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Otro culo roto

Relato enviado por : felipepan el 06/08/2015. Lecturas: 9493

etiquetas relato Otro culo roto   Anal .
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Resumen
Esto comenzo a tomar color despues de poco tiempo de tener sexo, con paciencia veran como doblegue a Rosaslia a que entregara su preciado culo


Relato
A esta altura de mi vida todavía, me sorprende la facilidad que tengo para que mis amantes accedan a un salto sexual, al que todas se niegan de dejarse comerle el culo como empecinado en el tema ,me enorgullece que al final confíen, en mi trato y experiencia para dejarse profanar tan sagrado agujero.
Ya conté algunos casos, y le describí, mi exagerado placer en lograr el cometido.
En este caso se trata de Rosalía, una chica de 27 añitos, preciosa: alta, esbelta, con un toque de atención en la curva que termine en su espalda y forma esa figura que es de apreciar y lo que mas me motivo para tratar de conquistarla, también ojazos azules, tetas paradas y duras, de las que a mí me gustan.

Después de unos cuantos días de salidas. Sexo fuerte y duro, como a ella le gusta. Debo de hacérselo tan bien que hasta ella misma se sorprende de la cantidad de flujo que suelta cuando cojeemos. Luego de cada echada quedan las sabanas de la cama inundadas de su propio fluido, de lo intenso que le damos, Merece acotar que me costó llegar a que accediese, a entregarse. El primer día que nos conocimos fue tomando un trago en un bar entre amigos ella venía con otra chica del grupo. Muy formal todo aquello pero luego la llevé hasta su casa me porte como un caballero, pero había como una aceptación de ambo, antes de bajarse del coche nos comimos las bocas y fue el comienzo, de nuestra relación, quedamos en vernos en la semana.
Ese día llegó luego de varias charlas con Rosalía de teléfono Mobil, una noche, fuimos a uno de esos Pubs, dentro y nos empezamos a manotear, y Prácticamente casi la desvisto allí mismo, bajamos las escaleras cuando salimos seguíamos en una apasionada situación, mi miembro, estaba muy latiente y sedienta, de fluido,
Ante un amago de meter manos dentro sus partes, intimas, me contuvo dado que no le parecía tan buena idea allí y menos con migo que había conocido hacía unos días. Al menos me regaló una buena mamada.
Al otro día volvimos a quedar todo difícil. Pero después de tomarnos unos vinos Al menos en el coche, me regaló una buena mamada
Fue a los dos días, luego de caminar, y mirarnos, fijo como que sobraban las palabras, me invitó a su casa, la empome, de todas las maneras posibles, quedo tan impactada, era tan fuerte la forma, ella, se mojo, y repitió sus orgasmos, en una llego a clavarme sus uñas en la espalda de la forma que se agarraban, en sus espasmos vaginales.

Como soy muy obsesivo, pronto comencé con la sugerencia, si me dejaba metérsela por el culo, mientras le daba a lo bestia su vagina; lógico que ella se negó categóricamente, luego me dijera que su ex-novio y otro noviecito que tuvo hacía años lo intentaron y apenas consiguieron meter un poco "la puntita". Le dolía demasiado, respuestas de casi todas las que he tenido y que lo intentaron una vez, les dolía demasiado. Siempre te dicen casi lo mismo como esta que dijo que ella quería placer, no sufrimiento.

Como buen amante la estrategia es dar un paso atrás, pero no abandonar la idea, y la meta, así que hice lo que siempre hago con las amantes que no acceden a dejarse dar por el culo, trabajarles la cabeza de a poco para convencerlas sutilmente.

