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Mi Vecino II

Relato enviado por : Anonymous el 09/01/2010. Lecturas: 8403

etiquetas relato Mi Vecino II   Infidelidades .
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Resumen
Les recuerdo que me llamo Marisol y soy de Guayaquil-Ecuador, tengo 43 años, soy felizmente casada y soy blanca, mido 1.63, peso 135 libras, cabello crespo hasta los hombros, y un cuerpo interesante. La primera parte se refiere a la forma en que mi vecino me sedujo en su carro a propósito de acudir a una reunión que después nos alcanzaría mi esposo y es en el estacionamiento donde ocurre mi primera experiencia extramatrimonial con mi primer y único amante, un hombre que me tiene al borde de la locura sexual, si es que ya no la he rebasado.


Relato
Estacionó el carro, pero no lo apagó para que siguiera funcionando el acondicionador de aire por cuanto en nuestra ciudad el clima es caluroso, especialmente en diciembre. Bueno, yo me encontraba casi paralizada, nerviosa y un poco impaciente, por lo que crucé las piernas dejando ver solamente una parte de mis muslos, ya que el vestido se había subido apenas 4 dedos, pero más que suficiente para Roberto girándose hacia mi, me cogiera las dos manos con las suyas, poniendo una de ellas en la parte inferior con lo que tocaba íntegramente mis pierna derecha que la había cruzado por encima de la izquierda, esto hizo que una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo y me hiciera estremecer, de lo cual se dio cuenta y mirándome fijamente a los ojos me dijo tan sutilmente Marisol, siento que ya no puedo ocultar más lo que siento por ti y créeme que lo siento, pero me atraes tanto que quiero besarte, yo abrí los ojos y lo miré de tal expresiva forma que no era necesario decirle que yo estaba loquita por él, me pasó su mano por mi mejilla y me atrajo hacia él para plasmarme el beso más dulce y apasionado que yo haya recibido jamás, mientras me besaba, me recostaba hacia mi asiento, direccionándome con la mano que acariciando mi rostro lo llevó hasta la nuca. Ese momento sublime duró como 1 minuto que me hizo ver estrellas y obviamente yo al principio no reaccioné y mecánicamente lo que pude hacer fue poner mis manos que ya estaban libres en su pecho pero sin fuerza alguna que pudiera detener ese tórrido beso que me estaba llenando toda, solo atiné a entreabrir mis labios y corresponderle un poco porque tampoco quería espantarlo ni que me tomara como una mujer de fácil acceso.
Cuando se separó agaché mi cabeza y poniendo mis manos sobre ella le dije que por favor, no, cuidado, que pasará con nuestras parejas?..., con esta linda relación de amistad que tenemos, que no pensáramos solamente en nuestros instintos, ya que ellos no se merecen esto y él me respondió Marisol ya no hay nada ni nadie que pueda detener esto, porque te deseo tanto como tú a mí y por respeto a nuestras parejas debemos extremar cuidado para que la amistad que hemos construido no impida nuestra relación. Entonces se bajó y rodeó el carro, me pidió que me bajara y me llevó al asiento trasero del coche, yo sabía que estaba prácticamente estregada a este hombre y la lucha interna por el amor a mi esposo y la moral estaban tiradas por el piso; me empuja suavemente hacia el centro del asiento y el ingresa colocándose a mi lado y me rodea con su mano tocando mi cara, acariciando mi cabello mientras besaba mi rostro, la oreja y bajaba suavemente hasta mi hombro, y como mi vestido no tenía tirante, me bajó delicadamente la parte superior del vestido y comenzó a besar mis senos por encima del brasier, llevó sus manos hacia mi espalda empujándome