En muchas otras tantas oportunidades que se nos presentaron, me volvió a dar por el culo sabrosamente. De igual forma, como lo hice desde el primer día, también le volví a mamar su verga en repetidas ocasiones. Como la vez que nos encontrábamos paseando en mi auto, les diré que simplemente me provocó hacerlo.
Así que mientras Jorge manejaba mi auto de regreso a casa, después de que habíamos pasado un tremendo fin de semana, comencé por acariciar su miembro por encima de la tela de su pantalón, y en cosa de segundos noté el cálido bulto que se había formado entre sus piernas, después de lo cual bajé la cremallera de su pantalón y con mis dedos extraje su oscuro miembro, el cual al tiempo que Jorge continuaba manejando, yo comencé a manipular con mi mano, la que subía y bajaba a todo lo largo de su tallo.
A los pocos segundos, dirigí mi boca sobre su capullo, y con mi lengua comencé a lamérselo, Jorge desde luego que eso le excitaba bastante, tanto que decidió detener el auto a la orilla de la carretera, mientras que yo comencé a chupar por completo toda su verga, hasta hacer que se viniera dentro de mí boca.
Una noche mientras que estábamos en casa y nos me disponíamos a irnos a la cama, cuando me quite toda la ropa, y Jorge me vio toda desnuda, bastó nada más que me dijera que tenía mi coño muy peludo y lleno de canas, por lo que entre al baño y frente a él, me depilé todo m coño, quedando como si fuera el de una jovencita quinceañera. Jorge al verlo así sin un solo pelito o vello encima, después de que me lo enjuagué para retirar el poco jabón que aun quedaba sobre la piel, él se arrodilló frente a mí, y separando un poco más mis piernas colocó su cara frente a mi recién depilado coño, y divinamente se dedicó a chupar y lamer los labios de mi vagina, por un buen rato para finalmente centrar su boca sobre mi clítoris y no dejar de hacerme todo eso hasta que alcancé un tremendo orgasmo, al tiempo que casi por completo tenía una de sus manos metida dentro de mí vulva.