros mientras yo observo escondido en las gradas del gimnasio.Mamá y los basquetbolistas
Esto pasó 8 años atrás en la pequeña ciudad del sur donde vivía hasta antes de trasladarme a la capital a estudiar.
En ese entonces tenía 12 años, y mi familia se componía de mi hermano mayor de 15 años, mi padre un importante comerciante de la ciudad y mamá, una hermosa mujer de 37 años, 1,67 de estatura, firme busto de 92 cms. y 94 cms. de caderas. Además mamá hacía mucha actividad física: tenis, aeróbica, basquetbol, pesas, por ello mantenía un cuerpo fibroso y resistente.
En esta zona el basquetbol y no el fútbol es el deporte principal. Mi padre que participaba como dirigente en esta actividad decidió traer refuerzos para el equipo local, que iba de mal en peor en el campeonato interprovincial, pues marchabamos penúltimos en la tabla. Llegaron dos refuerzos: Tom una mole de 1,96, musculoso como un fisicoculturista pero muy ágil y con un rostro de pocos amigos. El otro se llamaba James, un gigante de 2,13 duro y fibroso. Ambos norteamericanos y negros. Desde que llegaron el equipo comenzó a ganar y nos ubicamos en un auspicioso 2° lugar en el torneo interprovincial.
Yo a pesar de no ser muy alto practicaba este deporte en el gimnasio, donde mamá me retiraba alrededor de las 20.00 horas 3 veces a la semana. Un día mi madre no llegó a la hora y al quedarme solo me fuí a tender en las graderias, quedandome dormido. De pronto despierto en la semipenumbra y escucho mi nombre, me comienzo a incorporar y veo que se habre la puerta del gimnasio, era mamá que llegaba Venía vestida con una bluza delgada y ajustada, sin sostén y una falda a media pierna que resaltaba su figura. Pero antes de levantarma veo que Tom, quién aún practicaba, se acerca a mi madre, la toma de los brazos y comienza a besarla.
-Sueltame infeliz- dice mamá
Pero el poderoso hombre la levanta y la tira sobre una colchoneta. Mamá forcejea, pero inutilmente. Tom le pone todo el peso de su cuerpo, mientras le besa la boca, orejas y cuello. De repente aparece James, yo creí que iría en ayuda de mi madre, pero al revés se acerca, sujeta los brazos de ella y permite que su compañero comienze a descender. Le levantea la bluza y empieza a succionar y morder con fuerza los pezones de ambas tetas, dejando marcados sus dientes en el contorno de éstas. En seguida, y apesar del esfuerzo de mi madre para evitarlo, abre sus muslos, subiéndole la falda a la altura de la cintura, le desgarra el calzón, y comienza una intensa succión sobre la velluda vulva, pasando al ano y volviendo ala vulva.Entonces Tom aprovecha de sacarse su pantaloncillo, dejando al descubierto el pene más grande que conocía hasta ese momento, una gigantesca serpiente de unos 28 cms de largo pero que destacaba por el grosor, mayor que el antebrazo de mamá.
-Ahora conoceras un hombre verdadero- dijo el negro, en su mal castellano
Colocó la cabazota del falo en la húmeda entrada de la vagina de mi madre y empezó a empujar lentamente pero sin ceder ni una pulgada.
-No por favor, aggg- gritaba mamá
Pero era inútil, cuando Tom sintió que la mayor parte estaba adentro, comenzó el mete y saca con un impulso descomunal, golpeando su saco escrotal con los gluteos de la hembra sometida.
En tanto James soltó los brazos de mi madre, y sacó una vara increible, no tan gruesa como la de su compatriota, pero al menos 6 cms mas larga. Agarrando la cabeza de mamá dirigió su glande a la boca de ella y empezó a introducirla.Yo estaba alucinado con este espectáculo, y no hice nada, para evitar que me descubrieran. Sólo me asusté algo al ver como mamá se ponía azul al ahogarse con ese pene gigante que intentaba abrirse paso hasta su traquea.
Pero al darse James cuenta de esto la liberó un poco para que respirara.
Al menos ambos muchacho estubieron 30 minutos en esto antes de eyacular dejando a mi madre llena de semen en su vagina y su boca.
Después ambos decidieron llevar a mi madre a las duchas, pero lo que pasó allí es material para otra historia

Adiós Rodolfo