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Mi prima Karla, 2a parte ( CON fotos)

alienproject Relato enviado por : alienproject el 10/01/2022. Lecturas: 1671

etiquetas relato Mi prima Karla, 2a parte ( CON fotos)   Amor filial .
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Resumen
Como ya les comentaba en la 1ra parte de este relato, después de ese afortunado escarceo con Karla donde probé por primera vez las mieles de los jugos virginales de una papayita virgen, parecía que ya no iba a poder vivir sin ello. Me había vuelto como el lobo que prueba carne humana y le gusta el sabor. Iniciaba mi vida sexual y ya no iba poder vivir sin volver a saborear aquel manjar tan rico, sabía que Karla también estaría dispuesta y se me ofrecía en charola de oro, ambos estábamos descubriendo las delicias del sexo. Les contare como fue nuestra primera vez descubriendo el sexo entre primos, un relato del tipo Amor Filial y Primera vez que espero disfruten los detalles.


Relato
Como ya les comentaba en la 1ra parte de este relato, después de ese afortunado escarceo con Karla donde probé por primera vez las mieles de los jugos virginales de una papayita virgen, parecía que ya no iba a poder vivir sin ello. Me había vuelto como el lobo que prueba carne humana y le gusta el sabor. Iniciaba mi vida sexual y ya no iba poder vivir sin volver a saborear aquel manjar tan rico, sabía que Karla también estaría dispuesta y se me ofrecía en charola de oro, ambos estábamos descubriendo las delicias del sexo.

A partir de esa tarde con Karla, cuando tuve la dicha de probar casi obligado la pepa de ella en el cuarto de nuestra tía, nos habíamos vuelto más unidos. Nunca tocamos a fondo el tema de esa tarde. Éramos cómplices en silencio donde solo había miradas y sonrisas de complicidad. De nuestros juegos el que más nos agradaba era jugar a las escondidas ya sea dentro de la casa de la abuela que contaba de dos plantas y varias recamaras con closets donde podíamos ocultarnos para explorar nuestros cuerpos con caricias furtivas o en la calle con los vecinos y vecinas de nuestra edad. “Casualmente” siempre tratábamos de ocultarnos juntos y lejos de la vista de los demás a veces metía mano en sus tetitas juveniles o alguna metida rápida de mano en su panochita. Así como ella también aprovechaba para meter mano dentro de mi ropa interior y masajear mi verga. Que ricas sensaciones al masturbarnos mutuamente a escondidas en alguno de nuestros escondites. Juntos aprendimos a besar, aquellos besos que al inicio fueron simples, toscos sin chiste, hasta perfeccionar nuestros besos, de mi parte sabía que los labios eran otra de las zonas erógenas y que había que besar que hacer ciertos movimientos de lengua y labios para que fueran agradables.

Desde esa primera vez que probé las mieles de Karla, no habíamos continuado más allá de lo que ya les comente.

Hasta que una tarde en la que me encontraba solo en casa haciendo un trabajo de la escuela y estaba inmerso en la computadora, llegó ella a mi casa y fue hasta donde estaba yo haciendo mi tarea, me cuestiono respecto a lo que estaba haciendo y me sacaba platica, me pidió usar el wc de mi casa, no se si como excusa por si la buscaban y justificara su presencia en mi casa, pero obviamente no se lo iba a negar, por otro lado dentro de mí pensé que sería una oportunidad para espiarla u obtener algún roce con ella.

El servicio era en la planta de arriba de mi casa, con toda la lujuria de mi parte necesitaba ver a Karla, sus partes íntimas y no iba a desaprovechar esa oportunidad. Por fortuna el baño estaba un escalón arriba del nivel normal del piso, por lo que podía verse un poco por la hendidura de abajo de la puerta y que permitía ver perfectamente al menos hasta la cintura, fue placentero estar de voyerista espiando a mi prima, mi verga ya chorreaba por la presencia y vista de mi prima.