Como ya ella era muy adicta mi verga, y de las que s entregan a fondo y con todo plenamente, respiran sexo, en cada encamada. Primeramente a Rosalía, en los momentos en que más gozaba, y estaba exclamado, de placer, comenzaba a comerle el oído. Con un tono de voz suave y agradable le susurraba tranquilamente como se lo haría y lo que va a sentir cada vez que estaba dándole, mis manos no dejaban de acariciar en ningún momento, con suavidad, mientras entraba suavemente en su vagina, abundantes, besos y muchas palabras de tranquilidad y dándole seguridad, en mi deseo, de cualquier manera Rosalía, no bajaba la guardia en ningún momento, yo seguía, con el rolo, aprovechaba sus frenéticos, orgasmos, sus empapadas, de a poco la meto la idea en la cabeza para que de un no, a sos malo duele mucho, me vas a lastimar. Se abrió la brecha apareció la duda, fue cuando, le saqué la verga y bajé su sexo, para comérselo, mientras combinaba con mis dedos jugaban con su vagina, aquí cuando furtivamente algún dedo (el meñique, por ejemplo) aproveche para a jugar en la puertita del ano,.llegar a meterlo poco a poco. Al principio se negaba, pero con un tono dominante, dije déjame no seas mala. Se quejaba por la molestia, como yo aumentaba la velocidad de la chupada, para que se olvidase de mi dedo intruso, el juego poco a poco siguió co poca queja de esta manera, empecé a meterle ya un dedo mas y a seguir chupando mi lengua entraba a fondo, revolvía, todo, su interior, intentaba frenarme, pero es que no sabía que hacer porque estaba confundida con tanto lengüetazo y tanto dedo, entregada al placer que recibía, note por la manera que gemía, que su molestia, paso a una segundo lugar al final de esa manera hasta que se vino en un orgasmo estridente, como una loca, pero seguía con mi dedo metido hasta el fondo del culo.
Me subí a la altura de su cara, se la hice poner en la boca, me dio una de esas chupadas, con acaba en su boca, deliciosa, y excitadísimo, por lo de mi dedos en su culo, ya relajados, tirados mirando el techo, hablé tranquilamente con ella:
¿Rosalía te gusto? “Si, si. Pero medio raro. Me gusto pero a la vez me molestaba lo de los dedos ahí”.
No, me vas a decir que no gozaste como loca “y si” ves...que no duele “no se... es raro”.
Bueno. Ves soy suave, y no te va a doler, “seguís con lo mismo, que malo sos.”
Le bese la orejita ,y el cuello soy buenito, “si buenito, tenes una idea fija y obsesiva,” , mala y egoísta, je,je,