levemente hacia adelante para desabrocharlo y los quitó, poniendo el brasier en una especie de bolsa que tienen los asientos delanteros en la parte posterior. Mis pechos descubiertos fueron tomados por su boca, y su lengua recorría despacio y espaciadamente tanto el uno como el otro seno, yo solo atinaba acariciarle su cabeza, mientras el, de cuando en cuando me hablaba al oído diciendo lo linda y sensual quera, lo rico que olía y lo excitado que lo ponía, claro que llevaba puesto mi perfume favorito de Mónica Herrera, cuando una mano deja de acariciar uno de mis senos y baja a mis muslos mientras su boca se encargaba de besar, chupar y mordisquear los senos y siento como poco a poco trataba de subir lentamente mi vestido cosa que lograba con mi consentimiento, porque oponía casi ninguna resistencia, ya que apenas podía coger su mano y bajaba el vestido que prácticamente ya lo tenía a la altura de mi tanga, cuando suena mi teléfono y ambos sabíamos que era mi esposo y cuando me estoy levantando para alcanzar mi cartera que estaba en un costado del asiento para contestar y él se pone debajo de mí y me levanta la parte del vestido que faltaba para sentarme sobre él y mientras yo contestaba a mi esposo, Roberto me hace sentir su miembro en mis nalgas mientras me sobaba las piernas y besaba mi espalda pasando su lengua de manera suave pero sostenidamente a la vez que sus manos comenzaban a acariciar mi vulva por encima de la tanga, cuando al fin logro sacar el teléfono de la cartera, él la toma y la tira al asiento delantero, mientras yo contestaba el teléfono le pedía con una seña con un dedo e mi boca que no hiciera ruido, a lo que él se sonríe y me levanta un poco para intentar sacarme la tanga. Aquí fue la segunda situación más lujuriosa que he vivido, cuando le contesto a mi esposo “hola mi amor”, Roberto estaba librándose de mi tanga, ya que la llevaba por mis tobillos. Mi esposo me pregunta que cómo estoy y le manifesté que ya se me estaba pasando el dolor de cabeza, por eso no le contestaba rápido y él me preguntó que dónde me encontraba porque se escuchaba un ruido, el ruido era que Roberto ya se había deshecho de la tanga, y me estaba despojando del vestido, me había hecho a un costado y ya se había desabrochado el pantalón, y se los estaba bajando, con lo que se pueden imaginar se escucharon algunos sonidos. Yo le manifesté que estábamos entrando al auto porque había salido a tomar aire fresco para disipar un poco el dolor de cabeza. Entonces mi esposo me pide hablar con Roberto quien escuchaba toda la conversación por la cercanía de nuestros cuerpos, y mientras le decía a mi esposo que ya se lo pasaba, Roberto me enseña su miembro que ya lo tenía afuera y me pide con señas que se lo bese y pone su mano en mi cabeza y me dirige a su miembro que por cierto era parecido al de mi esposo aunque un poco desviado hacia la izquierda, y se notaba que quería reventar, las venas le brotaban por doquier. Yo no tuve más remedio que agarrar ese delicioso pene y llevarlo a mi boca para darle la más rica mamada que yo recuerde, porque lo hacía con verdadera devoción, mientras Roberto saluda a mi esposo y Edgar le pide que me cuide y que me dé un poco más de tiempo hasta que me recupere, que el llegaba en una hora aproximadamente. Roberto extiende un poco la conversación preguntándole que era lo que estaba haciendo para dar lugar a que yo le siguiera mamando su miembro y a disfrutar de ese momento pecaminoso, yo podía darme cuenta de aquello al ver la expresión de su rostro y la manera cómo se contenía, además no perdía tiempo y su mano acariciaba mi clítoris y metía uno y hasta dos dedos en mi vagina.