Tal vez ella notó las sombras detrás de la puerta del sanitario hacia el pasillo pero cuando ella salió yo ya me había movido hacia el escritorio donde estaba haciendo mi tarea en la planta baja. Para ello yo había dejado sobre la gran mesa del comedor familiar, aquel libro maravilloso de sexualidad abierto precisamente en las páginas donde se explicaban las zonas erógenas mientras yo me hacía el desentendido sobre la computadora. Cuando ella bajó vio el libro y se quedó inmersa leyendo el contenido en silencio detrás de mí.

El ambiente se sentía raro, parecía que los dos deseábamos algo más en ese momento pero a la vez al sentir ese peso de ser familia nos ponía el límite. Los nervios de tener a Karla a mi lado pasivamente como si esperara alguna reacción de mi parte, al menos yo ya no aguantaba más esa fiebre por mi prima. Así que me pare a su lado muy juntos mientras ella hojeaba el libro en silencio sobre la mesa del comedor con un supuesto interés de su parte solo al libro. A esas alturas ya no había palabras entre nosotros, por lo que olía su perfume, besando cuello y orejas, chupaba suavemente sus lóbulos como si se tratara de una pequeña teta, sin ser brusco. Tratando de transmitirle mi carga sexual hacia ella, cosa que no era ajeno de su parte, lo podía percibir, ya que ella permanecía a mi lado, mientras mi boca besaba su cara y boca, como si fueran besos fraternales en la mejilla, hasta llegar a la comisura de sus labios, y poco a poco posarse sobre sus labios, donde mientras ella me decía algo como si estuviera interesada en su lectura, yo besaba esos labios que hablaban algo, hasta que nos fundimos en un beso largo, nuestras lenguas se entrelazaron y era más que obvia mi erección mientras nos besábamos abrazados ahi parados. Mis manos ya recorrían su cuerpo sobre las ropas primero y después de que sabía que no había resistencia de su parte, metí mis manos entre su ropa interior, tocando su colita de piel firme y suave. La tomaba con mis dos manos apretando hacia mi, masajeaba sus dos nalgas con ambas manos atrayéndola hacia mi falo erecto, como si quisiera que se fundiera conmigo. Nunca había tenido un encuentro sexual, solo habían sido las chaquetas y lo visto en revistas o películas, pero no sabía realmente lo que era sentir el interior de una mujer.

Note como sus pezones estaban duros a partir de que mis tocamientos fueron más intensos, su respiración era agitada y a veces cerraba los ojos. Pase al frente de su coñito que tenía sus primeros vellos púbicos, pude sentir la humedad (que en ese momento pensé era porque había utilizado el WC después comprendí que es parte de la lubricación que algunas féminas tienen), suavemente recorrí con mis dedos la parte de su pubis se sentían muy rico y el explorar sus pelitos para mi era un sueño hecho realidad, tenia en mi mano y dedos una panocha que tantas veces soñé en aquellas chaquetas frente a una revista o TV.

Metía un dedo suavemente entre los labios de su sexo sin ser agresivo, jugué con su clítoris y ella solo empujaba sus nalgas hacia atrás cuando sentía una descarga de placer. En mi casa no estaban mis padres y estábamos casi frente a una ventana con cortinas de ligera tela que permitía ver hacia afuera pero no hacia adentro, por lo que si alguien se acercaba a la entrada de mi casa por el pasillo lo veríamos de inmediato. Aprendimos juntos a explorar el cuerpo del género opuesto. Los dos estábamos disfrutando de esas caricias torpes e “inocentes”. Ella acariciaba mi falo por encima de mi pantalón disimulando que estaba interesada en la lectura mientras dejaba que yo explorara aquel cuerpo virginal. Mis manos habían bajado sus prendas inferiores a medio muslo al igual que yo con mi verga bien parada, para en caso de que alguien viniera pudiéramos acomodarnos rápidamente nuestras ropas.

