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MI PRIMERA VEZ

Relato enviado por : Anonymous el 06/10/2010. Lecturas: 8952

etiquetas relato MI PRIMERA VEZ     Gay .
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Resumen
Hola, me llamo Angel Antonio Ancas y hoy, justamente cuando cumplo mis 44 años me vienen a la memoria tantas vivencias de lo que hasta hoy he hecho en mi vida, que hasta pienso que debia duplicar la cantidad de velitas a colocar en el Kake de cumpleaños que mi hijo Miguel Angel y un grupo de colegas y amigos se han empeñado en obsequiarme. Imaginense, cuantas imágenes no vienen a mi memoria en momentos como estos en que uno se sienta ha realizar una retrospectiva de su vida y lllega a volver a experimentar sentimientos que hacia tiempo no sentia… Es verdad que como dice el refran “recordar es volver a vivir”…. Por eso, entre tantos hechos de mi vida que afloran a mi memoria en estos momentos, hago partiocular recuerdo en uno que significo mucho para mi por constituir lo que siempre he recordado comor: “ Mi primera experiencia sexual con otro hombre”…


Relato
…Nunca olvidare aquel verano cuando solo contaba con 14 años y disfrutaba de unas añoradas vacaciones alejado de las agobiantes clases de la secundaria básica y en compañía de la familia de mi padre en el mismo centro de la ciudad capital de la provincia donde vivo. En aquellos tiempos convivia en un municipio con mis padres y solo visitaba la capital de provincia una o dos veces al año en compañía de mi papa para visitar a su mama y al resto de la familia. Los veranos casi siempre coincidia allí con mis otros primos y soliamos salir entonces en grupo al centro de la ciudad a divertirnos. Pero estas vacaciones mis primos no coincidieron conmigo y mi padre tubo que regresar a nuestro pueblo por problemas de trabajo dejándome en la ciudad al cuidado de mis abuelos y tios. De modo que fue un verano diferente a lo acostumbrado pues tenia que salir solo al centro de la ciudad a divertirme. Fue asi que en una de esas salidas un Domingo, pase por frente a uno de los cines en que estaban dando una película prohibida para menores de 16 años y me detuve a observar la cartelera del cine. Recuerdo que entre el grupo de fotografías de promoción del filme había una en la que se observaba una preciosa jovencita casi deznuda que dos corpulentos chicos sostenian por los brazos y escuche que otros que miraban igual que yo, comentaron que esa era la parte en que violaban a la muchacha. En verdad en mis 14 años de vida aun no había visto ninguna película porno y las dos o tres noviecitas que había tenido solo habían sido relaciones juveniles de pequeños besos, apretones y abrazos que luego terminaban en un masturbado propio que yo hacia para desahogar mi calentura juvenil escondido en el baño de mi casa. De modo que aquellos comentarios despertaron mi curiosidad y morbo de poder ver aquella chica deznuda en la película y como la violaban. Con temor a ser descubierto por la portera del cine, estire mi cuerpo tratando de aparentar mayor tamaño y puse cara de seriedad para simular dos años mayor a los años que en verdad tenia. Espere a que un grupo de personas fueran a comprar sus entradas y compre también la mia logrando pasar sin problemas al interior de la sala. En medio de la oscuridad logre acomodarme en uno de los últimos asientos y no había pasado ni un cuarto de hora de estar viendo el filme, cuando las eroticas escenas que se sucedían comenzaron a exitarme y sentí un gran tiron debajo de la portañuela de mi pantalón. La historia de la muchacha que es asaltada por dos corpulentos presidiarios y sometida a sexo por la fuerza, endurecieron mi larguilucha y delgada fija despertándome un intenso deseos de sobármela. Mire a mi alrededor y al comprobar que estaba un poco aislado del resto de los espectadores, introduge mi mano por debajo del cinto del pantalón y comencé a amasarme la verga despacio y con cuidado de no ser descubierto. Casi estaba al eyacular cuando de pronto presenti que desde la fila de al lado a donde estaba yo, había una persona que no me quitaba la vista de encima. Al principio me asuste y detuve mi juego sexual acomodándome tranquilo en el asiento, pero luego de unos minutos, ya me había olvidado de quien me espiaba y volvi a amazar mi atributo masculino con mis manos, esta vez por encima del pantalón. En eso estaba cuando me fije que la persona que me había estado mirando desde la otra fila se había levantado y aproximándose a mi, se sento justamente en un asiento vacio ubicado a mi lado. El temor de haber sido descubierto me hizo temblar y permanecer casi inmóvil sin mirar al recién llegado. Segui centrando mi atención en el filme hasta que en un momento sentí que una de mis piernas era comprimida poco a poco por la pierna de mi compañero de asiento, la aparte un poco y con discreción incline también mi cuerpo hacia el lado opuesto apartándome mas de aquel desconocido, pero aun asi, este volvió a hacercar su pierna a la mia. Lo mire a la