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Por culpa de un ratón me convertí en maricón...

Relato enviado por : Narrador el 29/01/2013. Lecturas: 10035

etiquetas relato Por culpa de un ratón me convertí en maricón...   Transexual .
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Resumen


A ciencia cierta no sé que me causó la fobia que les tengo a los ratones, ratas y demás alimañas semejantes. Lo que si se es que, al igual que a mi madre, ante la presencia de esos animales, me daban unos profundos ataques de pánico e histeria, y hacía lo inimaginable, por no verlos.



Relato

Aunque desde niño, siempre actué de la misma manera, cuando veía una animal de esos, lo cierto es que nunca me había causado un mayor problema, por lo menos hasta que llegué a la universidad. En donde yo tenía un gran amigo llamado Tony, que estudiaba la misma carrera que yo, solo que él era o mejor dicho es medio sinvergüenza, y siempre se la pasa metido en problemas ya sean de falda, o de dinero.
En una ocasión en que habíamos terminado de jugar un partido de futbol, al entrar al baño para darme una ducha, encontré a mi amigo con su miembro por fuera, de tras de un chico, completamente desnudo que tenía fama de maricón, Tony estaba a punto de clavárselo por el culo. Los dos al verme se cortaron, mi amigo trató de disimular, ocultando su erecto miembro dentro de su pantalón, mientras que el chico corrió a vestirse. Mientras que yo sumamente indignado y molestó por su acción, le dije a mi amigo, que hablaría tanto con el entrenador como con el capitán y el resto del equipo, si él seguía haciendo esas cosas, con el mariconcito ese.

Tony me dijo que todo era un mal entendido, que él solo estaba vacilando al maricón, mientras que yo le advertí que dejase de hacer eso o le retiraría mi amistad. Como a la semana Tony y yo nos pusimos de acuerdo para estudiar juntos en mi casa, ya que mi madre y me hermana mayor, se encontraban en otra ciudad visitando a mi abuela, y no regresarían en varios días. Realmente esa noche estudiamos mucho, ya algo cansados, mientras nos comíamos un sándwich en la cocina, no sé de donde ni como apareció un ratón, caminando por el piso bien pegado a la pared. Cuando Tony me lo señaló diciéndome al mismo tiempo, que sería bueno que pusiera una pequeña trampa. Yo nada más de verlo, entré en pánico, me puse a gritar como un desesperado, al mismo tiempo que me trepé en una de las sillas de la cocina. Al principio mi amigo debió pensar que se trataba de una broma mía, pero al ver la manera en que yo gritaba y prácticamente lloraba, pidiéndole que se deshiciera del ratón, Tony agarró una lata de no sé qué, que estaba a su alcance y de un certero tiro, le dio al ratón.

Luego se acercó lo tomó por el rabo, lo levantó del suelo y como si fuera un trofeo, se acercó a mí para mostrármelo, fue cuando sentí un pánico mayor. Y del miedo que me dio, que no fuera a tirármelo encima, le pedí que se deshiciera de eso. Tony en lugar de ocultarlo continuó mostrándomelo, y yo actuando como un desesperado, gritando y llorando, pidiéndole que lo retirase de mi vista. Fue cuando en medio de mi desespero cometí el tremendo error de decirle llorando. Tony, por lo que tú más quiera deshazte de eso, y te juro que hago lo que tú quieras.

Mi amigo se me quedó viendo, y de inmediato me preguntó con cierta sonrisa en su rostro. ¿O sea que si guardo, tú harás todo lo que yo quiera, incluso si te digo que te vistas de mujer y me des el culo? Yo ni pensé en lo que me había dicho, sencillamente le respondí que sí. Pero como para asegurarse Tony me lo volvió a preguntar, y tras escucharlo a pesar de mi lloriqueo, y quedar bien claro que lo había entendido, me dijo. Ok cuando lo guarde, vamos al cuarto de tú hermana y te pones su ropa, y después me vas a dar el culo y harás todo lo que yo te ordene. A lo que yo a pesar de mi lloriqueo resignadamente le respondí, repitiendo sus palabras diciéndole. Te prometo que me voy a poner la ropa de mi hermana y haré todo lo que tú me ordenes.

