Categorias

Relatos Eróticos

Ultimas fotos

Photo
Enviada por narrador

Photo
Enviada por ELCASUAL

Photo
Enviada por rodolfosalinas


 

Marlene 16

Relato enviado por : ivloguer el 20/05/2013. Lecturas: 4943

etiquetas relato Marlene 16   Jovenes .
Descargar en pdf Descarga el relato en pdf
Resumen
Sentados a la mesa familiar con Moni sobre la falda, parte del monstruo se había escapado y estaba tomando aire pero aplastado por la colita de mi hermanita.



Relato
Marlene 16

Sentados a la mesa familiar con Moni sobre la falda, parte del monstruo se había escapado y estaba tomando aire pero aplastado por la colita de mi hermanita.
Como una travesura se corrió un poco la prendita íntima para sentir bien el coso de su hermano, el pobre monstruo palpitante babeaba dejando escapar secreción preseminal y la chiquita se divertía al advertir la tremenda lubricación de la zona, se movía lentamente sintiendo la barra de carne resbalar por su traserito hasta su tajito. Al estirarse para tomar un pan, quedó en la puerta de su puchita y sin advertir el peligro se sentó bruscamente enterrándose el glande.

Abría grande la boquita permaneciendo en silencio, tuve que preguntarle si la comida estaba muy picante y pasarle el vaso con gaseosa. Por suerte mamá no advirtió el acto indecente que se desarrollaba bajo la pollerita de Mónica y traté de sacarla, por suerte nuestra madre fue a buscar el postre y pude beberme una lagrimita besándola suavemente. Pidió permaneciese quieto para no hacerle doler y nos quedamos mirando el plato de comida, mamá regañaba que no seamos caprichosos y terminemos la comida de una vez procediendo irse a dormir.
Era delicioso tener a mi hermanita ensartada pero temía hacerle daño, pensaba en cosas feas para que se bajase la erección pero sentir sus piernitas tibias y la punta del monstruo dentro suyo no ayudaron, esta vez la pude besar amorosamente explicando que los adultos disfrutan con eso y algún día se la meterían de ese modo.
Decía sentirse rellenada con mi barra de carne anunciando que ya no era doloroso, estaba por sacarla pero decidí acabarle adentro para suavizar con la eyaculación. Era mucho mejor que azotarme con un pañuelo y tomándola por su cinturita la movía cuidadosamente para no metérsela a mayor profundidad, sin dejar de besarla solté un chorro tibio dentro de ella y por suerte el monstruo se durmió saliendo solito.

Llevándola en brazos al dormitorio besé la puchita suavemente, no se advertían signos de la reciente penetración solamente algo dilatada la recién ultrajada conchita. Sabía que no lograría darle un orgasmo pero deseaba retribuirle el sacrificio reciente cuando se aguantó calladita para no delatarnos, besaba su pancita y pezoncitos para llegar a su cara comiéndome esa dulce boquita.
Nos dormimos abrazados mientras acariciaba el suave potito de mi hermanita, por suerte era viernes y no necesitaría madrugar para ir al empleo.

A la mañana temprano nos despertó mamá entrando al dormitorio sin golpear la puerta, por suerte estábamos tapados y no se notaba nada extraño, tuve que explicarle que la miedosa malcriada vino a mi habitación para dormir otro rato.
Anunciando que partía al trabajo me recomendó que cuidase de mi hermanita ya que llegaría tarde, eso me arruinaba los planes y debería llevarla conmigo. Luego de preparar el desayuno la chiquita aún seguía durmiendo como condenada, la saqué de la cama mientras ella bostezaba y mientras caminaba con Moni en brazos la besaba metiendo la lengua en su entreabierta boquita. Otra vez la tenía a upa pero esta vez cuidando de no ensartarla por accidente, solamente le daba las galletitas en la boca y le costaba masticar mientras mientras le daba besitos por la cara.

Le puse ropita de calle contándole que saldríamos de paseo, me costaba sacarle la bombachita enterrada en las nalguitas o tal vez demoraba adrede para tocarle la colita. Moni se dejaba hacer cualquier cosa feliz de ser atendida como una reina. Fuimos a la casa de Martita y ésta se maravillaba al conocer a mi hermana, enseguida se hicieron amigas con la hermanita de la rubia contándose secretitos mientras temía se les escapasen palabras riesgosas.