cara y descubri en medio de la obscuridad que se trataba de un hombre de unos 30 años, delgado y de pelo oscuro que al verme mirarlo sonrrio y me hizo una ligera seña con uno de sus ojos a la vez que mordía con lujuria su labio inferior. Mi corazón parecía querer salirse del pecho y a pesar del aire acondicionado del cine, mis manos comenzaron a sudar de temor. Nunca antes había tenido una experiencia sexual con nadie de mi propio sexo. Solo recordaba que en algunas ocaciones durante mi etapa estudiantil de escuela al campo, en el baño, al coincidir deznudo con otros de mis compañeros de estudio, había sentido sierta exitacion sexual al apreciar aquellos cuerpos bajo el chorro del agua y hasta había llegado a eyacular por la noche durante el sueño, pensando en las empinadas nalgas macizas de Pedro, uno de mis compañeros de grupo. Pero toda mi experiencia sexual se reducia a esos actos, de modo que ahora, al sentirme acosado por un desconocido, en medio de una sala cinematográfica, comprenderán que me hacia sentir nervioso y lleno de espanto. Intente concentrarme en el filme pero sentí que mi insistente vecino colocaba una de sus manos encima de mi muzlo y comenzaba a rosarlo con suaves caricias hasta aproximarla lentamente a la portañuela de mi pantalón. Yo de reojo lo observaba mirarme pero no me atrevía ni siquiera a moverme de la posición en que estaba. El, una vez que ubico su mano justo sobre mi exitado nabo, comenzó entonces a apretarlo suavemente y a palparlo en toda su extencion. Yo, aunque en extremo asustado, no podía evitar sentir mis instintos sexuales y decidi volver a acomodar mi cuerpo mas próximo a mi compañero de asiento lo cual lo motivo a que se atreviera a a bajar lentamente con su mano el cierre de mi pantalón y meter dentro de mi portañuela su mano tivia y juguetona, hasta aferrarse a mi prenda de vestir interior y lograr tocar con sus dedos mi púber pubis y la base de mi erecto miembro. Justo en ese instante entraron a la sala algunas personas y yo poseído de espanto, rápido coloque una de mis manos sobre la de el e incline el cuerpo hacia adelante arrecostandome con mi otro brazo sobre el espaldar del asiento delantero. El permaneció un instante tranquilo sin quitar su mano de donde la tenia y ambos permanecimos inmóvil hasta que los recién llegados se acomodaron en sus asientos y cuando volvió la privacidad a la sala comencé a sentir su mano que luchaba por sacar mi verga a travez de mi portañuela. Retire la mano que lo sostenía e inclinándome un poco hacia atrás le permiti lograr su objetivo dejandole ver en medio de la penumbra mi delgado pero empinado rabo que desafiante se movia pidiendo a gritos ser acariciado. El no vacilo en abracarlo con toda su mano y sin detenerse a meditar inicio una rápida masturbación moviendo mi prepucio con desesperacion hacia arriba y hacia abajo.Recuerdo que en mis apenas 14 años de vida era la primera vez que comenzaba a sentir una mezcla de temor y placer que despertaban mayor exitacion en mi y que segundo tras segundo hacían estremecerme en el asiento y suspirar con profundidad. De nuevo, otras personas que se paraban para abandonar la sala impidieron que siguiéramos en aquella agonia sexual y por miedo a ser descubierto guarde rápido mi tiesa verga juvenil dentro de mi pantalon y subi el sierre de mi portañuela al mismo tiempo que le apartaba la mano a mi verdugo y le interrumpia su tortura sexual. Pasaron unos minutos y acercando su boca a mi oído dejo escucharme una suplicante orden: -Sigueme.- Lo vi pararse del asiento y salir por el pasillo hacia afuera de la sala, perdiéndose en la penumbrosa oscuridad mientras que yo pensé que mejor debía quedarme donde estaba y no obedecer la suplica de aquel desconocido señor. Mire a todo mi alrededor para cerciorarme que nadie nos miraba y al sentirme seguro volvi a intentar concentrarme en la película, intento que fue imposible lograr dado que el individuo reapareció en el pasillo y volvió a sentarse a mi lado diciéndome al oído: - Ven, no temas y sigueme, sal que te espero en el baño…- y diciendo esto, nuevamente se paro y abandono la sala. Yo no sabia en verdad que hacer y ya me parecía que quienes estaban sentado cerca comenzaban a notar la impertinencia de mi desconocido acompañante, de modo que opte por abandonar también la sala y perderme el final de aquella exitante película, que por cierto, mas nunca la he vuelto a ver. Sali a la recepción del cine con verdadera intención de abandonarlo en franca escapada, pero justo cuando me dirigía a la puerta lo vi reaparecer en las escaleras que conducían a los baños de caballeros. El, disimuladamente me llamo con un suave gesto de su cabeza y volvió con rapidez escaleras arriba rumbo al baño. Yo un poco mas desesperado por salir de aquella persecusion, apure mis pasos y atravesé la puerta de salida del cine hasta encontrar nuevamente la libertad de la calle. No mire ni siquiera hacia atrás, camine tres cuadras y me detuve en una de las heladerías de la ciudad. Me acerque a la tablilla de ofertas y precios, saque cuenta del presupuesto con que contaba y decidi finalmente entrar a comerme dos bolas de helados y una cuña de Kake. Espere que otros clientes que estaban antes que yo solicitaran su pedido y justo cuando me disponía a pedir yo, reapareció a mi lado el insistente acosador del cine, el cual se adelanto a decirme- Pide lo que deseas que yo pago-, Quede sin palabras y ante mi silencio, el rápido reacciono preguntándome- ¿Quieres Kake con helado, o solo helado?