Cuando terminé de decírselo, Tony agarró una bolsa de papel donde estaban los sándwiches que nos habíamos comido y guardó al ratón muerto dentro. Yo una vez que dejé de ver al ratón, comencé a calmarme, dejé de llorar, y me bajé de la silla, cuando Tony me tomó por el brazo y me dijo vamos al cuarto de tu hermana. Yo me quedé paralizado, y apenas pude decirle, con mi voz entrecortada, Tony deja el juego. A lo que él acercando la bolsa a mi rostro me dijo. Tú lo prometiste, y lo prometido es deuda, así que a cumplir, o te tiro el ratón encima, al tiempo que movía la bolsa, y dentro podía escuchar como el cuerpo del ratón golpeaba el papel. Lo que me asustó más todavía, ya que pensé que en cualquier momento ese animal saltaría encima de mí. Por lo que de manera sumisa, comencé a caminar en dirección al cuarto de mi hermana, pero sin dejar de decirle. Tony yo soy tu amigo, no me hagas eso, y él simplemente me mandó a callar, y me recordó el incidente en las duchas. Diciéndome, por culpa tuya no pude comerle el culo al tipito ese, ahora aguántate y cállate la boca.

Al llegar a la habitación de mi hermana, levantando la bolsa de papel, frente a mi cara me dijo, quítate toda la ropa. Lo que de inmediato, a pesar de lo asustado que me encontraba, hice. Ya completamente desnudo, Tony me dijo búscate, alguna panti y sostén de tu hermana, que te sirvan. Yo a pesar de la vergüenza y el miedo que sentía, iba abrir una de las gavetas donde ella guarda la ropa intima, pero Tony me dijo, no de esa no de la que ya está usada, para que no se dé cuenta de que te la pusiste. Y tal como él me lo ordenó, busqué en la cesta de la ropa sucia, y saqué varias prendas intimas de mi hermana, las que Tony señalándola con el dedo me indicó cuales agarrar, y ponerme frente a él.

Una vez que me puse la panti y el ajustado sostén, Tony con una gran sonrisa dibujada en su rostro, me dijo asómate al espejo para que te veas. Y tal como él me lo ordenó así lo hice. Lo cierto es que parecía una chica, por mi abundante cabellera, luego nuevamente me dijo ahora ponte esa faldita corta, esa blusa, las medias tobilleras esas, y cuando termines de ponerte todo, te sientas frente al espejo. A medida que me fui vistiendo, me sentía algo raro, nunca había ni tan siquiera soñado con que algo así me pudiera pasar, al terminar al verme en el espejo, parecía más a mi hermana que a mí mismo. Tony personalmente me pintó los labios, y me puso algo de color en la cara, diciéndome. Ahora si pareces una verdadera chica. Yo traté nuevamente de convencerlo de que no siguiera con eso, pero apenas comencé hablar, colocando la bolsa frente a mi cara la abrió y cerró, y yo por el miedo de que me tirase el ratón encima, de inmediato me quedé callado.

Después de eso, me ordenó que me pusiera unos zapatos de taco de mi hermana, pero me quedaban muy chicos, así que él mismo fue a la habitación de mi mamá y agarró unos parecidos, los que para mi sorpresa me sirvieron. Ya así vestido, pintado, Tony llevando la bolsa en su mano izquierda, me agarró por el brazo con su mano derecha y de esa manera me condujo a la sala de mi casa. Donde prendió el equipo de sonido, y con la amenaza de tirarme el ratón encima, me obligó a que bailase con él. A medida que comenzamos a bailar, metió la bolsa con el ratón en uno de sus bolsillos, y de inmediato me agarro con ambas manos, las nalgas. Yo trataba de no bailar tan pegado, pero en un descuido mío, Tony me ha plantado un tremendo beso, y cuando traté de zafarme, solo dijo saco el ratón, por lo que yo de manera resignada lo dejé que me continuase besando, por lo que introdujo su lengua dentro de mi boca, al mismo tiempo que acariciando mis nalgas, y apretándome contra su cuerpo, fui sintiendo la erección de su miembro.