Edgar se tomó como 3 minutos explicándole sobre la revisión de un proyecto que había que presentar a las 09:00 de la mañana del siguiente día. Hasta tanto yo me divertía acariciando, besando y mamando a todo lo largo y ancho de ese maravilloso miembro que incluso Roberto tuvo la osadía en un momento de apartar el celular en el momento en que mi esposo hablaba, para separarme de su pene, acostarme y elevar mis piernas para regalarme una espectacular mamada de vagina, mientras ambos escuchábamos lo que decía mi esposo, me había puesto en una posición en la que mi cabeza estaba entre los dos asientos delanteros y mi piernas pasaban por encima de sus hombros, mis rodillas rosaban el techo del vehículo y mis pies descansaban cuando podían sobre el taburete posterior que tienen los vehículos o golpeaban el parabrisas. Aunque tratábamos de no hacer ruido, algo se escapaba, por lo que mi esposo interrumpió su diálogo, preguntándole a Roberto qué pasaba que se escuchaba ruido, y Roberto ni corto ni perezoso le contesta que es el ruido de la calle ya que nos encontrábamos parqueando el carro en las afueras del edificio donde era la reunión y se escuchaba el ruido propio del sitio donde estábamos, ahhh dice mi esposo, entonces le pide que me pase que quería despedirse de mi, y como podrán imaginar, yo acostada con la cabeza mucho más abajo que todo mi cuerpo, me encontraba inclinada boca arriba, le contesto con algo de dificultad, “dime mi viiida” y él me pregunta “qué te pasa mi amor”, sigues un poco malita?, porque se te nota que hablas con dificultad”, y cómo no iba a hablar con dificultad si Roberto me tenía en éxtasis, mamándome la pucha, metiéndome la lengua y sobándome casi todo mi cuerpo, las piernas, los muslos, mi vientre, los senos que me los pellizcaba, prácticamente su cabeza estaba perdida en mi vulva que por cierto estaba que derramaba todos los flujos posibles; yo le contesté “es que aún me quedan rezagos del dolor de cabeza, pero no te preocupes que Roberto me está cuidando bien”, y mi esposo me contesta, “dale de mi parte las gracias a Roberto por ser tan considerado”. Saben, yo ya estaba desatada y le dije “Roberto, dice mi esposo que te de las gracias por saberme cuidar tan bien” y Roberto contesta, “no tiene porqué, cuando se le ofrezca”, mi esposo se ríe con ganas y se despide con una expresión que me preocupó un poco “nos vemos más tarde, pórtese bien y colgó”. Roberto deja de mamarme la cuca que estaba empapadísima y me levanta y me pide que le coloque un condón que había extraído de la billetera no sé en qué momento, así lo hice, pero muy delicadamente, acariciándole y sobándole su deliciosa verga y a renglón seguido me gira y sienta de espaldas a él y de una manera sublime agarrando su pene, golpea mi vagina por afuera varias veces y apuntando finalmente a mi raja me comienza a ensartar su deliciosa paloma, abrazándome totalmente de atrás hacia adelante y agarrándome los senos como que me los quería arrancar, me coge por la cintura y comienza a moverme de arriba hacia abajo, primero despacio, lento y poco a poco iba acelerando, ayudado por supuesto con mis movimientos porque quería disfrutar comiéndome esa verga tan rica que como una yegua me estaba montando, y meneaba mis caderas desaforadamente y mientras lo cabalgaba, sentada de espaldas a mi amante me comencé a mover con una fuerza inusitada y le regalé un par de besos en su boca que casi le arranco la lengua de lo excitada que estaba, Roberto aprovechaba para acariciar mis senos, mis piernas, las caderas y besarme la nuca y hablarme al oído, diciéndome “eres la cosita más rica y excitante que he tenido, cómo te mueves ricura preciosa, que cuerpazo que tienes… estás hecha para mi” que por cierto me encanta que me hablen al oído, es lo que termina de entregarme por completo ya que me hace derretir como un helado a 40 grados centígrados, yo le pedía que siguiera hablándome, mientras le hacía movimientos circulares, verticales, profundos y fuertes que me hacían gozar como no lo había gozado jamás, era lo más rico, esplendoroso tener esa verga que golpeaba las paredes de mi