Nos entregamos a ese amor furtivo que nos profesamos calladamente. Karla disponía de mi erecta verga la cual ya derramaba algunas muestras de amor hacia ella. Los pezones de Karla estaban duros, eran chicos en forma, sus tetas de tamaño medio, la verdad a esas alturas era mejor que nada. Como pude me apodere de esos eróticos botones y se los chupe creo que con desesperación, vaya que la hizo vibrar a Karla por que de su boca dejó escapar unos gemidos suaves. Ella seguía pajeando mi verga con su mano que a veces interrumpida al perderse en sus espasmos.

Por la lectura sobre el libro de sexualidad sabía de la existencia de la virginidad y el himen de las mujeres, por lo que mis caricias no podrían ser bruscas para no lastimar a Karla, aparte según el libro indicaba que las caricias llamadas juegos preliminares bien usadas podrían llegar a que la pareja tuviera un orgasmo.

Con la adrenalina a tope de ser descubiertos en aquel acto juvenil incestuoso, ella bajó la mirada viendo como su mano hacía movimientos como si penetrara algo invisible mi verga que tenía entre la palma de su mano con la humedad de mi liquido pre seminal se embarraba en sus dedo y parte de su ropa que lograba tocar con la punta de mi verga. No se cuanto tiempo pasamos en ese juego, pero sí recuerdo que fue lo más rico que había vivido hasta ese momento.

Para ese momento ya Karla llevaba tiempo en mi casa, mi Tía la empezó a llamar y se acercó a mi casa por lo que la vi que camino por el pasillo hacia la puerta de entrada, rápidamente ella se escondió debajo del gran comedor y yo me arregle haciéndome el tonto parado frente al comedor para ocultar el cuerpo de Karla por si mi tia entraba, el mantel de caída larga y aparte la longitud del comedor no permitían ver nada debajo de la mesa. Ella se permaneció en silencio e inmóvil cuando abrió la puerta mi Tía se asomó a través del marco de la puerta sin entrar completamente y pregunto por Karla si no la había visto por ahí. A lo que tranquilamente le dije que solo había usado el sanitario y se había salido, ella se fue tratando de buscarla al otro lado del patio trasero de la casa.

Salió de su escondite mi prima y se arregló las prendas, con esos ojos llenos de lujuria y complicidad nunca decíamos algo al respecto, solo nos mirábamos y nos besamos inmediatamente, pero nos tuvimos que separar porque ya la estaban buscando. Acaricie por último su papayita que ya estaba húmeda, para mi eso era algo nuevo sentir esa calentura y humedad en una mujer, bueno mi primer mujer, se me estaba volviendo un vicio mi prima Karla.

Vimos que mi Tía no andaba cerca y ella salió de mi casa a escondidas por la puerta de un gran cancel para evitar encontrarse con nuestra tía y se hizo presente con ella recibiendo un leve regaño porque no había contestado a los llamados de ella.

Mientras yo me quedaba nuevamente a medias con tremendas ganas, ya había probado las primeras mieles del sexo opuesto y mi instinto deseaba más de esa carne que acababa de probar. No tardé en colocar una cinta porno de las que tenía mi padre escondidas y tratando de ver en alguna de las actrices a Karla mientras le apretaba el pescuezo al ganso pensando que era la mano o la boca de Karla quien me estaba haciendo disfrutar de tan íntimo encuentro. Mi semi virgen verga no tardó mucho en disparar una gran carga de líquido viscoso y blanco que ya conocía, la diferencia es que ahora la protagonista de aquella fantasía estaba más cerca y acababa de recibir caricias de su parte.

