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Mi mujer tras darse un par de tragos, le sale, la puta que lleva por dentro…

Relato enviado por : narrador el 15/04/2017. Lecturas: 21928

etiquetas relato Mi mujer tras darse un par de tragos, le sale, la puta que lleva por dentro…   Borrachas .
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Resumen

Hace algún tiempo me di cuenta, de que cuando salíamos a divertirnos, Beatriz y yo. Ella casi no tomaba, y si lo hacía, realmente era muy poco, y no bebía nada qué fuera muy fuerte. Un día me puse a pensar, y caí en cuenta que ya desde que éramos novios, jamás había visto a mi mujer ni tan siquiera ligeramente mareada.



Relato
Por lo que una noche mientras cenábamos, le pregunté a Beatriz por qué ella, aun andando conmigo jamás llegaba a tomarse, más que una mísera copita de vino. Al principio me dijo que era que no le gustaba, pero al poco rato se le escapó decirme. Que lo mejor era, que jamás la llegase a ver con algo más que esa copita de vino encima. Cuando le insistí en la razón, lo que me respondió, fue. Es que me pongo muy vulgar e impertinente, y no quiero pasar una vergüenza así, más nunca. Bueno eso pasó, yo no toqué más el tema, hasta que nos fuimos de crucero. Realmente me moría de la curiosidad de ver que le sucedía a Beatriz, si llegaba a beber realmente. Ya estando en el crucero, me las arreglé con uno de los meseros, para que le sirviera a mi esposa, unas de esas bebidas sumamente dulzonas, pero con un muy alto contenido de alcohol. Al principio demoró un poco tomándose la primera, y como yo no la presioné, cuando el mesero trajo la segunda, se la fue tomando de forma más rápida, por lo que a medida que fuimos bailando, seguimos bebiendo. Ya Beatriz se había tomado como cuatro de esas bebidas, cuando me di cuenta de que ella comenzaba actuar de manera mucho más desinhibida que de costumbre. Tanto que a medida que seguimos bailando, ella me dio la espalda, y comenzó a restregar sus nalgas contra mi cuerpo. Diciéndome de manera descarada, y a toda voz, que le gustaría que yo le diera por el culo, cuando llegásemos al camarote. Yo estaba que me moría de la vergüenza, aunque sorprendido, y sumamente asombrado, por la manera de actuar de Beatriz. Al regresar a la mesa, Beatriz continuó bebiendo, pero en una de esas, metió su mano derecha bajo el mantel de la mesa, y la colocó sujetando mi verga por encima de la tela de mi pantalón sobre mi verga, al tiempo que la apretaba me dijo, de manera bien indiscreta, y seductora. Papito quiero que cuando nos vallamos al cuarto, ponerme a mamar tu verga. Realmente no sé si las personas que estaban a nuestro alrededor entendieron algo de lo que mi mujer me dijo, ya que la mayoría eran ingleses. Pero por su manera de actuar, y de comportarse, hasta un chino lo hubiera adivinado. Beatriz siguió bebiendo, sin que yo hiciera nada por impedírselo, ya que en medio de todo, tenía la morbosa curiosidad de ver, hasta donde ella podía llegar. En esos momentos comenzó a sonar un rap, o como le llamen, y Beatriz de inmediato se levantó y dirigiéndose al centro de la pista de baile, comenzó a mover sus caderas, al tiempo que se iba agachando, con sus piernas abiertas, sin preocuparse en lo más mínimo, porque se le viera todo. Yo traté de controlarla, y fue cuando con más ímpetu comenzó a restregar sus nalgas contra mi cuerpo, al compás de la música y de los aplausos de las personas que habían hecho un círculo a nuestro alrededor. Beatriz actuaba completamente desenfrenada, y al terminar de bailar, regresamos a la mesa, momento que aproveché para pedí la cuenta, y nos marchamos a nuestro camarote, pero a medida que fuimos caminando, con el cuento de que sentía mucho calor. A Beatriz le dio por ir quitándose la ropa, lo que al principio no me preocupó mucho realmente, ya que el conjunto que ella usaba en esos momentos, llevaba una chaquetilla. Pero tras dejarla, sobre una silla y yo recogerla, a medida que fuimos avanzando hacía los ascensores, Beatriz se despojó de su blusa quedándose en sostén. A medida que seguíamos avanzando, Beatriz actuaba de manera más vulgar, diciendo a toda boca, lo caliente que sentía su coño. Y aunque yo traté de aguantarla, abrazándola a medida que íbamos por el pasillo rumbo a nuestro camarote, en un dos por tres, se despojó de la corta falda que tenía puesta, y continuó caminando como si nada. Ya estando en la puerta de nuestro camarote, mientras que yo sacaba la tarjeta para abrir la puerta, y justo cuando iban pasando varios pasajeros, y un par de tripulantes. Mi mujer se quitó lo poco que aún tenía puesto. Quedando completamente desnuda ante todos, riéndose como quien termina de hacer una gracia, como si no le importase en lo más mínimo que la vieran así, totalmente desnuda. Cuando la puerta abrió, ella riéndose de forma desvergonzada, mientras se agarraba su depilado coño de la manera más vulgar, frente a todos, les dijo. Quieren pasar, para que vean como mi marido me lo mete. Yo la tomé por el brazo, y de un jalón la metí dentro del