Mi esposo llegó peleando y terminamos haciendo el amor al máximo

Hola queridos lectores de Elite relatos, antes que nada déjenme presentarme. Mi nombre es Ana, soy una mujer de 32 años de edad, blanca, pelo castaño claro, ojos color cafés medio intensos, pestañas remangadas y labios muy sensuales los cuales decoro con labial rojo penetrante. Mi cuerpo está en perfecta forma gracias a que soy modelo, cintura esbelta, vientre plano, senos preciosos, y sin duda lo más bello de mí son mis piernas hermosas y sensuales las cuales luzco constantemente con faldas muy cortas y vestidos elegantes, mis nalgas no son tan grandes pero si cachondas. Soy originaria de Veracruz estado de México pero actualmente vivo cerca del paseo de la reforma en la ciudad de México y como ya dije soy una modelo y poso para una revista de vestidos elegantes por ello tengo algo de fama y dinero. Estoy casada con Roberto, así se llama mi esposo que no es la gran cosa ni un perfecto príncipe azul, no mi esposo es de los típicos hombres que no les gusta trabajar pues ni tiene carrera, es un simple obrero en una fábrica. El es un hombre ya de 41 años, moreno, con unos kilos de más, pelo tipo militar y rostro maduro, también se deja barba y bigote.

Como ya dije es un poco gordito, pero tiene algunos músculos y es todo un maestro en el sexo por eso estoy con él, pues cada que me hace el amor me deja totalmente satisfecha, con él tengo el sexo que jamás había encontrado con ningún hombre desde que me inicie en el sexo, su verga mide como 18 cm. Más u menos y es extremadamente dura cuando la tiene erecta. Es por ello que le soporto todos sus errores pues a pesar que no gana mucho dinero también es de los típicos hombres que prefieren pasársela los fines de semana con sus amigos y compadres viendo fútbol frente al televisor mientras toman cervezas a que me lleve a cenar a un restaurante romántico, al igual que debo comentarles que no me hace fiel y es bastante agresivo cuando se pone ebrio, pero ahora ya he encontrado la manera de que no me golpe cuando toma y es por medio del sexo.

Por todo esto y muchos errores más mis amigas dicen que mejor me divorcie de él pues no me merece ni me sabe conservar y mucho menos es tierno, a veces pienso que sólo está con migo por sexo pero no importa pues yo también estoy con él sólo por sexo e incluso cuando con sus amigos se pone a tomar, sus mismos amigos me faltan al respeto pero como soy muy golosa me dejo manosear de vez en cuando pero jamás tener sexo con ellos. Por mi parte en la carrera de modelo que tengo gano suficiente dinero y hasta lo tengo que mantener cuando prefiere gastarse todo su salario en cervezas. Pero debo decir que gracias a mí trabajo y belleza que tengo pues me lo han dicho que soy “hermosa” hay varios galanes de verdad que me han hablado, con ellos debo confesar que si he hecho el amor pues como sé que mi esposo no me hace fiel, yo tampoco tengo por qué hacerle fiel.

Y bueno para no alargar mucho la historia ahora iniciare esta experiencia que apenas me ocurrió hace dos días o sea el pasado 26 de diciembre pasando navidad, que fue donde mi esposo volvió a tomar y esta vez hasta quiso golpearme, más yo utilizando mis armas de mujer logre que en lugar de pelea los dos tuviéramos el mejor sexo de nuestras vidas.