- Yo recuerdo haber respondido que si y aprovechando que `pagaría el, reaccione rápido y antes que hiciera el pedido completo le dije – Bueno, si tu pagas entonces comprame cuatro helados y dos Kake-. Nos sentamos en una apartada mesa de la heladería y mientras esperamos ser despachados entablamos una combersacion que nos pèrmitio conocernos mas. El me conto que se llamaba Ernesto, era medico veterinario, tenia 33 años y que hacia un año había perdido a su esposa en un accidente de transito, razón por lo cual vivía solo en una apartada casa a la salida de la ciudad en compañía de sus animales. Me confeso que no estaba en el cine por casualidad ese dia sino porque me había visto entrar y que desde que me había visto decidió seguirme porque le había llamado la atención. Le confese mi corta edad y le explique que nunca antes había hecho nada con ningún hombre y que no quería hacerlo tampoco porque mis padres me tenían prohibido juntarme con homosexuales y además que yo tenia novia y me gustaba. El con gran astucia hizo gala de conocimientos de psicología y trato de hacerme caer en sus objetivos. Me comento que mis padres no tenían por que enterarse que el que andaba conmigo era homosexual y que mucho menos tenia que dejar de andarlo con mi novia pues el entendía que eso era normal. Me celebro lo maduro que le parecia mi actuación a pasar de tener solo 14 años. Admiro mi seriedad y me dijo que le atraia que yo tuviera tantos temas de conversación y tanta educación formal. En una larga charla me explico que la mayoría de los varones tenían a lo largo de sus vidas experiencias homosexuales y que eso no significaba que lo fueran. En verdad, combersamos largo rato y de varios temas. Se intereso por mis resultados académicos alcanzados en la secundaria, por cuales eran las asignaturas que me gustaban estudiar y la profesión que deseaba ejercer cuando fuera mayor. Se ofreció a ayudarme en mis estudios y hasta se brindo a ayudarme desde el punto de vista económico cuando yo lo necesitara. Al final de aquella sobremesa, quedamos en que yo solo aceptaba tratarlo como un amigo y que el respetaría mi decisión. Salimos de la Heladeria y me llevo a su casa en su automóvil, un precioso carro deportivo de color rojo con franjas amarillas, marca Studebakker, norte americano, del año 59, muy bien cuidado y en el cual recorrimos el camino en menos de 20 minutos hasta llegar a su casa que resulto ser de una construcción antigua cuidadosamente conservada, amueblada y repleta de adornos y libros por todos lados. Sus animales: Dos perros pastores alemanes inmensos y escandalosos, un precioso gato siames, una simpatica cotorra cantante de musica charra mexicana y un inmenso palomar como con 20 palomas. Se notaba que vivía económicamente bien. Equipos electrodomésticos tenia de todos tipos hasta el extremo de tener aire acondicionado y todo en su cuarto. Me confeso que todo cuanto tenia y hasta el mantenimiento de su carro y las reparaciones de la casa eran gracias a sus padres que vivian hacia mas de diez años en los Estados Unidos de America y le ayudaban desde alla. Puso música en un moderno equipo en la saleta de la casa y me entrego varias revistas extranjeras, de modas, para que me entretuviera leyendo mientras el se cambiaba de ropas para preparar algo de comer para los dos. Me deleitaba observando las revistas cuando desscubri entre ellas una de pornografía que al parecer había sido colada entre las de moda a propio intento como para provocarme. Acepte el reto más que todo por la curiosidad que despertó rápido en mí aquellas fotografías calientes que pocas veces había podido ver antes. Aparte las otras y acomodándome sobre un comodo sillón de extensión, comencé a disfrutar de la revista a la vez que sentia despertarse poco a poco dentro de mi un gran sentimiento de morbosidad y lujuria. Mis ojos querían devorar aquellas páginas y mi verga parecía cabalgar sobre un caballo cerrero a todo galope. De repente mi anfitrion se apareció a la saleta con una bandeja con galletas de sal con mantequilla, refresco de cola con hielo y un plato lleno de chicharritas de platano verde fritas. Al verme con la porno en la mano sonrrio y me dijo con picardia que no sabia que esa revista estuviera escapada entre las otras. Le dije que creía la había puesto allí a propio intento para provocarme y sonrrio con malicia. Me aseguro que no y me repitió que si yo solo quería ser su amigo el no me presionaría para que fuera algo mas que eso. Se sento a mi lado acompañándome a