Mi vida sexual – como abusé de una señora muy puta – 2º parte - final

Me fui a mi pieza, me arreglé. Fui a la cocina y preparé algo para comer y beber. Sentía el agua de la ducha y al pensar en su cuerpo desnudo se me paró la pija como un mástil. Me aguanté, ya vendría y empezaríamos de nuevo.
Al rato llegó vestida con remera y una pollera. Carajo! Que linda que estaba. Apenas me vio me dijo:
- Te parece bien violarme? ¿No comprendes que no soy una puta? Soy una mujer casada!
- ¡Cállate! Gozaste como una puta mal cogida y yo también y quiero más! ¿Entiendes?
- ¡Degenerado! Abusaste de mí, me violaste y querés seguir.
- Dejate de tonterías, siéntate y come algo. Sos mujer, sos puta o sea mujer que goza y tu marido no te coge bien. Todo esto lo vi al ver cómo me provocabas.
Estuvimos un rato callados hasta que no pude más y acerqué mi silla a la de ella. Me miró con los ojos bien abiertos.
- ¿Qué haces?
- Acariciarte. Estás rebuena…
Metí mi mano debajo de su pollera para acariciar su concha y ella cerró sus piernas. Se las abrí a la fuerza y gritó: hay… NO… Me importó un carajo, puse mi mano en su concha y la empecé a acariciar. Temblaba toda.
- No, por favor… NO! Dejame…
- Cállate! Te gusta puta mal cogida. Seguro que tu marido no te coge bien, ni te enseña nada para que sea una mujer
- ¡Que te importa! Hay….., pegó el grito cuando metí dos dedos en su concha
- ¿le chupas la pija a tu marido? ¿Cómo la tiene?
- …
Allí le sacudí una palmada. Chilló.
- Sos desde ahora una puta obediente. ¡Contesta!
- Lloriqueando me dijo: Un poco más fina y más corta.
- Hoy vas a aprenderlo a hacer, te guste o no.
- No podes…
- ¿Qué no puedo? ¡Ya vas a ver!
Allí me abrí el pantalón, había dejado su concha en paz por un rato. La traje cerca de mí y la obligué a agacharse a la fuerza, trayendo su cara a mi pija.
Ella se puso a llorar. Tomé dulce de la mesa y me unté la pija.
- Cerro los ojos y abrí la boca.
Lo hizo gritando No quiero! Se la metí en la boca mientras la empujaba. Se la metí hasta la garganta. Ella me clavaba los dedos en las piernas. Le fui diciendo como chupar bien. Poco a poco lo fue haciendo sin resistencia a lo inevitable. ¡Como chupaba! ¡Era una puta de alma!
- ¿El estúpido de tu marido te hizo el culo?
- Dejó de chupar y me contestó: No! No lo dejé y no voy a dejar que vos me rompas el culo y arruines mi vida, mi matrimonio.
- Sos una tonta. Te digo hacer el culo, no romperlo. Dejarlo sano, entero, para que cada vez que te comas una pija sea como la primera vez, pero ya sin dolor y mucho placer.
- ¡No te voy a dejar!
- Veremos…
Allí le metí mi mano izquierda en su concha, pero con el dedo medio untado con manteca. Le saqué de un tirón la bombacha. Dejame! Me gritó. No me importó. Fui a la concha y le agarré el clítoris con mi boca. Pegó un salto y un grito: Noooooo Por favor no….. Inútil la seguí chupando. Puse mi dedo con manteca en el agujerito del culo y se lo empecé a acariciar. Pegó unos gritos! Sabía lo que se le venía, una cogida, un abuso total. Le dije como tenía que abrirse. Noooo Hijo de puta… Nooooo Dejame…. Por favor mi marido se va a dar cuenta. Yo seguí con mis caricias, como no se abría le di un chirlo en las nalgas. Obedece! Le dije. Vencida así lo hizo y empecé a meter el dedo, mientras le seguía chupando el clítoris.
Se lo metí todo y empecé un meta saca. Ella era un grito. Cuando me cansé de meterle el dedo y dilatarle el agujerito. La dejé, la agarre del brazo y la llevé a la pieza, en medio de sus gritos: ¿Qué haces? Hijo de puta! Soltame! Nada, a la rastra la llevé a la pieza.
