Mi Primera y única vez

Era una niña inocente e ingenua que cursaba el 6to grado de básica y vivía en un país del caribe revestido de colores alegres y muy pintoresco, caracterizado por su clima variante , por hermosas palmeras, flores, mangos, samanes y una infinidad de arbustos que rodeaba el entorno de mi comunidad, sin contarles el carisma de su gente, las playas con arenas blancas y muchos arrecifes de coral; Todo a mi alrededor era como un sueño, en las mañana el sol me despertaba, se posaba en la ventana y los pájaros cantaban para que supiera que debía levantarme para ir a la escuela.

Yo vivía enamorada, enamorada de la vida, enamorada de la lluvia o de los bellos atardeceres; Vivía enamorada de mi habitad, por lo menos eso creía hasta que lo conocí. El era como el hermano mayor que nunca tuve o la representación de mi padre, quizás mas joven, quizás mas moderno, mas identificado conmigo que el mió propio, porque mi papá me quiso mucho pero ya era un hombre viejo que vino de la vieja escuela, era un señor muy disciplinado y poco afectuoso con nosotras, mis hermanas, yo era la mas pequeña de 3, Maria Fernanda, Maria José y yo, Maria Alejandra la consentida de mamá.

El era el prometidito de mi hermana mayor tenia unos 26 años de edad, un joven aparente, educado y sobre todo muy cuidadoso, muy atento, mi familia se encariño rápidamente, incluso mi padre quien le había empandado todos los enamorados que se asomaban a la puerta en busca de las muchachas.

Maria Fernanda estaba cursando sus estudios Universitarios y él se había graduado recientemente de Administrador de empresas, su nombre es Eduardo Jiménez, proviene de una familia de mucho respeto por todos los habitantes de donde crecí, mi padre un hacendado, siempre quiso lo mejor para nosotras por eso estaba de acuerdo con que mi hermana se casara con el aun faltándole mas de la mitad de carrera por terminar.

Yo aun no entiendo porque lo apreciaba tanto, siempre que el llegaba a mi casa me ponía contenta, soltaba todo lo que estuviera haciendo para ir a saludarlo, de hecho todos hacíamos eso, no creo que el me gustara, lo respetaba mucho, el nos hacia reír con sus chistes, yo no pasaba mucho rato con ellos porque era una mocosa para estar con los grandes así que mi mamá me mandaba a jugar con Paula la vecina o yo misma subía a mi habitación y peinaba mis muñecas.

Habían chicos de mi edad en la escuela que me enamoraban y me mandaban florcitas o cartas de amor pero yo no tenia tiempo para eso, a mi me gustaba fantasear con que era una sirena de mar, reina de los océanos y cosas de esas, típicas de mi edad, nunca me fije en los chicos, no conocía el amor de ese tipo.

Una vez entrando el verano mi familia junto a la de Eduardo nos dirigimos al rió, fuimos de pasa día y yo estaba feliz, invitamos a Paula mi vecina y mi mejor amiga, con Eduardo fueron sus padres y otros familiares, en rió gozamos hasta mas no poder y mi amiga y yo prácticamente no salíamos del agua que por cierto estaba helada, pese al inmenso calor que hacia esa tarde. De repente salí un momento a servirme de los bocadillos y las bebidas de frutas que había preparado mi madre y note como el me miro fijamente de abajo hacia arriba una y otra vez, esa mirada me cautivo me hechizo, aun no se porque me miraba tanto, no se si por el contraste de mi traje de baño blanco con el tono de mi piel morena, realmente yo solo era una niña entrando en la etapa de la pubertad casi no tenia senos y mis muslos comenzaban a ensancharse, es posible que sea eso o el color de mis ojos marrones claros o talvez mis cabellos negros largos que me llegaba a la cintura.

El bajo la mirada cuando noto que yo también lo había mirado, mas luego volví con Paula y olvide ese episodio, no le di la importancia que ameritaba en ese entonces porque en ese instante y sin darme cuenta nació el amor que hoy les narro y que hasta ahora no he podido arrancarme de mi vida pese a los años que han pasado.