Yo prácticamente ya me había entregado entre sus brazos, a pesar de que nada de eso me gustaba, comencé a sentir algo raro, hasta el momento en que sus manos bajaron las pantis, yo traté nueva e inútilmente de zafarme, Mientras que Tony, apretándome con más fuerza me dijo, ahora tu eres mi mujercita, acuérdate que debes hacer todo lo que yo te ordené. Yo nuevamente insistí en que no me hiciera eso, que yo era su amigo, fue cuando me dijo o te callas o te meto el ratón en la boca, o mejor aún, quiero que te metas mi verga en tu boca y me la mames.

Apena dijo eso, me soltó las nalgas, y colocó sus manos sobre mis hombros, al tiempo que me fue obligando a que me fuera arrodillando frente a él. Yo realmente no ofrecí resistencia, por el temor a que cumpliera su amenaza de meterme el ratón en la boca. Así que cuando mi rostro se encontró a la altura de su miembro, Tony rápidamente extrajo su miembro del pantalón, y colocándolo frente a mi boca me ordenó primero que se lo besara. Lo que como ya les dije, por el miedo a que cumpliera su palabra de ponerme el ratón en la boca, aunque con algo de asco de mi parte, coloqué mis labios contra su glande, lenta y suavemente comencé a besarlo. Hasta que el mismo Tony, me ordenó que se lo comenzara a mamar.

Yo obediente y de manera bien sumisa le hice caso, abrí mi boca, y poco a poco comencé a chupar su erecto miembro, y a medida que lo iba haciendo él procuraba meterlo más y más dentro de mi boca. En esos momentos me sentía sumamente desgraciado, y más molesto estaba conmigo mismo que con Tony, por no tener el valor de enfrentarlo, por miedo a que me tirase el ratón encima. Pero a medida que yo seguía mamando su verga, Tony colocó sus manos sobre mi cabeza, y presionándome fue haciendo que yo introdujera más adentro de mi boca su verga. Hasta que de momento me dijo. Ya está bien, lo que quiero realmente es comerte ese culo. Así que ponte en cuatro.

Yo sollozando pero sin dejar de hacer lo que él me ordenaba, se me ocurrió preguntarle por qué me estaba haciendo eso. Fue cuando me dijo. Te acuerdas del mariconcito al que se lo iba a meter en el baño, por eso él iba a completarme la matricula del próximo semestre. Pero ahora gracias a ti, no lo va hacer, fue cuando yo pensando que si era por cosa de dinero, yo le daría lo de su matrícula y ya, pero al decírselo, me respondió. Es que como sea tú me la tienes que pagar, así que calla boca y no aprietes el culo porque te va te va a doler. Yo me encontraba sobre el sofá de la sala con mis nalgas al aire, las pantis en uno de mis tobillos, y la corta falda de mi hermana prácticamente doblada sobre mi espalda. Fue cuando sentí sus dedos, embadurnados en algo grasoso, que después me enteré que era vaselina, lentamente me los fu pasando por sobre mi esfínter, y de la misma forma comenzó a ir introduciéndomelos dentro de mi cuerpo. Al principio uno, luego fueron dos de sus dedos, luego tres y finalmente cuatro. Los metía y sacaba, mientras que yo me encontraba como paralizado, esperando sentir un dolor mucho más intenso.

Después de un buen rato me dijo, procura relajarte, y no aprietes que entonces si voy hacer que te duela. Casi de inmediato sacó sus dedos, y comencé a sentir su caliente glande contra mi hueco, la presión que él comenzó a ejercer, permitió que mi esfínter cediera y se fuera abriendo, y dejando que su verga me penetrase. Aunque si llegué a sentir dolor, quizás por la vaselina, y por haber estado metiendo y sacando sus dedos de mi culo, esté se fue dilatando. Hasta el punto que finalmente sentí todo su cuerpo en contacto con el mío. Por un rato se quedó quieto, pero luego comenzó a sacar y meter una y otra vez todo su miembro nuevamente dentro de mi culo.