Allí empezó una lucha para sacar la ropa, tirarla en la cama desnuda y yo, que me desnudé en un segundo, me le tiré encima. Empecé a chuparla, besarla a la fuerza, apretarla hasta dejarla sin aliento. Me recosté y la puse arriba mío. Allí previo un chirlo, le dije: agarra la pija y métela en tu concha. Ella llorando así lo hizo y empezó a metérsela, en medio de gritos: no puedo… Me lastimas… Yo la ayudé con un empujón, cógeme! Le dije. Movete! Ella resignada, comenzó a moverse. Le abrí las nalgas y empecé a lubricar el agujerito. Ella gemía, gritaba: no lo hagas por favor! Seguí. Con dos dedos en el culito, ella tuvo, al moverse un orgasmo tremendo, los chorros de su concha eran para ver. Cuando terminó, la levanté, la puse al costado en cuatro como perrito. ¿Qué vas a hacer? Estás loco! Me dijo. La garre de las caderas y le puse la punta de mi pija en su agujerito, empujé y le metí la cabeza. Allí largó un grito hayyyyyyyyy Me dueleeeeee Sacalaaaaa Le di chirlo en las nalgas, le dije que se abriera cuando yo empujaba. Así lo hizo y pedazo a pedazo se la fui metiendo hasta los huevos. Ella era un grito, lloraba, trataba de zafarse, pero inútil se metí toda. Me quedé quieto, para que se le pasara el dolor.
- ¿Ves? ya no duele tanto y lo mejor: te gusta
Ella muy agitada no decía nada, solo sonidos que no se entendían, gemidos.
- Cuando empujo abrite
- Noooo – Me gritó – No aguanto más!
- Vamos sonsa! Cojamos… - Allí comencé el meta saca. Ella, resignada, respondía a mis movimientos empujando con el culito mi pija. Fue una buena culiada hasta que acabé y ella me acompaño con un orgasmo muy fuerte. Esperé que se saliera pija ya flácida y la dejé acostada sobre un costado. Fui al baño a lavarme. Cuando regresé estaba boca arriba.
- ¿te gustó? Tenés un culo maravilloso.
- Fue terrible… Me rompiste el culo sin piedad…
- No seas tonta! Anda bañarte y primero lávate el culito con agua fría Vas a ver que está cerradito. Anda. – me fui a mi pieza, la cocina, para limpiar todo.
La esperé en la cocina. Al rato vino envuelta en una toalla. Estaba linda.
- ¿Viste que linda cogida?
- No debería decirlo, pero me gustó. Bueno todo lo que hiciste conmigo. Si te quedas tranquilo, puedo contarte una historia?
- Si, por supuesto. Además estoy bastante cansado
- Yo también. Bueno… Era una chica virgen, tenía 18 años. se caso o la casaron, con un hombre diez años mayor. Ella no sabía nada y el parecía que tampoco sabía mucho. Bastante bruto me abrió la concha sin piedad. Me dolió mucho y sangré varios días. Luego la vida de abrirme de piernas, se saque el gusto, a veces yo tenía un orgasmo, pero eran pocos le di dos hijos, un varón y una nena, que ahora que me vine con un cuento, los cuida mi mamá. Vine porque estaba aburrida, enojada, era una mujer mayor que pasaba vida sin ningún provecho, ni satisfacción. Escuchaba otras mujeres como gozaban con sus maridos o amantes y eso me ponía re loca de calentura y de bronca. Al fin ¿Qué era yo? ¿Un tacho de basura? Bueno… Vine acá con mucho miedo por lo que pensaba, quería hacer: acostarme con un tipo que me enseñara, me cogiera bien. Pero el miedo, la vergüenza, que sé yo… Aunque quería, me resistía a dar ese paso tan importante para mí: tener un amante. Acá no conozco a nadie, pero supe de vos y me vine, estaba loca, en el ómnibus quise bajarme, pero seguí. El problema era ¿cómo hacerlo? Lo único que se ocurrió fue provocarte con la ropa, aunque estaba llena de vergüenza y miedo. Lo demás ya lo sabés vos, querido degenerado, violador.
- Vaya que relato… Todo un drama… ¿No pensaste separarte, empezar una nueva vida?
- Si. Pero por mis hijos no puedo hacerlo. ¿entiendes?
- Te entiendo. ¿Qué pensás hacer ahora?
- Con una mentira, quizás venga a verte cada tanto o pueda conseguir un amante allá. No sé…
- Es una solución. Aquí yo estoy disponible cuando quieras.
Allí ella se acercó a mí y sacándose la toalla, me dio un beso largo y profundo. Lógico, pese al cansancio seguimos cogiendo. Luego con el transcurrir de los días, en el tiempo que me daba mi trabajo nos echábamos lindos polvos.