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Mi secretaria...que vaina tan buena

Relato enviado por : manuelmonroe el 05/06/2009. Lecturas: 4045

etiquetas relato Mi secretaria...que vaina tan buena .
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Resumen
De su pareja sabía que su nombre era Raúl y que vivía con sus padres en un pequeño pueblo oriental del país, a una distancia considerable de donde estábamos, según palabras de Bel. Por su parte, ella acompañaba a su mamá que había enviudado recientemente. Ayer, Bel me dijo...


Relato
Mi secretaria, vivía con su pequeño niño, se llamaba Belinda. Era una joven hermosa. Yo le decía Bel, para apocopar su nombre. Tenía una foto en el escritorio donde aparecía ella con su pareja e hijo. De su pareja sabía que su nombre era Raúl y que vivía con sus padres en un pequeño pueblo oriental del país, a una distancia considerable de donde estábamos, según palabras de Bel. Por su parte, ella acompañaba a su mamá que había enviudado recientemente. Ayer, Bel me dijo:
- Mire Licenciado necesito un favor. Pues tengo que llevar al niño al médico y no puedo atender la oficina. ¿Me concede el permiso?
- Si…si… la salud es lo primero, sobretodo, en los niños, -le dije ceremonioso.
- Es usted un cielo, jefecito –respondió melosa-. Por eso lo quiero mucho.
Reí gustoso, me dio un beso en la mejilla y se marchó. Me fui a mi oficina, pero recordé que necesitaba un documento que tenía Bel en su escritorio. Mala suerte, no estaba a la vista. De pronto, intenté abrir una gaveta pero tenía pasada la llave. Ya me iba a retirar pero más pudo la curiosidad. Me preguntaba qué había en aquel cajón.
Mas de una vez comimos o cenamos y más de una vez coqueteamos, la traba era mí estado civil: casado. En eso estaba cuando recordé que tenía un juego de llaves en el depósito de la oficina. Fui a por ellas y abrí la gaveta. Allí estaba la carpeta con el presupuesto, pero también vi que debajo de unas carpetas había un diminuto bikini en un estuche muy bonito y a su lado una cajita rectangular. Lo tomé y saqué el bikini era muy fino, auque me parecía muy pequeño para sus hermosas caderas. Caderas que yo conocía, no muy bien, pero una que otra manoseada si que le había dado. La sorpresa fue cuando abrí la pequeña caja, pues era un vibrador… muy elegante. Me puse nervioso y dejé todo como estaba. En lo adelante fue pensar… y pensar. Imaginar… e imaginar. Planificar… y planificar.
Al otro día, ya en la oficina, estaba contenta por los resultados de la visita al médico, y me dijo:
- ¿A que no adivinas qué te traje? –Se rió de buena gana.
- No… no se –Mentí porque el olor a dulce la delataba.
- Cierra los ojos –Me dijo pícaramente.
Cumplí su pedido y me dio una cajita, era un delicioso dulce árabe. Dulce que me gusta mucho. Le agradecí el detalle y aproveché la ocasión para invitarla a comer juntos, al terminar la jornada. Era viernes y al día siguiente no laborábamos. Así fue, ella salió a comprar unos langostinos y otras cositas. Al rato llegó con la comida y empezamos conversar. Decidimos tomarnos unas copas de unas botellas de vino que tenía en el refrigerador ejecutivo. Después de unas cuantas copas empezó a preguntar sobre mi vida. Yo pensaba en el contenido de la gaveta. Le conté algunas cosas, por ejemplo que no tenía suerte con las chicas. Mientras, el alcohol hacía su trabajo. Como toda mujer que toma más de una copa, comenzó a reír y a coquetearme. Más bien, comenzamos a ponernos melosos, como dice mi abuela. Yo recordaba la… De repente me dijo:
- Mira Alberto, a ti… ¿te parezco guapa?
- Claro que sí eres hermosa… muy bella.
- Anda chico, dime la verdad.
- Que si…que eres bella y hermosa. A l menos a mi me gustas mucho –Pensaba en el cajón.
- ¿Sabes por qué te lo pregunto? Porque Raúl no me ve así –Lo dijo provocadoramente.
Nos servimos otras copas. Seguidamente me tomó de la mano y fuimos hasta su oficina, estaba contenta y emocionada. Yo seguía con mi fijación sobre la gaveta y su contenido. Me enseñó algo que le había comprado a su hijo, reímos y nos besamos. Con lo de la gaveta en mente, le dije:
- Por cierto, Bel ¿dónde tienes el presupuesto de la constructora?
- Ah, ¿la carpeta que me diste ayer? La tengo aquí.
Buscó unas llaves en su bolso y abrió la gaveta. Estaba ansioso e ilusionado pensaba que al ponerla al descubierto sería mas fácil llegar a un convenio carnal.
- Allí está… tómala, es la marrón.
Tomé la carpeta y leí algo. Le dije que estaba claro lo que buscaba y la devolví al sitio. Pero antes le hice notar lo del estuche.
