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Mi prima Karla, nuestra primera vez ( CON fotos)

alienproject Relato enviado por : alienproject el 07/01/2022. Lecturas: 3044

etiquetas relato Mi prima Karla, nuestra primera vez ( CON fotos)   Amor filial .
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Resumen
Creo algunos o si no es que la mayoría de nosotros vamos a llevar por siempre el bello recuerdo de nuestra primera vez, en mi caso fue una experiencia única y grandiosa en ese momento. Les describiré parte de esa historia como fue el despertar sexual en mi caso.


Relato
Como a algunos nos ha pasado tuvimos la oportunidad de haber iniciado viendo revistas sexosas que estaban “secretamente escondidas” por nuestro padre, en mi caso me tocó encontrar revistas del conejito, o había unas del tipo “fotonovelas” donde la trama era como una novela pero con fotos y desnudos de los actores porno, también encontramos películas en formato BETA aquellas que eran rentadas por mi padre en el Videoclub de la sección de adultos, conociendo a las estrellas porno de la época y de películas de culto como Sylvia Kristel, Linda Lovelace, o fuimos fans de Ron Jeremy que hacía gemir a las estrellas pornos de la época de los 80s chicas delgadas y de preferencia rubias. Y qué decir de nuestro cine de oro de Ficheras, vaya que si le dedicamos las primera des-lechada a Sasha Montenegro, Angelica Chain, o Maribel Guardia, quienes engalardonaron con poca ropa en las secciones de los periódicos y revistas de circulación nacional.

Ese material nos ponían como torito de lidia, ya habíamos experimentado los primeros tocamientos, la mayoría de amigos de juegos andábamos casi en la misma edad. Habíamos experimentado alguno que otro escarceo con las vecinas de la colonia entre juegos nocturnos o las excursiones que hacíamos por el bosque de la zona montañosa, ya sabíamos más o menos lo que buscábamos de aquellas vecinas para más tarde hacer el recuento entre primos varones de nuestros avances con las vecinas y de lo que habíamos logrado con alguna de ellas, dando el parte de aquellos romances juveniles.

Como parte de nuestra educación aparte de todo el material pornográfico que encontrábamos, recuerdo un libro muy especial en mi formación, era de educación sexual, no tenia fotos, más bien era como un libro de medicina y mostraba dibujos y gráficas de los órganos sexuales, algunas posiciones sexuales, etc, era como la biblia entre nosotros los barones de la familia, como chamacos pen-tontos nos los préstamos, o hacíamos referencia en nuestras pláticas de tal práctica y el libro decía tal cosa etc…
Fue un material excelente para nuestra formación sexual.

Crecimos varias primas y primos unidos ya que en nuestra casa había hasta 4 familias de hermanos, de ahí mis primas y primos hermanos. Aunque hasta ese momento mis primas no entraban en el menú de nuestros experimentos sexuales, yo no tuve hermanas, pero si varias primas. Es especial y lo que paso en esta experiencia, fue con mi prima Karla (*Nombre Ficticio para resguardo de su integridad*) que era un año menor a mi, y recuerdo su uniforme de la escuela que algunas veces tenía puesto cuando sucedió lo que les confiare en este relato.

No sé en qué momento sucedió, tal vez de aquellos juegos que habíamos ejecutado en las noches que salimos a divertirnos, algo despertó entre ella y yo, ella era de complexión delgada casi nunca engordo de más, tenía muy bonito cuerpo, de piel morena clara, sus facciones finas nunca sufrió de acné por lo que su rostro era terso y con su nariz respingada, la verdad Karla era como una afrodita morena. Eramos muy unidos y siempre la cuidaba y platicabamos mucho en esa época. Cuando salíamos como adolescentes a jugar con los vecinos, siempre hacíamos pareja y nos cuidabamos la espalda, formábamos un equipo casi sin malicia, hasta que en nuestros juegos de escondidas corríamos siempre juntos a escondernos, hubo algunos roces o tocamientos con ella, pero nunca más allá precisamente por el vínculo familiar tan estrecho. Por ser primos-hermanos, a esa alturas de la vida estaba uno más enfocado en las vecinitas y claro a veces en las comidas familiares salían las bromas del “noviazgo” con x o y vecinita, y mis primas pues entre recelo solo hablaban mal de aquellas vecinas que eran una especie de “zorritas” en fin, no había otro interés en esas “discusiones” por demostrar los cascos ligeros de algunas vecinas con las que nos reunimos en las tardes-noches para “jugar”.

