Nunca pensè que llegaria a tocar esos pechos opulentos de mi cuñada Monica. Besar esos pezones grandes y duros eran mi fantasìa mas grande hecha realidad.
Relato
Me llamo Vicente, tengo 35 años y vivo en union libre desde hace algunos años. Resulta que tengo dos cuñadas que son regordetas. Una se llama Monica y la otra Viridiana. Las dos son medio obesas como su mamà y con unas tetas que hacen que todo mundo voltee a verlas.
Resulta que hubo una fiesta de cumpleaños y empezaron a salir las botellas. La reuniòn se empezo a animar y las bebidas surtieron efectos en los invitados y las anfitrionas, sobre todo mi cuñada Mònica.
En eso alguien dijo que faltaban gaseosas y yo me preste a traerlos. Mònica me dijo que queria acompañarme y me parecio grandioso. Yo tenia algunos deseos guardados de mi cuñada, porque ya la habia visto salir casi desnuda del baño, haciendome bromas de esto y mostrando algo de su voluptuoso cuerpecito, que hizo que la pija se me pusiera como brazo de indio.
Al abrirle la puerta del auto, no se si por el estado de ebriedad o por picardìa, Mònica me mostrò su rajita envuelto en unas pantaletas blancas y rodeado de unas piernas abiertas que mostraban lo que me comerìa mas tarde. En el camino, como no queriendo los botones de su blusa se abrieron para mostrar sobre el brassier unos opulentos pechos que me hicieron hacer un alto en el camino.
Tambien yo como no queriendo, me fui acercando a ella y entre bromas la fui retando a tocar mi grande y ahora duro pene que ya no se aguantaba dentro del pantalòn. Al principio ella remolona empezo a rechazarme y entre risas nerviosas decia que tal si alguien nos miraba o peor si era la policìa. Esto me dio la pauta para invitarla a un hotelito que no estaba lajos de donde estabamos. En un principio, se negò y viendo que eso me molestò, me dijo "bueno, esta bien, pero no nos debemos demorar porque mi marido se va enojar si nota mi tardanza". Yo le dije que su marido estaba muy entretenido tomando, para calmarla. Ya dentro del hotel lo primero que hice fue atraerla y besandola en la boca, empezè a quitarle la blusa y el brassier para dejar ver esos pechos y sobre todo esos ricos pezones grandes y duros que eran parte de mi fantasìa hecha realidad. Imaginen estar besando, lamiendo, mordiendo y chupando esos pezones y masajeando esos melones que apenas podia cubrir con mis manos. Ella gimio de placer y me dijo al oido "cogeme papacito que traigo mucha calentura". El vestido, la blusa, las medias y todo lo que estorbaba quedo abajo, solo las pantaletas blancas quedaron en su lugar. Recostada boca arriba, empecè a besar su rajita por arriba de la tela blanca y humeda y oliendo el perfume de su vagina y saboreando el nectar de sus jugos, A lenguetazos fui jugando con su clitoris que hizo que se retorciera de placer y casi gritando dijo "ya, ya papacito metemela, porque no aguanto"
Mi falo estaba tan duro que ya queria estar dentro de esa deliciosa vagina, pero le dije, aguanta que primero te tienen que lubricar a salivasos y tomando la cabeza de Mònica la acerquè a mi ya doloroso tronco que pedia a gritos algun agujero. Ella hambrienta tomò mi palo que no es muy grande, diria promedio si es que 18 centimetros es lo normal. La deje que mamara por algunos minutos mientras que yo le tocaba los pezones y hundia mis dedos en su rajita que ya estaba mas que hùmeda. Cuando sentì que ya estaba lista para la penetraciòn, la puse en posiciòn de piernas abiertas besando sus muslos y lentamente dirigiendo mi boca hacia su hoyito feliz, que ya habìa sido liberado de su blanca prision que eran sus pantaletitas. Puse mi falo en la entrada de la vagina que son ningun esfuerzo se metio en su conchita, gracias a la previa lubricaciòn. Mònica empezò a gritar de placer diciendo cosas obcenas como "cabròn quieres que sea tu pinche puta" "siempre quize que me cogieras pero me daba pena decirtelo" "dame, dame mas papacito" asi, asi que me vengo y tenia razòn porque sus vibraciones me indicaban que ya tenia su primer orgasmo. Pacientemente la besaba y mordisqueba sus pezones que estaban duros y parados. Sentìa que me venìa yo tambien, por lo que me detuve y le ordene parar. Despues cambiamos posiciòn y la puse de perrito con el culito mirando al techo que frotaba con mis dedos llenos de saliva y jugos que salian de su vagina. Con el falo al extremo, puse la punta de mi pistola en la entrada del agujero y Mònica al momento rechazò diciendo que por ahi le iba doler y que eso no le permitia ni a su marido. Con algo de paciencia y mucha ternura le dije que era parte de mi fantasìa y que solo iba meter la puntita a lo que contestò " si cabròn, todos dicen lo mismo" Dèjame intentarlo solo un intento y sino lo dejamos. Total que asintio y comenze por echarme saliva en mi pene y en el rico agujerito de ella. Al principio algo remolona apretaba el hoyito pero ya mas caliente con algunos besos y mordiscos cariñosos en su cuello y orejas comenzò aflojarlo. Pronto ya estaba metiendo mi falo en ese culote que imaginen el tamaño. No pude mas, solte toda mi leche en sus entrañas, que fue tanta que al rato la vomitaba por el culo.
Abrazandonos me dijo "este es el mas rico palo que me han dado en la vida y quiero repetir otro mejor"
Claro, le dije, pero ya vamonos que nos van a extrañar.
Hubo otras repeticiones que con gusto relatarè mas adelante.