ver la revista y a compartir la merienda conmigo. Me pidio que lo acompañara la próxima semana a la playa pues tenia pensado ir solo a pasarse el dia y regresar por la tarde. Me ofreció llevarme también al zoológico de la ciudad en el cual trabajaba como veterinario jefe y me embuyo a enseñarme a manejar su auto. En verdad fue una tarde bonita que me lleno de ilusiones y despertó mi interés por continuar siendo su amigo. Cuando le dije que era tarde y debía regresar a la casa de mis abuelos antes de la hora de comida se disculpo por no poder llevarme en el carro hasta alla pero tenia que esperar a un amigo abogado que había quedado en venir esa tarde para revisar unos papeles importantes relacionados conla propiedad de su casa . Durante la visita no volvió a acosarme con el sexo y solo cuando llego el momento de despedirnos, al estrecharme la mano me dio un ligero tiron con su mano acercando su cuerpo al mio y antes que yo reaccionara, acerco su boca a la mia fundiéndolas en lo que fue el primer beso de un hombre en mi boca. Fue algo indescriptible. Una mezcla de asco y repulsión, con morbo y pasión. Sus húmedos y calientes labios se unieron a los mios y sentí su lengua enfurecida por devorar la mia. Hubo mezclas de salivas y cariñosas mordidas en los labios. Intente rechazarlo empujándolo por el pecho pero después de separar su boca de la mia, se sonrrio y volvió a arremeter con fuerzas contra mi boca sin permitirme escapar de su abrazo amoroso. Senti que mi pinga se volvia a poner como acero y mi exitacion me llevo a rodar mis manos por su espalda hasta tocar sus provocadoras nalgas. El suspiro y dejando de besarme me pidio que me quedara, a lo cual me negué. Me beso la frente y abriendo la puerta de la calle me dijo que ya sabia donde el vivía , que esperaba veniera a hacerle la visita antes que culminaran mis vacaciones. Me dio su numero de teléfono y me pidio lo llamara para saber si iria con el a la playa el fin de semana. Regrese a la casa de mis abuelos con una nueva sensación de sentimientos encontrados y una terrible indecisión se apoderaba de mi pensando en lo que para mi hasta entonces era correcto y lo que no lo era. Me preguntaba si debia seguir alimentando aquella nueva amistad o no. En si era yo o no era yo un maricon mas y cual seria la reacción de mi familia, amistades y novias, si llegaban a enterarse… Pase alrededor de tres días sin salir de la casa de mis abuelos a ningún lugar y trataba de resistirme a la tentación de visitar a Ernesto, pero no pude mas y al tercer dia, despues de almorzar Sali al teléfono publico mas cercano y llame varias veces a su casa pero no tuve suerte de que agarraran la llamada. Desesperado por reunirme de nuevo con el me bañe y me arregle con la mejor ropa que había traido estas vacaciones, me emperfume con un poco del perfume de una de mis tias y Sali decidido a visitarlo en su casa. Cuando llegue estaba toda la casa cerrada y solo me atrevi a cruzar por la acera de enfrente mirando con ansias de verlo salir al portal para abrir la cochera y sacar su auto, pero no ocurrió asi. Me fui de regreso a la parada del ómnibus y allí permaneci una hora mas para dar tiempo a regresar por frente a su casa a ver si tenia mayor suerte en esta otra ocasion. Al pasar frente a su casa esta vez, decidi cruzar la calle y tocar el timbre de la puerta. Los perros ladraron un rato y la vecina de la casa de al lado se asomo al portal para decirme que el Dr Ernesto aun no había regresado del trabajo. Le agradeci y desilucionado regrese a la parada de ómnibus para regresar a mi casa. Deseoso que demorara en llegar el ómnibus, me sente a recordar lo bien que la habia pasado el dia que conoci a Ernesto y estando en esas meditaciones pude observar de pronto, su automóvil deportivo cruzando por frente a la parada y doblar en la esquina rumbo a su casa. No lo pensé dos veces y corri hasta la esquina, luego camine como si no tuviera desesperado por llegar y pude observarlo desmontarse del carro y abrir la puerta del garaje. El también me vio y al hacerlo se quedo mirándome fijo y sonriendo. Ese dia ocurrió lo que tenia que ocurrir. Desde que pasamos el marco de la puerta de la sala y la puerta se cerro a nuestras espaldas, nos fundimos en un profundo abrazo y sin mediar palabras ni mayor saludo que un apretón de manos, nuestras lenguas volvieron a encontrarse en un baile de humeda lujuria. Casi sin poder respirar sentia como sus manos desabotonaban mi camisa y como de repente su boca soltaba la miasoltaba la mia y se prendía entonces con fuerzas de mis tetillas y de mi abdomen. Me sujeto por el brazo y abriendo la puerta de su cuarto me tiro sobre las blancas sabanas de su cama. – ¡Sabia que vendrías! - Me dijo dibujando una picara sonrisa en el rostro a la vez que se quitaba la camisa y se tiraba sobre mi cuerpo. Beso mi boca de nuevo, mi cuello, mi pecho, mi abdomen. Mordio con desesperación mi erguido rabo a travez del pantalón y al notarlo parado me dijo- hoy si que no te dejare ir sin que me des a