Anunciando que debía dejarla al cuidado de ellas para hacer unas diligencias me saludaron las tres con un besito en la boca, espero que no pareciese sospechoso...
Dirigiéndome al puente que ya tenia reputación en la zona, habían varias mujeres en la calle dando sugestivas miradas a los transeúntes ocasionales, encarando a la madre de Carolina me dijo que hoy no podría por estar cuidando a la hija de una amiga, convenciéndola con unos billetes pasé al lúgubre destino para encontrarme con los felices ojitos de Caro.
Espero que la chiquita no se estuviese enamorando, no quería causarle daño y solamente usar sus agujeritos.
La cama estaba ocupada con una nena mucho más pequeña que ella, estaba soñolienta preguntando quien venía de visita y la pícara Carolina dijo que un doctor para revisarla por su tos.

Cumpliendo con el papel quedé muy serio mientras me quitaba el saco para colgarlo en una silla, me senté al borde de la cama interrogándola desde cuando estaba así, si había tomado frío y otras tonterías. No tenía ni un estetoscopio cuando pedí que se descubriese la espaldita para auscultarla, apoyando el oído le pedí que tosiese mientras una mano le apretaba el pecho. Caro acuclillada al lado descansaba un brazo sobre mi pierna rozando el monstruo que estaba despertando, parecía prenderse en el jueguito perverso preguntándole si no se hacía pis cuando le daba la tos, comprobé personalmente pasando la mano sobre su bultito para palpar el grado de humedad. La nenita se dejaba hacer confiada mientras le pasaba el dedo por el tajito enfundando, diciendo que debería tomarle la temperatura busqué una lapicera adecuada pidiendo que se acostase de pancita para ponerle el termómetro rectal.

Le estaba por bajar la bombachita pero Carolina hizo la tarea mientras me desabrochaba el pantalón, como la paciente no veía los acontecimientos a su espalda le separé los cachetitos mientras la mayor tomaba la barra de carne en sus manitas, diciendo que tenía el anito muy seco le dije que podría ponerle un cubito de hielo para que derritiese allí o humedecerlo con la boca, pero ese tratamiento era más caro y su madre debería pagar extra.
No dudó al imaginarse algo helado atrás y le hice señas a Caro para que procediese, se tuvo que agachar para lamerle el culito a la nena y aproveché el momento para levantarle el vestidito bajándole la bombacha. Esta colita estaba mucho más limpita y le lengüeteé el culito en sincronía con su propia cabecita que estaba chupando el anito miniatura.
Al estar bastante humedecida apunté la lapicera a su fruncido huequito introduciéndolo suavemente, no quería hacerle doler mientras le ensartaba el culito, esta vez Carolina se metió la barra de carne en la boca y mamaba lentamente para no hacerme explotar aún.
Cuando mis temblores indicaban la inminente venida le dije a la chiquita que debía aplicarle una crema en la cola para curarla bien, pasándole el glande suavemente entre los cachetitos largué abundante medicina aconsejando que se durmiese un ratito para que hiciese efecto.

Desde lejos la madre preguntaba si estaba todo bien, le contestó que estábamos jugando los tres y espiando por la cortina si no venía nadie. La pobre no había tenido un orgasmo y debía agradecerle la colaboración como enfermera, parado detrás de ella pasé una mano a su entrepierna para acariciarle el conejito, esto le gustaba mucho apretando el traserito sobre mi cansado gusano.
Por suerte recobró la vida con los toqueteos indecentes y levantándole el vestidito lo apunté a su conchita, su carita asomaba por la cortina controlando que no viniese nadie mientras era ensartada lentamente, me hubiese gustado observar desde lejos sus expresiones mientras se la metía hasta el fondo. Estaba recién ordeñado y mantenía el ritmo sin acabarle dentro cuando ella logró su orgasmo, decidimos esperar un rato y de paso jugar con la nenita, me senté en el borde de la cama acariciando su cabecita y recién me percaté que había quedado con el culito enchastrado. Pasándole un pañuelo suavemente pensaba que le podría dedear la puchita cuando Caro comenzó a chuparmela nuevamente, no quería terminar en su boquita pidiéndole que se sentase encima apuntado a su culito.
La chiquita ya despertaba sin advertir que la pollerita de la amiga tapaba un inminente acto, apuntando cuidadosamente a su anito se fue sentando mientras se ensartaba la barra de carne. Ahora no era tan sencillo como su vagina, debía entrar lentamente para no hacerce doler y disimular ante la paciente recién curada.

Veía estrellitas al sentir la apretada funda mientras penetraba en ese culito, esta vez ya jugaba haciendo cosquillas para distraer a la personita acostada, tocando su tajito le dije que era muy valiente al no hacerse pis mientras le medía la temperatura, comparaba los tamaños con la lapicera que le había metido por atrás y la herramienta para encular que estaba siendo utilizada. Al final se sentó bien rozándome las bolas con su colita, la tenía toda adentro y creo que le llegaba hasta la pancita, tuvo que fingir tos también para moverse casi sacando el intruso del intestino y volviéndose a ensartar lentamente. Tuve que darle unas palmadas en la espalda y tomarla por la cintura cuando le estaba llenando la tripita de leche.