Aun con esa descarga efusiva de leche mis ganas no se calmaban, mi instinto deseaba más que esa simple caricia. Así que me asome al patio de la casa y vi a mi prima en los lavaderos la habían puesto a lavar algunas prendas. Una de las puertas de mi casa daba frente al área de lavado por lo que traté de hacer algo más atrevido. Me paseaba con la verga de fuera frente a ella, que al principio no se había dado cuento de lo que estaba haciendo hasta que volteo y miro mi verga de fuera por la bragueta del pantalón estaba aún a reventar, ella sonreía desde el área de lavaderos mientras tallaba las prendas, iniciamos un juego voyeur donde me senté frente a la puerta y me acariciaba frente a ella mientras ella lavaba, solo su mirada directa a mi verga mientras yo miraba como ella se saboreaba mi verga erecta.

Ella también tenía ganas de lo mismo que yo porque como pudo sin que la vieran desde su casa se acercó a la puerta y entró rápidamente para besarme y agacharse a darle una rica mamada, tenia el sabor de mi deslechada previa lo cual ella no hizo gestos y solo la saboreo para rápidamente se fue a seguir con sus tareas.

El juego estaba lejos de terminar, al contrario apenas iba iniciando. Al terminar de lavar fue a colocarlas en el área de tendido detrás de mi casa. Yo estaba como león enjaulado mirando a Karla como con su esbelta figura me daba la espalda para colgar las prendas. Esa área daba atrás de mi casa y por donde había una ventana la cual abrí y me escabullí por ella, no salí por la puerta principal para que nadie se diera cuenta que yo había ido donde estaba Karla tendiendo la ropa, ella se dio cuenta de mi locura o calentura que ya traíamos. Me metí de inmediato a un cuarto pequeño que tenía un sanitario y era usado casi como una pequeña bodega.

Ella terminó de tender algunas prendas más y fue al cuarto pequeño donde estaba yo, cerramos la puerta solo con una apertura donde podíamos ver si alguien venía a la parte trasera donde estábamos. Nos empezamos a besar sin muchas palabras de por medio, el deseo nos consumía a ambos. En aquel cuarto polvoriento íbamos a poder consumar las ganas que ya teníamos desde hace varios días. Sin más preámbulos los tocamientos estaban a la orden del día ella seguía húmeda de la panocha ya que mis dedos se habían dedicado a explorar la papayita virginal de Karla, le baje el calzón por debajo de sus nalgas, mientras yo hacía lo mismo con mi ropa, como pude saque a pasear al muñeco y así parados juntamos nuestros sexos, era la primera vez que tenia mi verga muy cerca a una panochita, imagínense que casi me vengo al sentir esa rica sensación. De tener mi pene entre sus piernas y frotando en su virginal panochita.

Nos besamos desenfrenadamente mientras la punta de mi verga se embarraba de los jugos de Karla. Así estuvimos un buen rato frotando nuestros órganos sexuales, aún no sabíamos como hacerlo pero el instinto se encargó de llevarnos por el mejor camino ya que ella se abrió de piernas mientras yo me acomodaba frente a ella, era un poco incomodo estar parados, pero estábamos de la misma altura fue menos complicado, ella ya se había sacado las tetas y se las chupaba con desesperación, esas dulces frutas me sabían a gloria mientras trataba de pegarme a su pequeños pezones los chupaba y ella tiraba la cabeza hacia atrás pegada a la pared se retorcía del placer al sentir mis labios en sus tetas y mi glande friccionando su virgen clítoris.

Aún no había penetración pero pues siendo mi primera vez me estaba costando trabajo, aparte estaba la presión de que éramos primos y si pasaba a mayores, no teníamos un preservativo o pastilla. En esa época los métodos anticonceptivos eran tabúes casi te los vendían solo con receta médica por lo que yo solo los conocía en ilustraciones del fabuloso libro de sexualidad. Al menos yo si pensaba todo eso pero también la calentura me ganaba y no iba a dejar para después mi primera vez con Karla. Ambos estábamos deseosos de culminar ese momento que veníamos prolongando desde hace varios días.