Yo de momento tenía una gran confusión en mi cabeza, no quería que me hubiera hecho eso, pero de momento, como que a pesar de todo lo avergonzado que me sentí por lo que me estaba pasando, comencé a mover mis caderas, casi sin darme cuenta. Tony me apretaba más y más contra su cuerpo, y yo a pesar de todo comenzaba a disfrutar en parte todo lo que él me estaba obligando hacer. Hasta que de golpe me apretó con tanta fuerza que pensé, que me partiría las costillas.

Después de un rato Tony extrajo su miembro de mi culo, y me dijo. Ahora ve al baño y lávate, que luego quiero que me lo vuelvas a mamar. Yo de manera obediente le hice caso, expulsé todo lo que había dejado dentro de mi cuerpo, y después de lavarme regresé a la sala, fue cuando me entregó las pantis y me ordenó que me las pusiera nuevamente. En ese instante me dijo. De ahora en adelante cuando te lo ordene, te vistes y ya sabes lo que yo quiero, de lo contrario le cuento a todos los chicos del equipo, que tú me distes el culo, y que porque le tienes miedo a los ratones.

Yo sentí que Tony, si yo le desobedecía cumpliría con su palabra. Así que a pesar de no querer, tuve que complacerlo en todo aquello que me ordenaba hacer. Como por ejemplo depilar todo mi cuerpo, y andar todo el tiempo con la ropa intima de mujer puesta bajo mi ropa. Durante las siguientes semanas, por lo menos una o dos veces, ya fuera en mi casa o en la suya, yo me veía en lo obligación de vestirme de mujer y dejar que me hiciera lo que a él se le antojase, bajo la amenaza constante de contarles a nuestros amigos lo que él me había hecho. Posteriormente Tony, sin que yo me enterase, un día compartió nuestro secreto con uno de los chicos del equipo, esa noche apenas llegué a su casa, me ordenó que me vistiera como de costumbre, pero al regresar a la sala me sorprendí al encontrarlo acompañado por uno de los chicos del equipo de futbol, por lo que me vi obligado también a dejar que entre los dos hicieran conmigo lo que les diera la gana. Al principio Tony se puso a bailar conmigo, mientras el otro chico nos observaba, pero al rato Francisco que era el otro chico, se colocó tras de mí, y mientras Tony me besaba, Francisco levantó la pequeña falda que yo estaba usando, y comenzó primero acariciar mis nalgas, para luego dedicarse a pasar su desnuda verga por entre ellas. Hasta que después de un rato, tanto Francisco como Tony se desnudaron por completo, pero Tony me ordenó que me quedase así vestido, y que para mantener la ilusión de que yo era una mujer. Francisco continuó pasando su verga por entre mis nalgas, hasta que finalmente me penetró y sentí como me enterraba toda su verga por el culo, al tiempo que Tony me obligó a que yo le mamase su verga. El resto de la noche, se la pasaron cambiando de lugar, obligándome a que yo indistintamente les diera el culo o les mamase sus vergas. A los pocos días Tony me volvió hacer lo mismo pero con otro chico del equipo, hasta que finalmente, la mayoría de ellos terminaron conociendo nuestro secreto y dándome por el culo salvajemente.

Luego a los pocos meses, una noche me ordenó que me vistiera lo más linda que pudiera, y me llevó a pasear en un auto que le habían prestado, no fue hasta que nos detuvimos en una casa a las afueras de la ciudad que me dijo que me iba a costar con un viejo muy rico, y de esa manera Tony prácticamente se convirtió en mi chulo, y yo en su puta. Y todo por el pánico que les tengo a los ratones…

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es rico usar hilos mas si te ven y te tocan mas si te miran y luego no te quieren dejar de coger lee mi relado
Relato erótico enviado por Anonymous el 02 de June de 2012 a las 22:38:28 - Relato porno leído 88000 veces
Si te ha gustado Por culpa de un ratón me convertí en maricón... vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Por culpa de un ratón me convertí en maricón.... Narrador te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:31) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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