probar lo que tienes aquí- Descorrio el cierre del pantalón y con destreza desbrocho mis zapatillas y las quito junto con el pantalón dejándome solo en interiores y medias. Yo solo me dejaba llevar por el instinto y le permitia disfrutar a su antojo aquella carga de lujuria. Sin dejar de contemplarme como quien acaricia con la vista un preciado trofeo, comenzo a despojarse de su pantalon hasta quedar en ropa interior y dezcalzo. Se abalanzo sobre mi cuerpo e inicio un frenetico baño de saliva por todo mi cuerpo pasando su lengua por mi rostro, mis orejas, mis ojos, mi boca, mi cuello, mi pecho, mis tetillas, mis sobacos, mis brazos, mis manos con cada uno de sus dedos, mi abdomen, mi pubis lampiño. Descorrio con sus dientes mi iropa interior tirando por el elastico del borde hasta dejar al descubierto mi delgado y largo sable masculino sobre el cual se lanzo introduciendocelo en su boca, Yo jadeaba y daba profundos suspiro. Sentia la humedad de su lengua tivia sobre mi piel y me daba terribles escalofrios la humedad de su profunda boca que desafiaba mi daga clavandosela en la garganta con profundas succiones y desquiciantes subidas y bajadas de su cabeza. No pude evitar contracciones de mi cuerpo y senti como una carga de liquido seminal se desprendia de mi verga y la expulsaba con fuertes chorros en la boca de Hector. El gemia como fiera herida. Se trago mi preciada carga de esperma y prosiguio en su estampida de lengua recorriendo mis testículos, mis muzlos, mis piernas y mis pies con cada uno de sus dedos. Yo poseido de escalofrios y cosquillas intentaba detenerlo empujandolo con mis manos, pero decidido a darme la lucha el forzageaba conmigo sobre la cama y continuaba con su satanica tarea de mojar con su lengua cada milimetro de mi cuerpo. Recuerdo que por largos minutos olvide todo a mi alrededor y deje de reprocharme por someterme a tamaña aventura. Ya no le daba importancia al que diran, de la familia o de las gentes. Olvide los valores machistas en que me habian criado y tire por un momento en el cajon del olvido los recuerdos y sentimientos que hasta entonces habia preservado para mis tres o cuatro noviecitas de temporada juvenil. Ahora solo me importaba aquel momento y el dulce nectar de placer que me estaba causando aquel inolvidable encuentro. Ernesto se acosto a mi lado y dandome la espalda entrelazo sus piernas con las mias. agarro mis brazos y se acurruco con ellos pegando mi empuñadura masculina justamente en su protuberante trasero que aun cubria con un juvenil interior de pequeños cuadros bicolores semejantes a un tablero de ajedrez. – ¡ Me gustas mucho! – Me susurro mientras lanzaba un profundo suspiro y agregaba - ¡ay…muchachito…muchachito…muchachito…. Como me gustas, coño!. Yo, por mi parte preferi guardar silencio y me limitaba solo a experimentar las nuevas sensaciones que me daban sus caricias y sus constantes besos. El mantenia su posición acurrucado tapandose con mi cuerpo y mis brazos, mientras no dejaba de frotar su trasero contra mi pinga que segundo a segundo comenzaba de nuevo a pararse como mismo se para una serpiente cascabel cuando escucha el silbido de una flauta.- ¡Tranquilo, tranquilo!… Descansa un rato mientras me doy un baño y enseguida estamos juntos de nuevo – Dijo Hector mientras acariciaba mi verga con su mano. Se volteo, beso barias veces la cabaza y el troonco de mi empinado rabo y luego de besar mis labios se puso de pies frente a la cama, recogio todo el reguero de ropas, conecto el aire acondicionado de la havitacion, encendio un pequeño equipo de musica con una preciosa melodía del cantante mexicano Jose Jose, cubrio mi deznudo cuerpo con una sabana y una frazada olorosa y salio de la habitación dejandome acostado sobre su cama. Aquel clima de tranquilidad, complicidad intima y afrodisiaca fragancia, me sumbo en un rapido letargo dejandome a merced de los brazos de morfeo. Desperte con mis pelos encrispados por el escalofrio de una profunda mamada de pinga que Ernesto me estaba dando. Su humeda y fogosa boca chupaba con exquisita ternura y aprisionaba con sus labios el prepucio de mi daga dando continuos y lentos movimientos de descenso y ascenso de su cabeza soltando por instantes el cuerpo de mi falo para besar y acariciar con suavidad mis gruesos testículos. Un potente aroma a shampoo, crema, jabon, desodorante y perfume brotaba ahora de su deznudo cuerpo solo cubierto por una tohaya anudada a la altura de su cadera. - ¡Que rico olor tienes!