En alguna ocasión que jugamos a las escondidas y que ya era tarde, creo que ahí fue nuestro primer acercamiento don nos besamos mientras su hermano menos nos buscaba, como les comentaba, ella y yo siempre tratabamos de escondernos juntos por lo que una vez que empezó ese juego de “novios a escondidas” entre nosotros, más de una vez metí mi mano dentro de sus prendas íntimas, pude tocar esos pechos que ella ya había desarrollado, recuerdo también que su pubis había desarrollado su vello pubico, ya que cuando la había tocado antes solo se sentía un fina capa de vello, hasta que le brotaron sus “pelitos” al igual que a mí… Ahí escondidos y a oscuras logra acariciar sus partes íntimas bajo el falso anonimato que nos daba estar escondidos a los ojos de todos, como si al salir de nuestro escondite no hubiera pasado, negando ante todo el mundo ese amor filial. Por otra parte nosotros tratábamos de no decir nada en ningún momento, era como nunca hubiera sucedido, de mi parte nunca la presioné o dije algo fuera de nuestros escondites y ella me seguía siempre. Actuabamos como si nada sucediera y yo con ese peso de culpabilidad por ser mi prima. En cambio para ella, pareciera que eso le divertía y no sentía culpabilidad alguna.

Algo sucedió en alguna ocasión que recuerdo que estábamos una tarde ella y yo solos en casa de la abuela. Ella empezamos a bromear al respecto de las “Zorritas” a las que pretendíamos los varones del barrio y empezó a molestarme mientras yo estaba sentado en un sofá en la sala, recuerdo que esa tarde ella llevaba puesto aún su uniforme de la escuela, falda cuadros gris arriba de la rodilla, blusa blanca, suéter y con sus blancas calcetas casi a la rodilla, empezó a hacerme burla con aquella vecinita que no se me había hecho con ella pero su reputación entre los del barrio no era muy respetada. Intentaba no hacer caso a la burlas de Karla, por lo que al ver mi falta de respuesta a su bulling, empezó a hacerme cosquillas entre burlas y reclamos, ella estaba sobre de mi en ese jugueteo y en algún momento las cosas se salieron de control ya que por defenderme de sus piquetes, yo había tocado algunas partes de su cuerpo, que poco a poco la calentura me fue ganando y esos roces dejaron de ser inocentes y tocaba sus partes íntimas sobre su ropa sin estar ocultos en algún lugar. Recuerdo que lo que mas toque esa vez fueron sus nalgas que eran lindas y paraditas, las amace y metia mis dedos entre sus nalgas frotando su panochita aun con su ropa interior. Creo que era la primera vez que la tocaba y pensaba así a mi prima, o tal vez en alguna de las tantas chaquetas que me hice de joven viendo alguna revista o película porno si salió ella como la protagonista de esa caricia tan íntima.

Tener a Karla así en ese momento había movido nuestras fibras. Había sentido sus formas por encima de su uniforme. Tenía unas piernas muy bien torneadas y sus pechos pequeños, pero lo suficiente como para caber en mi mano. Había sido un juego torpe como mis movimientos. Sí, nos habíamos calentado demasiado hasta llegar a probar nuestros labios. Ella estaba aún sobre mi, mientras experimentamos los placeres de esos primeros besos. De repente ella se apartó inmediatamente de mí, se acomodó el uniforme y se fue al cuarto de una tía en común. Por un momento me dejó perplejo (apendejado y con el palo bien parado) el cambio de actitud de ella. No sabía si algo había salido mal o si había escuchado a alguien acercarse o que pasaba, pero me había dejado con tremenda erección. Ya sabía reconocer ese líquido preseminal brotando de mi joven verga como las veces que las vecinitas me dejaron caliente, pero esta vez era Karla quien había provocado esa reacción en mi.

Aún desconcertado por la reacción de ella, no pasó mucho tiempo en la que arregle mi erección surgida bajo mi pantalón y me asegure de que no hubiera alguien cerca, así que la seguí hasta aquel cuarto. La encontré acostada boca abajo y en silencio. Parecía que dormía, pero cómo podría ser eso después de lo que acababa de pasar en la sala. Le hablé sin respuesta de ella, así que eso no se iba a quedar así. Después de lo que había provocado en mí, supuse que ahora era mi turno de torturarla con aquellos sentimientos encontrados.

Me acerque a ella y le hacía cosquillas pero su umbral a esas sensaciones era más alto, por lo que apenas y emite algún movimiento de rechazo, le seguí buscando tocar lo que antes habíamos hecho en la sala y su respiración se escuchaba agitada mis manos ya recorrían el cuerpo de Karla en especial sus piernas por debajo de la falda. Tímidamente acaricie sus piernas mientras me acomodaba a su lado en la cama, por primera vez palpa su paraditas y suculentas nalgas frente a mis ojos y no a obscuras escondidas. Mientras hacía eso, ella salió de su letargo y empezó a amasar mi virginal verga que hasta ese momento no había probado las delicias de una hembra.

