Máximo Gutiérrez (un mito viviente) Capitulo 1 : Así es mi vida

Máximo Gutiérrez (un mito viviente)

Capitulo 1: Así es mi vida

Había mucho sudor sobre la funda del colchón, las sabanas descansaban en el piso de la habitación de ellos. Mi padre, el señor Carlos Gutiérrez, un hombre corpulento, aficionado a las armas, alcohólico, rudo y agresivo estaba sobre la señorita que me iba a parir nueve meses después de este polvo, moviéndose a un ritmo muy acelerado sujetando con una mano la cintura de ella y con la otra apretándole la muñeca dominándola por completo. Mi madre la señora Ana Gonzáles de Gutiérrez, una hermosa mujer con cabello de color oscuro, flaca pero llena de curvas tenia la boca ligeramente abierta, con los ojos cerrados pero bien relajados, acostada boca arriba con las piernas muy separadas dejándose hacer por el que por entonces era su marido. Hasta que de pronto mi padre sale de adentro de ella y se recuesta en la cabecera de la cama con su pene tan duro como el acero apuntando al techo de la habitación, acto seguido Ana reacciona al sentirse vacía, abre los ojos y ve a su hombre haciendo gestos de que se suba sobre él y ella como toda buen esposa hizo lo que se le ordeno acercándose hacia el en cuatro patas como una gata, se subió sobre las piernas de mi padre y comenzó a pasarle la lengua en las vueltas de la oreja yendo y viniendo, don Carlos tuvo una especie de temblor (eso si que le estaba gustando) Ana se percato de esto y le susurro algo en el oído. La señora Gutiérrez apresa con su mano la verga de su marido y guía a la doblada erección hacia su almejita introduciéndola lentamente hasta que entro toda.
Subiendo y bajando Ana disfrutaba mucho cabalgar, (el placer se había apoderado totalmente de ella). Mientras tanto el señor Gutiérrez la agarraba fuerte de la cintura y respiraba muy agitadamente estimulado además de la brutal penetración, por los sensuales gemidos de su compañera. De pronto sintió una especie de puntada cerca de las bolas y algo empezó a recorrer en el interior de su pene con una fuerza semejante a un volcán en erupción, culminando así en una exagerada eyaculación muy espesa y abundante en el interior de mi madre.

Así fui concebido.

Varias décadas pasaron de este encuentro entre un hombre y una mujer que en este caso resultaron ser mis padres. Ya tengo hijos pero nunca me case. Mido aproximadamente un metro ochenta y tengo el cabello castaño y un excelente físico siempre me gusto salir a correr e ir al gimnasio para estar en forma. Vivo una vida elegante a ciertos ojos, llena de lujo y excitación. Siempre estudie mucho en contraste a mi corta carrera de boxeador profesional, por cierto ya retirado. Tengo un profesorado de historia aunque nunca ejercí. Soy músico, casi todos los fines de semana toco algo de blues en un bar llamado “El Cafisho”, pero siempre termino bebiendo en el bar de Orlando mis ingresos nocturnos. Tocar en ese tipo de lugar me da la posibilidad de conocer mucha gente nueva todo el tiempo, lo que me sirve para armar partidas de truco o de poker y sacarle a la gente plata para mantener mis vicios en la semana (no se dan una idea el excelente jugador de cartas que soy).


Ahora estoy a metros del edificio de Sofía mi actual novia pensando la mejor manera de ponerle punto final a la relación. Ella es bonita, tiene el cabello colorado, es muy delicada, extremadamente elástica y tenemos un sexo increíble. Lastima que es muy celosa, insegura y depende de mi constantemente para que su vida sea excitante. Y son este tipo de cosas las cuales hacen que pierda mi interés hacia cualquier mujer. Si no tuviera estos defectos seria la mujer perfecta para mi.

A los diez minutos de haber entrado en su departamento, cataratas de lagrima brotaban en los ojos de Sofía cuando le dije lo que pensaba (nunca fui muy bueno en el rompimiento, quizás sea un poco insensible). Le dije que era una mujer hermosa y que no le iba costar nada encontrar otro hombre, pero ella seguía llorando como una niña. Verla llorar tirada en el sillón me incomodo un poco (yo no quise sentarme en ningún momento y permanecí siempre de pie). La quise ayudar levantándole el autoestima y elogiándola con cosas como que cuando caminábamos por la calle todos le miraban con lujuria el cuerpo de hembra que tiene, que sus pechos redondos adornados con dos rozados pezones eran un deleite para la vista de todo el genero masculino, que esa manzana bien formada había sido mi objeto favorito tantas inolvidables noches. Al terminar de hablar ella me miro a los ojos y acaricio mi pene por encima del pantalón y sin dejar de mirarme a los ojos me dijo: - por favor quédate conmigo esta noche. Yo no dije nada solo contemple sus manos sacándome el cinturón desabrochándome el botón del pantalón, bajándome el cierre del mismo y retirándome el calzoncillo para liberar de su encierro a mi verga bien erecta. Ella seguía sentada en el sillón sin soltar mi serpiente y di un paso adelante para acercar a mi mejor amigo a su boca, ella entendió muy rápidamente el mensaje y se la introdujo cabeceando a buen ritmo. No me quedo otra que entregarme al placer que me ofrecía ese angelito, siempre fue una buena virtud suya ser una excelente petera. Me pajeaba al mismo tiempo que cabeceaba y liberaba unos gemidos muy sensuales. Por momentos se la sacaba de la boca y jugaba con su lengua pasándosela por todo mi miembro venoso y deteniéndose en la cabeza volviendo cabecear. Una de sus manos acariciaba mis huevos la otra estaba aferrada a mi duro pene, tan bien aferrada que parecía que si me soltaba me iba a ir. Verla succionando con su carita de nena me estaba poniendo al limite, pero me contuve mirando para el techo. Cada vez iba mas rápido cada vez se la metía mas adentro. Los ruiditos que hacia con la boca, mezcla de saliva y mi morcilla en su boca eran indescriptibles y al mismo tiempo súper sexy. Hacia tiempo que no se esmeraba tanto, realmente merecía otra oportunidad. Pero estaba cegado por la calentura así que no podía pensar con claridad. Volví a mirar hacia abajo y no me percate de que estaba con las tetas al aire ¿En qué momento las puso en libertad? Esos pezones rozaditos bien duritos ansiaban que me los coma. Este ultimo pensamiento provoco que no aguante mas, se la saque de la boca y le dije:- Es hora de tomar la leche de papi. Me empecé a masturbar a dos centímetros de su cara sin tardar mucho en explotar. Chorros de semen le ensuciaron la frente y un cachete, pero la mayor cantidad le entro en la boca ya que al momento en que me la empecé agitar ella había abierto la boca y sacando bien la lengua para afuera para que descargue ahí.

A los pocos minutos Sofía se metió en el baño a sacarse el olor a pija de la boca y a limpiarse la rica leche de papá que le quedo en el rostro y en ese momento reaccione, yo tenia que huir de ese lugar, así que me subí el bóxer, el pantalón y me fui tranquilamente fumándome un cigarro al bar de mi amigo Orlando a tomarme unos tragos.