- Le comente, rompiendo mi silencio mientras acariciaba sus cabellos. – Claro, es que ahora huelo a limpio- Contesto sonriendo mientras dezplazaba su cuerpo hacia arriba hasta acostarse justo sobre mi cuerpo y colocar su rostro frente al mio. Pude darme cuenta en ese instante que aunque era mucho mayor que yo su rostro se notaba perfecto, al menos para mi gusto. Comence a circunscribir la silueta de su rostro con el dedo indice de mi mano derecha mientras con mi otra mano acariciaba por encima de la tohaya sus abultadas y provocadoras nalgas. Sus ojos eran grandes, brillosos y expresivos. Tenian un color entre carmelita y verde como los gatos. Su humeda y despeinada cabellera era tupida y de color oscuro. Los labios gruesos y rosados, brillosos por la humedad. Su sonrrisa constante dejba ver una blanca y bien cuidada dentadura de la que expelia un delicioso aroma a pasta dental…. Mis apreciaciones y el calor de su cuerpo encima del mio despertaron poco a poco mi apetito sexual y mis dos manos fueron a parar justamente por debajo de la tohaya, abretando aquellas dos gruesas, tivias, duras y consistentes nalgas que me estaban tentando a devorarlas. Hector comprendio mis instintos y dandome un cariñoso beso de lengua en la boca opto por desanudar la tohaya y voltearse de espaldas a mi. – ¡Puedes hacer con ellas lo que quieras!…- Exclamo el. Recuerdo que con mezcla de temor a lo desconocido y de curiosidad por conocer, acaricie su pelvis y acerque mi rabo a su deznuda rajada trasera. Pegue la punta de mi verga en su caliente orificio anal y senti un profundo escalofrio unido a un gran deseo de hacerlo mio. Intente unas dos veces penetrar mi largo sable pero no lo lograba por la desesperación con que lo intentaba. El, con delicadeza, sonrrio y apartando mis manos y mi verga, me dijo.- Hechate saliba en la punta de la cabeza….- Lo obedeci a la vez que observaba que el se escupia la mano y pasaba por su trasero los dedos con saliba, lubricandose aquel empinado y oscuro oyito. Coloque nuevamente mi pinga en el centro de su culo y tire con fuerzas hacia dentro sintiendo como en solo dos embestidas se undia toda mi verga en aquel apretado y caliente orificio, El inicio rapidos movimentos de caderas que me dejaban en espasmodicas contracciones y cuando mas entusiasmado estaba yo siguiendo sus movimientos con fuertes penetraciones, mis testículos se contrajeron y senti como sin poder evitarlo, expulsava mas de dos cargas de espermas en lo mas profundo de aquelle cueva afrodisiaca… Ambos gemiamos de placer y apretados en un abrazo note los fuertes movimientos de su mano derecha masturbandose su miembro hasta retorcer su cuerpo con rapidas convulsiones y expulsar tambien una abundante y concentrada carga de espermatozoides que mojo todas las sabanas y una de las gavetas de la comoda del cuarto. Ambos quedamos abrazandonos y besandonos por espacio de mas de 15 minutos. Era la primera vez que me Shignaba a un hombre. Era la primera vez que me sentia como si volara entre las nubes y no me importaba mas que seguir sintiendo estas nuevas sensaciones… Retire mi pinga de su culo y me incorpore en la cama con pretenciones de ir a baño a orinar. Ernesto tomo mi mano y mirandome fijo me pregunto – ¿Te sientes bien?... ¿Te agrado hacerlo conmigo?- Bese su mano y le respondi sonriendo - ¡Claro que me gusto!. - El sonrrio tambien y con aire de malicia comento – ¡Para ser tu primera vez estuviste perfecto… Shignas sabroso cabroncito!... – Y diciendome eso me dio una palmada en el hombro y un beso en mi brazo. En el baño, aquella tarde volvimos a tener sexo. Lo penetre dos, tres , cuatro veces mas aquel dia. En la ducha, sentado en la poseta del baño, acostados sobre el piso, parados frente a un inmenso espejo que tiene detrás de la puerta del baño, …!en fin!…. Nunca me habria imaginado que aquellas nuevas sensaciones le dieran tanta energia a mi cuerpo y tanta carga de esperma a mis jóvenes testículos. Yo me sentia en verdad feliz. Ernesto se veia como en el paraíso.
A partir de aquel dia, mis vacaciones se tornaron un diario encuentro con quien ya consideraba mi mejor amigo. Cada dia esperaba con anciedad le llegada de la tarde para poder correr a encontrarme con Ernesto. Con el y con sus dos perros pasamos un dia de fin de semanas inolvidable en la playa. A los quince dias de estar compartiendo, decidimos que iniciara las visitas mas temprano, en las mañanas, en su centro de trabajo. Conoci a sus más cercanos compañeros de labor y a su pequeño grupode amigos ante los cuales me presentaba como un sobrino de su difunta mujer. Alli, en el zoologico pasaba horas ayudando a darle comida a los animales, observando y ayudandolo a curar alguna que otra lesion o enfermedad que estos padecieran, y aprendi cada dia a admirar mas a Ernesto por su entrega a lo que hacia y por su amor por cada animalito , planta o milimetro de area de aquel zoologico provincial que tantas y tantas veces yo habia visitado antes con mi familia y mis primos, pero que solo ahora comenzaba a representar algo mas que un lugar de entretenimiento para mi. Comimos varias veces de noche en populares restaurantes y hasta cumplio su promesa de enseñarme a manejar. Me llevo en su carro un fin de semanas a una apartada caretera por la que no circulaban muchos autos y alli me obligaba a practicar dandome el volante del auto y sentandose a mi lado para ayudarme a manejar… Cada encuentro con Ernesto terminaba en una intimidad sexual agotadora y placentera…y, fueron tantas las actividades diarias y tantos los encuentros de placer y entrega que mis siete semanas de vacaciones volaron delante de nuestras narices y cuando vinimos a darnos cuentas ya teniamos que despedirnos porque debia regresar a mi municipio para reiniciar mis clases en el ultimo año de la secundaria basica.
