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Quinta vez buen sexo 005

Relato enviado por: elforojo el 11/11/2009. Lecturas: 1854
Etiquetas:   Primera vez
Relato completo
hola esta es la quinta parte Yo estaba de viaje y me dijiste que irías a visitarme para que no estuviera tan solo, así que saliste de la ciudad para buscarme, habíamos quedado de vernos en la presidencia municipal del municipio que visitaba.

Llegaste un poco retrasada por culpa del camión pero llegaste animada, me platicaste lo que había sucedido en la ciudad y te comente algunas cosas que me habían pasado.

Al terminar mi trabajo tomamos las cosas y nos dirigimos al hotel donde me estaba hospedando, dejamos las cosas en la camioneta y después subimos, entraste al baño en cuanto llegamos a mi habitación.

Entre yo al baño y salí a los poco segundos, tu estabas sentada sobre la cama, yo me senté a un lado tuyo y te abrace, te di un beso, me miraste con una mirada tierna, el beso comenzó a ser intenso.

Te comencé a acariciar y me dijiste que traías otra blusa abajo pero que te daba pena pero te quitaste la blusa la cual era negra de tirantes y con la zona del busto de encaje, te seguí besando pero me detuviste diciendo que luego se me antojaría otra cosa a lo que te respondí que estaba preparado, me llamaste travieso y continuamos besándonos.

Posteriormente te comencé a acariciar, note que no tenias ropa interior lo que después me confirmaste, seguí besándote apasionadamente, mientras te acariciaba escuchaba tus gemidos cada vez mas fuertes.

Baje primeramente uno de tus tirantes de la blusa para liberar uno de tus senos, comencé a lamer tu pezón y saborear tu delicioso y bello pecho, tu permitiste que lo hiciera y detonabas placer a cada caria que te hacia.

Baje tu otro tirante y preste atención a tu otro pecho comencé a deleitarme con aquella fruta de placer que ofrecías para mi, me preguntaste que si quería que te quitaras los pantalones a lo que te respondí afirmativamente.

Comenzaste a desnudarte y comencé hacer lo mimo, me pediste que no volteara ya que te daba pena que te viera desnuda, lo hice para hacerte sentir cómoda, después preguntaste si había problema si distendías la cama.

Te respondí que no lo había así que la distendiste y te metiste entre las sabanas, yo hice lo mismo y comencé a besarte, una de mis manos fue a tu entre pierna la cual ya estaba muy húmeda.

Guie tu mano a mi miembro el cual estaba ya muy duro, bese tus pechos nuevamente mientras seguí masturbándote, me pediste que no esperara más y que te penetrara lo más pronto posible.

Me levante y fui por condones y regrese a tu lado, te comencé a masturbar y nuevamente guie tu mano para que hicieras lo mismo con mi pene, te deje que tomaras las riendas y te pedí que hicieras con mi pene lo que quisieras.

Continuaste masturbándome un rato pero después me dijiste que no soportabas más y querías sentir mi hombría dentro de ti, así que me puse el condón y tu esperaste ansiosa a que lo introdujera dentro de ti.

Te acostaste y separaste las piernas, y comencé a meter mi pee dentro de ti, tus gemidos comenzaron a ser sonoros cada vez que realizaba las envestidas sobre ti, tu cuerpo abrazaba mi pene y lo presionaba con gran placer.

Te pedí que te dieras vueltas y te colocaste boca abajo, pude ver tu trasero el cual era ofrecido para mi placer, así que guie mi pene como tiempos antes lo habías descrito en uno de nuestros relatos nocturnos.

Introduje mi miembro por tu sexualidad húmeda y el sentir la suavidad de tus nalgas chocando contra mi vientre, esa sensación hizo que me excitara mas, y mas cuando empujaba mi gran pene dentro de ti y salían tus gemidos indicando el placer que te hacia sentir.

Posteriormente te puse de lado y comencé con el vaivén, en ocasiones me agachaba para poderte besar y sujetaba tus nalgas con mayor fuerza para producirte mayor placer, en una de esas ocasiones que me agache me pediste que fuera sucio contigo y que usara los sobrenombres que usamos cuando tenemos sexo cibernético.

Te comencé a llamar puta e hijita como a ti te gusta, mientras te nalgueaba, te decía cosas como “hijita quieres la verga de papi” a lo que tu respondía con un “Si papi llena mi pucha con tu verga”.

Intente realizar una posición pero nunca lo logre así que te pedí que subieras en mi pero por el dolor que tenias en una de tus rodillas no fue posible, te pusiste de pie y te apoyaste en un tocador con un gran espejo y me pediste que tu papi te metiera la verga.

Te sujete de las nalgas y te introduje el miembro lo mas que pude, comenzaste a gemir en cuanto sentiste mi hombría dentro de tu ser, te tome del rostro y te dije que abrieras tus ojos para que vieras tu cara de placer en el espejo.

Abriste tus ojos en varias ocasiones pero los cerrabas casi de inmediato, mientras tomaba tus nalgas y empujaba con todas mis fuerzas mi verga dentro de ti. Intente llevarte a otra posición pero también la falle así que me pediste que me sentara en una silla que estaba ahí.

Me senté y posteriormente tu te sentaste sobre mi introduciendo mi pene hasta lo mas hondo de ti, sentí la suavidad de tus nalgas con mis testículos, yo te sujete con mis manos las nalgas mientras tu me cabalgabas.

Tú aplicabas toda tu fuerza sobre mí y tu peso sobre mi pene hacia que este sintiera mas placer al estar dentro de ti, me comenzaste a cabalgar mientras te sujetaba de las nalgas.

Mientras sujetaba tu trasero tu aplicabas mas y mas presión en mi hombría, veía tu rostro como emanaba el placer que producía a cada segundo, intentaba lamer tus pezones en esos momentos pero el movimiento no lo permitía con facilidad.

Me anunciaste que deseabas correrte así que intente ayudarte a que llegaras a el pero los movimientos hicieron que mi miembro saliera de tu interior en un par de ocasiones.

Te levante y te lleve a la orilla de la cama y puse tu pecho sobre la cama y comencé a masturbarte, intente lamer tu intimidad pero no me lo permitiste, así que te sujete con fuerza las nalgas y te volví a penetrar con todas mis fuerzas.

Me pediste regresar a la cama y así lo hicimos, estado tu boca arriba te volví a introducir mi pene hasta lo mas hondo de ti, en esta ocasión mi pene se deslizaba con mayor facilidad.

Comenzaste a pedir que me corriera y me pediste que lo hiciera sobre ti para sentir mi leche caliente en tu cuerpo, solo que tuviera precaución de no arrogártelo en la cara.

Me puse sobre tu vientre y me quite el preservativo, en varias ocasiones te dije que me dio la tentación de rozar con la punta de mi pene tus labios vaginales y también introducirlo dentro de tu boca.

Al ver tu negativa por tener pena subí de intensidad para poder darte gusto y correrme sobre ti, te tomaba las manos para que masajearas mis testículos mientras lo hacia pero tu pena era demasiada.

De mi miembro salieron disparados fuertes chorros de esperma, algunos dieron en tu cara, yo me levante y te lleve con que limpiarte, te quedaste aun acostada hasta que te levantaste a tomar una ducha.

Pese a que acabábamos de hacer el amor era lindo verte tan tímida ante mi, eso me gusto, después de eso y que te vistearas te lleve a comer y posteriormente a que tomaras un taxi para que pudieras regresar a la ciudad.

Me encanto la visita que me hiciste y como los dos expresamos nuestro deseo sexual tan libremente, espero volver a repetir esa experiencia algún dia.