vagina, que sentía como se había inflamado mi punto “G” yo sabía que estaba entrando en la recta para un multiorgasmo irreversible en pocos segundos, eran frenéticos mis movimientos que Roberto me miraba y gozaba extasiado, diciéndome cosas tan hermosas como arrebatadoras y excitantes, “vas a ser mía todos los días”, “cada vez que tenga ganas de montarte te montaré y te haré mi mujer, mi amante, mi perra”, dime “estás en celo, mi perrita?” y yo le contestaba “soy tu perra, tu gata, todo lo que quieras, pero prométeme que nunca dejarás de cogerme y seré completamente tuya cuando quieras, y donde quieras”, “ya no puedo aguantarlo más, no solo te deseo, te quiero para mí y envidio a Any (esposa) que te tiene para ella todo el tiempo, que me disculpe pero desde ahora tendrá que compartirte conmigo” , esto es lo que me está angustiando, porque más adelante van a entender hasta donde ha llegado la relación, pero continuemos con esta mi primera experiencia extra matrimonial que me puso como loca. Roberto, mi amante vecino me contestó casi literalmente “no te preocupes mucho por ella, entró en la etapa en que el sexo no tiene mucho sentido, así que me vas a tener casi exclusivamente para ti, mi nenita, mi bombón acaramelado, mi cosita rica, mi yegua, eres mi yegua?... y yo le contestaba “siiii soy tu yegua” y serás solo para mi??? Y yo le decía “para ti seré todo lo que quieras y para Edgar seré su esposa” y a continuación “en la intimidad seré todo lo que quieras que sea”. Estaba a punto de tener un orgasmo grandote, inmenso, en realidad le había literalmente desollado su verga cuando me levanta y me priva de reventar de placer, diciéndome “ahora me toca a mi empalarte”, mientras lo decía me ponía en posición de perrito y me dice “que lindas nalgas tienes”, mientras me las manoseaba, majaba, apretaba, me las chupaba y hasta me daba sonoras cachetadas; yo estaba en otro mundo, ni siquiera me importaba si mi esposo se pudiera dar cuenta cuando estemos en nuestro cuarto, solo le pedía “Roberto mi amor, monta a tu perrita, porque ahora soy tu perrita, verdad???, por favor que ya no aguanto más y quiero sentirte en lo más profundo de mi ser” y mi adorado vecino y amante me dijo algo que me deja perpleja por segunda ocasión, “me vas a sentir en lo profundo de tus entrañas” y paralelamente se escupía en las manos y posaba uno y hasta dos dedos en mi culito, yo voltee y lo miré como pidiéndole que no lo haga, comenzando a temblar porque yo en realidad nunca lo había hecho por allí, tanto mi esposo y yo considerábamos una aberración hacerlo por el recto, pero Roberto me miró tiernamente y con su otra mano me acarició el rostro y masajeó mi cuero cabelludo y la nuca, se acercó a mi oído, mientras sus dedos seguían haciendo su trabajo de dilatación de mi ano muy pausada y delicadamente, lo cual me gustaba, en realidad me encontraba con una calentura ahogada que quería estallar, hasta que por fin, digo por fin, porque deseaba que me hiciera suya completamente, ya no me importaba nada, Roberto se inclinó sobre mis espaldas, preguntándome al oído “nunca lo has hecho por el culito?” y yo solo le menee la cabeza negativamente, pero quería que este hombre fuera el que desvirgue por el recto y le dije con voz entrecortada de la emoción “mi amor, tú serás el primero y el único en disfrutar de mi culito”, le di un beso como una adolescente con su primer amor, mientras me colocaba en guardia apuntando a su verga que sus manos ya estaban lubricando y masajeándola, estábamos desarrollando un perfecto cóncavo y convexo, que mientras yo sentía su cabecita rosando las paredes de mi culito, yo emanaba un torrente deseo de ser penetrada por este macho, que solo sentirlo tratando de hacerse espacio en mi pequeño orificio, sentía cómo mi vulva se empapaba de lo excitada que estaba y aquí es donde aparece la tercer gran explosión cuando estando su verga a punto de penetrar mi ano, Roberto me dice al oído, “mi perrita en celo, quieres que te ensarte mi verga en tu culito?, porque estás ardiendo en deseos para que te encule, verdad?, dime que estás arrecha y quieres que te rompa el