Ese dia fue triste para mi. Deseaba quedarme en su casa y olvidarme de las posibles reacciones del mundo circundante pero Ernesto, con su tipica psicología, me hizo comprender la necesidad de que siguiera mi vida adelante, estudiando y preparandome para no tener que depender de nadie en el futuro. Recuerdo que me dijo que asi, el se sentiria feliz de mi, donde quier que estubiera… A aquellas palabras no le di mayor importancia en su significado hasta dos semanas después de haber regresado con mis padres y reiniciado el curso escolar. Recuerdo que durante esas dos semanas casi habia gastado la mitad del salario de mi padre haciendole interminables llamadas telefonicas a Ernesto en las que le daba detalles de lo que hacia cada dia y como me iba en la escuela. Hasta habia planificado con el la posibilidad de irlo a visitar el ultimo fin de semanas de ese mes pues no soportaba mas dias sin poder abrazarlo y hacerle el amor. Pero pasaron tres o cuatro dias que no pude contactar por telefono con el pues cada vez que llamaba nadie respondia. Aquello me preocupaba tanto que ya ni prestaba atención esos dias a las clases y hasta preferia fugarme de la escuela para correr a cualquier telefono cercano con la ilusion de poder hablar con Ernesto. Ya casi estaba entrando en desespero y con ideas de cogerle dinero a mi padre y escaparme para la capital de la provincia a buscarlo, cuando de pronto tube la gran suerte de escucharlo descolgar el telefono. Su voz parecia entrecortada por el llanto. Hablaba como nervioso y de vez en cuando le escuchaba algun profundo suspiro. – ¿Que sucede Ernesto?- Le pregunte enseguida al escucharlo saludarme. – Nada Angelito… No te preocupes. Estoy bien de salud… Pero estoy triste- Sin entender mucho aun el motivo de su tristeza, le explique mi idea de fugarme para su casa para que no siguiera triste y sonriendo me dijo – No, no lo hagas. Eso preocuparia a tus padres y no es correcto que hagas eso… Ademas, seria un viaje inútil porque ya no podrias encontrarme aquí… ¿Recuerdas que te hable de mis padres que viven en los Estados Unidos ¿- Me pregunto. – Si, me acuerdo- Le dije con mezcla de desesperación y curiosidad por saber que estaba sucediendo. – Bueno, ellos me reclamaron hace tiempo y ya todo esta listo para que parta mañana temprano para alla a reunirme con ellos….Por eso en estos dias no has podido comunicarte conmigo pues estaba ocupado en los tramites esos y en la entrega de mis pertenencias a una prima de mi madre que sera quien se quedara en mi casa… Con ella podras saber de mi y quizas quien sabe si volvamos a vernos de nuevo algun dia.- Confieso que casi no pude entender el final de sus palabras. Un fuerte nudo se me hizo en la garganta y no pude evitar llorar prendido del telefono. Solo recuerdo que sollosaba y todo como quien pierde algo extremadamente querido. No podia creer que aquella hermosa relacion acabara asi tan pronto. En mi desespero pueril solo atine a decirle: - ¿Y yo, Ernesto?...¿Que hago yo ahora con mi vida sin ti?.... ¡Me engañaste coño!... No fuiste cinsero conmigo…. Yo creia que tu me querias de verdad chico… No te vallas por favo!- Lo escuche sonreír entre sollosos y me respondio – No me hagas mas difíciles las cosas Angelito…. Tu fuiste una de las cosas mas ermosas que me han ocurrido y te juro que si te quiero de verdad… Pero no puedo quedarme… Ahora quizas no lo entiendas por tu corta edad pero dentro de dos o tres años lo entenderas mejor… Cuidate mucho y no olvides lo que te dije cuando nos despedimos en mi casa la ultima noche que nos vimos… Preparate en la vida, estudia y hazte independiente… ¿Aun tienes el libro que te regale esa noche en la casa?….¿ Lo tienes, verdad?. – Si, lo tengo debajo de la almohada de mi cama y lo leo cada noche.- Le respondi. – Bueno, me alegro… Leelo y recuerda cada una de sus enseñanzas… Cuidate y no dejes de ser feliz que desde donde quiera que yo este siempre estare orgulloso de ti y de haberte conocido-. Aquella noche llegue llorando a mi casa y no quise comer. Me encerre en el cuarto y les hice creer a mis padres que me sentia enfermo con una gripe comun. Corri a mi cama y busque debajo de la almohada el ultimo recuerdo de Ernesto. “ El Principito” Obra del piloto y escritor Frances Anthony Saint Exuperry… Lo abri y comence a ojear las paginas del libro hasta detenerme en una que tenia subrayado con tinta de lapicero una frase que decia: …”No se ve bien sino con el corazon, lo esencial es invisible a los ojos”. Cerre el libro y abrazando la almohada pase la noche recordando todas las largas horas de Placer, cariño, amistad y amor que junto a Ernesto habia experimentado en mis pasadas vacaciones, Aquellas que a partir de entonces recordaria para siempre como las vacaciones de…Mi Primera Vez.