camarote, mientras que todas esas personas se reían. Ya dentro del camarote, fue la misma Beatriz la que se dirigió al mini bar, y abriendo una de las pequeñas botellas de ron, se la ha bebido toda de un solo viaje. Para luego tirarse sobre la cama, y con las piernas bien abiertas, y acariciando lascivamente su coño, al tiempo que me decía. Mi amor quiero que me lo metas con todo y ropa. Yo la verdad es que al verla así, no lo pensé dos veces, y sacando mi verga del pantalón me fui sobre ella. Por lo general Beatriz en la cama siempre ha sido, muy recatada, y por más excitada que se encuentre, es incapaz de expresarlo. Por lo que cuando a toda voz me comenzó a decir que le diera bien duro, por el coño. Me sorprendió, y más me sorprendí a medida que ella continuaba diciéndome, una y otra vez, que le enterrase toda mi verga. Moviendo sus caderas con tanto gusto y placer, que no dejaba de pedirme a gritos que le diera más duro por el coño. En toda mi vida de casado, no recordaba que mi mujer actuase de semejante manera. Y a medida que yo seguía enterrándole con todas mis fuerza, toda mi verga, Beatriz no dejaba de chillar y gemir, diciéndome lo rico que era, y lo mucho que le gustaba que yo se la metiera. Era tanta su excitación que al poco rato ella disfrutó de un húmedo orgasmo, como nunca antes de seguro lo había disfrutado. Yo estaba sorprendido por su manera de actuar, pero al ponerme de pie, y terminar de quitarme la ropa, ella saltó sobre mí, y se dedicó como nunca antes lo había hecho a mamar mi verga. Por lo que en cosa de breves minutos, se me volvió a poner bien dura. En esos momentos se la ha sacado de su boca, y riéndose de manera maliciosa, se recostó sobre la cama, mostrándome sus firmes nalgas. Yo la verdad es que no lo pensé dos veces, y de inmediato me le fui encima, y en cosa de pocos segundos la estaba penetrando por el culo, al tiempo que con una de mis manos le agarraba con fuerza su coño. Por ser Beatriz como era, en mi vida le había dado por el culo, aunque en más de una ocasión se lo pedí. Pero esa noche, la verdad que era como si fuera otra mujer, se portaba como si fuera una verdadera puta. Moviendo sus nalgas, con tanto gusto y placer, que no me quedaba ninguna duda de que ella realmente lo estaba disfrutando, y mucho. Yo seguí penetrándola con gusto, hasta que de momento nada más bastó que me dijera que le mamara el coño, para que yo de inmediato así lo hiciera. Cosa que ella nunca, me había dejado hacerle. A la mañana siguiente al despertarnos, de inmediato me di cuenta de que estaba bien molesta conmigo. Ya que lo primero que me dijo fue. Te provechaste de mí anoche, y hasta me diste por el culo. Yo haciéndome el inocente, le comencé a contar como ella se había comportado en la sala de baile de barco, y a medida que se lo fui diciendo, Beatriz se iba muriendo de la vergüenza. Por lo que al yo decirle como frente a todos en la pista de baile, me grito a, que deseaba que yo le diera por el culo, cuando regresáramos al camarote, creí que se iba a desmayar. Cuando le conté que en la mesa me agarró la verga por encima del pantalón, y también me dijo que me la quería mamar, ella se asombró, y más se sorprendió cuando le dije, me dio tremenda mamada, que al yo venirme dentro de su boca, ella gustosamente se tragó todo mi semen. Yo seguí diciéndole todas las cosas que hicimos en la cama, como me ofreció sus nalgas, y hasta como yo me puse a mamar su depilado coño. No sé si sería todo lo que le dije, pero de estar contándoselo, pasamos a besarnos, y al poco rato yo le estaba mamando su coño nuevamente, mientras que ella sujetándome por el cabello restregaba mi cara contra su coño, para pedirme de manera desesperada que se lo volviera a meter. Cuando salimos del camarote, Beatriz se ha puesto unas gafas oscuras de sol, las que no se quitó durante toda la travesía. Aunque ya a solas los dos en el camarote, Beatriz tras darse un par de tragos, le salió, todo lo de la puta, que lleva por dentro.

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Categoria: Borrachas
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muy borracha, pero se movia sabroso, al tiempo que emitia pequenos quejidos, demostrando lo que le estaba gustando.
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esta fue mi primera experiencia con gente mayor y borrachas es muy real
bueno todo empieza un domingo muy normal hasta que llego la tarde.
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Se te va la mano con los cubatas, sientes cómo la mirada se te nubla, piensas con lentitud y una sonrisa se instala en tu cara para no marcharse. Estás borracha, y es en ese momento cuando haces cosas que no harías sobria, verdaderas locuras dignas de ser recordadas y relatadas. ¿Te suena?
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Si te ha gustado Mi mujer tras darse un par de tragos, le sale, la puta que lleva por dentro… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:06) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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