Carolina se había portado de maravilla y le entregué un dinero diciendo que era para comprar los medicamentos para la tos, la chiquita miraba asombrada mientras el doctor la besaba apasionadamente al retirarse.

Compré un montón de golosinas para volver a mi habitación alquilada, debía llevar algo para mi hermanita que estaba en una casa ajena. Martita estaba atendiendo el local atestado a esa hora y la saludé con un piquito para pasar al fondo, debía lavarme el aparato para no apestar con olores raros. Estaba con el pájaro desmayado en la mano y enjuagándolo en el lavabo cuando apareció Moni ofreciendo su ayuda para la higiene, no podía permitir que lo tocase estando con rastros de caquita ajena pero sí acariciar a los hermanos colgantes. Estaba en eso al llegar la hermanita rubia, abrió grande la boca al ver su amiguita tocando la picha al hermano, pero sin inmutarse le contó cómo calmaba la inflamación permitiendo que le entrase por la colita.
Parecía muy natural para ella y temí que contase lo mismo en otros lados, les tuve que explicar que eso era un secreto y ya no podría jugar con ellas si lo divulgaban.

Nos fuimos a mi habitación mientras la rubiecita quería jugar con la computadora, Moni le contaba que estando sentadita así se había metido accidentalmente mi pitito, arrodillado a su lado le hacía señas de silencio pero era tarde, la otra tenía curiosidad por sentir eso en su conejito. Dispuesta a probar, mi hermanita le aconsejó quitarse la bombachita para sentir mejor, ni lerda ni perezosa se despojó de la prendita íntima acomodándose bien la pollerita para evitar que se notase su desnudez.
Me tuve que sentar con los pantalones bajados temiendo que entrase Martita, mi novia secreta no vería con buenos ojos lo que estaba por hacerle a su hermanita. Tenía el pene flácido por las recientes batallas pero Mónica se lo pudo meter todo en la boquita: ahora tenía un tamaño reducido. Realmente no la chupaba, pero sentirla en su boquita le dio vida nuevamente y casi provoca arcadas a mi hermanita al tocarle el fondo de la garganta.

Esta vez estaba bien para el experimento y la chiquita se sentó acomodándose la barra de carne entre las nalguitas, Moni miraba de cerca cómo asomaba y desaparecía la punta con cada movimiento, cuando ella misma estaba en eso no podía observar los detalles y ahora entusiasmada podía guiar con experiencia. Pidiendo que se levantase un poquito tomó el monstruo para apuntarlo al tajito mientras la otra se sentaba lentamente, esta vez no fue una penetración rápida ya que la nenita regulaba la presión hasta introducirse lentamente el glande.
No quise metérsela más hondo y tampoco eyacularle dando por terminada la demostración.

Se tocaba el tajito quejándose que le dolía un poco, la tuve que acostar en la cama con las piernitas separadas para calmarle la zona con la lengua, claro que ella no sabía que le estaba chupando la conchita. Acomodándole bien la ropa repetí la recomendación de no contarle a nadie, yendo hacia el local para ayudar a Martita.
Atendiendo entre dos personas terminamos rápidamente mientras ella se maravillaba de mis conocimientos en la materia, pocos hombre saben de botones y cremalleras...

Abrazándola por detrás aspiraba su cabello temiendo que estuviese presente el fantasma de Marlene, aquí mismo la había conocido y era cliente regular. Recordaba que para estar con ella emprendí un largo y complejo viaje hasta renunciando a mi tesorito más preciado, por Alicia sí daría la vida las veces necesarias. Lo único bueno de esa fugaz relación fue conocer a fondo la música clásica.
Recordando que Alicia ahora escuchaba ese estilo me dieron añoranzas de estar con ella, luego de anunciarle que partía alegando que debía visitar a mi novia para que no sospechase de lo nuestro. Dejando a Moni en casa partí raudo al encuentro con mi tesorito adorado.

Realmente me interesaban un cuerno las demás nenas y mujercitas, la única importante y dueña de mis vidas era Alicia. Al abrirme la puerta tuve que esconder un par de lágrimas con el ramo de rosas que le traía pero ella se percató de inmediato preguntando preocupada que me pasaba.
La abracé besándola con desesperación y pidiéndole perdón, un carraspeo indicó que la madre nos estaba observando y sonriente tomó las flores para ponerlas en agua.
Advirtiendo que deseábamos estar sólos, dijo que la habían llamado por teléfono y debía suplir el turno de una compañera.