El tiempo era muy corto y en cualquier momento la volverían a buscar, instintivamente acomode la punta de mi verga en la entrada de su vagina y fue entrando suavemente entre labios de su vulva que estaba bastante apretado. Para mi fue de lo más rico y placentero el ir sintiendo como mi verga se introducía brevemente al menos la punta entre sus pliegues muy distinto a las caricias manuales, era mi primera vez y la sensación fue intensa, no fui brusco en nuestra primera experiencia, levemente fui entrando (solo la puntita) mientras Karla hacía gestos conteniendo sus gemidos y nos besábamos moviendo nuestras lenguas un poco diferente a los besos tiernos, como mitigando el sentir de mi falo ardiente en su gruta.

Ella movía sus caderas mientras yo bombeaba su interior. Al parecer había roto tu himen, mi verga ya estaba adentro de ella, nos acariciamos suavemente mientras ella subía y bajaba de mi verga con su cuerpo pegado a la pared donde estaba recargada en aquel oscuro y polvoriento cuarto.

No había mucho tiempo para gozar pero esa era nuestra primera vez. Lo estábamos disfrutando al máximo yo acababa de deslechar a mi amiguito pero a esa edad estaba produciendo más leche que Alpura, voltee a mi prima contra la pared y como si se tratara de un retén ella estaba con los calzones a media pierna para permitirle abrir sus bellas y torneadas piernas. Me coloque detrás de ella mientras ella paraba el culito y mi amiguito el cual estaba lleno de nuestros jugos y restos de sangre del himen roto de Karla. Con ese culito respingón moreno de mi prima me puse detrás de ella tratando de llevar mi verga hacia su conchita nuevamente pero desde esa posición, un poquito complicada para dos novatos. Aun así logre penetrarla de esa forma, la tenía con la cara pegada a la pared mientras la ensartaba desde atrás, gimiendo como loca al sentir mis estocadas en su interior, no había mucho tiempo ya estaban por volver a llamar a Karla, así que apresure mis estocadas y sabía que no podía depositar mi semilla en su interior ya que nuestra “Biblia del sexo” decía que si uno quería concebir un hijo se tenía que depositar el semen en el interior de la vagina de la mujer. Eso sí me daba miedo ya que éramos muy jóvenes y de una familia conservadora pero nuestra lujuria nos hacía ser temerarios.

Estuvimos cogiendo así unos minutos más y antes de eyacular. Saqué rápido mi verga ardiendo y le eché los chorros de mi descarga en su colita, ahí aventé los mecos. Karla tomó un poco ya que no conocía el semen, recuerdo que los tocó con cierto asco y me dio un beso en la boca.

Se acomodo la ropa mientras yo le limpiaba con papel sanitario que había ahí, limpié los rastros en mi palo y en su vagina. Había sido nuestra primera vez, ella se agacho a limpiar mi verga. Ella salió a escondidas del cuarto y yo me quedé ahí para no ser tan obvios de que estábamos en el mismo lugar, después de un tiempo prudente volví a entrar a mi casa por la ventana. Fui a la sala, no podía creer la experiencia que acababa de vivir con mi prima Karla, habíamos dejado de ser vírgenes apenas hace unos cuantos minutos, la mejor experiencia de mi vida sexual hasta ese momento.

Esa tarde después de mi primer debut con una chica me fui a mi cuarto y me tire en mi cama mirando al techo, repasando las sensaciones vividas, las cuales me pusieron nuevamente caliente y no dudé en comprobar la diferencia con el arte manual. Aún había leche por sacar así que “Angélica Chain” pagó los platos rotos ya que admiraba el cuerpo de esa gran señora del cine de ficheras, convirtiéndose en la motivación para alguna de mis pajas cuando no podía coger con Karla.

Con el paso de los días nos volvimos adictos de las relaciones sexuales entre mi prima y yo, por lo que les platicare la siguiente experiencia con Karla como fuimos creciendo con esas experiencias juntos…


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 19:43) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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