- Ah,…eso, si es un auto-regalo. ¿Lo quieres ver? –Me dijo muy coqueta.
Me enseñó la diminuta prenda pero mis ojos estaban clavados en la cajita rectangular. Alabé su buen gusto e hice bromas a cerca de si aquello tan diminuto podría cubrir su enorme y abultado vértice entrepiernero. Aproveché para preguntarle por la cajita rectangular e intenté tomarla diciéndole al momento:
- Y esto, ¿qué es? –Puse mi mejor cara de inocente.
- Te contaré…
Con sumo cuidado abrió la cajita y me enseñó el “aparatito”. Sin rubor y, por el contrario, complacida, narró lo que acontecía con su pareja Raúl. Que no la atendía, que ella era joven, etc. Tomamos mas vino y ya de vuelta en mi oficina retomamos las caricias.
- No sigas, te entiendo. No es mejor… lo que me pasa a mí –puro teatro.
Las mujeres son solidarias e intentan consolar al amante cuando le decimos que estamos en la misma situación. Ese era el caso. El ambiente se hacía más ardiente, caliente diría yo, ni el aire acondicionado nos refrescaba. Sumemos a ello, el efecto de otra botella de vino. Nos quedaba poca ropa en el cuerpo. La pasión iba subiendo y desenfrenadamente buscábamos cada cual lo suyo. Ella mi estoque, duro, desafiante y enhiesto, dispuesto al combate. Yo, sintiendo su aliento a vino, besaba sus grandes pechos con aquellos pezones desproporcionadamente brotados. Y que decir de su encantador vértice, peluqueado de diseño, era para enloquecer de deseo. El diseño dejaba un penacho en el monte venusino. Libres de ropas y ya sobre el sofá para invitados, montada a horcajadas se embutió todo el estilete. La estrechez de su gruta sonrosada fue aliviada por su abundante secreción que unida a la mía y a la producida por las mamadas previas, nos llevó a un logro de sensaciones indescriptibles. Complacencia multisensorial, la llamaba ella. Estábamos completamente mojados, arriba por la humedad producida por la proximidad, roce y gasto de energía producto del encuentro y abajo por las descargas de los jugos que a borbotones segregamos durante el clímax. Ella se levantó un poco de tal manera que pudo apreciar cuán grande e inflamado estaba mi órgano y nada que decir de su chorreante abertura. Decidimos cambiar la posición, ahora me jinetearía pero en forma invertida. Antes estaba frente a mí ahora estaba de espaldas a mi. Lo entendí enseguida, quería que apreciara y jugueteara con su enorme y fantástica retaguardia. Ni corto, ni perezoso tomé el aparatito y mientras ella se dejaba caer, introduciendo lentamente aquella columna cárnica, con el pequeño artilugio acariciaba su oscuro círculo oculto entre sus suaves, redondas, morenas y grandes nalgas.
Lo siguiente fue un remolino de sensaciones y convulsiones producidas por la posición que ella manejaba ahora, ya que apoyada en el escritorio tomaba más fuerza para, con un movimiento envolvente, girar encima de mí. Yo hacia lo propio con el vibradorcito. Hasta tal punto que a medida que se lo introducía, sentía que mi pene era también masajeado. Realmente eran increíbles las sensaciones obtenidas. Todo había tornado a la normalidad y cuando estábamos descansando uno sobre el otro nos sobresaltó el ringtone del teléfono.
Era mi pequeño hijo, me esperaba junto a su madre para comer. Resta decir que nos despedimos ¡Como nunca! Nos ofrecimos más y mejores momentos futuros.
Así continúa nuestras vidas. Ahora tenemos “trabajo” hasta los fines de semana.


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Si te ha gustado Mi secretaria...que vaina tan buena vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Mi secretaria...que vaina tan buena. manuelmonroe te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
Lachicaromy (7 de June de 2009 a las 13:50) dice: Me gusta tu manera de escribir y de expresar lo que quieres decir, Muy bueno tu relato. Un beo.

Neofilder (6 de June de 2009 a las 01:40) dice: Es un regodeo encontrar algo tan rebosante de floridas expresiones y tan bien estructurado. No puedo menos que darte los 5 puntos por tu particular uso de la palabra.

coronelwinston (5 de June de 2009 a las 23:35) dice: Segundo relato que leo tuyo manuelmonroe. Insisto, vas por buen camino. Te felicito por ello. Y del regalo..........pues es lo que tienen estas cosas. Un saludo.

lobocalientee (2 de February de 2011 a las 16:21) dice: BUEN RELATO ESRIBE MAS DE TU SECRE

katebrown (18 de October de 2022 a las 21:30) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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