Recientemente, perdí una apuesta con mi jefe. ( CON fotos)
Relato enviado por:
narrador el 16/3/2015.
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Relato completo
Desde hace un cierto tiempo, yo soy secretaria ejecutiva en una cadena de hoteles. Y por las constantes insistencias de mi esposo, finalmente me animé a pedirle un aumento de sueldo a mi jefe. Aunque le advertí a Luis, que el tipo era algo atrevido, y que yo no podía darle la oportunidad, de que me fuera a faltar el respeto. Aunque eso a mi esposo pareció no importarle mucho, ya que me dijo, bueno siempre y cuando te aumente el sueldo, no te preocupes porque te falte el respeto. Es más, si lo hace, le metemos una buena demanda al hotel.Yo la verdad es que sus palabras no me agradaron, ya que por lo visto a Luis lo único que le interesaba era el dinero, sin importarle ni tan siquiera un poco lo que yo fuera a pensar. Por lo que aunque si le dije a mi jefe que deseaba hablar con él, la verdad no tenía muchas ganas de plantearle que me aumentase el sueldo. Pero apenas tuve la oportunidad de reunirme con mi jefe, me dijo. Antes de que me vengas con que quieres que te aumente de sueldo, te diré que vamos hacer una pequeña apuesta.
Yo me quedé sin saber que decirle, pero lo seguí escuchando, cuando me dijo. Yo te apuesto a que no le dices nada a tu marido, si yo te propongo que seas mi amante, a cambio de eso te aumento el sueldo, y te hago pasar muy buenos ratos en la cama. ¿Qué me dices? Yo la verdad, es que por experiencia previa, había visto lo bien que mi jefe trata a sus amantes, a las que cuando quiere terminar con ellas, las promueve de puesto, ganando un mayor sueldo, y colocándolas en un mejor puesto, en algún otro hotel de la empresa.
Además mi jefe, a pesar de estar casado, es de muy buen ver. Yo la verdad es que en ese instante con lo molesta que estaba con el cabrón de Luis, ni lo pensé dos veces, cuando le respondí que sí. Que aceptaba su apuesta, y sonriendo me dijo, bueno, ahora vete a cambiar de ropa, ponte algo bien informal, juvenil, y te espero en la suite de los ejecutivos. Yo no perdí tiempo, por suerte en mi auto cargaba el tipo de ropa que él me había insinuado que me pusiera. Por lo que apenas pude, en uno de los baños del hotel, me cambié de ropa, y bien decidida me dirigí a la suite ejecutiva.
Apenas entré mi jefe mientras se encontraba sentado en una de las poltronas me dijo que me fuera quitando toda la ropa, cosa que yo fui haciendo ciegamente, sin decir nada. Luego sin dejar de sonreírse, y diciéndome, que le agradaría mucho ver mi coño, me indicó que tomase asiento en el sofá, y fuera haciendo lo que él me fuera pidiendo. Por lo que yo a medida que él me fue diciendo que me sentase con las piernas bien abiertas, lo fui haciendo mostrándole completamente todo mi coño. Luego me ordenó que me dedicase a mamar su verga, lo que yo sin tan siquiera pestañear me puse hacer. Y así poco a poco, mi jefe me fue ordenando lo que yo debía hacerle, y a medida que lo fui haciendo, él no dejaba de disfrutar de lo que yo hacía, esa tarde, en infinidad de ocasiones me puso a mamar su parada verga, así como pedirme una y otra vez que le mostrase mi coño, o mi culo, de la manera más desvergonzada, que yo antes lo hubiera hecho.
Y en efecto yo no le he dicho nada de lo que sucede entre mi jefe y yo, al cabrón de Luis. Mi sueldo aumentó, como no tienen una idea, además recientemente mi jefe me informó, que debemos ir a supervisar otros hoteles de la cadena, por lo que yo debo acompañarlo, así que imagínense lo mucho que voy a estar trabajando….