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Raquel y Ester mis amigas del Dhedos

Relato enviado por : learcu el 13/04/2013. Lecturas: 4685

etiquetas relato Raquel y Ester mis amigas del Dhedos   Maduras .
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Resumen
Al llevarla al dormitorio Leo la desnuda, a sus 46 años, sus tres hijos de su marido más el hijo de uno de sus amantes mantenía, gracias al gimnasio, un cuerpo maravilloso. Unos pechos grandes y turgentes, unas areolas sonrosadas y pezones duros. Tenía su vulva depilado completamente, se quedó extasiado mirándola, se acerco a ella y la beso con pasión. Esta empezó a quitarle la camisa, dándole besos en su pecho, le desabrocho los pantalones que cayeron al suelo, se puso de rodillas y le bajo los calzoncillos, el miembro erecto quedo liberado y apuntando a su cara. Casi se desmaya era un potente pene, rugosa su cabeza fea, despreciable, pero un tamaño y grosor que envidiaría cualquier adulto. “Esto es lo que deseo desde hace dos años, mas ningún macho me comprime”.


Relato
Mañana estoy de cumpleaños y mis amigas Raquel de 42 años, vendrá acompañada de Ester otra amiga de 46 años casada con 4 hijos ambas mujeres las cuales tiene olvidadas sus maridos en sus casa por las secretarias de su oficina y estas señoras no se revelan. Junto conmigo hemos creado a DHEDOS: Déficitadas HEmbras De Orgasmos Sexuales.

Llegan y están felices con mi embarazo, les digo y Uds. cuando, me dicen tu sabes que somos adornos de nuestros maridos, nos olvidan por comer carne fresca…, prefieren sus secretarias jóvenes…., les digo yo no me considero vieja, mírenme mi cuerpo embarazado, revélense tú Ester estas una modelo con tu cuerpo, esta sonríe y dice el gimnasio, en eso llega mi Leo, y le digo estas locas dicen que son viejas, las mira y dice la ropa estará vieja pero Uds. son unas maravillas de mujeres. No nos halagues dice Ester que podemos creernos el cuento.

¿Chicas les digo un secreto?, me miran anhelantes…, y tomo de la mano a Leo este es el padre de mi bebe…, no me consideró vieja, me satisface de mis orgasmos sexuales de diferentes maneras y miren como me tiene, ¡ah! casi a diario me visita para penetrarme con profundidad haciéndome estallar en grandes orgasmos a su vez inundándome con su semen hirviendo, Ester le digo, tú que estas deseando ser poseída se te nota aprovecha. Esta ruborizada sonríe mordiéndose los labios. Tu bien sabes que de esa experiencia obtuve una hija y… no se…, Leo ve su oportunidad y la abraza, esta no lo rechaza lo mira agitada y excitada esperando…, Leo la besa y esta responde y me mira diciéndome en verdad este joven macho te embarazó, no contesto por que Leo la esta recorriendo como él bien sabe a esta mujer y ella sisea jadeante y excitada. Leo la levanta de su sillón y la traslada al dormitorio Ester se opone, pero luego cede…

Al llevarla al dormitorio Leo la desnuda, a sus 46 años, sus tres hijos de su marido más el hijo de uno de sus amantes mantenía, gracias al gimnasio, un cuerpo maravilloso. Unos pechos grandes y turgentes, unas areolas sonrosadas y pezones duros. Tenía su vulva depilado completamente, se quedó extasiado mirándola, se acerco a ella y la beso con pasión. Esta empezó a quitarle la camisa, dándole besos en su pecho, le desabrocho los pantalones que cayeron al suelo, se puso de rodillas y le bajo los calzoncillos, el miembro erecto quedo liberado y apuntando a su cara. Casi se desmaya era un potente pene, rugosa su cabeza fea, despreciable, pero un tamaño y grosor que envidiaría cualquier adulto. “Esto es lo que deseo desde hace dos años, mas ningún macho me comprime”.

Leo cuenta: Me subí encima de ella y de un golpe la penetré, ella dio un grito. Empecé a bombear y ella me abrazó con las piernas y sus manos agarraban con fuerza la ropa de cama, tenía los ojos en blanco, el cabecero de la cama golpeaba la pared cada vez con mayor estruendo, sus dedos transformados en garras apretando las sabanas. Sus pechos se movían adelante y atrás, “más, más” gritaba, yo resoplaba por el esfuerzo hasta que tuvo un orgasmo y dio un grito, yo me corrí dentro de ella. Los dos estábamos cubiertos de sudor por el esfuerzo, nos quedamos abrazados mientras que ella me acariciaba el pelo.

En el comedor las mujeres escuchaban el rechinar de la cama, sus gritos y los quejidos del esfuerzo que ambos realizábamos en el dormitorio al entregarnos uno al otro.