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Comentarios enviados para este relato
ESPECIAL (5 de November de 2010 a las 19:57) dice: BUENA MUY BUENA ME PUSO A SIEN ME GUSTARIA CHARLAR CONTIGO

luc22mic (5 de November de 2010 a las 16:50) dice: una bonita historia como esta pocas y que buena lectura espero haya mas de este tipo

luc22mic (5 de November de 2010 a las 16:50) dice: una bonita historia como esta pocas y que buena lectura espero haya mas de este tipo

acaros (28 de January de 2011 a las 21:07) dice: muy bueno tu relato

rosario leon figueroa (26 de October de 2010 a las 03:04) dice: exitante en esto lo resumo todo, muy bueno.

alvasex (22 de December de 2010 a las 07:14) dice: Magnífico relato. Felicidades al autor. Me encanto

Elchico18 (20 de December de 2010 a las 19:15) dice: Exelente relato me encanto sigue asi cuidate Xd

Elchico18 (20 de December de 2010 a las 19:15) dice: Exelente relato me encanto sigue asi cuidate Xd

sereja (16 de October de 2010 a las 03:42) dice: Hermoso relato, son pocos como este.

boytoy (12 de January de 2011 a las 08:29) dice: Buen relato, pero se llamaba Ernesto o Hector?

Juan Lozano (10 de October de 2010 a las 07:32) dice: Estubo fabuloso el relato y eso que soy exigente al leer, no hay mucho sexo pero es tremendamente erótico y romantico, y que se puede seguir amando aun en la distnacia.

rafalectosex (1 de April de 2011 a las 23:47) dice: Me encantó el romanyticismo de la relacíón y como lo contaste.

rafalectosex (1 de April de 2011 a las 23:42) dice: Me encantó el romanyticismo de la relacíón y como lo contaste.


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