Semanas después, Eduardo fue a la casa en busca de mi hermana y mi madre, el quedo de llevarla a una tienda a comprar elementos decorativos para el festejo de la boda de ellos pero no se porque razón ellas se apresuraron y no lo esperaron, mi padre era un viejo madrugador que se dirigía diariamente a sus trabajo en la hacienda, ya sea que el pueblo tenga el sol radiante o este bajo tormenta, mi Papá supervisaba los trabajos de recolección de frutas y verduras para su posterior venta. Yo estaba en la casa acompañada única y exclusivamente con Maria Jose pero ella se encontraba en su lecho durmiendo profundamente a causa de una jaqueca con la cual ella había amanecido...

Eduardo toco la puerta, yo le abrí, el entro y yo le hice el comentario de que mi mama y su prometida no estaban en casa, el estaba empapado por causa de la lluvia que cada minuto se hacia mas fuerte.

Nos sentamos en el sofá, el se quito la camisa y la puso sobre una silla contigua al mueble de la sala, yo estaba feliz porque el estaba conmigo o mas bien porque no me sentía tan sola; otra vez volvió la mirada, esa mirada penetrante que a veces intimida y otras veces te erizan los pelos de punta a punta, lo recuerdo como ahora, el trataba de ver entre mis piernas, yo tenia un vestidito azul, arriba tenia forma de bajímama sin tirantes, yo cruce mis piernas para cuidar lo que se supone nadie mas que mis padres podían ver y el de repente me pone la mano en mis muslo entre una pierna y la otra, no se explicar lo que sentí pero sabia que eso no era permitido así que le quite la mano de encima, posteriormente seguimos conversando y yo le comente que había pasado de grado, el se dirigió hacia mi y me brindo un abrazo de felicitaciones, de verdad eso me encanto, de repente puso su mano en mi barbilla, me miro fijamente a los ojos, se acerco y me beso, no se como saco el valor, sin mediar palabras, sin ni siquiera preguntarme, me beso, toco mis labios con sus labios y luego me pregunto si esta era mi primera vez y yo le dije que si, el otra vez me miro y me beso no solo toco sus labios con los míos sino que entro su lengua a mi boca y la toco con la mía, me dio un beso tan profundo que quede casi desmayada, el me toco la cabeza por detrás y me acostó sobre el mueble posteriormente me beso en la mejilla, en la oreja, en el cuello, yo estaba tiesa, mi mente estaba en blanco, el me acaricio las piernas y luego inrrunpio sus caricias y me bajo el vestido dejándome descubierta los senos que eran bien pequeños, me beso nueva vez e introdujo su boca en mi pezón izquierdo, me dolía un poco y a la vez me gusto le grite y le dije que me dejara que no debía hacer eso corrí asustada hacia el segundo piso donde se encontraban las habitaciones de la casa, abrí la puerta de mi alcoba y me senté en la cama, me sentía húmeda por primera vez en mi vida, no sabia que me había pasado pero lo sentí me toque y pensé que podría ser orines pero era un poco espeso y pegajoso mi hermana estaba en la habitación contigua profundamente dormida, me imagino y cuando me dispuse a cerrar la puerta el entro, un poco perturbado quizás mas asustado que yo y cerro la puerta. Me presento sus disculpa, me dijo que sentía lo que había hecho, me dijo que era una niña muy especial para el y que seria una mujer hermosa, estábamos parado frente a la cama, el me abrazo y yo estaba con los brazos cruzados, callada escuchándolo decir que lo sentía.

La lluvia cada vez era mas fuerte y prolongada golpeaba fuertemente las ventanas de mi habitación, era una mañana romántica para cualquiera que estuviese en la misma situación que yo pero no tenía conciencia para saber eso...