En noche buena y navidad mi mal esposo en lugar de estar a mi lado prefirió irse a embriagarse en una casa de uno de sus compadres, en la que sabía perfectamente que también habían contratados algunas putas para esa noche de navidad y aunque no me importa que me ponga el cuerno si siento un poco desagradable al ver como mi marido tiene sexo con las putas que quiera sin importarle que estoy ahí yo que soy su esposa, también como se que sus amigos se ponen groseros cuando toman preferí no acompañarlo. Así que mejor me fui a un restaurante con mis amigas donde pasamos una excelente velada navideña a lado de música suave, velas, champán y la muy esplendida compañía de unos chicos extremadamente lindos y ricos que nos trataron como unas reinas esa noche de fiesta, yo me la pase muy bien sin saber lo que me esperaba unas horas más tarde. Esa noche me vestí con un elegante vestido rojo de finas perlas de adorno, zapatillas elegantes de tacones altos y me aplique mi fragancia favorita, con todo esto y con labial rojo brillante en mis labios de amor, una preciosa gargantilla que hacia juego con mi vestido y un peinado adecuado me vi esa noche como toda una diosa de amor y pasión intenso, coquetee toda la noche con varios galanes guapísimos al igual que mis amigas. Fue una velada navideña perfecta pero como todas las fiestas tuvieron que terminar, ya eran como eso de las 3:00 de la madrugada y me dispuse a regresar a casa sin pensar lo que me ocurriría. Tome un taxi de regreso a mi casa, ahí fue donde tuve el primer erotismo de la noche antes que con mi esposo, al sentarme en el asiento trasero del taxi la falda de mi vestido se subió considerablemente dejando a la vista mis hermosas piernas, así que el taxista no paraba de verme las piernas por el espejo retrovisor, yo al darme cuenta de que me estaba mirando pensé en acomodarme mi falda pero como soy muy juguetona y coqueta mejor pensé en calentarlo más. Me hice que estaba medio dormida y abrí considerablemente mis piernas para darle una mejor vista de mi zona vaginal y como tenia puesta unas braguitas muy ajustadas bien que marcaron la entrada de mi rajita vaginal, el taxista no paraba de verme mi zona vaginal por el espejo pero de pronto tuve miedo pues ese juego erótico me podía salir en una violación si se calentaba más de lo normal así que mejor me acomode la falda de mi vestido y cerré mis piernas para finalizar todo.

En fin llegué a mi casa normalmente y mi marido aun no llegaba a casa, eran alrededor de las 4:30 de la madrugada, ya me disponía a prepararme para dormir en cuando escuche como forzaron la puerta y vi a mi marido entrar bien ebrio y descontrolado, que me lanzaba groserías y ahí empecé a asustarme pues sabía que cuando tomaba intentaba golpearme y así fue.

Me dio una dura bofetada que empecé a llorar y más fue cuando vi que saco el cinturón de su pantalón y con palabras groseras me dijo que me iba a dar una buena paliza por no haberle acompañando en su vulgar fiesta y más se puso furioso al verme vestida elegantemente pues rápidamente supo que había ido a una fiesta yo sola. Y ahí fue donde me vino la gran idea de calentarlo mejor para que tuviéramos sexo en lugar de que me golpeara, a gatas me fui acercando a él diciéndolo cosas calientes y al sentir como comencé a frotarle el pene de arriba abajo no lo dudo más.

Con gran brusquedad me empezó a besar en los labios y mi cuello, ahí sentí un poco de asco pues su aliento olía a puro alcohol pero mil veces prefería tener sexo a que me maltratara golpeándome. Me subió la falda de mi vestido y de un santo golpe me arranco mis bragas, me acostó sobre el sofá de la sala con mis piernas bien abiertas. Luego vi como saco su pene ya bien erecto ayudado por el alcohol, me la puso en la entrada mi raja vaginal y de un súper empujón me la metió hasta sus testículos, debo decir que me dolió pues no había lubricado nada aun. Inicie a metérmela con tanta fuerza y velocidad que por un momento sentí que mi vagina se partía pero tenía que soportar pues sin duda ahí estaba desquitando toda la furia que trajo, sentía que su pene era una vara de hierro ardiente que entraba y salía de mi vagina, sin duda alguna era uno de los sexos más salvajes que había tenido en mi vida, él mientras me penetraba me metía sus dedos en mi culo y seguía besándome el cuello, luego me lamia mis pezones ya bien duros.

Pero también debo decir que aparte del dolor el placer que estaba sintiendo era indescriptible, yo gritaba de placer y dolor al mismo tiempo como una poseída, ya ni sabía que era más intenso si el placer de esa excelente follada o el dolor de tan salvaje penetración que me estaba dando gracias al alcohol. Me estaba llevando al cielo de tanto placer y la manera en que me estaba haciendo el amor era inimaginable y de repente sentí alrededor de media hora como tenso su pene y sentí clarito como inundó mi vagina de toda su leche caliente. Al sacármela escurrió un tanto de semen en el sofá de mi vagina, el seguía besando y me decía vulgaridades como ¡Eres toda una puta mi reina! ¡Qué buena estas perra de mierda! Así fue como terminamos esta gran follada navideña, el se quedo dormido casi luego y por mi parte sin perder más tiempo me fui al baño a realizarme un lavado vaginal y por si las dudas tome una pastilla de emergencia pues se que definitivamente con la actitud de mi marido no le quede ni de broma que sea papá pues nomás haría sufrir a nuestro hijo.