orto y que va a ser solo mío ese culito rico que tienes; yo que no aguantaba más, solo atiné a decirle, será solo tuyo, y nadie, absolutamente nadie …. aaayyy (me lo comenzó a meter lentamente) más entrará allí, solo tu mi amor y nadie más que tú, este culito será solo tuyo….aayyyy, me duele, me duele, aaayyy, ugggghh, me duele, pero no importa, siga así, hágalo despacio mi amor, por favor, me arde; entonces el me dijo, tranquila que ya entró todo, tranquila me decía mientras me acariciaba el rostro que se encontraba empapado de sudor y después de unos segundos comenzó a bombearme lentamente, despacito y yo le pedía que tenga cuidado, que me dolíaaa hasta que después de un minuto aproximadamente como por arte de magia, el dolor seguía, pero ya no era tan intenso, más bien era una combinación de dolor y gusto, algo así como ardor, picante que se siente rico e instintivamente comienzo a moverme rítmicamente y le pido que me bese y lo hace tiernamente, pero yo le pido que me dé más duro, con fuerza, porque es más rico que doloroso y él me dice, “se da cuenta mi perrita que es rico darle por el culo, que finalmente le gusta que le reviente el orto”, esas palabras hicieron un choque de electricidad en mi y en todo mi cuerpo, al punto de que me comencé a contornear muy rápido y cada vez quería más, hasta que volví a sentir que me venía en un orgasmo inmenso, y Roberto con una mano abre la puerta que estaba a nuestros pies y me termina de acostar para someterme completamente y arremeter de una manera salvaje, yo sentía que mi culito estallaba y yo gimiendo y un poco gritando aaayyyy…. Aaayyyy…. Agggghhh… me revolcaba de placer, los sonidos de tanto líquido que emanábamos ambos con el olor nos hacían perder en éxtasis de pasión y yo no pude contenerme y comencé a gemir cada vez más fuerte aaaaaaagghhh hasta que exploté en el orgasmo más rico, más fuerte, más largo, más apasionado y hermoso que haya tenido en mi vida, sintiendo y escuchando como Roberto me apretaba fuerte, demasiado fuerte y me pegaba manotazos en las nalgas y me mordía el cuero cabelludo y la nuca, mientras gemía de placer diciéndome al oído, voy a acabar mi perrita, voy a acabaaaarrr mi putita, aggghhh estoy acabando en tu culitooo, que ricooo culo me estoy comiendoooo, dime …. Te gusta que te haya roto el culo mi perra y yo jadeando le decía mientras explotaba con mi orgasmo tras orgasmo “siiiii mi macho ricote… me encantó que desvirgues el culo…., gracias mi amor por hacerme tuya por completo. UUUUffff… guuuaauuu… qué hermoso, qué riicooo mi papasote, le decía, cuando ambos habíamos acabado y encontrándome semi desfallecida y con la respiración entrecortada, siento como el miembro de Roberto se hace más fláccido y aprovecho para contraer mi culito de manera que su salida sea lenta y pueda saborear el palo que me desvirgó por atrás, saben… sentía como una picazón riquíiiisima hasta que expulsó totalmente su pene y giro mi cabeza para regalarle una sonrisa picaresca, acompañada de un beso aún ardiente, con cara de complacencia y satisfacción y le digo “gracias amor mío por hacerme tuya por completo, no sabes cuánto lo he disfrutado como nunca en mi vida lo había siquiera imaginado”, Mi amante me contesta con una sonrisa, sabiéndose como el ganador absoluto de una competencia, y acariciando, sobando y agarrando su trofeo (mis nalgas y vagina), me dice “de ahora en adelante serás mía, y aunque tenga que compartirte con Edgar, este culo tan hermoso que tienes solo será mío… me lo prometes?”, le contesté “solo será tuyo mi amor para toda la vida, te lo prometo”….

Espero que les haya gustado esta segunda parte y si es así, ojalá pueda compartir con alguien y si es mujer mucho mejor que esté pasando por algo similar, que nos permita desahogar lo que se siente con un extraño amor oculto... Espero sus comentarios y correo para contactarnos por mail.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 19:56) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

toro8 (18 de July de 2010 a las 07:36) dice: como deseo tener una perra asi


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