Eduardo y yo nos sentamos en la cama, ambos callado mirándonos unos a otro, no se que pasaba por su mente pero en la mía estaba llena de sentimientos confuso, experimenté una situación que nunca antes había vivido y me sentía extraña pero tranquila, relajada entre sus brazos, no pensé en que el estaba infringiendo la ley porque era muchos años mas viejo que yo, no pensé que el estaba quebrantando la lealtad de mi hermana o sonsacando a una indefensa niña, si hubiera tenido el conocimiento necesario a lo mejor hubiera evitado esto, pero no lo hice, no grite, no huí mas allá sino mas bien cedí a lo que el quería, volvimos a besarnos, volvió a introducir su lengua en mi boca y a fusionarla con la mía me recosté en la cama y el sin mediar palabras se me subió arriba, me toco las piernas e introdujo su mano debajo de la falda de mi vestido, intente quitársela pero me gano el deseo, me toco mi vulva y la acaricio por encima de mis patíes, puso su dedo mayor y lo froto de arriba hacia abajo una y otra vez, lo froto de lado izquierdo al derecho y vise versa, posteriormente movió su dedo en forma circular rápido, una y otra vez mientras me besaba, todo eso era nuevo para mi, estaba sinceramente en trance no podía hacer nada no quería hacer mas nada solo dejarme guiar por ese hombre que despertó en mi a destiempo la mujer que en mi dormía. El intento meter su mano debajo de los panties y yo le dije, déjame, déjame por favor y el saco su mano pero nunca paro de besarme, luego introducía su mano nueva vez para tratar de quitarme mi ropa interior y yo le grite. El subió su mano toco mi vientre, luego bajo por segunda vez mi vestido, esta vez quitando la bragueta de mi espalda, yo no tenia sostén, no usaba sostén, el me volvió a ver mis senos así pequeños y tiernos me imagino que apetitosos para el, me los chupo y luego bajo hacia mi ombligo me termino de quitar el vestido y me quede en panties, estaba llena de vergüenza no quería que me viera así, se subió nueva vez encima de mi se desbrocho el pantalón y saco su pene, esa también fue la primera vez que vi el pene de un hombre lo puso en mi vulva y lo froto por encima de mis panties, ahora si estaba excitada, mas que eso, permití que me quitara lo único que me quedaba, ya sí, desnuda por completo solo con una pulsa, unas agarra colas y una cadenita de oro era lo único que me adornaban, mí piel morena estaba al descubierto, se quedaba mirando pienso que el blanco de la sabana hacia contraste con el tono de color de mi piel como paso en el rió el me lamió la vulva me abrió las piernas y metió su lengua en el clítoris, no se ni lo que sentí, no se ni lo que viví, lo único que se es que me sentía tan emocionada que quería gritar, el me besaba, me lamía el cuerpo entero, me puso de espalda y me acariciaba, me dio una cachetada y me mordió las nalgas, me paso su lengua entre ellas, y me cambio el miedo por placer, placer inmenso que no cambio por nada ni nadie, me tomo entre sus brazos y me postro nueva vez en la cama de frete, boca arriba se quito su pantalón, su camisilla, su ropa interior y se dejo ver desnudo por completo me puso su pene en mi boca y yo lo besaba porque no tenia la experiencia así que el se subió en mi y abrió mis piernas esta vez se disponía a penetrarme, lo hizo suave, tierno y paciente, me penetro hasta el fondo, me dolía pero era mas fuerte el placer que sentí en ese momento que el dolor, cuando de repente perdí las fuerza, se me salían las lagrimas de mis ojos, me puse a temblar y la verdad que nadie me ha hecho sentir tanto como sentí esa primera vez, hay perdí la inocencia, hay perdí el pudor y aprendí algo que nadie me había enseñado, ni en la escuela, ni mis padres, ni mucho menos mis hermanas, luego el saco su pene y derramo en mi cuerpo su semen, me vi sangrar pero solo un poco, quizás un pequeño chorro que mancho la sabana pero era prácticamente ilegible, diría yo...
El se quedo conmigo un buen rato y mas tarde se marcho, bajo la lluvia que para mi fue como una eternidad, yo me quede pasmada después de lo sucedido, quite la sabana, me bañe y tarde varios días en darme cuenta que callar esto que había pasado era un error, pasaron los días y el me veía normalmente, como si nunca hubiese sucedido nada, me sentí lastimada, vacía y sucia pero no podía decir la verdad, esta verdad que hiere las sensibilidades de tus seres queridos, esta verdad que desenmascararía al que mi familia creía tan valioso, esta verdad que marcaría a mi familia para el resto de sus vidas.

Paso el tiempo y yo deje de ser una niña, busque volver a sentir como el me hizo sentir, tocándome yo misma como el lo hizo y mas tarde busque ese placer en otro cuerpo, en otra piel y no lo encontré.

Han pasado 20 años de aquellos hecho, ya no vivo en el caribe, ya no frecuento a mis hermanas, ya tengo otra vida soy una profesional del derecho y vivo en Norte América, alejada de mis familiares…

Ese hombre ha creado un sentimiento en mi que no se como explicarlo, porque no puedo acusarlo por lo que me hizo; Para mi no infringió la ley, simplemente me abrió los ojos y me enseño el placer que provoca el sexo, no puedo luchar por su amor porque hasta hoy no se si me amo o solo fui objeto donde el descargo sus mas ocultos y aberrantes deseos...