Seguimos nuestro juego de principiantes en la cama de la tía, hasta que le baje su calzon y comprobé la humedad que ella ya tenía en su panochita, fue hermoso poder ver aquella virginal vagina, sublime el cuadro que admiraron mis ojos, ella boca abajo con las nalgas paraditas, exponiendo su papayita con apenas unos cuantos vellos púbicos y la humedad que salía de entre sus labios indicio de la excitación de parte de ella, era la primera vez que tenía una panocha en vivo y no en revista o TV, para mi solo. Gracias a toda la “capacitación autodidacta” que había tenido, conocía un poco más de lo que tenía enfrente de mí. Es decir sabía que ella estaba igual de excitada que yo por los fluidos que ella tenía en la panocha, así como al tocar sus pezones, estaban duros, erguidos, gracias a aquel libro de Sexualidad, sabía que puntos tocar en Karla y que habían hecho la reacción esperada en ella, su virginal mano acariciaba mi verga verga pero con la cara tapada con una almohada, tratando de ocultar toda su excitación.

Que rica sensación estábamos experimentando ambos. Me cambié de posición porque al tenerla a ella con la falda subida sin pataletas a mi merced algo me hizo acercarme. Mi instinto animal me decía que debía ir a ese punto y lo primero que hice fue hacer que se volteara boca arriba y besar su vientre plano, estaba en modo exploración veía sus pocos vellos púbicos de Karla que cubrían aquella rica y virginal papayita. No tenía ningún olor desagradable, en mi mente repasaba aquel libro de sexualidad donde indicaba cada parte de sus zonas erógenas y de los órganos sexuales de las mujeres, tratando de tocar las fibras de esos puntos que me había enseñado el libro. Todo conjugado con las experiencias vistas en las películas y revistas que tantas puñetas habían recibido de mi parte para mitigar toda la calentura de la pubertad.

Claro aun con temor pues era mi primera vez que hacia eso y no conocía aún el alcance de aquellas caricias sobre Karla, me atreví a besarle los labios que rodeaban la entrada de su vagina y se percibía su humedad con hilitos como los que me salían a mi cuando estaba caliente antes de eyacular. Era una situación tabú, hacer sexo oral, no sabia si eso era correcto, pero lo había visto en peliculas porno, y el libro tocaba el sexo oral, como una de las practicas, entonces debia ser algo bueno, pero aun con esa incertidumbre en mi.

Algo que me incentivo a continuar más allá y que no quedara sólo en caricias, fue que Karla en ese momento que tenia mi cara cerca de su vulva ella me atrajo hacia su intimidad, no había palabras que delatara nuestra presencia en el cuarto, solo jalo mi cabeza y la sumergió en su panochita virginal casi obligándome a que le metiera mi lengua, lo cual gracias a las enseñanzas empíricas y autodidactas creo que no fue una mala experiencia para ambos.

Casi me obligo a mamar muy rico su papayita hasta que se vino, ya que quedo desfallecida, causando un temor dentro de mí. Quizá algo había hecho mal o le había lastimado o ya se había arrepentido. Me arreglé y me fui a mi casa con temor y varios pensamientos en mi mente.

Obviamente me había quedado con las ganas de mojar mi brocha, pero lo primero que hice fue irme a mi cama y recordar lo que previamente había sucedido con Karla, cada segundo estaba en mi mente. Pensando en ella y lo que había sucedido en la habitación de nuestra tía. Había tenido mi contacto muy cercano con el sexo opuesto, casi un encuentro del tercer tipo. Así que en la soledad de mi recamara tuve que sacar a mi amigo que estaba inundado de jugos, mientras en mi mente el recuerdo de Karla y su panochita casi sin pelos y como me hizo mamársela, bastaron unos pocos movimientos para que un blanco chisguete de mecos salieran por los aires en honor a mi prima Karla, vaya cabrona me había puesto bien caliente. Pero ya habría tiempo para más, los días siguientes pensé que ella estaría cabreada o no quisiera contacto conmigo, pero no fue así de nuevo continuo con sus juegos conmigo cuando estaba solo, y a veces iba a mi casa con algún pretexto, eso me dio luz verde a que realmente ella lo deseaba era la de la iniciativa y eso no podía desperdiciarlo. Además ese iba a ser nuestro estreno en la sexualidad, y vaya que si fue rico, cachondo, excitante y lleno de adrenalina, esa partes se las contare despues, como fue que por fin pude mojar mi brocha con mi rica prima Karla.

Agradezco sus valoraciones a mi relato así como son bienvenidos sus comentarios aquí mismo o a mi correo que trato de responder lo más pronto posible : alien_project2004@hotmail.com


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 19:44) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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