Raquel miraba a Melisa y dice parece que el macho es bueno mientras mete sus manos entre sus piernas. Al salir después mi juvenil macho, Raquel no se reprime y se acerca a este besándolo y dándole libertades para recorrerla este la toma la lleva al living y en el sofá le levanta sus vestidos vuelven a besarse, le recorre sus piernas sacando calzones se entretiene lamiendo su vulva, ella se volteo en el sofá y le dio la espalda. Se puso Leo detrás de ella y la empezó a acariciar su vagina por detrás, luego la penetraba, ella lanzó un gemido. Estaban bombeándola lentamente, el juvenil macho quería que aquello durase lo más posible, quería escucharla gemir y saborearse con su pene que la dilataba en sus entrañas, ella suspiraba hasta que tapándose la cara con los almohadones del sofá dio un grito. Leo seguía con sus embestidas, a los pocos instantes estaba llenándole de semen su matriz. Estuvieron recostados, con el sudor cubriendo sus cuerpos por unos momentos.

Leo muerto de cansado por los apareamiento solicitados por mis amigas se refugia en mí. Lo acaricio y le digo recuerda que eres mío…., y de tu cuñada me dice.

Han pasado tres meses de esa vez, hoy es el cumpleaños de Ester solicitó como regalo que asista Leo, se lo llevaré.

Que fiesta si en verdad fue una orgía de Raquel y Ester con mi pobre Leo, me lo explotaron hasta secarlo de semen. Nos encerramos en una pieza con ventanas y puertas bien cerradas con cortinas gruesas tapando cualquier agujero, iluminada por una tenue lámpara a velas en un rincón, estábamos en penumbra sobre una mullida alfombra. Nos desnudamos todos mientras nos servíamos unas meriendas sabrosas bien regadas de licor, Leo nos acariciaba a veces una, luego otra a veces ella, luego yo, etc. Estuvimos cuatro horas encerrados, la primera en recibir los embates de Leo fue Raquel como se quejaba y llorisqueaba gozando de los espolonazos dados por mi macho en sus entrañas, su matriz estaba rebozando de semen al finalizar su apareamiento con Leo.

Leo metió entre sus piernas su lengua y saboreo su sexo, mordió su vulva, jugueteo con su clítoris, bebió los jugos que fluyen de adentro de ella… después de rodillas frente a ella, le agarro de la cabeza y la volteo mientra su pene produciéndole gran placer le recorría sus piernas, la giró a cuatro patas sobre la cama frente al espejo y la penetro de golpe, le vuelve a abrir la vagina, estrechita después de varios días sin un buen pene dentro y la embistió salvajemente arrancándole gemidos de placer y más de un orgasmo, hasta casi rellenarla con su semen mientras sus senos cuelgan como campanas al viento. Cuando nota que se va a vaciar en su matriz, se la sacó, se la puso en sus senos amasándolas hasta llenarlas de semen y se limpia el pene con estos hasta dejarlo reluciente.
Acomodada en el suelo sobre la alfombra es enseguida penetrada en su vagina en donde mi juvenil macho entra en el juego de entra y sale de la matriz hasta regarla inundándola con la leche.

Jugamos nos recorremos y Leo coje a Ester entonces sacando su enorme aparato lo metió en su vientre, con sus manos la agarro por la pelvis para penetrarla mejor, sus embestidas eran violentas. Mientras tomándola de los hombros la agarro por el pelo y le metió su repudiado, por lo grande y monstruoso miembro, en su matriz. Cuando le llegaban sus orgasmos de placer le descargó su semen, por las comisuras de su vagina le resbalaban gotas de leche por las piernas.

Seguimos bebiendo y al cabo de una hora nuevamente Ester estaba siendo penetrada por mi Leo, estaba montándole, cabalgando encima de él, ella echaba la cabeza hacia atrás y cerraba los ojos. La mano derecha de Leo comenzó a acariciar sus pechos mientras su otra mano le subía la falda hasta la cintura y se deslizaba a su vagina mientras ella era poseía por ese monstruoso pene. Ella ladeo la cabeza y ambos se fundieron en un largo y apasionado beso. Luego ella vibraba y gritaba “mi orgasmo, mi orgasmo”, había mojado a ese pene con sus líquidos vaginales ahora deseaba que este macho la regase con la deliciosa y caliente leche que disfrutaría cuando ese semen caliente estuviese mojando su matriz.

Por fin al finalizar fui de mi semental y finalizamos la fiesta empantanando mis entrañas por ese miembro que tan deliciosamente me saciaba, lentamente me introdujo en mi vagina, el glande del grandioso pene se abrió paso por mis labios vaginales, nuevamente era su mujer. Luego su tronco poco a poco entró en mi sexo hasta que los testículos chocaron con mi entrepierna, lo que mas me alegraba era que estas mujeres lo tenían ocasionalmente yo dos veces por semana, pensaba en ellas cuando mi semental anegaba mi matriz ocupada por nuestro hijo.

Leo cumple 17 años y yo llevo ocho meses su bebe en mi vientre, claro que llega en esos momentos muy asustada Ester diciéndome, este semental que tienes me fecundó estoy preñada de él acabo de hacerme el examen y tengo un mes de embarazo mas o menos.

Imagínate este niño es menor que mis hijas de 21 y 19 y apenas mayor que mi hijo de 15 años, y me tiene fecundada en mi matriz sabe esto mi marido me mata, tendré que engañarlo diciendo que un día de los tanto que llega borracho me apareo y como no me cuido me embarazó. Tienes que ayudarme diciendo que tú estabas ahí cuando él borracho me llevo al dormitorio. Mi quinto hijo y dos son frutos de mi adulterio

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Comentarios enviados para este relato
king_heart (27 de May de 2013 a las 05:39) dice: Me interesas


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