No nos vimos hasta el fin de semana, pero nos hablábamos por el Mobil, y siempre, eróticamente, que ambos quedábamos, calientes así fue como volvimos a quedar para. Darnos como animales, porque es así como lo hacemos: como animales salvajes. En este caso ocurrió algo así como la vez anterior. Repetí la táctica, la saqué de repente y baje a comerle su concha, pero esta vez fui mas audaz, alternaba, mi lengua entre su culo y su vagina, había subido sus piernas a mis hombros y tenía a mi disposición sus dos agujeritos a los que le metía mi lengua, adentro, igual, era un poco reacia, pero note que le gustaba sentir mi lengua en su culo y eso se lo dejaba hacer sin problemas hasta que empecé con los dedos. Es aquí donde otra vez empezaba a revolverse con el " te dije que no, que no", sagaz me retire y pase para comerle solo la concha, que como se lo hacía, su entrega logre de a poco que bajasen sus defensas y se dejase hacer, perdida por le goce, tome un potecito de crema, que predeterminadamente había dejado a mano, una vez más, volví emprender con su culo y embadurnárselo bien con ella. Estaba dispuesto a aprovechar a ver qué tal se comportaba con mi verga ese agujerito. Como la tengo demasiada gorda, hace que en principio cueste un poco, pero no hay nada como el saber hacer para que entre sin queja. Me subí y apunte la punta de mi rabo a la entrada de su culo. resignada clavo la mirada en la mía, me dio como cierto permiso, ya todo lubricado, un poco su culo y mi verga toda, rebozaba de crema,.me aprestaba a comenzar la faena, cuando ella ya entregada me alentó “ Despacio, eh. Que va a doler” si haces como te indico ni lo vas a sentir
Empine la punta de mi capullo, en la puerta de ese pequeño agujerito, y le pedí que lentamente jalara para atrás, ella me dijo como que jale, si mujer, tu vienes hacia mi, ya medida que va entrando, te muevas para que vaya suave, sin hacer presión poco a poco, se sentía como entraba, fui poniendo las manos en sus nalgas, para asegurarme de que entraba hasta despacio, guiaba, su movimiento y apreciaba, su túnel cediendo, cosa que fue muy, muy difícil, dado que estaba muy cerrado, mi cuidado era extremo, y sublime, mi verga estaba lo mas venosa, y grande por la hermosa sensación que recorría todo mi ser, estaba entrando ella pujaba despacio, se detenía, al percibir algo de dolor, pero esto le cambio, su estado de temor al de tener el control, mi pene, solo era el instrumento, lentamente sentí que todo mi gorda verga llegaba al tope, le indique el acto contrario, de salir lentamente, pero hasta allí, no había ningún temor por parte de ella, y lo fue haciendo, mi pedazo comenzó a aparecer, de adentro de ese estrecho agujero, , con mis manos en sus nalgas, la iba guiando hasta que llego a la mitad, volví a pedirle que se lo engullera lentamente, esto se repitió, hasta que, sentí, que era el momento de tomar el control, cuando ocurrió esto, me tumbo encima y fui tranquilizando al oído mientras hice una lleve presión en su ano con mi sable, Poco a poco comienza, el entra y sale, primero lento, se quejó un poco pero yo seguí empujando mientras la sujetaba la mano para que no se revolviese mucho, para ese entonces, Rosalía sudaba, y eso mostraba que se había dilatado la entrada momento sublime, desde que, comencé a comerle el culo, la saque por primera vez, para comprobar cómo se había echo de grande y realmente, era un a transformación terrible, ese si e había convertido en el hoyo que necesitaba yo para que aceptase el placer. Aquello parecía que iba a ser complicado, pero resulto, por mi experiencia pues apenas se veía progreso. es finalmente después de cuatro o cinco intentos, la cabeza del capullo más fácil entraba dado lo cachonda que estaba, empecé el ritmo, estaba claro que ella ya no tenía ese instinto reflejo del daño recibido por las otras veces que se lo intentaron hacer y que terminaron fatal.
Me puse a hacer "la cucharita": yo detrás de ella, tumbados de lado con su cuerpo totalmente relajado, ese culo no hacía tanto esfuerzo la penetración fue placentera para ese momento más tranquila dado que su amoldado agujero del tamaño de mi pene, comienza a sentir, como mi embate ya me estaba poniendo muy burro, fue el momento que quise terminar con el asunto rápidamente y la sujete de sus nalgas, para apurar, ante algún quejido, creo que no de dolor sino de placer, no se lo creía, no le cabía en la cabeza que tremendo trozo de carne estuviese metido hasta dentro de su culo,,sintiendo, por primera vez toda esa cantidad de leche, alojándose dentro de el.
mi mano se acerco otra vez a su sexo, estaba empapada exageradamente lleno de flujos, se lo fregué, hasta que se viniera,
nos relajamos y le dije “ te gusta que te trate así mientras te reviento el culo” “Si, no, es diferente raro pero me siento bien”,
Esto te va a encantar
Siempre es lo mismo. Se sienten confusas ante el nuevo placer descubierto. Un dolor que no es tan dolor y que al final lo mezclan con el placer. Una nueva conquista. Otro culo roto.
Ya hace un mes de esto y ella y yo seguimos. Ahora le encanta el sexo anal y no tiene ningún problema con dejarse dar por el culo, esa penetración anal la tiene asumida después de la molestia inicial, me hace ir con cuidado, una vez tiene toda dentro de su culo, es ella misma quien se lo deja perforar le da un placer, lo mueve y jadea, buscando, el punto hasta conseguir su ansiado orgasmo, para
ella es todo un descubrimiento, de una manera, distinta de estallar de placer, y para mi un logro delirante, pero que lindo es ponersela por el culo.-

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