Esta vez me pude arrodillar a su pies y confesarle que la amaba profundamente hace mucho, no sabía el modo de explicarle la situación diciendo que la conocía desde chiquita através de las cartas del padre donde llenaba de elogios a su hijita incluyendo fotografías. Solamente ignoraba su reciente gusto musical y deseaba estar con ella escuchando eso, no podía parar de besarla cuando nos sentamos en el piso para disfrutar de Chopin. Los violines se desangraban lentamente en nuestro oído mientras la abrazaba llenando su cara de besitos, le pregunté si dejaría de ser Alicia Liddel para llevar el apellido Nabokov.
No era un modo muy romántico de pedirle casamiento pero de todos modos debíamos esperar a que terminase el colegio, su boquita abierta demostraba el shock del momento y no llegó a responder estampando esa boquita en mis labios, esta vez era ella quien me besaba con desesperación.

De tanto acariciarnos, los cuerpos deseaban un contacto más íntimo y fuimos de la mano hasta el dormitorio, comenzando por los piecitos y subiendo por su pierna fui besando la piel tan deseada, su puchita fue adorada lentamente y creo que nunca chupé una conchita con tal fruición. Alicia tuvo varios orgasmos bajo mi boca devorándola, quedó cansadita y tuvo que pasar al baño.
Al entrar por la otra puerta vio mi saco colgando en una silla y curioseando los bolsillos descubrió el frasquito de los militares, estaba etiquetado "afrodisíaco" y vino sonriendo mientras decía que era un picarón por usar esas cosas.

Antes de advertirlo, se metió una pastilla en la boca ofreciéndome otra. No tuve tiempo para impedirlo mientras se desplomaba, solamente pude tapar su inerte cuerpito mientras me tomaba la pastilla restante y la besaba entregándole toda mi vida y amor en estos últimos segundos. Al menos seríamos dos muertos muertos para estar juntos en alguna eternidad.

(Fin)

Otros relatos eroticos Jovenes

relato verdadero de como conoci a una nena de 12 años y en una noche en que su madre la deja sola, ella se convierte en una mujer, y le queda gustando!
Relato erótico enviado por Pezebre el 01 de November de 2005 a las 06:21:07 - Relato porno leído 543685 veces

la cogida con mi hijastra

Categoria: Jovenes
Hola mi esposa y yo llevamos 5 años de casados y tenemos un hijo de 3 años ella tiene una hija de su antiguo matrimonio, de ella es de quien les voy a hablar ,
Todo comenzó un día que mi esposa tuvo que ir a su trabajo y yo tenia descanso
Relato erótico enviado por Anonymous el 02 de July de 2008 a las 16:37:40 - Relato porno leído 191198 veces

venezolana desvirgada

Categoria: Jovenes
Una venezolana virgen de 17 años, que aparentaba ser una niña tranquila, termina siendo una puta desorejada!
Relato erótico enviado por martita el 06 de July de 2004 a las 16:13:47 - Relato porno leído 148384 veces

me folle una quinceaÑera

Categoria: Jovenes
ESTO SUCEDIO EN MI BARRIO DONDE VIVIA DONDE TENIA UNA VECINA DEL FRENTE
Relato erótico enviado por Anonymous el 18 de September de 2007 a las 09:57:14 - Relato porno leído 139907 veces

follando con mi prima

Categoria: Jovenes
follando con mi prima isa
Relato erótico enviado por Anonymous el 27 de October de 2009 a las 10:37:19 - Relato porno leído 109065 veces
Si te ha gustado Marlene 16 vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Marlene 16. ivloguer te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
barazul (30 de April de 2014 a las 05:16) dice: no me alcanzan las palabras para expresarte la consternación que tengo con este ultimo cap, me leí toda la saga alicia y todo marlene y la verdad, me dejaste echo pedazos con este final...me hubiese encantado saber mas de este simpático personaje que es alicia, no me queda mas que halagos y felicitaciones por que fue exelente, pero el final fue realmente un golpe bajo y muy duro porque la verdad me enamore de la linda Alicia. Estoy leyendo el diario de Bety y bueno cuando termine le seguira Monica. una pregunta existe los relatos de Susana que vi por hay que continuaría marlene

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:25) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


Registrate y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Marlene 16.
Vota el relato el relato "Marlene 16" o agrégalo a tus favoritos
Votos del Relato

Puntuación Promedio: 5
votos: 1

No puedes votar porque no estás registrado